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¿Quieres ser libre o acomodarte? - me dijeron - La seguridad seduce y engaña. Su precio es la libertad. Tú decides.
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martes, 2 de agosto de 2011

ME PROPONGO: DECIR BASTA !





E-Loader.netMe propongo
separarme de personas
que me traten con brusquedad, presiones o violencia.
No acepto ni la brusquedad ni mucho menos la violencia
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.
Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás.
Merezco también consideración  y respeto.
Me doy permiso para no obligarme a ser "el alma de la fiesta",la que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.
 No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
 Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso. Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme. Mi presencia ya es suficiente: no he de agotarme haciendo más.
Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
 Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.
Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas.
Más vale lo bueno que ya he ido conociendo y lo mejor que aún está por conocer.
Voy a explorar sin angustia.
 Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente.
No soy perfecta, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
 Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando que me amoldara a los esquemas ajenos,intentando obligarme a ser perfecta: una mujer sin fisuras,rígidamente irreprochable. Es decir: inhumana.
Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcta como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable.
 No he nacido para ser la víctima de nadie. Me doy permiso para no estar esperando alabanzas,manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.
Me afirmo como una persona no adicta a la angustia.
 Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio. No espero a que vengan esas consideraciones desde el exterior. Y no espero encerrada o recluida ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.
Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia, la vida es una experiencia de abundancia.
Empiezo por reconocer mis valores. Y el resto vendrá solo.
Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida: no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.
 Decido no intentar absorber  el exceso de información.
Me permito no querer saberlo todo. Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo.
Me doy permiso para ser inmune a los elogios o alabanzas desmesurados: las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras.
Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio.Prefiero las relaciones menos densas.
Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. No entro en el juego.
Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtica.
No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan,
que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.
Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente
no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir "no".
Elijo lo que me da salud y vitalidad. Me hago más fuerte y más serena cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de despreciar las elecciones de otros.
No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy; si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.
Me permito estar tal como me sienta bien  conmigo misma y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo "normal" y lo "anormal" en mis estados emocionales lo establezco yo.