
Con el vacío habitual de la zona, seguros modernos, no siempre cerca, paso de bloque abajo, continuidad arriba, todo un reto en su día. Si no recuerdo mal, la primera ascensión (en libre) corrió a cargo de un habitual, por las fechas, el infatigable Serge Casteran.
Mi primera incursión fue para realizar un reportaje y unas fotos con Toño y Nacho, esa vez sólo subimos tres largos. Los de calentamiento y el que tenía un pequeño tramo de bloque (el paso más difícil de la vía), aunque no eran nada comparados con el prolongado desplome que les seguía.
Al cabo de un tiempo y, andando bien templados, fuimos a escalarla toda entera con Aitor. En pleno verano, tuvimos una suerte infinita al pillar un día nublado y de temperatura perfecta. Quedé impresionado por el vacío más perfecto que había visto nunca, fuera de las pedaladas de la Paret dels Diables o el Pilar del Segre. La mezcla de ese supoerpatio + la belleza de la escalada + una línea estética y acertada, hacen de la Fiesta una de las grandes referencias Rigleras.
Ahora, lo más bestia, lo más bestia, lo más bestia, fue ver en aquel Desnivel a Carlos García hacerla sin cuerdas. Espeluznante nen.
Siento no incluir foto de la Visera, pero no tengo ninguna en digital, de todas maneras, ya la conocéis todos y por la red hay un munt. Casi prefiero no poner ninguna que parasitarla por ahí.