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viernes, 3 de abril de 2015

La mujer republicana no se rinde. Y la República tampoco: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 93

Fueron las madres, las compañeras, las hijas de los soldados en primera línea del frente, de los prisioneros, de los encarcelados, de los asesinados, de los muertos vilipendiados durante décadas... Fuera de los penales, soportaron la lucha y la carga de la casa, con la crianza doble de unos hijos sin padre. Y removieron cielo y tierra para que sus familias subsistieran y para que los hombres, y las otras mujeres también presas, sintieran que contaban en el exterior con una tupida red de soporte político y moral. Por eso, por su espíritu ferreo, por su talante indómito, por su valor y su entrega ideológica, ya reflejados en las siguientes entradas de TODOS LOS ROSTROS...

-116 mujeres y 56 niños, muertos en la Prisión de Saturrarán 
-Las mujeres no se arredran 
-Los niños perdidos del franquismo 
-Las represalias se ceban en las mujeres 
-Tomasa Cuevas, Juana Doña y otras Presas políticas del franquismo 
-Prisión de Mujeres de Las Ventas, Madrid 
-La terrible prisión de Les Corts, Barcelona 
-Las represaliadas por el franquismo sufrieron por rojas y por mujeres 
-Robar, saquear, expoliar y luego matar, para no dejar huellas: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 34 
-El Olvido imperante, el Recuerdo liquidado: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 41

...no debe extrañarnos entonces un pasaje tomado de la página 85 del libro del traidor coronel Segismundo Casado "Así cayó Madrid" (página 85), en el que refiere esta anécdota, fiel retrato de la voluntad resistente de las mujeres republicanas: 

"Una día cualquiera del otoño de 1938, la aviación nacionalista descargó sobre Madrid una considerable cantidad de pan excelente. Ese día el hambre en Madrid hacía estragos. Para presenciar este singular espectáculo se echaron a la calle las mujeres con sus chicos. Sin ponerse de acuerdo, porque no tuvieron tiempo, nadie cogió una pizca, con la excepción de dos hombres que seguramente no se pudieron contener y se echaron como lobos sobre el pan, sin conseguirlo porque las mujeres cayeron sobre ellos y se lo arrebataron amenazándoles si persistían con dejarlos como sus madres los parieron. Se recogió todo el pan y se entregó en la Dirección General de Seguridad y a la mañana siguiente, desde las trincheras, se le devolvió al enemigo".


Mujeres de bandera, mujeres de armas tomar, mujeres valientes, mujeres republicanas.

 

Madrid. El racionamiento impone colas en los puestos de abastos, la mayor parte formada por mujeres. Septiembre de 1936

Mujer y varios niños cortan leña en medio de una calzada en el Madrid asediado por los fascistas.

Mujere cosen al sol y atienden la colada en las aceras de una calle del Madrid asediado.

Vida cotidiana de las mujeres y hombres resistentes en el Madrid bajo el fuego fascista.

Los madrileños, la mayor parte mujeres, hacen frente a la agresión fascista con ánimo y moral alta. 

El pueblo de Madrid (o quizás de Barcelona, apunto yo), duras matronas, recias mujeres, niños valerosos y hombres estoícos, asisten a un funeral por Durruti.

sábado, 28 de marzo de 2015

Madrid nunca fue conquistada por los fascistas. Sólo cayó cuando fue entregada por Casado y sus aliados traidores: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 87.

Madrid y la República Española resistieron tres años contra los fascistas. Y tres semanas contra los traidores. Madrid cayó porque el coronel Casado, el emboscado general Matallana (para muchos, cualificado quintacolumnista emboscado), Besteiro con el PSOE y la gente de la CNT traicionaron en 5 de marzo de 1939 a tiro y bombazo limpio a la República, a los comunistas de Negrín y a unos pocos disidentes socialistas. Los casadistas traidores triunfaron, causando en los comunistas de Madrid y de las ciudades aún leales a la República entre 20.000 y 40.000 muertes, para regocijo de los franquistas que desde sus trincheras se reían de los rojos fraticidas mientras seguían siendo incapaces de vencer a la República.

Cuando Franco, sus esbirros y secuaces como el general Espinosa de los Monteros entran en el Madrid entregado por los traidores el 28 de marzo, hoy hace 76 años, se encuentran con que los traidores casadistas han huído dejando las cárceles llenas de comunistas presos, a la espera de que los chacales del fascismo los asesinaran. Y mientras, cientos de miles de soldados repúblicanos, abandonados en los campos de batalla y traicionados por los militares felones, los socialistas y los anarquistas, disuelven sus unidades y vuelven a sus ciudades de origen, para ser allí encerrados, torturados y asesinados o apresados casi de por vida.

Casado fue un traidor. También lo fue Besteiro. Y el general Miaja; el socialista Wenceslao Carrillo; los cenetistas Manuel González y Eduardo Val; el ugetista Antonio Pérez; y los dirigentes de IR, Miguel San Andrés, y de UR, José del Río. Todos ellos compusieron el golpista Consejo Nacional de Defensa, el cual buscó la rendición y el vergonzante pacto con Franco, sin conseguirlo. Pudieron haber prolongado la resistencia unos meses más, uniendo la suerte de la República al curso de la Segunda Guerra Mundial. O pudieron haber gestionado una retirada honrosa o quizás una evacuación ordenada de las fuerzas hacia territorios franceses. Pero no lo hicieron. Intentaron vanamente un acuerdo con los fascistas que aguardaban al otro lado de las trincheras y, eso sí, en su ausencia sólo se preocuparon de ampararse en la autoridad sobrevenida de su ilegal poder alcanzado con un golpe de Estado para poner pies en polvorosa huyendo en aviones hacia Orán o embarcando en el "Galatea", buque británico que les aguardaba en el puerto de Gandía mientras era custodiado por el acorazado "Essex", bajo la atenta pero indiferente mirada del mercante armado franquista "Mar Negro", complice conchabado de la deshonrosa evasión.

Para Casado y para quienes le secundaron, todo mi desprecio. Se lo merecen.


(imagen: rendición de militares republicanos ante el general franquista Espinosa de los Monteros. 28 de marzo 1939. Fuente: grandesbatallas.es)

martes, 24 de febrero de 2015

"De Madrid, al Infierno": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 55

Según su pie de foto original, la imagen procede de la Agencia EFE y habría sido tomada en las calles de Madrid el 30 de marzo de 1939, víspera del formal triunfo de los sublevados. En la fotografía vemos una nutrida columna de prisioneros republicanos, apenas custodiados por escasos guardias franquistas y camino ya de algún campo de clasificación y concentración para su posterior juicio y condena. No es difícil apreciar que los antifranquistas, honestos y fieles hasta el último de sus días al Gobierno y al legal Estado republicano, muestran en sus ateridos rostros la huella de la desmoralizante derrota a manos de los fascistas, tras ser traicionados antes en golpe armado por los derrotistas de Casado, los cenetistas y los socialistas de Besteiro, confabulados contra Negrín y los comunistas. Para ellos, para toda España comenzaba lo que Fernando Fernán-Gómez caracterizado como don Luis, decía a Luisito en la demoledora última escena de "Las Bicicletas son para el verano":

- Don Luis: "...hay que apechugar con lo que sea".

- Luis: "Hay que ver...Con lo contenta que estaba mamá porque había llegado la paz...".
- Don Luis: "Pero no ha llegado la paz, Luisito. Ha llegado la victoria."
 
Fuente de la imagen: página "Miniaturas militares" de Alfons Cánovas miniaturasmilitaresalfonscanovas.blogspot.com


Post scriptum: haciendo un asombroso ejercicio de memoria visual, me apunta el memorialista madrileño Tomás Montero que la foto habría sido tomada en la avda. Ciudad de Barcelona, poco antes de llegar a Atocha.
Efectivamente. Siguiendo el camino que ha señalado, con el streetview la he recorrido desde fin a principio y según el google maps la coincidencia la he encontrado a la altura del número 1 de la avenida. Mirando hacia abajo, a la izquierda vemos unos jardines y a la derecha algo que parecen edificios oficiales. He encuadrado la captura de pantalla del streetview en el punto más cercano a la foto de 1939. Esto es lo que se ve:

Gracias y un fuerte abrazo, Tomás.