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5 de junio de 2016

EL VIAJE.


"La ciudad en la que mi familia y yo vivíamos no estaba muy lejos del mar.
Así que muchos fines de semana de verano nos escapábamos a la playa.
Sin embargo, el año pasado nuestra vida cambió de repente".

Desde hace meses el mundo vive conmovido por las desgarradoras imágenes que cada día inundan televisores y periódicos: el drama de la inmigración. Pero es curioso como el ser humano se va a acostumbrando a todo y tengo la sensación de que cada vez son menos los minutos que los telediarios dedican a los cientos de miles de personas que viven confinados en campos de refugiados o, en el peor de los casos, pierden la vida en el mar en busca de una vida mejor para sus seres queridos.

No podemos dejar que pase esto, no es lícito que nos acostumbremos con normalidad a esta situación y la veamos cada vez como algo más lejano, una situación que no nos afecta a nosotros, argumentando que la solución solo depende de los gobiernos, que nosotros desde casa no podemos hacer nada. Porque no nos engañemos, este drama es algo que afecta al mundo entero, a todos los seres humanos independientemente de su nacionalidad, religión o raza. No es lícito que dejemos que miles y miles de familias poco a poco vayan cayendo en el olvido y quedarnos de brazos cruzados...


Y es mucho peor cuando este drama de la inmigración se convierte en desgarrador viendo las imágenes de esos inocentes niños y niñas que viven esta situación sin entender siquiera qué es lo que está pasando, por qué de repente han tenido que dejar atrás su casa, sus amigos, su colegio, todo aquello que les rodeaba y que ahora no tienen. Y todo, en el mejor de los casos de que no pierdan o se separen de sus familias en esta terrible huida en busca de un mundo mejor.

Por eso, porque es necesario que la crisis de los refugiados no caiga en el olvido, es necesario que haya libros que nos recuerden que hay miles de familias vagando por el mundo y que en nuestra mano está hacer algo. Libros que, además, acerquen a nuestros niños y niñas a este drama de una forma sutil y delicada, alejada de las terribles imágenes de periódicos y telediarios, para que ellos, que serán los ciudadanos del futuro, sean más solidarios con los problemas del ser humano, aunque a veces nos parezcan que a nosotros nunca nos podrán afectar.

El álbum "El viaje", de Francesca Sanna, editado por Impedimenta (en su sello La pequeña Impedimenta) podría ser la historia de cualquiera de estas familias de inmigrantes, vista desde los ojos de un niño. Una familia que vive una vida normal, pero que de repente, ve rota su cotidianeidad al llevarse al padre el estallido de la guerra. Desde entonces todo se vuelve más y más oscuro, así que la madre decide escapar a otro país lejano, pero más seguro. 



Y para que sus hijos vivan este viaje sin miedo, la madre decide disfrazarlo de una gran aventura. Así, las dificultades que van encontrando a su paso se hacen más llevaderas, escuchando cuentos de los animales que habitan el mar que ahora surcan en una braca repleta de gente o historias que hablan de su nuevo destino: un lugar mágico, un lugar sin guerras, donde comenzar de nuevo su propia historia.



Como la propia Francesca Sanna explica, "El viaje" cuenta, en realidad, la historia de muchos viajes. Nació tras escuchar el relato de dos chicas que se encontraban en un campo de refugiados en Italia. A partir de ahí, la autora se dedicó a hacer infinidad de entrevistas a inmigrantes de diversas nacionalidades y decidió hacer un libro en el que de algún modo se contaran todas estas historias. Un homenaje a la enorme fuerza que aflora en la personas que, muy a su pesar, se han visto obligadas a protagonizarlas.


Y lo hace con una extraordinaria delicadeza, con unas ilustraciones bellísimas que contraponen el mundo imaginario de unos niños en busca de un lugar mágico, con la dura realidad de una madre que deja atrás toda su vida para proteger a sus hijos de la barbarie... No podemos decir más que nos ha tocado el corazón.

JOSÉ CARLOS.

3 de febrero de 2015

EL REY QUE BORDABA ESTRELLAS.


En los tiempos que corren, una inyección de optimismo es más que bien recibida, sin duda. No hay más que sentarse a ver las noticias para observar las atrocidades que somos capaces de cometer a veces los seres humanos. Acontecimientos sobrecogedores que tienen detrás el sello de gobernantes dictatoriales que somenten a sus pueblos, maltratándolos e imponiendo sus leyes, a costa siempre del dolor de sus habitantes. A veces me da incluso vértigo pensar en el futuro que les espera a nuestros hijos y sobrinos... ¿en qué nos estamos convirtiendo? ¿por qué tanta y tanta locura? ¿hasta dónde será capaz de llegar el ser humano en su afán de poder?

Transmitir a nuestros niños y niñas que hay esperanza, que no todo el mundo comparte los mismos ideales, a veces absurdos e incomprensibles, es más que necesario ahora que nunca, porque ellos son nuestro futuro y en sus manos está cambiar este mundo, en el que algunos se empeñan en avivar el dolor ajeno por el mero hecho de hacer la guerra para defender sus ideales o codiciar riquezas.


Lo curioso, además, es que  cuando un gobernante adora y trata bien a su pueblo, recibe las más feroces críticas de los demás gobernantes, como le ocurre al "Rey que bordaba estrellas", que se pasa el día bordando cielos estrellados porque su deseo es hacer felices a los que viven en su páis. Este es un rey sin corona, cetro, ni trono. Su principal tesoro es una aguja de plata, un dedal de coral y una vieja máquina para bordar, con la que borda hemosos campos, flores, pájaros y cielos para soñar.



Su reino está rodeado por otros reinos, grandes y poderosos, gobernados por reyes que adoran el poder, la guerra, las riquezas. Reyes vanidosos que no comprenden al rey bordador de cielos y estrellas y que se preguntan el por qué sus ojos brillan de forma tan especial... ¿guardará un arma secreta? ¿poseerá un tesoro descomunal? Tantas eran las preguntas que se hacían que un día no pudieron más y decidieron invadir su reino... ¿lo conseguirán con éxito?



Amigos, os invitamos a difundir este mensaje para la esperanza: que otro mundo mejor es posible, si ponemos empeño para ello. Adentraos en esta hermosa historia escrita por Ernesto Rodríguez Abad, ilustrada por Victor Jaubert y editada por Diego Pun ediciones, y aprenderéis que a veces la guerra no la gana el más fuerte o poderoso y, además, descubriréis dónde se esconde el unico secreto para poseerlo todo... un secreto que sin duda os sorprenderá.

Os dejamos con las palabras de Ernesto R. Abad, que nos habla de esta tierna historia que un día imaginó y hoy llega a nuestras manos....



JOSÉ CARLOS.