Después de muchos años sin comer un mango, comí un mango. Primero fue civilizadamente. Un corte, bocados decentes. Progresivamente fui mutando a un simio sediento de azúcar y sabrosas fibras anaranjadas resplandecientes de sabor. Lo que comenzó casi gourmet terminó en un enchastre. Ahora, tras el palta incident quiero mi árbol de mango. Habrá que comprar una maceta, tierra, y un mango para plantar.
Mostrando entradas con la etiqueta Momentos simiescos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Momentos simiescos. Mostrar todas las entradas
sábado, 12 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)