Cuando aún andábamos en busca de B, en el espacio entre la cuarta pérdida y su embarazo, uno de mis pacientes me contó el problema que tenía su hija, algo mayor que yo y también «abortadora de repetición» (¡qué mal sigue sonando, leches!). No era, ni soy, muy dada a dar a conocer mi blog, pues la gente le pone cara a mis palabras y me incomoda, pues aquí he abierto mi corazón, mi mente y he vaciado mis demonios; PERO, hay excepciones, y sentía que este caso era una de ellas.
La chica en cuestión, a más a más, es médico, así que poco le iba a costar sacar sus propias conclusiones al respecto y ceñirse a lo que más le interesara.
Por lo visto, acudió al inmunólogo de Barcelona a quién también acudimos nosotros en su momento y que no acabó de atinar con NUESTRO caso. Está claro que esto segundo no era significativo pues cada caso es un mundo y al final, que no acertara conmigo, no implica que sea mal médico.
Tras una serie de pruebas y demás, que no puedo detallar porque me lo contaron muy por encima y podría aportaros información errónea, os puedo decir que FINALMENTE esta chica será mamá (¡está de 5 meses!).
Ella hizo su trabajo, su embarazo es mérito propio, se lo ha ganado a pulso, pero si este blog le pudo dar alguna "pista" (véase la existencia de este médico) me alegra el corazón, y más porque siento que en unos escritos hechos desde la pena, la desesperación, la angustia, la rabia, etc, se puede hallar algo de luz.
Estas cosas, estos hechos, han sido y son los que ha logrado que fuese constante con el blog -algo que me cuesta si no hay obligaciones de por medio- y a fecha de hoy me sienta orgullosa de él.