Este mes queríamos volver a ponernos manos a la obra con la búsqueda de un nuevo embarazo, queríamos... (obsérvese el verbo en pasado).

El fin de semana "clave" servidora tenía una cita con una tarea que coleaba desde hacía demasiado tiempo, y era ineludible, pues hay cosas que solamente pasan una vez en la vida y no soy persona a quien le pasen por delante demasiadas segundas oportunidades.
Debí de suponer que habría algún precio a pagar, ¡cómo no después de toda época de estrés! Si bien tampoco hubiese imaginado acabar siendo pasto de los virus y bacterias que llevaba encima, ¡y ni sabía!

Llegados a este punto alguna pensará: "esta mujer solamente cuenta miserias". Sí, es cierto, pero es que por lo visto la lotería, en cualquiera de sus facetas, parece no querer tocarme... Menos de millones o hijos voy surtida de lo que gustéis.

En fin. ¿Qué @€&£°{® ha pasado esta vez para suspender la misión? BRONQUITIS (que perfectamente podría competir con la de un fumador empedernido, cosa que yo no he fumado nunca) acompañada por la " sugerencia del chef" para este invierno de locos, virus gastrointestinal (¡¡¡pido una sincera ovación para tal hazaña en un mismo fin de semana!!!).
Si pareciendo una cafetera ya no apetecía mucho dar rienda suelta a la pasión, con el aderezo escatológico ya fue para plegar velas...

(Pequeño inciso: me está quedando una entrada muuuy, muuuy... ¿asquerosilla? ¿"fluida"?)

Quizá mi YO fanático por volver a embarazase de hace dos años se hubiese pasado los gorgojos y las cacas por el forro de la falda, el de ahora piensa que primero la salud, que suficientemente comprometida queda solamente embarazarse como para encima compaginarlo con una pneumonía o similar.
En cierto modo ha sido un nuevo "miniescudo", un tiempo muerto extra para acabar de clarificar nuestras (mis) ideas, porque sí, parece que esté deshojando margaritas hasta el fin de los tiempos con tal de escurrir el bulto (me preño, no me preño, me preño...) pero me cuesta pensar en un embarazo sin contemplar la letra pequeña del " contrato".

Eso es lo que queda para dos cosas importantes:

1. Cerrar un capítulo profesional que, debido a mi primer salto al "estrellato" abortivo en 2012-13, quedó coleando y ni contemplaba terminar. 

2. Dar el pistoletazo de salida a nuestro quinto (y último) intento para intentar ser padres por nosotros mismos.

Casualidades de la vida, muuuchas en los últimos meses, que me han llevado a este "eclipse" personal, a dejar cabos atados que daba secretamente por perdidos y a lanzarnos de nuevo al vacío de la incertidumbre que ya demasiado bien conocemos.

Mr. Costillo dice que, cuando hablamos del 2º punto, mi cara es más parecida a la de alguien a quien llevan a la sala de ejecuciones que a la de una mujer ilusionada con un proyecto personal y vital tan relevante como lo es la maternidad; no nos engañemos, muy bien parada no he salido las cuatro veces anteriores y tengo cierto complejo a Bill Murray en "Atrapado en el tiempo" (dícese también "día de la marmota"), a diferencia, ¡¡¡SPOILER!!!, que su situación acaba por solucionarse.

¡Y qué decir de la malvada heparina! Cada vez que veo las cajas en el botiquín me entran todos los males, y eso que no es la peor aguja que te pueden pinchar pero el líquidooo... ¡a mi sieeempre me ha escocido un montón y me ha dejado habones! Aunque nada se puede comparar al maravilloso mapamundi abdominal con el que terminas.

Sé que si echo la mirada atrás me encontraré de peores, por caso o por tratamiento, pero como dice el refrán "en el hospital cada cual siente su mal", y esta (des)aventura empieza a darme un palo considerable, físico y mental.

No sé si volveremos a tomar el camino que desemboca al precipicio e interpretaremos ese papel que taaan bien se nos da, el de lemming kamikaze, o la fortuna se apiadará de nuestras almas descarriadas y desesperadas y nos concederá, al fin, el deseo de ser padres por nosotros mismos.

Sea como fuere, y como la fortuna con nosotros es más bien rancia, muuuy rancia, ya está hablado y acordado el plan B, porque de una manera u otra, este será nuestro año, pase lo que pase y aunque tenga que vender mi alma a los señores banqueros, ya que, insisto: ESTE SERÁ NUESTRO ÚLTIMO INTENTO PERSONAL DE SER PADRES.

Sí, lo sé, hace unas semanas que ando descolgada del blog, pero es por lo que ya conté en la última entrada sumado a la falta de tiempo y a la necesidad de olvidarme un poco de todo este tema.

De todas formas, estos últimos días han sido de lo más mundanos, sin ninguna novedad ni hecho significativo que pudiera resultaros útil. Justamente el día de los inocentes me gastaron la primera "no inocentanda" de mi vida: Amiga Coneja, quién estaba embarazada de su segundo hijo, nos anunció -con foto por si a caso- que acababa de nacer su hija. La felicité, porque es lo que toca, y luego se me llevaron los demonios un rato; Amiga OP, quién supuestamente retoma el camino de la RA este mes, hizo lo mismo pero esta vez no contactó conmigo paralelamente para confesarme su envidia más profunda hacia la recién mamá.

 

Así nos hemos plantado a hoy, ya 3 de Enero de 2016, y mis reflexiones y conclusiones de este 2015 recién aparcado han empezado a surgir:

 

¿HA SIDO UN BUEN AÑO?

¿Entonces...?

Pues que ha sido un año menos asqueroso que sus predecesores pero que tampoco ha resultado ser mi año soñado, ¡para que engañarnos!

¡Claro que puedo enumeraros cosas buenas! Haberlas las hay y las sé ver, y me alegro de ellas (tener a mi familia y seres queridos otro año más, ir "tirando" laboralmente, recuperar vocaciones reprimidas y retomar las riendas en algunos aspectos...) pero que si hablamos en términos de maternidad, que de esto va el blog, dudo que nadie codiciara mis vivencias de este pasado 2015.

 

Cuando empecé a escribir el blog me lo plantée como una terapia, como una forma de poder encontrar la paz interna que económicamente no me podía permitir yendo a un psicólogo de manera regular; además, estando metida en el mundo de la psicología daba por sentado que sería su peor paciente pues, ¿qué me iban a decir que no supiera ya? Un año entero de abortos requería un duelo elevado al cubo.

 

A medida que me iba desahogando pensaba: "¿y si con nuestra experiencia pudiese ayudar a alguien?". Y el blog fue tomando otro aire, siempre sin pretender ser la WIKIPEDIA de la infertilidad, pues ya hay muchas referencias al respecto, pero presentando nuestra situación a quienes estuvieran pasando por algo parecido como una orientación en base a la cual actuar para su propio caso.

 

Nunca, nunca, pero que nunca de los jamases me hubiese imaginado que lo que empezó siendo "mi muro de las lamentaciones" me reportaría tanto pero, además, pudiera llegar a ser de ayuda a otras personas, porque si bien es la idea que fue tomando... ¡internet es inmeeensa! Y mi blog era otro más en un océano llenito de historias mucho más bonitas y agradables de leer.

No tenía, ni tiene, un diseño ultra-mega-súper elaborado, pero es que a estas alturas hasta le he cogido cariño a la plantilla de blogger; a veces ha resultado un poco caótico en cuanto a estructura y ha estado lleno de widgets cabr#¡@ que han funcionado cuando les ha dado la realísima gana, pero sin tener un aspecto chic ha logrado su cometido.

Este mes se cumplen 2 años del inicio de esta aventura 2.0, 3 de periplo infértil pero quedémonos con lo primero, y solamente alcanzo a deciros:

¡¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!!!

Porque la información no ha sido unidireccional, VOSOTRAS me habéis aportado más de lo que os podéis imaginar: desde palabras de ánimo a comentarios que me han hecho reir, pasando por sugerencias de pruebas o recomendaciones médicas.

Sé, porque soy consciente de ello, que no he podido atender como me hubiese gustado a los comentarios en el blog, de la misma manera que me ha costado su tiempo descubrir que la mier#@ de Gmail me mandaba correos vuestros a SPAM (dícese también una carpetita donde un sistema informático estúpido manda todo lo que considera que es "peligroso" y vacía cada X tiempo sin vuelta atrás)

 

Cuando alguna chica me dice, vía internet o ¡incluso en persona!, que mi blog le ha sido de utilidad, que ha ayudado en algo, se me pone la piel de gallina porque, aunque anhelo el momento de poder poner el broche final, recupero parte de la paz perdida y siento que quizá, y solamente quizá, esté haciendo algo bien con lo que nos ha caído. Esos días duermo con mi podrido corazoncito algo más reconfortado.

¡Feliz fin de semana! (sin jamacucos, a poder ser...)

¡Por lo menos eso parece! Y es que hoy tenemos jornada familiar, por parte de Mr. Costillo, con motivo de un 70° cumpleaños (juventud, divino tesoro...)

Recuerdo cuando empezamos con las miércoles de los abortos y se me venía el mundo encima a cada momento que me tocaba "cumplir" con ellos. No me mal interpretéis, los de su familia, salvo "la-que-no-debe-ser-nombrada", han sido siempre majísimos conmigo. Pero siendo mi marido el más pequeño de todos los primos, y va para los 33, os podéis imaginar que estos ya han ampliado de hace tiempo sus familias.

Hoy, sin ir más lejos, habrá como poco 8 niños, susceptible a ser, finalmente, 10-12. Bebés pocos, los más pequeños por suerte ya van para los 2 añitos, y el resto están en edades extremadamente plastas que más bien inhiben el instinto maternal.

Mi suegra, perdón, "la-que-no-debe-ser-nombrada" nuuunca ha sido capaz de entender que, en algunos momentos, ver niños era para mi como lanzarme a las vías del tren. Recuerdo una celebración, tras el segundo aborto, con servidora encerrada en una habitación, para no ser descubierta, y llorando a moco tendido porque se anunciaron, ya puestos, dos embarazos y vino un bebé de escasos 2 meses.

Salvando distancias, es como si mi a suegra, con alopecia parcial por tratamiento oncológico, la llevara a una feria de "supermelenas divinas de la vida", sabiendo como sé que es lo que más acomplejada la tiene y peor lleva. Pero ya he desistido de que sea capaz de empatizar con nuestra causa, no puedo ni quiero vivir amargada por gente así.

¿Puede haber anuncios de embarazo durante esta jornada? Máximo 2, pero eso ya no lo puedo ni controlar ni evitar. Qué le vamos a hacer... Felicidades por la parte que les corresponda, ¡suertud@s ell@s!

Probablemente, en algún momento se me acerquen las mujeres de sus primos o su prima y me pregunten como vamos; supieron de nuestra cuarta pérdida tras no acudir a un acto que se hacía en honor a mi suegro, cosa que, obviamente, les extrañó.

¿Qué les diré? Pues la verdad, la nuestra, no la que pueda ir contando otra gente, quitándole hierro a todo. Si me preguntan sabrán, sin lloros ni hundimientos, pero la gente debe darse cuenta que si estamos como estamos es por algo, de esto nadie se muere -a no ser que se trate de mi- pero te cambia, y mucho, este camino, y vosotras también lo sabéis, es muuuy duro y te consume hasta puntos insospechables.

Eso sí, tened por seguro que a los niños se van a acercar sus padres, porque a) no son mis hijos y b) ni me apetece ni nunca he sido niñera. Que den gracias que pueda convivir en "paz y harmonía" con ellos.

Deseadme suerte (:P)

Hoy no es un Viernes cualquiera, hoy hemos hecho algo diferente, algo que me apetecía, que me hacía ilusión.

Os pongo en situación.

 

Una de las muuuchas cosas que me gusta(ba) en mi tiempo libre es la fotografía; soy de esas locas que vuelve de un viaje con ¿1200? fotos, ¡o más! Y para hacerme más plasta aún si cabe soy de las que busca LA foto: me tiro por el suelo, trepo por piedras como la cabra montesa que no soy, pruebo distintas exposiciones, varios enfoques, etc.
Por eso, si algo tenía claro "cuando fuera madre" (algo que daba por sentado y tenía rotundamente claro... hasta hace dos años y pico) es que me hartaría de hacer fotos a nuestro/s bebé/s emulando a Anne Leibowitz, Victoria Peñafiel u otras cracks en la materia. ¡Hasta Mr. Costillo me regaló un trípode de los Buenos!
Pero ese bebé, mi modelo particular, no llegó y aburrí la fotografía (y mil cosas más).

 

Los dientes se me siguen poniendo largos cada vez que veo por Instagram o Facebook reportajes premamá, de recién nacidos o familias, sin más, no lo puedo evitar y os aseguro que no es envidia sana ni por asomo. Hasta ahora pensaba que nosotros no teníamos ningún pretexto para hacer algo parecido, ¿a caso había algún feliz motivo que mereciera ser inmortalizado? Yo creía que no, ¡pero lo había! Lo hay, simplemente el filtro negativo a través del cual veo en ocasiones la vida me lo impedía ver.

Este año cumplimos 5 años de casados, ¡un lustro! Y si bien el pasado 2014 hicimos 10 como pareja la idea no se me ocurrió hasta ahora.
En su momento, cuando nos casamos, no hicimos ni pre ni postboda; íbamos taaan agobiados que antes del enlace no había tiempo para estas cosas y después la rutina laboral se impuso y ya no vimos el momento. Pero si de algo me quejo siempre es de no tener fotos decentes de ambos, ¡¡¡siempre sale uno u otro pero en pocas ocasiones -selfies horripilantes- salimos juntos!!! Con lo cual pensé "¿a caso un 5° aniversario de boda no es una bonita excusa?", y dicho y hecho: HOY HA TOCADO SESIÓN DE FOTOS con Lirola&Cussó, dos chicas majísimas que nos han hecho pasar un agradabilísimo rato en el Jardín Botánico de Barcelona y que conocí por casualidad saltando de blog en blog.

Nuestro aniversario no es, si todo va bien, hasta el 18 de Septiembre pero no he querido esperar hasta entonces; conozco mi ahora, sé que estoy bien, recuperada, podíamos hacerlo ¡y me apetecía! Cabía contemplar, llegada la fecha, que estuviéramos en pleno caos de médicos, reposo y otros dramas ya conocidos de volver a la carga en unos meses.

No negaré que esto de que me hagan fotos... ¡pues como que me pone un poquillo nerviosa! Soy especialista en salir haciendo caretos y más forzada que si me hubiesen bañado en botox, pero hoy Mr. Costillo me ha hecho reír, ha logrado que me relajara (un poco...) y al final hasta me ha sabido a poco.

¡Tengo ganas de ver el resultado¡ y, aunque sigo prefiriendo ser la que esté al otro lado de la cámara, no descarto repetir si vuelve a haber ocasión.
De momento me conformo con recordar lo hecho esta tarde como uno de #mismomentosdefelicidad.

 

Hoy, San José y día del Padre, pudo ser el día en el que dijéramos a nuestras familias, de haber ido todo bien, que serían abuel@s, bisabuela y tí@s; si hubiese ido todo bien...
Pero por enésima vez, bueno, cuarta, no ha podido ser, y hoy me acuerdo con algo más de pena de lo habitual.
Pudo haber sido un día especial, bonito, para recordar, pero parece ser que mi sino es coleccionar días negros en el calendario hasta que se demuestre lo contrario.

De nada sirve lamentarse, hay que seguir pa'lante, luchar para lograr lo que se quiere, cueste lo que cueste (¡salvo mi pellejo!), pero demasiado hago día a día por no llorar, por mantenerme a flote cuando quizá, y sólo quizá, mi cuerpo me pide que le deje caer, mi mente que la deje de forzar y mi corazón que le deje llorar la pena que acumula.
La gente quiere ver tu mejor cara, tu mejor sonrisa, algunos pocos quieren de verdad verte bien, pero por dentro existe otra realidad, la de alguien roto en mil pedacitos que lucha por recomponerse a marchas forzadas pero que cuando parece acabar de montar el puzzle de su alma algo se la vuelve a romper, y vuelta a empezar.
Llorar no arregla nada pero alivia el alma, enfadarse por tu suerte no lleva a ninguna parte pero desahoga, pero esto también desgasta y hay que guardar fuerzas, porque nadie dijo que el camino fuese ni corto ni fácil y siento que ahora nos llega un "puerto de montaña" duro y largo.

 

Hoy seguirá sin ser, oficialmente, el día de Mr. Costillo; no es padre porque para la sociedad no tenemos ni hemos tenido hijos, en todo caso abortos y estos no representan nada; no representarán nada para ellos, los demás, pero sí para nosotros, para mi marido.
Y creo poder afirmar, además con total certeza, que nuestras 4 estrellitas que brillan en algún lugar del firmamento hubiesen tenido al mejooor padre del mundo mundial, ¡y desde donde estén lo saben!

Sin más, feliz día del padre para todos aquellos afortunados que ostentan ya este título y felicidades a tod@s l@s José,  Josefa, Josefina, Fina,...

Hoy es mi cumple...

32 años que si tuviese que clasificar por estaciones sería lo dicho en el título del post: 30 primaveras y 2 crudos inviernos, porque los últimos dos años de mi vida han sido una miércoles en ciertos aspectos personales que, inevitablemente, han repercutido a otros niveles (laboral, familiar, social...).

¿Sabéis cual era mi deseo antes de entrar en la treintena? Haberme estrenado como madre o estar a punto de caramelo para ello, ¡lo que un huevo a una castaña! Mi situación, lejos de ello, es peor de lo que me hubiese planteado tras perder el primer embarazo; "muchas veces el primero se pierde", "mujer raspada, mujer embarazada"... a estas paparruchadas me aferraba para creer que lo sucedido era un hecho aislado, pero ha resultado ser una constante en nuestra búsqueda de la pater/maternidad.

Pero esto ahora ni viene al caso ni tiene vuelta atrás, ya forma parte de la historia de mi vida y nadie lo puede borrar ni mandar a la "papelera de reciclaje" de ninguna parte.

Y, ¿qué mejor forma de celebrar el cumple que recién legrada? ¡Está claro que nada! (modo irónico/cínico ON)

El Jueves tenía cita con la ginecóloga de la mutua precisamente para exponerle todo e intentar concretar fecha para un legrado viendo que el tema no avanzaba en ninguna dirección. 

Me hizo la ecografía de rigor: sangre retenida en todos los estados posibles (menos gaseoso), un saco embrionario de pacotilla y el cuello del útero bien cerradito él no fuera caso que pudiera hacer "limpio" por mi misma...

Me preguntó otra vez por mi experiencia anterior con CYTOTEC, le hice memoria y le dejé claro que me negaba a pasar por lo mismo.

Sólo quedaba una opción, la que ya sabía y pedía desde hacía días: cirugía.

Y digo pedía no por masoquista o poco sufrida sino porque:

- el proceso iba para largo tras comprobar cero cambios en 15 días que llevaran a pensar una resolución por mi misma.

- incluso con un saco mediocre la HGCH seguía subiendo.

- mis síntomas iban a más, por efecto de las hormonas, y era un malestar absolutamente injustificado de sufrir.

- Mentalmente estaba/estoy agotada, saturada, KO. Actuando desde hace semanas como si no fuera conmigo, no me permitiéndome dar rienda suelta a unos síntomas relativamente intesos porque yo NO ESTABA EMBARAZADA, estaba ABORTADA.

Me dio a elegir entre la clínica que me tocaba por mutua o volver a la Maternidad; ante esto no tuve duda alguna, la Maternidad merece toda mi confianza aún con algunas cosas que han pasado, así que la ginecóloga hizo una llamada a una de sus compañeras que trabaja allí para saber el procedimiento a seguir: a las 8h debíamos presentarnos en urgencias con un papel que me facilitó y exponer nuestra situación, a partir de ahí me harían analítica prequirúrgica y posteriormente el legrado.

Así fue mi día previo a los 32, 10 horas en la Maternidad, 6 de ellas de espera antes de pasar a quirófano, pero siempre atendidos con muuucho cariño y amabilidad por todos los profesionales con los que nos cruzamos, desde el celador hasta la anestesista, pasando por enfermeras, estudiantes MIR, de medicina, comadronas, etc. Ayer lo necesitaba más que nunca, y se lo debo agradecer porque lo que debiera ser una constante no siempre lo es.

¿Lo más duro? Estar haciendo tiempo en una preciosa sala de dilatación con mi marido y, mientras esperaba dilatar un poco con los óvulos administrados, escuchar como en el paritorio de al lado llegaban hasta 9 bebés a este mundo, 9 llantos distintos, 9 vidas que eran la culminación de 40-42 semanas para 9 parejas.

Me sentí hundir, caer en la miseria, era la oveja negra de esa zona, yo no iba a dar vida, yo llevaba muerte, restos sin rastro de vida, NADA.

¿Fue una broma macabra del destino? Empiezo a creer que sí; debe haber alguna fuerza superior que o me quiere muuucho mal o me está poniendo a prueba de mala manera, pero si quería macharme moralmente... ¡lo logró!

Ahora ya pasó, y por suerte para mi mente la sedación se fue eliminando tan poco a poco que he estado KO hasta las 8 de esta mañana. Pero llegó el día después, y esta vez coincide con mi cumpleaños, ¿qué deseo puedo pedir si el único que pido no hay Dios que me lo conceda?

No me siento vacía como otras veces, pero el sentimiento de derrota que me acompaña es mucho peor aún, y estoy luchando para que no me gane, NO QUIERO TIRAR LA TOALLA, pero ¿hasta cuando? ¿en qué momento no tendré más remedio que decir basta? Temo que llegue el día de finalizar esto sin haber logrado nuestro sueño.

Y ahora, ¿qué? Y no hablo de la recuperación, ni de pruebas que quieran repetir, ni de visitas que podamos programar o tener, ¿qué debo esperar?

El único consuelo es que por fin mi estado físico y mental se van a poder dar la mano de nuevo; no estoy embarazada y no tendré que actuar, para parecerlo, contra unas hormonas locas que decían lo contrario.

Y así empieza mi 2° crudo invierno...

Porque si estás leyendo estas líneas, al igual que yo las estoy escribiendo, ya tienes motivos para ser feliz a pesar que aún no veas la luz al final del túnel, a pesar que tengas aún muchos deseos que parezcan imposibles de cumplir... ¡pero estás aquí! Y no todo el mundo que empezó 2014 lo acabará.

Mira a tu alrededor, ¿ves gente que te quiere y está ahí a las duras y a las maduras? Si la respuesta es SÍ ya tienes otro motivo para sonreir esta noche cuando te despidas del año. Sé que el camino de la infertilidad es agotador y que no siempre nos comprenden pero pregúntate, ¿lo sabrías tú, lo sabría yo, lo que es, lo que implica, de no haberlo vivido nunca? Ellos igual, así que quizá si hacemos para que lo entiendan, las que, desgraciadamente, sigan nuestro camino ya lo hallarán más aplanado.

Seguramente, al igual que servidora, tengas tus esperanzas puestas en el nuevo año, un 2015 que tendrá 365 días por delante para lograr ser mejor que los anteriores; no podemos saber si será bueno, si será EL AÑO, pero partiendo de cero merece que le demos un voto de confianza y no "crucificarlo" a la primera de cambio que algo salga mal.

No creo en la magia, esta noche no pediré deseos a vete a saber qué o haré rituales más allá de las odiosas uvas -que ni me gustan ni me apetece comer de carrerilla- pero sí creo en los cambios, y cuando el contador se resetee mañana 1 de Enero mi yo que empiece la andanza por 2015 sé seguro que no será el que lo hizo para el 2014, será más fuerte, más maduro, calmado y, sobretodo, curtido en la batalla contra la infertilidad y dispuesto a lo que haga falta ¡CON MENOS MIEDOS!

Para tooodas las que leáis esto:

¡OS DESEO TODO LO MEJOR PARA 2015!
De corazón os lo digo.

Es lo que ha pasado hoy por mi cabeza al caer en la cuenta de que estamos a 25 de Noviembre. Y no hablo de la Navidad, que también hoy estamos a un mes justo, sino de nuestro "asalto al bebé" por cuarta vez.
Y es que si todo sigue su curso, día arriba día abajo, por esas fechas estaremos de lleno en los días guay para encargar un regalo de Navidad muuuy especial; también casualidad, ¿no?

¿Me he mentalizado ya de lo que conlleva? Véase medicamentos y más medicamentos aliñado con pinchazos a base de heparina; la respuesta es NO. Me sigue dando igual de mal yuyu que hace un mes cuando hablamos con el especialista. Más os diré, de hecho la heparina debo empezar a pincharla la primera semana postmenstruación... así que para el suplicio aún queda menos y todo.
Se supone que empezar antes con el Clexane 40 permitirá tener los valores de IL10 (interleucina 10) más altos en el momento de la implantación; para haceros memoria (y recurriendo a mi muy querida Wikipedia):

"La Interleucina-10 (IL-10 o IL10), también conocida como factor de inhibición de la síntesis de citocinas (CSIF sus siglas en inglés), es una citocina con propiedades antiinflamatorias capaz de inhibir la síntesis de citocinas proinflamatorias por loslinfocitos T y los macrófagos."
 

Así pues, con unos valores más elevados que los que servidora tiene de base, dentro de la normalidad pero según el inmunólogo tirando a bajos, favoreceríamos que, supuestamente, mi sistema inmune no se cargue al embrión.
Y como otra cosa no podemos hacer, toca obedecer y creer que esto será de ayuda, ¡que no la solución!, porque ya quedó claro la vez anterior que ni aún así echamos pa'lante, a pesar que el problema fue genético.
 

Mentiría si os dijera que no he buscado alternativas a la heparina, ¡por supuestísimo que he rebuscado hasta los confines del Vademecum a la caza y captura de homólogos! Pero nanai del Paraguay, así que, a no ser que alguna de vosotras, almas caritativas, tenga alguna idea y/o alternativa, me veo con la barriga hecha un cromete en breve.
¡Parece mentira los nervios que se me están poniendo en el estómago solamente de pensar en las banderillas!
 

Con este "calendario", la fatídica semana 6 caería justo a finales de Enero, con lo cual por lo menos las fiestas "solamente" las pasaré como un colador.
Que, entre nosotros, tener que ir a la 6a semana es una tocadita de pinreles, porque si estás de algo menos no ven lo que quieren ver y si el embarazo no es evolutivo tampoco pueden hacer nada porque deben dejar 7-10 días por "prudencia". Una u otra cosa tienen por denominador común el mal cuerpo que te entra y la angustia y los nervios asociados a la fatídica espera.
De quedarme en estado creo que voy a ser mala: no pediré cita hasta la 7a semana ya entrada; por descontado acompañada de mi TO para que no me mareen con el clásico "es que quizá ovulaste más tarde" (¡y una ca**!)

¡¡¡Nunca un embarazo asustó tanto incluso antes de materializarse!!!

Hace unos meses supe a través de una paciente que en el Valle de Núria, concretamente en el santuario donde guardan la virgen, existe una olla dentro de la cual debes meter la cabeza a la par que tocar una campana para que se te conceda, entre otras cosas, la fertilidad.
Primero empecé diciendo que tal como teníamos el panorama me veía pronto yendo para allí...¡¡¡pero lo decía en broma!!! A lo último aquí me tenéis, escribiendo una entrada sobre nuestro "peregrinaje" a la desesperada a ver si alguien de los de arriba me escucha.
Y es que aunque servidora no es persona de ir a misa, aún estando bautizada, confirmada, con la comunión hecha y casada por la iglesia, si que creo que hay algo, y no pretendo convencer a nadie ni argumentar en mi defensa nada científico, lo mío es una cuestión de fe sin más, no soy capaz de dar otro argumento.

Esta escapada la planeamos el mes pasado, pero por disponibilidad de fines de semana no la podíamos llevar a cabo hasta este primero de Septiembre. Y así lo hemos hecho.
El sitio de por sí merece ser visitado, aunque telita lo que se cobran por el trayecto del cremallera, único modo, a parte del clásico caballo de San Fernando, para llegar. Por lo visto la fe también está cara todo y la crisis.

Recién llegados a lo primero que hemos ido ha sido al santuario, dícese de una pequeña construcción medio devorada por el complejo guiri que hay montado, esperando encontrar -como nos pasó en Montserrat- una cola horripilante de gente para llevar a cabo el rito de marras; nada más lejos de la realidad: el santuario estaba medio desértico pues, ¿qué éramos? ¿10 personas pululando por ahí? Lo dicho, que casi no vemos el lugar donde están olla y campana por falta de público.

Una vez ubicados, y a mi manera, he rogado por lo que taaanto estamos luchando: poder ser padres. Que nos conceda hijos, que nos ayude y de fuerzas, que nos de una señal para saber qué camino elegir e incluso que si no podemos ser padres me permita ser feliz al lado de mi marido y los míos y los tenga conmigo muuuuuuuuucho tiempo. Menudo pupurri, ¿verdad? Resumiendo, que haga lo que tenga que hacer la virgen de Núria pero que nos eche un cable.
Y he puesto la cabeza en la olla -no apto para claustromómicos ni personas con dolor de rodillas/caderas/espalda- a la par que tirado de la cuerdecita de la campana...
Evidentemente, mi promesa ahí queda hecha, aunque mi labor de buena samaritana no cesa de Lunes a Viernes en horario laboral y me empieza a dar derecho a ciertas reclamaciones y mi parcelita ahí donde sea.

Por fin ya acaba el día de hoy, y no lo digo por querer que estemos a Lunes -¡ni loca!- pero sí porque a pesar de ser el día de NUESTRAS madres es más que inevitable pensar que podría ser también el nuestro, mi día.

Las que ya lo son, lo han sido recientemente o están en dulce espera proclaman a bombo y platillo cómo de afortunadas se sienten con el cargo en cuestión, con esta nueva faceta en su vida y las alegrías recibidas y que compensan tooodos los "malos" momentos.

Creo que ante taaanta felicidad virtual propagada por las redes sociales me entra algo más parecido a las nauseas que a otra cosa, y siento ser taaan directa pero no prentendo engañar a nadie; y quizá un día, a saber cuando si llega, sea yo la que viva en una nube de ñoñería supina, pero por el momento no puedo cambiar mis sensaciones de la misma manera que ellas -y la sociedad en general- nuuunca me verán como una igual hasta que no se materialice la maternidad de algún modo, ¡cuando no debiera ser así!

 

¿A caso una madre que haya perdido un hijo nacido, a la edad o momento que sea, se la deja de considerar como tal? NO, ¿verdad? Pues entonces digo yo, si he estado embarazada por tres veces, ¿no seré más madre de corazón que aquella que justo vive el primero? Porque SÍ, no soy madre pero he estado tres veces embarazada, aunque se computen como abortos -palabra fea a más no poder- que no embarazo, sea cual fuere su fin.

Sé que la gente no lo cree así, eres madre si tienes hijos o los has llegado a tener en tus brazos, pero a diferencia de algunas de mis amigas "madres & embarazadas" sé lo que se puede llegar a sufrir por algo que antes de ver por ninguna eco ya quieres con tooodo tu corazón -aún con tus dudas y temores- lo que eres capaz de hacer en detrimento tuyo con tal de procurar llevarlo a término, lo que darías porque cada noticia de aborto que has recibido fuera a fecha de hoy un/a gordit@ en casa, lo que cambian las prioridades de tu vida de un día para otro antes incluso que el mundo sepa que albergas otra vida en ti.

 

Sé que no soy una madre de "verdad", que en mi libro de familia solamente estamos mi marido y yo, que en casa somos sólo tres contando a Pepo, nuestra mascota, pero mi corazón me dice que por pocas semanas que fueran, 8, 9 y 13 pude experimentar parte de ese amor incondicional que se adquiere de bien temprano, cuando sabes que hay alguien creciendo en ti y que no eres solamente tú; de la misma manera que el vacío taaan enorme que te deja su ausencia el día que sabes seguro que se acabó porqué ese garbancito, que conocías por foto y los síntomas que te daba, ya no está contigo, porque mientras estuvo bajo tu cobijo albergaste esperanzas aunque no las quisieras manifestar.

 

A todas aquellas que habéis pasado por lo mismo y que seguro sois más madre de lo que serán nunca algunas que ostentan el título pero no están a la altura con sus hechos...

¡¡¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!!!

Queridos Reyes Magos,

Este último año ha habido de todo un poco: cosas hechas con la mejor intención y aún más buena fe y otras que, sin querer o queriendo, se han hecho mal.
Lo asumo, no soy perfecta ni aspiro a la perfección pero la voluntad de ser mejor persona en tooodos los aspectos de mi vida ahí está.

Supongo que con el balance puedo aspirar a un regalo, aunque solamente aspiro a uno muuuy concreto; y si tiene que caer, a más a más cual toque de atención, una caca en un orinal o carbón me voy a resignar...

Creo que no hace falta que os recuerde lo que pido...pero como ya empezáis a tener una edad máaas que respetable os lo repito: ¡QUEREMOS SER PADRES!

Ya sé que os pido algo muuuy caro, por eso os vamos a echar una mano; a vosotros os toca traernos un saco lleeeno de suerte, fuerza y salud y nosotros ponemos lo demás.

Mirar hasta qué punto lo queremos que ni todo lo terranal puede llenar ese hueco que tenemos en nuestras vidas: ni viajes a lugares soñados, ni electrónica puntera, ni tan siquiera lo más lujoso de lo lujoso.

Así pues, ¡esta noche tenéis trabajo!

P.D.: No nos importa ser los últimos si acabáis visitándonos, pero ¡PASAD!

Por fin se va, ¡nos deja!, y 2013 formará parte de los años ya pasados, pero de aquellos que lo hacen por la puerta de atrás, los que se han llevado consigo muuuchas ilusiones, esperanzas y seres queridos.

 

Para muuuchas personas habrá sido un gran año, NO PARA NOSOTROS. En nuestra familia ha habido 3 nacimientos, pero también 3 abortos y 2 defunciones fuera de tiempo que no me permiten compartir su buen balance del año.

2013 ya no nos puede ofrecer nada de bueno, pues en un día no puede enmendar el mal hecho el resto de los 364 días que lleva a sus espaldas. 

 

Mañana a las 00:00 el contador se pondrá a cero, y esta vez no estaremos solos en casa pasadas las uvas, sufriendo por una amenaza de aborto, ¡lo vamos a celebrar! Pues 2014 sólo por el hecho de hacer acto de presencia ya es fuente suficiente de energía positiva, una luz de esperanza, una nueva oportunidad, 12 meses por delante para poder lograr aquello que tanto ansiamos.

Un año en el que, si la salud nos respeta, cumpliremos 10 años juntos mi marido y yo, una década, la tercera parte de nuestra vida...¡¡¡e igual de enamorada y queriéndolo aún más!!! Solamente por algo así, 2014 ya merece ser recibido con una fuerte ovación.

¡Así estamos! Animados por la siiimple idea de sacarnos de encima un año donde ha quedado deslucido hasta lo único bueno que me ha acontecido: mi 30 cumpleaños. De 2013 ya bieeen pocas cosas puedo esperar...y si son malas aún menos, más para 4 cochinos días que le quedan podría irse tranquilamente sin dejar ninguna otra "perla".

Necesito ante mi un lienzo en blanco donde empezar a dibujar de nuevo nuestra vida, pues el actual cada vez tenía menos espacio para nuevos trazos, y sieeempre afeados por los fallidos vecinos.

No necesito en mi cocina, despacho o mesilla de noche un calendario que me diga "2014 será un gran año", ¡para nada! De por sí no lo será si nosotros no ponemos de nuestra parte, las cosas buenas, por desgracia, no nos caen del cielo, hay que trabajárselas.

 

Me siento mejor, quizá sea el efecto psicológico, las tropocientas vitaminas que me tomo, la buena dieta que sigo, ¡da igual! Lo que cuenta es irse recuperando a pasos agigantados pues tooodo lo que tenga que suceder después dependerá que yo esté en plena forma y motivada, y una cosa va con la otra. Y mi puntal, mi marido, responde ante mi estado, con lo cual si no estoy bien el se verá arrastrado por ese nubarrón negro que lleva unos cuantos meses yendo y viniendo postrándose en mi cabeza; vamos una señora ciclogènesis, la versión bolsillo de la que han tenido estos días en el norte de Europa.

 

Creo en el proyecto que empezamos hace poco más de un año y no soy de las que tira la toalla así como así fácilmente. ¡Tengo entre ceja y ceja lograr ser padres y a eso vamos! Nadie me ha regalado nada en esta vida, incluso aquellas cosas que lo parecían hemos tenido que currárnoslas antes. Somos afortunados, eso sí, por tener unas familias que nos apoyan en todo momento y se preocupan un montón por nosotros, cosa que no todo el mundo puede decir. No estaremos solos en esta contienda, aunque la batalla principal la debemos librar en las consultas médicas nosotros dos.

 

Hace un mes estaba en estos momentos recién salida del quirófano, a la espera de recuperarme de la sedación y poder ir para casita, hogar dulce hogar.

11 meses, 3 embarazos, 3 abortos, 3 legrados...¿cómo pretenden los doctores que no recuerde todas las fechas exactas y precisas? Hay cosas que tan recientes y taaan abrumadoras no se olvidan así como así. Quizá en 10 años no recordaré exactamente la fecha en la que pasé por cada uno de los abortos, o ingresé para el legrado...pero, sintiéndolo mucho, ahora sí.

 

Este mes me ha volado, aunque sieeempre me quejo que quiero correr más que las agujas del reloj, pero solamente representa una pequeñísima parte del trayecto que nos queda aún por recorrer; con deciros que tengo pruebas ya programadas para Febrero y Marzo...

Y no penséis que me dedico a recordar tooodas y cada una de las fechas horribilis de este año, ¡para  nada! Simplemente se da la casualidad que ves la fecha, un papel, una situación...y surge, así sin más, ese pensamiento que te transporta a ese instante que se ha quedado grabado en tu mente.

 

Llegarán muuuchos más días 27, o meses de Diciembre o Jueves...por decir alguna cosa, y no por ello siempre me los tomaré a mal o con pesar, pero insisto y sé que soy pesada ¡ha sido un año demasiado intenso como para hacer borrón y cuenta nueva!

Intento ser fuerte, no pensar en lo habido y mirar hacia el futuro, pero nadie dijo que fuera fácil, aún así, pongo todo de mi parte. Mal comparado es como cuando logré subir, a pesar de llegar a las últimas, al monte Sinaí para ver salir el sol, o como cuando hicimos los dos picos más altos de Madeira (aunque las vistas consistieran en nuuubes y más nubes). Soy consciente de mi límite, por eso sé que, aunque a mi ritmo, puedo llegar al mismo punto que otros, ¡PERO LLEGO! Supongo que en la cuesta de la vida pasa algo parecido: llegaré a la cima, pero quizá por un camino un poco más pedregoso que los demás o con un tiempo un poco más desfavorable que me harán perder aaalgo de tiempo, pero la meta ahí está.

 

Eso sí, el día que la logre...¡ni yo me lo creeré!