Ya estoy en modo maratón, y los domingos son días de tirada larga. En verano, el calor puede ser un factor que convierta un entrenamiento suave en un infierno, o un entrenamiento presumiblemente aburrido en toda una aventura.
La semana pasada empezó con un ejemplo de cómo el sol me puede echar a la lona y dejarme virtualmente KO... El sábado 26 de julio acabé la semana 12 to Chicago con un rodaje cochinero de 14 kilómetros casi a las 11 de la mañana... 28 grados... Fui por la hierba del río, sin forzar lo más mínimo, guardando fuerzas para empezar la semana 11 to Chicago con energía. Salieron 14 kilómetros a 5:17. Y acabé la semana con 63,25 acumulados. Sí, cuento las semanas de domingo a sábado, es lo que pasa por leer tantos libros americanos de running... :)
Y la 11 to Chicago empezó el domingo 27 de julio. Salí a las 10 de la mañana... El día parecía no excesivamente caluroso... Pensaba hacer unos 23 kilómetros, 2 más que el domingo anterior. Llevé medio litro de Powerade y otro medio de agua. Empecé a correr... Seguí corriendo... Bebía, bebía y bebía... Paraba en las fuentes... Dí media vuelta cuando llevaba 11,5 km, que salieron a ritmos de entre 5:05 y 5:15... La humedad era alta... El calor empezaba a hacer acto de presencia... Y los ritmos a partir del km 15 cayeron a más de 5:20... Calor, sufrimiento, humedad... Me bebí tres fuentes enteras antes de llegar al río a completar los últimos 5... 19 y 20 a 5:22 y 5:32... 21 a 5:45... 22 a 5:40... Y lo que no recuerdo haber hecho nunca... Paré... Tiré la toalla y dejé de correr, apagué el Forerunner en el kilómetro 22 e hice los últimos 1000 metros andando, deshidratado, empapado en sudor y cansadísimo... No fue una buena idea acabar el entrenamiento casi a las 12 del mediodía de un caluroso día de finales de julio...
Pero por suerte me recuperé del esfuerzo y el martes ya estaba recorriendo el río por la mañana, 3 kilómetros Easy, luego 6 en progresión, empezando a 4:55 y acabando a 4:28 y últimos 800 metros a 4:47. Trabajando un poco el ritmo tempo. Estamos a martes y ya he usado dos de las tres magic bullets.
Miércoles cochinero de 9,5 km a 5:33, y jueves un fartlek como el de la semana anterior, tercera magic bullet, 10 minutos calentando, y luego 2 minutos a ritmo intenso y otros 2 suaves, hasta completar 30 minutos siguiendo ese patrón. Los duros entre 3:51 y 4:02 con viento favorable, entre 4:04 y 4:12 con viento en contra. 8 minutos enfriando y a casa. Buenas sensaciones, definitivamente el domingo lo que me dejó seco fue el calor...
El sábado repetí la ruta por el río y el puente del Fórum, 14,2 km a las 7:20, a ritmo de 5:06. Cómo cambia madrugar y correr más fresco... Semana completada con 65,15 km.
Y hoy domingo tocaba ver si el cuerpo se enfrentaba mejor una tirada larga.
Si quiero entrenar a ritmos parecidos a los de la preparación de Sevilla, salvando las diferencias de entrenar en verano en vez de en invierno, los domingos tocará levantarse a las 5:00am, desayunar, hacer la digestión, y no salir más tarde de las 8:30am a correr. Así lo hice. Con la digestión bien hecha y el punto 8 cumplido, a las 8:17am salí hacia el río con medio litro de Powerade y un cuarto de litro de agua. El sol pegaba fuerte pero a esas horas de la mañana aún es soportable. Por el río ya salían ritmos de entre 4:50 y 4:55. Saliendo del río, hasta el km 11, casi todos clavados a 4:55. Pero en el 12 pasó algo...
A veces lo que parece un entrenamiento tranquilo y hasta aburrido puede transformarse en algo muy distinto según con quién te encuentres...
Ahí delante tenía a el canas... Un runner maduro, creo que mayor que yo, pelo canoso, auriculares, buen estilo corriendo. Un runner más de los muchos con los que me encuentro, adelanto (algunos), me cruzo (muchos) o me adelantan (pocos y a regañadientes). Mi ritmo era de 4:55, calculo que él iba a 5:00. Voy más rápido que él, me pongo a su lado y cuando voy a rebasarlo parece que cambia de ritmo y se pone a mi altura... Yo sigo a 4:55, voy cómodo y no quiero hacer el loco pues el sol sigue subiendo... Tengo la sensación de que el canas aprieta un poco el ritmo y me saca un par de metros... Bueno, vamos a jugar entonces... No voy mal, los entrenamientos a ritmo fijo son buenos, pero meter un poco de rock and roll a los rodajes siempre me ha gustado, así que acelero un poco y me pongo a rueda. El Forerunner ya empieza a marcar 4:50 el kilómetro. Cuando me voy a poner a su altura, vuelve a aumentar un poco el ritmo. Así seguimos y el 12 sale a 4:47...
Estamos a un kilómetro del hotel W, mi idea es dar la vuelta en el hotel y volver para casa. Seguramente el canas irá por otro lado, el pique no parece que vaya a durar mucho. Seguimos en dirección al hotel, el canas no quiere que me ponga a su lado, voy chupando rueda como se dice vulgarmente...
Paseo del Mare Nostrum, acercándonos al hotel las hostilidades empiezan a ser manifiestas... El canas y el isidro lobo continúan marcándose, me llego a poner a su lado pero eso ya supone ir a ritmos de 4:46 con el sol empezando a apretar... Pues resulta que el canas está haciendo mi ruta, marcamos el 13 a 4:46 justo delante del hotel, doy la vuelta siguiendo el paseo y él sigue recto, parece que va a llegar a la pared y ahí parara y estirar, es lo primero que pienso, yo doy la vuelta y sigo, pero escucho como si el canas diera una palmada en la pared de cemento, como retándome, y se me pone a rueda, de inmediato. Ya estamos de vuelta por el paseo, se me ha vuelto a poner delante mirándome de reojo, esto ya es muy serio...
Y entonces, el tercer invitado, la chica. Una runner bastante más joven que nosotros, piernas largas, zancada elegante, y un buen ritmo de carrera... Imagino que cuando un par de hombres de avanzada edad la adelantaron a un ritmo de 4:40, no aceptó la idea de buena gana y aumentó su ritmo hasta dejarnos unos metros atrás...
Así fuimos unos minutos, el canas se podía a su lado, la chica reaccionaba de inmediato y aumentaba el ritmo, y cuando se había alejado unos metros, volvía otra vez a ese exigente 4:40 que llevábamos... Y el isidro lobo al acecho...
Llegamos a la subida del Paseo del Mare Nostrum. Una subida corta pero que a ese ritmo y con esa temperatura se me atraganta... He ido a rueda de mis compañeros de viaje mientras luchaban por la cabeza de carrera, pero en la cuesta cedo algo de distancia y veo que la chica se va unos 10 metros por delante y el canas anda a unos 5 entre ella y yo...
Acaba la cuesta, seguimos por el paseo marítimo, entre turistas y gente paseando, el grupo de 3 marcha a 4:43 y las posiciones se empiezan de nuevo a apretar...
Los acelerones de la chica son cada vez más cortos y menos rápidos... Aunque parece que el canas ya está llegando a su límite... Un ataque más de el canas, la chica que reacciona a duras penas, lo justo para separarse unos metros, y el canas paga el esfuerzo y ya no puede seguir al ritmo que llevamos... Le paso cómodamente, ya me he recuperado del esfuerzo de la subida, y le dejo atrás fácilmente... Esto ya es un uno contra una... :) Espero pacientemente el momento de dar el hachazo... Un pequeño puente y una ligera subida, antes de llegar a las Torres Mapfre, ésta es la mía... Voy a unos 5 metros de la chica, cambio de ritmo, veo que me acerco, aún me queda gasolina para cambiar de ritmo si hace falta, sé que va a apretar, así lo hace cuando me pongo a su lado, ahora soy yo el que cambia de ritmo, me pongo de nuevo al suyo, y justo al inicio del puente ahora sí, le doy el hachazo definitivo y la sobrepaso cuando ya va al límite... Giro hacia al Puerto Olímpico, mantengo el ritmo cómodamente y no miro atrás, paso por los chiringuitos del paseo, Avenida Litoral, ya no me sigue nadie, el isidro lobo ha estado al acecho durante muchos metros y al final ha sabido cuándo tocaba atacar, han sido unos kilómetros espectaculares, con dos desconocidos y un sano pique al lado de la playa... :D
Completo el 17 a 4:54, me relajo un poco, y unos segundos por debajo del 5:00, con el sol ya calentando de lo lindo, llego al río con una sonrisilla que no puedo ocultar... :) Parada en la fuente, me mojo la cabeza, bebo, y vuelta al río esperando no sufrir más de la cuenta. Por suerte, a esas horas todavía hay sombra y aún con el viento en contra, los ritmos siguen constantes, entre 4:53 y 5:03, incluso me queda gasolina para hacer el último a 4:48 y acabar, ahora sí, una tirada larga en condiciones de 26 km a 4:55 de media, con bonito pique incluido.
Empieza bien la semana 10 to Chicago... Ya se ha acabado la montaña y el fútbol... Ahora, asfalto y kilómetros hasta octubre... Aunque tengo una sorpresa para final de mes que ya contaré con más detalle... ;)
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domingo, 3 de agosto de 2014
jueves, 15 de noviembre de 2012
Las fotos y el pique
En la Behobia no pude hacer muchas fotos antes y después de la carrera, gracias a la lluvia que nos cayó... Pero me han gustado mucho las que hicieron en la recta de llegada, que además coincidió con el momento más espectacular de la carrera, con la lluvia apretando como nunca y un viento infernal. Ya conté que recorrí esos últimos 1000 metros dándolo todo... Pero no sabía que con esa cara... :D
La segunda foto es mi favorita. La cara de esfuerzo después de 20 kilómetros con frío y lluvia resume muy bien lo que fue la carrera del domingo. Creo que será la foto que enmarque cuando ya no pueda correr y la que enseñe a mis nietos... :)
¡Ah, y en la última sale mi amigo Óscar Rodríguez! Nos encontramos poco después en la entrega de bolsas, pero no nos dimos cuenta de que entramos casi juntos... :)
Y tras la Behobia, después de dos días de descanso, y con un pequeño susto por unas molestias en la pierna izquierda, ayer miércoles por la tarde hice algo que tenía ganas de hacer hace tiempo, volverme del trabajo a casa corriendo. Las molestias estuvieron ahí un par de días, son las mismas que tuve unas semanas antes de la maratón de Sevilla, que también se fueron a los 3 ó 4 días. Era en la zona de la tibia, cerca del pie, en la parte delantera. Seguro que eso tiene nombre pero no sé cuál és... :) ¿Puede ser periostitis? Creo que fue fruto de correr el domingo sin calentar y de llevar una pisada más forzada por la lluvia. Por suerte, a base de hielo y Voltarén, ya son historia.
El martes dejé todo preparado para la salida del miércoles. Me llevé una bolsa con la ropa de running ala oficina, y el miércoles llegué vestido de programador y me fui vestido de corredor. Además, mientras ma cambiaba, casualidades de la vida, me vieron dos compañeros, surgió la conversación, ¡y resulta que quieren correr la maratón de Barcelona! Para más inri, uno es italiano y el otro inglés, así que tendré que poner en práctica el vocabulario runner angolsajón que tanto he leído últimamente... :)
Otro compañero ya me había contado que hay una rambla que baja hasta el litoral y que no está muy transitada, así que poco antes de las 19:00, tras el el encuentro con los dos próximos maratonianos, salía trotando por la Rambla del Poblenou hasta el semaforo que cruza la Diagonal. Ahí estiré un poco, y a las 19:02 ya empecé a correr en serio hacia el mar. Ritmos cómodos pero mucho más rápidos que a las 6:00am... Un par de kilómetros por la rambla, esquivando peatones, terrazas y parando un par de veces, un cambio de ritmo al final de la rambla para cruzar el semáforo en verde, que me dejó la media de ese segundo kilómetro en 4:44, y ya estaba en el litoral corriendo en dirección al Besós. Mucho viento en contra, y ritmos alrededor de 4:50 y pulsaciones de 155bpm. Por ahora todo bien, nada de molestias, muy buenas sensaciones, tenía ganas de correr y eso estaba haciendo.
Un kilómetro algo más vivo hasta llegar al río, a 4:39, ya llevo 6, y bebo en la fuente antes de bajar al río para celebrarlo. Una vez en mi querido Besós, me animo un poco, no hace tanto viento como en el litoral, y me siento cómodo con un ritmo sobre 4:40...
Hasta que todo cambia de repente... Iba más o menos a esos 4:40... Cuando de pronto escuché cómo alguien se acercaba con un paso bastante rápido. Me había cruzado con mucha gente, cómo cambia correr de noche, iba más rápido que todos, y ahora iba a resultar que en el río me iba a pasar un runner a toda leche...
Veo que ya lo tengo casi encima, y entonces, el runner se me pone al lado y sigue corriendo a mi ritmo... Vaya, qué curioso, ya me pasó exactamente lo mismo una vez en el río, pero de madrugada... Y como iba animado y con ganas de correr... Pues cambié un poco de ritmo... Se cumplió el kilómetro 7 a 4:32 de media. Ya empezaban a ser palabras mayores para un día tranquilo... Y el otro runner seguía pegado...
Como iba suelto y cómodo, pues... Mantuve el ritmo, y creo que aceleré un poco... Ahí seguía el colega... Prácticamente pegado, se le oía respirar un poco forzado, no mucho más que yo, que iba apretando más poco a poco... Tenía la sensación de ir un poco rápido, cómodo y disfrutando pero quizá algo más rápido de lo que debería ser un rodaje suave... Miro el Forerunner... Y compruebo que no, que no me estaba picando... Marcaba 4:12 y 170bpm... :D
Pero ahí seguía el tío, estaba siendo divertido, yo iba apretando un poco más y él seguía el ritmo... Cae el octavo kilómetro y la media es de 4:10 clavado, las pulsaciones ya marcan 175bpm... Y eso que no llevaba las Kinvara, sino las Triumph... ;)
¿Y ahora qué hago? ¿Después de un kilómetro de pique a 4:10, bajo el ritmo y dejo que me adelante? ¿Mantengo el ritmo sin más? Ummmm... De eso nada... Aprieto un poco más... ;) La respiración ya empieza a ser más que intensa, el Forerunner marca 4:08... Ya no hay vuelta atrás, uno de los dos debe reventar... :D Y no tenía intenciones de ser yo... ;) Contaba Alberto Salazar que cuando un rival estaba a punto de adelantarte, una táctica que él usaba era dejar que le coja, y acto seguido darle un hachazo tremendo, siendo consciente del desgaste que le produciría a él mismo, pero también del terrible golpe psicológico que supondría para el rival, que seguramente ya no levantaría cabeza...
No estaba corriendo la final olímpica de maratón, no conocía al otro runner, simplemente, creo que surgió un bonito pique y los dos queríamos ponernos a prueba... Y ya empezado el kilómetro 8, después de aguantar ese ritmo terrible de 4:08, pegué el hachazo, kilómetro 8,25, pulsaciones a 175bpm que empiezan a subir hasta 180, ritmo de 4:05 que llega a 3:53 en el 8,5, bufff, esto es demasiado para mí, pero hay que aguantar, qué pique, un poco más, venga, ahora, escucho que la cadencia de la zancada de mi compañero baja, ya no oigo su respiración, se ha parado, justo a tiempo, cuando yo ya iba a reventar... :D Sigo unos metros fuerte, luego voy bajando poco a poco, 250 metros más a 4:22, otros 250 a 4:49, ya no me sigue nadie, y la media del noveno queda en 4:16... Las pulsaciones ya han "bajado" a 170bpm, me acomodo en un ritmo de 4:31 en el décimo kilómetro, ya no me sigue nadie, miro de reojo por si el otro runner ha resurgido de sus cenizas pero no, puedo seguir recuperándome del esfuerzo tranquilamente... Salgo del río, 840 metros a 4:50, y llego a casa sudando como un pollo, todavía a 168bpm, pero sintiéndome poderoso... :)
Casi 11 kilómetros a una media de 4:39 y 159bpm, incluyendo dos kilómetros asesinos a 4:10 y 4:16... Quién me lo iba a decir cuando salía de la Torre Llacuna con mis pantalones cortos y la camiseta de la Behobia... :)
A veces los entrenamientos menos preparados y más improvisados, sobre todo cuando no estamos con la presión de un plan a rajatabla, son los que deparan las mejores sorpresas. Ayer fue así. No me imaginaba metiéndome 2 kilómetros a ritmo de 10K tras otros 7 a ritmo moderado... Ni un encuentro anónimo y un pique tan sano. Cuando no lo has planeado, cuando vas pensando en otra cosa, y se tercia la ocasión de poner a prueba nuestros límites en una situación inesperada, es muy difícil no sucumbir a la tentación... Cómo somos los runners... :)
La segunda foto es mi favorita. La cara de esfuerzo después de 20 kilómetros con frío y lluvia resume muy bien lo que fue la carrera del domingo. Creo que será la foto que enmarque cuando ya no pueda correr y la que enseñe a mis nietos... :)
¡Ah, y en la última sale mi amigo Óscar Rodríguez! Nos encontramos poco después en la entrega de bolsas, pero no nos dimos cuenta de que entramos casi juntos... :)
Y tras la Behobia, después de dos días de descanso, y con un pequeño susto por unas molestias en la pierna izquierda, ayer miércoles por la tarde hice algo que tenía ganas de hacer hace tiempo, volverme del trabajo a casa corriendo. Las molestias estuvieron ahí un par de días, son las mismas que tuve unas semanas antes de la maratón de Sevilla, que también se fueron a los 3 ó 4 días. Era en la zona de la tibia, cerca del pie, en la parte delantera. Seguro que eso tiene nombre pero no sé cuál és... :) ¿Puede ser periostitis? Creo que fue fruto de correr el domingo sin calentar y de llevar una pisada más forzada por la lluvia. Por suerte, a base de hielo y Voltarén, ya son historia.
El martes dejé todo preparado para la salida del miércoles. Me llevé una bolsa con la ropa de running ala oficina, y el miércoles llegué vestido de programador y me fui vestido de corredor. Además, mientras ma cambiaba, casualidades de la vida, me vieron dos compañeros, surgió la conversación, ¡y resulta que quieren correr la maratón de Barcelona! Para más inri, uno es italiano y el otro inglés, así que tendré que poner en práctica el vocabulario runner angolsajón que tanto he leído últimamente... :)
Otro compañero ya me había contado que hay una rambla que baja hasta el litoral y que no está muy transitada, así que poco antes de las 19:00, tras el el encuentro con los dos próximos maratonianos, salía trotando por la Rambla del Poblenou hasta el semaforo que cruza la Diagonal. Ahí estiré un poco, y a las 19:02 ya empecé a correr en serio hacia el mar. Ritmos cómodos pero mucho más rápidos que a las 6:00am... Un par de kilómetros por la rambla, esquivando peatones, terrazas y parando un par de veces, un cambio de ritmo al final de la rambla para cruzar el semáforo en verde, que me dejó la media de ese segundo kilómetro en 4:44, y ya estaba en el litoral corriendo en dirección al Besós. Mucho viento en contra, y ritmos alrededor de 4:50 y pulsaciones de 155bpm. Por ahora todo bien, nada de molestias, muy buenas sensaciones, tenía ganas de correr y eso estaba haciendo.
Un kilómetro algo más vivo hasta llegar al río, a 4:39, ya llevo 6, y bebo en la fuente antes de bajar al río para celebrarlo. Una vez en mi querido Besós, me animo un poco, no hace tanto viento como en el litoral, y me siento cómodo con un ritmo sobre 4:40...
Hasta que todo cambia de repente... Iba más o menos a esos 4:40... Cuando de pronto escuché cómo alguien se acercaba con un paso bastante rápido. Me había cruzado con mucha gente, cómo cambia correr de noche, iba más rápido que todos, y ahora iba a resultar que en el río me iba a pasar un runner a toda leche...
Veo que ya lo tengo casi encima, y entonces, el runner se me pone al lado y sigue corriendo a mi ritmo... Vaya, qué curioso, ya me pasó exactamente lo mismo una vez en el río, pero de madrugada... Y como iba animado y con ganas de correr... Pues cambié un poco de ritmo... Se cumplió el kilómetro 7 a 4:32 de media. Ya empezaban a ser palabras mayores para un día tranquilo... Y el otro runner seguía pegado...
Como iba suelto y cómodo, pues... Mantuve el ritmo, y creo que aceleré un poco... Ahí seguía el colega... Prácticamente pegado, se le oía respirar un poco forzado, no mucho más que yo, que iba apretando más poco a poco... Tenía la sensación de ir un poco rápido, cómodo y disfrutando pero quizá algo más rápido de lo que debería ser un rodaje suave... Miro el Forerunner... Y compruebo que no, que no me estaba picando... Marcaba 4:12 y 170bpm... :D
Pero ahí seguía el tío, estaba siendo divertido, yo iba apretando un poco más y él seguía el ritmo... Cae el octavo kilómetro y la media es de 4:10 clavado, las pulsaciones ya marcan 175bpm... Y eso que no llevaba las Kinvara, sino las Triumph... ;)
¿Y ahora qué hago? ¿Después de un kilómetro de pique a 4:10, bajo el ritmo y dejo que me adelante? ¿Mantengo el ritmo sin más? Ummmm... De eso nada... Aprieto un poco más... ;) La respiración ya empieza a ser más que intensa, el Forerunner marca 4:08... Ya no hay vuelta atrás, uno de los dos debe reventar... :D Y no tenía intenciones de ser yo... ;) Contaba Alberto Salazar que cuando un rival estaba a punto de adelantarte, una táctica que él usaba era dejar que le coja, y acto seguido darle un hachazo tremendo, siendo consciente del desgaste que le produciría a él mismo, pero también del terrible golpe psicológico que supondría para el rival, que seguramente ya no levantaría cabeza...
No estaba corriendo la final olímpica de maratón, no conocía al otro runner, simplemente, creo que surgió un bonito pique y los dos queríamos ponernos a prueba... Y ya empezado el kilómetro 8, después de aguantar ese ritmo terrible de 4:08, pegué el hachazo, kilómetro 8,25, pulsaciones a 175bpm que empiezan a subir hasta 180, ritmo de 4:05 que llega a 3:53 en el 8,5, bufff, esto es demasiado para mí, pero hay que aguantar, qué pique, un poco más, venga, ahora, escucho que la cadencia de la zancada de mi compañero baja, ya no oigo su respiración, se ha parado, justo a tiempo, cuando yo ya iba a reventar... :D Sigo unos metros fuerte, luego voy bajando poco a poco, 250 metros más a 4:22, otros 250 a 4:49, ya no me sigue nadie, y la media del noveno queda en 4:16... Las pulsaciones ya han "bajado" a 170bpm, me acomodo en un ritmo de 4:31 en el décimo kilómetro, ya no me sigue nadie, miro de reojo por si el otro runner ha resurgido de sus cenizas pero no, puedo seguir recuperándome del esfuerzo tranquilamente... Salgo del río, 840 metros a 4:50, y llego a casa sudando como un pollo, todavía a 168bpm, pero sintiéndome poderoso... :)
Casi 11 kilómetros a una media de 4:39 y 159bpm, incluyendo dos kilómetros asesinos a 4:10 y 4:16... Quién me lo iba a decir cuando salía de la Torre Llacuna con mis pantalones cortos y la camiseta de la Behobia... :)
A veces los entrenamientos menos preparados y más improvisados, sobre todo cuando no estamos con la presión de un plan a rajatabla, son los que deparan las mejores sorpresas. Ayer fue así. No me imaginaba metiéndome 2 kilómetros a ritmo de 10K tras otros 7 a ritmo moderado... Ni un encuentro anónimo y un pique tan sano. Cuando no lo has planeado, cuando vas pensando en otra cosa, y se tercia la ocasión de poner a prueba nuestros límites en una situación inesperada, es muy difícil no sucumbir a la tentación... Cómo somos los runners... :)
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