Materializar la histeria.Pobrecito éste Josué. El ingenio del señor Onfray no adolece de falta de sentido del humor. Un librito más que interesante (con sus detractores armados de cruz y librito, claro), justo para leer cuando estás hasta los huevos de cristianismo, y, de paso, estás cursando Historia Medieval en la facu. Psicopié del día.
(...) Lo que podemos decir es que en la época en que supuestamente aparece Jesús abundaban los individuos de su clase, profetas furibundos, locos iluminados, histérios convencidos de la superioridad de sus verdades grotescas y vaticinadores de múltiples apocalipsis. La historia de aquel siglo exaltado incluye numerosos casos de esta índole; (...) la desaparición anunciada generaba miedos a los que algunos indiiduos respondían con proposiciones francamente irracionales.
A orillas del Jordán, una región conocida por Jesús y sus apóstoles, un personaje llamado Teudas se creía Josué, el profeta de las salvaciones anunciadas y también el étimo de Jesús... Procedente de Egipto, su tierra natal, con cuatro mil seguidores decididos a luchar a muerte, quería destruir el poder romano y pretendía poseer la facultad, por medio de la palabra, de dividir las aguas de un río, con el fin de permitir el avance de sus tropas, para luego acabar de una vez por todas con el poder colonizador. Los soldados romanos decapitaron al Moisés de segunda clase antes de que pudiera demostrar su talento hidráulico.
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martes, 20 de abril de 2010
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Cedo la palabra a Michel Onfray, citando un pasaje de su Tratado de Ateología:
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