Hoy, San José y día del Padre, pudo ser el día en el que dijéramos a nuestras familias, de haber ido todo bien, que serían abuel@s, bisabuela y tí@s; si hubiese ido todo bien...
Pero por enésima vez, bueno, cuarta, no ha podido ser, y hoy me acuerdo con algo más de pena de lo habitual.
Pudo haber sido un día especial, bonito, para recordar, pero parece ser que mi sino es coleccionar días negros en el calendario hasta que se demuestre lo contrario.

De nada sirve lamentarse, hay que seguir pa'lante, luchar para lograr lo que se quiere, cueste lo que cueste (¡salvo mi pellejo!), pero demasiado hago día a día por no llorar, por mantenerme a flote cuando quizá, y sólo quizá, mi cuerpo me pide que le deje caer, mi mente que la deje de forzar y mi corazón que le deje llorar la pena que acumula.
La gente quiere ver tu mejor cara, tu mejor sonrisa, algunos pocos quieren de verdad verte bien, pero por dentro existe otra realidad, la de alguien roto en mil pedacitos que lucha por recomponerse a marchas forzadas pero que cuando parece acabar de montar el puzzle de su alma algo se la vuelve a romper, y vuelta a empezar.
Llorar no arregla nada pero alivia el alma, enfadarse por tu suerte no lleva a ninguna parte pero desahoga, pero esto también desgasta y hay que guardar fuerzas, porque nadie dijo que el camino fuese ni corto ni fácil y siento que ahora nos llega un "puerto de montaña" duro y largo.

 

Hoy seguirá sin ser, oficialmente, el día de Mr. Costillo; no es padre porque para la sociedad no tenemos ni hemos tenido hijos, en todo caso abortos y estos no representan nada; no representarán nada para ellos, los demás, pero sí para nosotros, para mi marido.
Y creo poder afirmar, además con total certeza, que nuestras 4 estrellitas que brillan en algún lugar del firmamento hubiesen tenido al mejooor padre del mundo mundial, ¡y desde donde estén lo saben!

Sin más, feliz día del padre para todos aquellos afortunados que ostentan ya este título y felicidades a tod@s l@s José,  Josefa, Josefina, Fina,...