Sí, tengo un blog, y su última entrada es la crónica de mi última maratón... Lo cual es una clara señal de que los entrenamientos y carreras desde entonces no han sido nada merecedores de ser recordados...
He entrenado poco y no he entrenado bien. Mis "three magic bullets" ahora se han convertido en dos rodajes entre semana de 15 km, desde casa a la oficina en ayunas, y uno o dos rodajes más largos el fin de semana, por el litoral, sin pasar en ningún caso de 26 km. Series, tempos y demás, han quedado en el olvido. Sigo con esa jodienda en la zona lumbar, que baja por del piramidal y a veces se alarga hasta el isquio de la pierna izquierda, que me permite correr, incluso maratones, pero no correr rápido. Cualquier intento de hacer cuestas o series supone que el dolor se acentúe y me dure varios días.
Con este panorama, no podía esperar mucho de Valencia, pero a veces te llevas sorpresas... Dejemos los spoilers para el final... ;)
Entre Boston y Valencia, mucha comida, por supuesto. La comida ya no es tan protagonista del blog y es más carne de Instagram. Pero con fotos o sin fotos, haber sido menos estricto con la dieta hizo que me plantara en Valencia con 69 kilos, cuando a Boston me llevé 66.
También corrí en un lugar nuevo, Cuba, en vacaciones. Que conste que no tengo nada que ver con lo que pasó ayer............... Toda una experiencia correr a las 6 de la mañana a 28 grados y una humedad del 95%. Simplemente, no puedes. Más de 45 minutos creo que es imposible. Y dicen que hay una maratón en Cuba...
También viajes, con sus rutas obligadas, la nieve de Estocolmo y el frío en Londres.
¡Ah, y que no se me olvide! Corrí la Spartan Race Barcelona con la empresa, toda una experiencia de barro y dolores que seguramente repetiré...
Llegué a Valencia un poco recuperado de los dolores de la Spartan. Pero no al 100%, ya no soy el que era... Metí a la familia y las maletas en un tren, y el viernes por la tarde llegué al apartamento que alquilamos para esos días. También vinieron Alberto, a por su segunda maratón, y Rafa, a por el 10K y la comida... ;)
El sábado, una visita a la Expo antes de la comida, of course...
Una paellita y dos botellas de vino para cuatro adultos fue la mejor carga de hidratos el día antes...
Y todo preparado la noche anterior para mi decimoséptima maratón...
El protocolo de cada mañana maratoniana se repitió con minuciosidad. Diana a las 4:30am, desayuno de tostadas con mermelada, galletas con chocolate y café. Y varios punto 8 en el apartamento.
Salí hacia el de Alberto y Rafa, que pillaba de camino a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, les dejé un regalito, como suele pasar la mañana de la carrera, y nos fuimos con tiempo suficiente a dejar las bolsas y regar unos arbustos que se veían muy secos. Todo según las mejores tradiciones y costumbres.
¡Y a por lo que veníamos, que era a correr 42 kilómetros y 195 metros!
¿Estrategia? Sobrevivir... No entrené, no hubo peak week, me pasé con la comida, hice el burro en la Spartan... Así que esta vez no quería salir a lo loco y sufrir a partir del km 17 como me pasó en Boston. Quería bajar de las 3 horas y media, eso sí, pero no salir a cuchillo porque éste no estaba afilado... Así que el único plan de carrera que llevaba en mente era correr un poco por debajo de 5:00 min/km, ir arañando segundos al 3:30, y esperar no caer miserablemente antes los primeros golpes del tío del mazo.
Sobre todo... No quemarme en los primeros kilómetros y acabar entero y sin arrastrarme...
Y así empecé, tras la banda sonora más surrealista antes de empezar una maratón... El "New York, New York" no lo olvidará nadie que haya corrido la maratón de esa ciudad... Y supongo que a los que corrimos en Valencia no nos habrá impactado tanto empezar la carrera aún sonando los acordes de "Libre" de Nino Bravo... :?
Ya estamos corriendo, buena salida, calles anchas, sin embotellamientos. Por suerte, el día es perfecto para correr, unos 15 grados y nublado. Horas antes la previsión era de 21 grados y sol. Por suerte, no fue así, si no, seguro que ahora estaría contando una historia bien distinta.
Los primero 5 kilómetros, como suele pasar, es muy difícil hacerlos despacio... Salí en el grupo de 3:00 a 3:12, así que todos tenían muchas ganas de correr y era complicado no dejarse llevar por la manada. Los hice a un ritmo de 4:38 min/km. Ciudadín...
Del 5 al 10 empiezo a entrar en razón y los hago a 4:45 min/km, más relajado, dejando que me adelanten. Sintiéndome cómodo y tomando el primer gel.
Del 10 al 15 aún bajo más el ritmo y los hago a 4:49. No quiero gastar fuerzas, a la espera de comprobar cómo vamos de energía para la segunda media. Y otro gel porque la carrera es muy larga.
Del 15 a la media maratón empiezo a notar que voy mejor de lo que esperaba. En Boston, el 17 fue mortal, ahí me di cuenta que el resto de la carrera iba a ser un infierno. Pero esta vez mantengo un ritmo de 4:39 y paso la media en 1:39:28, un tiempo que, sintiendo bastante entero, me hacía pensar que el 3:30 sería fácil si no se producía ninguna hecatombe, y que si me encontraba bien a partir del 30, aún podría arañar algunos minutos.
Pasada la media decido que ya está bien de 4:45 y 4:49, así que como me veo cómodo meto una marcha más. Me planto en el 25 a un ritmo de 4:42. Del 25 al 30 a 4:42 también, he cogido buena velocidad de crucero y empiezo a adelantar corredores.
El 30 ya sabemos lo que tiene. El tío del mazo puede aparecer en cualquier momento. A partir del 30 hay mucho que perder y muy poco que ganar. Si hacía el resto de la carrera por debajo de 5:00, podría incluso intentar bajar de 3:20.
La carrera sigue, me veo bien, cada vez adelanto más corredores y eso sube mucho la moral... Llevo 3 geles, no hay señales de flato ni problemas estomacales, no me duele nada y no estoy cansado. Llego al 35 y aguanto el ritmo a 4:44 con un cuarto gel en el cuerpo.
Si sigo así bajo de 3:20 sobradamente. Ya quedan sólo 7 kilómetros y voy bien de fuerzas, ¿por qué no apretar un poco a ver qué pasa? Las sensaciones son muy buenas, me tomo el quinto gel y meto una marcha más, no dejo de adelantar corredores y me planto en el 40 a un ritmo de 4:37, ¡el parcial de 5 km más rápido de la carrera!
El 3:20 está en el bolsillo y voy bien de fuerzas. De repente me acuerdo de Berlín, bajé de 3:18 y me pregunto si podría mejorar ese tiempo, habría que correr mucho al final... En 2 kilómetros ya no puede pasar nada malo, esta vez grasas y glucógeno han sabido repartirse la faena adecuadamente, y noto que las piernas todavía tiran y decido ir a por todas en los últimos dos kilómetros. Esos 2.195 metros se convierten en un festival, miro el reloj y veo que voy muy por debajo de 4:30, ¡no dejo de adelantar corredores, mucha animación, gritos, adrenalina!
Últimos metros, últimos giros, última recta, espectacular, corriendo sobre las aguas, miro el crono y veo que sí, que bajo de 3:18, levanto los brazos y cruzo la meta en 3:18:38, habiendo hecho esos últimos 2 kilómetros a 4:22 min/km.
Los dos últimos kilómetros de la maratón fueron los dos kilómetros más rápidos que he corrido en los últimos 6 meses... Makes sense???? :O
Otra medalla más, la parte positiva...
Y la parte menos buena... Definitivamente, tengo que cambiar de zapatillas de maratón... Mis dedos no soportarían otra...
Finalmente, bajé el tiempo de Berlín por unos pocos segundos, así que mi decimoséptima maratón ha sido la quinta mejor, ¡¡¡no está mal!!!
Además acabé mucho más entero que nunca, por la tarde tocó un poco de turismo y pude moverme sin problemas, además de cenar como toca en una ocasión así.
Al día siguiente, un poco más de turismo, comida, horchata, y a casa.
Y la próxima... Aún no lo sé... Será en primavera, pero aún no está decidido.