Siguiendo con la mala onda a la Iglesia, ahora desde el lado del elitismo musical, y si cantamos a coro el nacionalísimo "la cumbia es una mierda", y el germanísimo "Dios ha muerto", del que dice Onfray que "las bolas, putos, no ha muerto un carajo", encontramos en esa mixtura un punto en común: "El martirio de San Esteban" (o La lapidación de San Esteban).
En esa obra claramente se perfila de manos (sic, manos) de Dios uno de los pasos más peculiares de la danza de este ritmo de frondoso prontuario que se dio por denominar Cumbia Villera. ¿Más claridad?

Hay rastros de mi persona de carne, hueso, cemento y madera, y plástico, y, bueno, eso, cuerpo y habitación. Sobre eso no vale comentar.
Y para entretenerse un rato, algo fantástico... esas glorias poco difundidas por estos lares, cumbia empeyotada (si les gusta, y a riesgo de ustedes de infringir las leyes de propiedad intelectual de su país, yo no, los links no me pertenecen señor policía oohhhahhhhhpuuumpaafff, eso, en este link el disco completo):