Ella es joven, jovencísima, quizás no tanto en términos absolutos pero sí para sostener a una niña de unos dos años en brazos. Se para a mirar unas cortinas, las toca, se interesa, y al tiempo que deja a la niña en el suelo llama a alguien que se le ha adelantado por el pasillo del Leroy Merlín.
--Tesoro, ven un momento.
Yo me quedo quieta, pensando que no puede ser, que no puede tener otro hijo, menos aún uno lo suficientemente mayor para adelantarse por su cuenta y obedecer a la primera a aquella llamada tan dulce, sin alzar la voz. Me doy la vuelta para mirarla con disimulo mientras finjo interés en unas sábanas que no necesito, y entonces aparece Tesoro, que resulta ser un tiarrón con tatuajes en ambos brazos y cara de partirle la cara a cualquiera que le llame tesoro, a excepción de la mujer que le ha llamado. Él se acerca, y escucha a la mujer/niña, y comenta sus preferencias por las cortinas de al lado, las que ha visto con un solo ojo porque el otro está pendiente de la cría de dos años que corretea entre taladros. Y yo me alejo, porque ya he visto bastante y he vuelto a cometer el error de juzgar a la gente al primer vistazo.
Y entonces pienso en todas esas veces que ponemos motes a la gente sin darnos cuenta del daño que hacen, y en esas pocas veces en que acertamos de pleno con los apelativos. Y me pregunto, mientras busco las sierras de calar que usa el de Bricomanía en todos sus programas, cómo llamará Tesoro a la que ha sabido ver la joya que él esconde dentro, y para qué demonios quiero yo una sierra de calar si ni siquiera sé lo que es "calar".
Irlanda, o el clima que produce moho entre los dedos de los pies.
Cliffs of Moher |
Kinsale, pueblecito de postal dirigido a los turistas. |
El hecho de que fuera un curso puso la guinda al pastel. No solo he conseguido ir a Irlanda, sino que he ido con un grupo de gente que tenía un nivelazo de inglés y en el que ha habido buen ambiente desde el primer día hasta el último; he tenido profesoras nativas que me han hablado de la cultura irlandesa de verdad, no de lo que enseñan los libros y la wikipedia; y encima he vuelto con la maleta llena de ideas para el curso que viene (que va a ser todo un reto por cuestiones que no vienen al caso). Y todas estas variables, aunque parezca que no hay relación, han dado como resultado que me haya puesto de cerveza hasta las orejas.
El mayor monumento de Cork: Rebel Red Pale Ale |
Ah, sí, también había piedras con Oghams, un antiguo modo de escritura. ¿Quién fue el lumbreras que llegó a la conclusión de que las rayitas que se ven en la piedra eran letras? |
Universidad de Cork. Ríete tú de Oxford. |
Pero a pesar del moho detrás de las orejas, ha valido la pena. Habrá que ahorrar para ir otra vez; quizás con la paga extra de Navid...
Uy, no, espera. Nada. Que muy bonito, Irlanda.
El retonno
Entrada tonta para decir que he vuelto, que he estado fuera pero no he querido anunciarlo a los cuatro vientos (como he hecho otras veces) por si los cacos y eso, y que vuelvo más cansada de lo que me fui. Que sí, que Irlanda es muy bonito, pero cuando tienes que asistir a clase cinco horas al día, como que no ves todo lo que deberías. Aun así vuelvo con ganas, con las pilas (mentales, creativas) cargadas, aunque con ganas de descansar. Piscina, libros y tes irlandeses con leche y azúcar para los días de lluvia. Y escribir, eso siempre.
Espero volver pronto con algo que contar.
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