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domingo, 6 de noviembre de 2011

Crónica de los 10K de La Sagrera

Si me dicen que voy a correr una 10K en 38:43, automáticamente me echo a reír, recomiendo al loco al que se le haya ocurrido eso que deje las drogas y no le doy más importancia a la broma...

El caso es que hoy he corrido los 10K de La Sagrera en 38:43, pero que nadie se asuste, todo tiene explicación...

Me levanté pronto, como es habitual, para poder desayunar... Pero eso no es la explicación...

Volví a las viejas costumbres de desayunar un plato de pasta. Últimamente tiendo a desmitificar ciertos mitos relacionados con el entrenamiento y las carreras. Uno de ellos es que el día de la carrera hay que desayunar lo que se desayuna habitualmente. Desayunando lo que desayuno habitualmente, a las 10:00am, en la oficina, sentado delante de mi ordenador, ya tengo hambre... Así que si a las 10:00am en vez de delante del ordenador, estoy en la salida de una carrera, dudo que el desayuno habitual sea lo mejor. Así que volví a mi plato de pasta con huevo cocido, atún, maíz dulce y olivas. Pero eso tampoco es la explicación.

Tenía buenas vibraciones. Sé por experiencia que después de una maratón experimentamos un estado de supercompensación perfecto para atacar una carrera de 10 kilómetros. Corrí Bilbao hace dos semanas, quizá me faltaba una más para estar en el momento ideal. Pero sí, estaba supercompensado, además esta semana hice unos entrenamientos orientados a trabajar la potencia y velocidad. Pero eso tampoco es la explicación...

Además el día amaneció horrible. No dejó de llover en toda la mañana. Curiosamente, he entrenado con lluvia dos días, los dos días de series para más inri. Al final no es más que agua, no llueve ácido sulfúrico ni lejía, así que no pasa nada por entrenar con lluvia... :) Incluso esos entrenamientos me sirvieron para habituarme a intentar correr deprisa en suelo mojado... Podría, pero no, tampoco es la explicación...

Llego a La Sagrera. Aparece Manu poco después, sigue lloviendo... Vamos al guardarropa, me encuentro con Karlos Zarzu, qué crack, no había dormido mucho pero quería intentar correr sobre los 36:00... Y yo le digo "ya verás, vas a hacer más bien 34:00"... Y eso puede empezar a ser la explicación...

Deja de llover cuando faltan 10 minutos para empezar, buena señal, la temperatura es perfecta para correr, unos 12 ó 14 grados, nublado, pero el suelo está mojado y seguro que encontraremos charcos... Lo cual podría ser parte de la explicación...

Me coloco en la salida, y empieza a llover de nuevo. Cielo totalmente encapotado, no parece que vaya a parar... Así que me mentalizo de que voy a correr con lluvia... Que seguramente es decisivo para la explicación...

Somos poquitos, además salimos por cajones, estoy en el segundo (todavía no sé cómo los han elegido), cruzo la salida 4 segundos después del pistoletazo, ¡y a correr!

Buenas sensaciones nada más empezar. Recuerdo el perfil de la carrera, si quiero hacer marca, he de aprovechar los dos primeros kilómetros de perfil favorable, pues luego hay un par de subidas que siempre afectan al ritmo, 1,5 kilómetros a partir del segundo kilómetro más o menos al 2%, y una última subida parecida al empezar el noveno. Así que la táctica era empezar fuerte, aguantar el tipo en la subidas, apretar los dientes sobre todo en la segunda vuelta, y acabar a cuchillo. Sencillo.

Empiezo con muchas ganas, pisando con cuidado pero me siento ligero. El primer kilómetro me lo marca el Forerunner a 3:42. No tengo la sensación de ir tan rápido. El segundo, que recuerdo que tenía un perfil muy favorable, me lo marca a 3:56. Me extraña... Pensaba que haría mejor tiempo. Y eso es parte de la explicación de ese peculiar 38:43...

Sigo corriendo, llevo un colchón interesante, pero empieza lo duro... En el tercero toca subir, lo hago a 4:10. Bien de sensaciones. Noto que quedan fuerzas, saliendo a esos ritmos más de una vez en el kilómetro 3 he notado que se había acabado la carrera, pero hoy todavía me sentía fuerte. El cuarto es un baja-sube, que hago a 4:07. No me preocupo porque sé que el resto del recorrido hasta completar la primera vuelta es descendente... Voy bien de tiempo según lo que me marca el Forerunner, que es la única referencia que tengo, pues no he visto ni uno de los indicadores de cada kilómetro...

Ya se acerca el momento de completar los primeros 5 kilómetros, pasar por el arco de salida y empezar a pensar si es un buen día para intentar hacer marca. No se corre cómodo con el suelo mojado, sigue lloviendo bastante y hace frío, pero esta primera vuelta no va mal del todo y quizá podría ser un día en los que casi todo sale bien...

Vamos a por ese quinto kilómetro. Primero se sube, y luego caída libre hasta pasar por meta. Aunque corro con la sensación de que algo no funciona como debería... No me salen las cuentas... La bajada empieza mucho antes de lo que recordaba... Recuerdo que al acabar la subida seguíamos en la misma dirección ya de bajada, un giro a la izquierda, y ya se veía el arco de llegada... Ahí voy, lanzado, último giro, veo el arco al fondo, miro el reloj...

Y aquí está pasando algo... ¡Marca 18:00! Que no, que ni en el mejor de mis sueños corro yo los primeros 5 kilómetros de una 10K en poco más de 18 minutos, aquí está pasando algo. El Forerunner me está marcando ritmos muy cerca de 4:00, sabiendo que normalmente marca algo más lento que la velocidad real, esperaba pasar en poco menos de 20:00, pero el crono marca 18:00... No puede ser, simplemente, empiezo a buscarle explicación. O la organización se ha liado y ha puesto el crono en marcha un minuto y pico después... O la carrera está tremendamente mal medida y se han comido más de 300 metros... El caso es que cruzo en 18:14, pero no me entra en la cabeza que ése sea el tiempo real...

Comienza la segunda vuelta, mientras sigo dando vueltas al asunto. A ver si me fijo y veo los puntos kilométricos y esto tiene explicación. Si la segunda vuelta sale igual, acabaré alrededor de los 37:00, lo cual es simplemente imposible...

Quinto kilómetro, según el Forerunner, claro, con perfil favorable a 3:56.

El sexto es otro sube-baja, y clavo los 4:00. He arañado algunos segundos pero vienen las subidas.

Comienzo el séptimo, y entonces, esta vez sí que veo el cartel del kilómetro 2 y el 7, pero cuando el Forerunner me está marcando algo más de 6,5. Más o menos la misma diferencia que había al pasar por meta, unos 300 ó 400 metros. Empiezo a sospechar que el recorrido está mal, aunque los primeros 2,5 kilómetros de la segunda vuelta sí que parecen correctos. Acabo a 4:16 rumiando qué diablos está pasando con los kilómetros.

Vamos a por el octavo, según el Forerunner. Una subida constante, ya sé lo que me espera después de la primera vuelta. Cuando teóricamente llevo 7,6 kilómetros, veo la marca del kilómetro 8. La misma diferencia que cuando pasé por la mitad de la carrera... Llegado a este punto, pienso que obviamente la carrera no está bien medida. Por supuesto, es más corta de lo que marca. Quedan dos kilómetros, pase lo que pase, voy a acabar por debajo de 39:00 y esto no es normal. En algún sitio se han perdido unos 400 metros, debe haber sido en la primera vuelta, pues si todo el circuito estuviera mal, habría pasado por el 8 aún con mejor tiempo. Así que es obvio que el tiempo que estoy haciendo no es correcto, que el reloj me va a decir que voy a pulverizar mi marca, pero que no es cierto...

Quizá por eso me relajo y pierdo un poco de tensión... Ya no voy tan motivado, no me dejo el higadillo, subo a ritmo constante, fuerte, pero sin ir al límite... Acabo el presuntamente octavo kilómetro a 4:22.

En el noveno toca bajar y subir. Bajo bien, intentando recuperarme un poco, y llego a la última subida. El Fore me dice que llevo 8,6 kilómetros, pero el cartel dice 9. Últimos cuatro minutos, y llevo menos de 35 de carrera. El año pasado, al llegar a esa última subida, después de ver el cartel del 9 y mirar el reloj vi que podía hacer por primera vez una carrera de 10 kilómetros en menos de 40 minutos, apreté los dientes, saqué fuerzas de donde no había, tuve un subidón de moral y subí como una moto para luego bajar como un avión...

Pero esta vez, viendo el panorama y que esta marca no iba a valer, subí como un camión de la basura y bajé como un tractor amarillo... Ese último punch no llegó, y el noveno kilómetro lo hice a 4:07.

Última bajada, ya con la meta casi a la vista. Algo más de 500 metros a 3:56. Paso por meta y paro el Forerunner cuando marca 38:44. Y esperando a hablar con otros runners para corroborar que algo no estaba bien con la medición...


Y así fue, pese a estar empapados, corriendo con lluvia y suelo resbaladizo, en el guardarropa todo eran caras alegres y risas. Me vuelo a encontrar a Karlos, y obviamente coincidimos en que al menos le faltaron 300 metros a la carrera. Jajaja, como le dije, él hizo poco más de 34:00. El resto de corredores estaba igual, bromeando sobre cómo habían pulverizado su marca, y apostando si eran 300 ó 400 los metros que faltaban.

Visto el mapa en el Forerunner, la explicación es muy sencilla. Aún no sé por qué, pero en el primer kilómetro nos hicieron girar por un sitio incorrecto, de manera que el tramo entre Calle Sagrera, Felipe II y Calle Palencia simplemente no se corrió, pero curiosamente, en la segunda vuelta sí. No sé si algún problema con el agua, un corte de tráfico o un error humano, el caso, es que parece que faltaron entre 300 y 400 metros en la primera vuelta.

Con las clasificaciones oficiales en la mano, la organización ha hecho algo muy curioso, que es extrapolar el tiempo al que se habría obtenido si se hubieran corrido los 10 kilómetros completos. Según ese cálculo, me dan un tiempo extrapolado de 40:20. Supongo que en circunstancias normales habría apretado mucho más al final y podría haber hecho MMP. Pero tampoco me vale eso de "la marca extrapolada si hubiera corrido más"... :) Me quedo con que he corrido a un ritmo de 4:02, con mucha lluvia y algo de viento, en un recorrido con subidas y bajadas y un suelo peligrosamente resbaladizo. Ha sido una lástima no haber podido atacar mi marca en condiciones normales, pero guardaremos otro cartucho para el 31 de diciembre, en la San Silvestre de Barcelona, donde hice mi mejor marca el año pasado.

Acabo muy contento porque veo que no he perdido velocidad, este pobre runner, con alma de maratoniano encerrada en cuerpo de velocista, aún puede intentar algún sub 40 más antes de jubilarse... :D

martes, 12 de octubre de 2010

Por fin, entrenamiento con lluvia

Por fin, con la que está cayendo estos días, pensaba que no me iba a tocar correr con lluvia, pero esta mañana he podido mojarme de una vez.

El sábado por la noche cayó una buena, y en la tirada larga del domingo vi un río Besós como no lo recordaba hacía tiempo, pero ni gota de lluvia. Ayer llovió a ratos, pero me tocaba descansar. Al acostarme estaba empezando a llover, y temía que esta mañana ya hubiera acabado la ración de agua del día. Pero afortunadamente no fue así, me levanté un poco más tarde de lo habitual, a las 6:15, oyendo que caía una buena lluvia, y sin dudarlo me preparé para mojarme y hacer unos 12 kilómetros, para empezar la penúltima semana del plan de entrenamiento.

Estaba lloviendo bastante, qué delicia. Hice bien en llevarme la gorra. Acabé de estirar debajo de una terraza, preparé el Forerunner y el RunKeeper, y salí corriendo en dirección al río, a un ritmo bastante animado, seguramente por el frío y la agradable sensación de la lluvia cayendo con fuerza. El primer kilómetro me salió a 5:09, bastante rápido para mi ritmo habitual de calentamiento, y yendo hacia el mar y no sé si con viento a favor, en contra o simplemente variable, encadené un kilómetro tras otro a un ritmo generalmente ascendente, siempre por debajo de 5:00, 4 kilómetros seguidos a partir del sexto entre 4:31 y 4:36, y el décimo y undécimo a 4:29 y 4:24, lanzado, sin apretar pero empujando en cada zancada, corriendo cómodo, disfrutando de la lluvia, de la excelente temperatura, de la soledad del que entrena una maratón de madrugada, pensando en la ducha calentita que me esperaba... Iba tan cómodo que no tenía ganas de bajar el ritmo, lo hice pero seguía corriendo a 4:37 mientras llegaba a casa.

Al final, 12,28 kilómetros a un ritmo medio de 4:41, las pulsaciones a una media de 154 bpm y un máximo de 166. Sensaciones, de las mejores que recuerdo, ojalá tengamos un poco de agua en la maratón, da gusto correr así.



Ha comenzado la penúltima semana. Mañana descanso forzoso, cojo un AVE a las 6:30... El jueves series, descanso el viernes, y el fin de semana series el sábado y apenas 14 kilómetros el domingo. Resulta que el domingo hay una carrera en Santa Coloma, además, ¡por donde entreno normalmente! Es una 5K, me tienta mucho ir, pero no quiero arriesgarme a correr una carrera tan corta y multitudinaria, es una lástima, por una carrera que se hace en mi ciudad, me quedaré con las ganas de ir. Ahora lo importante se llama maratón, y está aquí al lado, a la vuelta de la esquina, ya la estoy viendo...

domingo, 26 de septiembre de 2010

Domingo pasado por agua, fin de la duodécima semana

El otoño ya está aquí, y con él, las primeras lluvias. Y no sé si tengo algo que ver con el clima de Barcelona y alrededores, pero el caso es que cuando llueve de verdad en Barcelona, a mí me suele pillar de viaje. La famosa nevada del 8 de marzo de 2010 yo estaba en San Francisco, por supuesto corriendo por las mañanas, mientras mis vecinos se lo pasaban pipa tirándose bolas de nieve y haciendo fotos. El día que se suspendió el puente aéreo Barcelona - Madrid durante más de doce horas, debido a la lluvia torrencial que caía en Barcelona e inundó el centro de control del aeropuerto, seguro que lo adivináis, yo estaba en Madrid, con un billete de puente aéreo en la mano esperando que dejara de llover en la ciudad condal. Hace pocos días también tuvimos un día de diluvio en Barcelona, y por supuesto, yo no estaba, cuando volví ya no quedaba ni rastro del temporal...

¿Por qué digo esto? Porque, pese a que el pronóstico meteorológico de hoy eran lluvias durante la noche y a primera hora de la mañana, sabía que no iban a ser muy intensas, ya que yo no estaba de viaje, por lo que no había excusa para salir a correr pronto y mojarse si era menester.

Diana a las 5:30, preparativos sin prisas, para asegurarme de que no habría imprevistos durante el entrenamiento, café, dos galletas con chocolate y barrita de choco banana, un gel en el cinturón junto a dos botellines de Aquarius, y a las 6:44 ya estaba empezando a correr, mientras caían las primeras gotas sobre un suelo prácticamente seco...

Hoy tocaban 18 kilómetros, calculaba que estaría corriendo algo menos de una hora y media, así que iba a poder sentir la lluvia de bastantes maneras distintas. Al menos uno de los efectos colaterales más fastidiosos de la lluvia, los charcos, hoy no fueron protagonistas, ya que llovía poco y al parecer por la noche no cayó agua. Así que con la ausencia de charcos salí en dirección a Montcada, para hacer un Besós morning run completo, de Santa Coloma a Montcada, media vuelta y directos a la estación de San Adrián, y vuelta a casa. 18,13 kilómetros, a un ritmo medio de 4:47, con pulsaciones medias de 153 y algún pico de 164 de máximas, sensaciones espectaculares, cinco kilómetros seguidos por debajo de 4:30, con viento a favor, obviamente, que se convierten en 9 kilómetros seguidos, precisamente los últimos, por debajo de 4:40 si contamos el efecto del viento en mi ritmo de carrera y obviamos los dos últimos de enfriamiento.


Tuve lluvia de todos los colores y sabores... Al principio, finas agujas de agua que se me clavaban en los ojos camino a Montcada, con el viento en contra, y me hacían correr con la cabeza baja. Algún tramo seco, mientras unos nubarrones se acercaban por el sur con muy mala pinta, y al rato me dejaban una buena cortina de agua que afortunadamente me pilló corriendo a favor del viento. Más lluvia fina y alguna tregua seguida de alguna ráfaga de viento y gotas imprevisibles, y algo de calma ya al final...

Las sensaciones siguen siendo muy buenas, el ritmo intenso y cómodo, empujando pero sin forzar más de la cuenta. Acaba la duodécima semana.

La duodécima...

¿He leído bien?

¡Sí!

Quedan cuatro semanas para la maratón...

La que viene es la última de choque, con la Mitja de Sant Cugat como colofón.

Otra más de carga, 70 kilómetros repartidos por la semana.

Una más recuperando del mesociclo de transformación, con un par de días de series y una salida larga con cuestas.

Y la última, series, tiradas cortas, unas rectas el sábado... ¡Y al Mediterrani!

martes, 21 de septiembre de 2010

11 kilómetros bajo la lluvia

Empieza la duodécima semana de preparación, la doceava, como decía un ministro... :) Estamos en pleno ciclo de transformación, la semana pasada fue de choque, la segunda con más kilometraje del plan y a ritmos que van mejorando, y ahora toca una de descarga, que siempre son bien recibidas. Seguirá una más de choque, con la media maratón de Sant Cugat (a la que me acabo de apuntar), una más de carga en la que tendré que hacer una tirada de montaña, y ya nos habremos plantado en las dos últimas del ciclo de realización, que acaba con la maratón...

Pero aún faltan unas semanas para eso. Hay que seguir con el plan, llueva o nieve. Ayer tuve mucha envidia de mis amigos y paisanos Manuel Binoy y Joel Pascual, que disfrutaron de una sesión de running bajo la lluvia en Barcelona. Me fui a dormir con lluvia, soñando que hoy por la mañana aún siguiera lloviendo, y cuando sonó el despertador el crepitar de la lluvia me hizo presagiar que tendría un precioso entrenamiento pasado por agua.

Dicho y hecho, estiré un poco en casa para no estar mucho tiempo parado bajo la lluvia, me iba a mojar igual, pero es menos molesto soportar la lluvia en movimiento que quieto. No era una lluvia muy intensa, a veces las gotas en los ojos acaban fastidiando más de la cuenta, pero no era el caso hoy. El suelo estaba mojado pero no encharcado, la temperatura era buena y la lluvia ligera, así que no había excusas para no correr con alegría.

Aún notaba en las piernas la tirada del domingo, pero en cuanto empecé a correr desapareció cualquier sensación de agujetas o cansancio. En entrenamiento me salió bien, el primer kilómetro calentando a 5:30, y luego mantuve un ritmo constante entre 4:35 y 4:48 hasta el kilómetro 9. Cuando ya salía de la orilla del río cometí un gran error, aún me faltaban más de dos kilómetros y en vez de darme la vuelta y hacerlos por el río, seguí en dirección a Montcada y me encontré con muchos charcos, dejé de correr cómodo, temí mojarme las zapatillas más de la cuenta o resbalarme, así que bajé el ritmo, me lo tomé con calma esquivando charcos e hice los dos últimos kilómetros y poco casi a 5:00.

Al final salieron 11,28 kilómetros a una media de 4:49, esta vez sin pulsaciones, por un problema de sincronización con mi esposa y la colada... La cinta del monitor cardíaco estaba astutamente camuflada entre la ropa tendida, y fui incapaz de localizarla... :)


Excelentes sensaciones, aunque el error de cálculo final con los charcos y la cinta perdida me dejaron mal sabor de boca... Así que mañana habrá que desquitarse, a ver si caen cuatro gotas y unos buenos kilómetros más...

sábado, 14 de agosto de 2010

Corriendo bajo la lluvia

Desde que empecé a prepararme para mi primera maratón, salir cada uno de los días que tenía previsto entrenar no ha sido una tarea difícil. Hubo un día, el día después de que España ganara el mundial, en el que las cervezas y un par de cigarrillos hicieron un suplicio mi entrenamiento, pero ahí estuve, al pie del cañón, haciendo 10 kilómetros a 5:34 de media. Otro día me fue imposible salir por la mañana, y casi me derrito corriendo a las 3 de la tarde en pleno julio, pero ahí estuve de nuevo.

Todavía no había llegado el día en el que los elementos se pusieran en mi contra, y hoy por la mañana, el despertador sonó a las 5:30, mientras ahí fuera estaba cayendo un chaparrón del quince, que no había parado en prácticamente toda la noche... Al ser sábado, por un momento dudé entre quedarme en la cama y salir a correr a lo largo del día, cuando parase de llover, o levantarme y salir a disfrutar de un entrenamiento pasado por agua. La duda duró poco, hacía tiempo que no corría con lluvia, y tengo muy buen recuerdo de los días que salí a correr así el invierno pasado, y especialmente de la ducha templada de después, así que, pensando en lo que podía ser un entrenamiento ideal, me levanté sin prisas, me tomé un café y tres galletas de chocolate, y el punto 8 se manifestó casi instantáneamente. El día empezaba de maravilla, seguía lloviendo, me sentía más ligero que de costumbre y sin peligro de ataque de punto 8, y me enfilé hacia la puerta dispuesto a hacer unos 16 kilómetros a buen ritmo.

Hacía frío y llovía, cualquiera diría "qué horror", y yo pensaba "¡qué maravilla!". Estirando bajo la lluvia, puse en marcha el RunKeeper y el Forerunner, y salí en dirección al río. Esta vez fui hacia el mar, pues la ruta de Montcada suele encharcarse bastante los días de lluvia, así que empecé con el viento a favor. Noté que iba a ser un buen día en cuanto a velocidad, el segundo kilómetro ya lo hice a 5:16 y a partir del tercero ya andaba por debajo de 5:00. Antes de llegar a la playa ya estaba haciendo los kilómetros a 4:44, y entonces, en el kilómetro 6, ocurrió algo imprevisto...

Debo explicar algo antes para que se entienda mejor lo que me pasó... Mi vida profesional gira alrededor de los vídeo juegos. Desde que tenía 18 años no he hecho otra cosa, y eso es algo que influye radicalmente en ciertos aspectos de la vida y que marca para siempre.

Los que habitualmente se relacionan con desarrolladores de vídeo juegos conocen algunas de las particularidades de éstos... Por ejemplo, es muy normal que alguien habituado a los vídeo juegos diga que no ha podido llegar a un sitio por menos de un píxel. O que cuando cuenta algo, lo haga añadiendo efectos de sonido a algunas acciones... Pero si hay algo que diferencia de los demás a alguien sumergido absolutamente en los vídeo juegos, es la huella que dejan en él las canciones de algunos de ellos, especialmente de los más antiguos. Es normal encontrarte a programadores que tienen como tono de aviso de mensaje el jingle que suena en el Super Mario Bros cuando te matan, o que el ringtone de su teléfono de última generación sea la canción del Circuito Bebe del Mario Kart de Nintendo DS. Pero hay una canción que ha marcado a todos los desarrolladores de vídeo juegos de mi generación que conozco. Y ésa es la canción del Altered Beast de SEGA. En la oficina, cuando celebramos algún hito importante, siempre lo hacemos con la canción del Altered Beast sonando de fondo... Imagino que a muchos les sonará a chino... Así que aquí la dejo para su audición:

http://www.youtube.com/watch?v=gSF6tei5OYg

¿Y a qué viene todo esto? Pues sigo explicando... Hace poco tuvimos un acontecimiento importante en la empresa, y rescaté una versión en mp3 de la canción para ponerla de fondo. Cosas de Apple, se me coló en mi iTunes casi sin quererlo. Y poco después, recibí un iPhone 4, así que estuve copiando toda la información que tenía en el obsoleto iPhone 3GS al iPhone 4, y entre toda la información, pues se coló también la canción.

Y hoy, sobre el kilómetro 6, ocurrió algo extraordinario... Tras varias canciones de Queen y de Rocky Sharpe and the Replays, comenzó a sonar la canción del Altered Beast. Y entonces empecé a entenderlo todo... Os dejo un vídeo del juego, a ver si lo veis...

http://www.youtube.com/watch?v=ypGxYM3MHqY"

Sí, así es... El protagonista... Va corriendo... Aparecen zombis por todos lados y debe luchar contra ellos... Le atacan todo tipo de fieras que debe ajusticiar mientras no deja de correr... Y al final, cuando aparece el malo más malo... ¡Se convierte en hombre lobo!

No sabía que mi destino estaba escrito desde 1988. Por eso esa canción quedó grabada en mi memoria, la silbo sin darme cuenta, la reproduzco cuando se celebra un evento importante en el trabajo... Esa canción es un mensaje que me llegó hace más de 20 años. Mi destino como isidro lobo, protector de la humanidad contra la invasión zombi de 2012, no es algo que haya ocurrido de repente, es algo para lo que estoy predestinado, los zombis han guiado mi existencia desde que nací, me orientaron profesionalmente para transmitirme su mensaje a través de los vídeo juegos, y ahora que ya estoy preparado física y mentalmente, me han desvelado la misión que para mí tienen encomendada y que espero cumplir correctamente...

Mientras todo esto rondaba por mi cabeza, sin darme cuenta, la emoción me embargó y cuando miré el Forerunner estaba corriendo a 4:21... El subidón de adrenalina, comprender 22 años después por qué esa canción me marcó de por vida, saber que no es una canción más, sino que es una señal que da sentido a mi existencia, me dio ánimos para subir el ritmo y seguir corriendo por debajo de los 4:40 minutos por kilómetro.

Y cuando llegué al kilómetro 12, que siempre ha sido una buena referencia para calcular el ritmo que llevo, la lista de reproducción del iPhone tenía una última sorpresa preparada para mí. Hasta ahora estaba llegando al kilómetro 12 en algo más de una hora, por encima de los 5:00 de media. Hoy el RunKeeper me cantó menos de 58:00 cuando llegué a ese punto kilométrico, y por si la emoción no fuera suficiente, el iPhone decidió que la siguiente canción a reproducir sería el "Gonna Fly now", de la banda sonora de "Rocky". Dudo que haya un solo runner en el planeta que no sienta la necesidad de correr más rápido cuando escucha esa canción... :) Así que volví a cambiar de ritmo, e hice el kilómetro 13 y el 14 a 4:18 y 4:24.

Seguía fuerte y con ganas de correr, pero mañana tocan 25 kilómetros, así que me dejé llevar los dos últimos, para enfriar bien, y acabé los 16 kilómetros a una media de 4:46.



Sensaciones espectaculares. Correr con lluvia es una experiencia única. Y con la canción del Altered Beast, aún más. Empiezo a sentirme cómodo en tiradas largas a buen ritmo, aún quedan muchas semanas de preparación, debo ser cauto, pero no por ello dejar de ser optimista. Mañana ritmo tranquilo y kilómetros para acumular... Y la semana que viene... Dos días de trabajo... ¡Y vacaciones!

lunes, 3 de mayo de 2010

La lluvia no muerde

Ayer me prometí y comprometí a que hoy salir a correr, sabiendo que tocaba lluvia. El despertador no perdona, a las 5:50 ya estaba sonando, acompañado del ruido de la lluvia...

Fueron apenas cinco minutos de dudas, en cuanto la música dejó de sonar para dar paso al buzzer, me levanté de un salto dispuesto a mojarme un poco.

La idea inicial era salir a probar si las cuestas de estos días habían tenido un efecto positivo, aunque no esperaba nada espectacular tras una semana de pendientes más pronunciadas. He salido varias veces con lluvia y la verdad es que me ha ido bien, pero esta vez el día empezaba torcido y no mejoró demasiado...

Caían cuatro gotas, sin llegar a molestar, pero llevaba toda la noche lloviendo y el suelo estaba bastante encharcado. Empecé a estirar debajo de un árbol, y a los dos minutos noté que el GPS del RunKeeper no estaba muy a gusto con las nubes y se resistía a coger señal. Con la pelotita de la cobertura de GPS en rojo, esperando que pasara a verde pronto, salí en dirección al río a buen ritmo. Al llegar al puente la pelotita seguía roja, recuerdo que una vez que me pasó lo mismo ya cogió señal cuando estaba llegando al río, así que giré en dirección a Montcada y puse el programa en marcha, esperando que llegara la señal pronto y poder ajustar el mapa del RunKeeper a mano...

Pero nada, parece que la borrasca que tenemos encima es densa, y hasta que no llevaba 8 minutos corriendo no pude contar con una medición fiable... Soy tan fanático de las mediciones que no corría a gusto... :) Además, los charcos empezaban a ser un problema y sin darme cuenta estaba zigzagueando y dando gráciles saltitos para no mojar mia Adidas seminuevas. Empezó a llover más fuerte, se me metían las gotas de agua en los ojos y estaba empezando a cabrearme.

Así que opté por dar media vuelta, y bajar al río por la primera rampa, con la esperanza de que no hubiera tantos charcos. Afortunadamente fue así, crucé los tres puentes, llegué hasta la zona que está sin asfaltar y volví para casa. Fueron algo más de 6 kilómetros, y contando la parte que no grabó el RunKeeper, en realidad habrán sido algo más de 8 klómetros, que no hice a mal ritmo, 4:50 minutos el kilómetro, teniendo en cuenta la incómoda lluvia.

Mañana no saldré, parece que seguirá lloviendo. Estoy intentando salir tres días y descansar uno, pero si soy sincero, el día que no salgo me quedo con las ganas de ponerme las zapatillas. Así que descansaré el martes, y pensando que Sant Quirze es el domingo, si todo va bien saldré miércoles, jueves y viernes a hacer las cuestas del Espíritu Santo, mi idea es salir antes el miércoles para hacer 6 vueltas y bajar una el jueves y otra el viernes. Veremos cómo sale...

Y ahora, como la programación es una afición casi tan intensa pero bastante más antigua como correr, voy a probar si funciona bien el plugin social de facebook en el blog... :)

martes, 9 de febrero de 2010

Running in the rain...

Hoy he pasado una auténtica prueba... Estoy muy decidido a entrenar con más constancia, empiezo a encontrarle el gustillo a esto, y hoy he tenido una buena oportunidad de demostrarme a mí mismo que voy en serio.

Ayer estuvieron amenazando todo el día con que hoy llovería. No es la primera vez que se queda en una simple amenaza... Pero algo me hacía pensar que esta vez llovería de verdad, y que mis planes de salir esta mañana a echar unos kilómetros se verían en peligro. Dejé la ropa preparada, me fui a dormir, y hoy a las 6 de la mañana me desperté escuchando cómo el sonido la lluvia invitaba a quedarse un rato más en la cama.

Superé la tentación de dejarlo para otro día y me encaminé a una buena prueba de voluntad, correr bajo la lluvia. Hoy no tenía pensado hacer más de 10 kilómetros, así que mis planes eran no pasar mucho más de 45 minutos en remojo. Y así fue, una llovizna constante estuvo haciéndome compañía durante toda la ruta. El juego de luces de las farolas, charcos y reflejos varios dibujó un paisaje fluvial inédito para mí. Fue bonito visitar el río en esas condiciones... Aunque algo más de luz me habría ayudado a no meter todo el pie en un par de charcos durante el recorrido...

La verdad es que se corre bien con lluvia y algo de frío. Mis mejores 10Km los hice con llovizna, en la Cursa de la Sagrera, con 42:13. La Media Maratón de Vilanova también fue con lluvia, y ahí conseguí acabar en 1:36:44, casi 6 minutos menos que en las de Sitges y Terrassa.

Hoy el rodaje fue bastante bien, volví a correr in crescendo y acabé los dos últimos kilómetros a 4:30 y 4:38, con viento en contra y en ayunas. Ya no me queda la más mínima duda de que he estado haciendo el cenutrio mucho tiempo, sin dosificar bien y malgastando energías al principio para hundirme al final. El día 21 me espera la Media Maratón de Gavá, si acabo entero y fuerte, creo que intentaré la maratón de Barcelona. He dicho... :)

Mañana toca volver a rodar. La segunda prueba de fe será poner el despertador a las 5:30 para intentar hacer 14 ó 15 kilómetros. Probaré a comerme unos dátiles antes de salir, a ver qué tal me sientan, mi alergia a los plátanos no parece que vaya a desaparecer de repente, y no quiero hacer el animal y correr totalmente en ayunas tres o cuatro días por semana.