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miércoles, 2 de marzo de 2011

LAS CRÓNICAS DE ATLANTE


Saludos, mis queridos compañeros. Escribo estas líneas a modo de crónica, donde relataré mis vivencias diarias Aquí, en este santuario de paz, donde han dado a reposar mis maltrechos huevos, y huesos. Y vosotros que poseéis mentes muy perspicaces os preguntareis de que santuario hablo; pues paso a relataros mi historia.

Cansado, agotado por mi vida licenciosa y cadenciosa, unos buenos amigos míos me ofrecieron el trasladarme a un balneario de salud, donde curar las heridas tanto de cuerpo como de alma. Lo cierto es que insistieron tanto que, casi en volandas, me llevaron, con la ayuda de otros amigos a los que no había visto jamás, algo rudos si que eran pues dije yo:
- ¿ A donde coño pensáis llevarme, carbronaz….????? Y acto seguido me abrigaron con una chaqueta blanca, algo rígida para mi gusto, y con un imaginativo sistema de ajuste que me impedía incluso respirar, pero ande yo caliente… y en un suspiro ya estaba camino de mi destino en el interior de un peculiar transporte que me recordaba a la furgoneta de mi cuñado Atanasio, que es pollero, vigilado con cariño por mis dos nuevos amigos, que por cierto, se parecían a Hulk Hogan con un mal día.

Una vez en nuestro destino pasé por el jardín donde los clientes se relajaban sentados o, mas bien diría que medio desplomados, sobre unas bonitas sillas de ruedas de color blanco. Está claro que aquí la comodidad del cliente es algo prioritario. Lo cierto es que todos tenían una cascada de babas de medio metro cayendo sin rubor sobre el pecho y la mirada algo turbia, sino perdida . ¡ Qué alegría saber que tendré oportunidad de cultivar amistades interesantes ¡ . Alguno incluso me obsequió con una sonrisa mientras se balanceaba sobre si mismo adelante y atrás de forma compulsiva. Debe de ser algún baile programado en las actividades del centro, pensé. Mi alma no cabía de gozo.

Al momento de atravesar el jardín, se presentó el gerente al cual le correspondí con un amable gesto de cabeza, al tiempo que le rogaba que me ofreciera alguna suite donde tuviera vistas al cielo abierto para contemplar las estrellas y así, quien sabe, tal vez con su observación, alcanzar la iluminación. Al gerente se le escapó una especie de risita y creí oír que murmuraba, -si, si , ¡ iluminación te vamos a dar!. Esta gente son todo generosidad.

Lo cierto es que cuando me acomodaron en mi estancia, debo de reconocer que no se ajustaba precisamente a lo que yo me había imaginado: un camastro, un armario que parecía una lata de arenques a escala humana y un retrete tras un biombo. Bueno, lo minimalista también es bello, me dije, y me pareció una valiente apuesta decorativa por parte del balneario. Cuando abrí la ventana y subí la persiana, esperaba con emoción la contemplación del cielo abierto con sus estrellas. Pues no; un cacho alcornoque casi me tapaba la visión y unas rejas parecidas a las de Fort Knox completaban el panorama. Vaya, exclamé, esta gente cuida de nuestra seguridad. Debe de ser para evitación de robos, no se me ocurre un sitio mejor para descansar, en verdad.

Al momento aparecieron los clones de Hulk Hogan y me ofrecieron una frugal cena que consistía en una sopa a través de la cual me deleité contemplando el fondo del plato: “duralex” decía, que sofisticación; el latín clásico impregna estas paredes de un ambiente ensoñador de veras. Tras la sopa, un escalope de algún ave exótica, sin duda, y debía de ser de las dunas de Marte al menos, porque en toda mi vida no me había metido en la boca algo semejante, texturas de yeso, galleta revenida y bacalao asesino. ¡Qué audacia culinaria!, no estoy al elevadísimo nivel de este lugar y debo de acompasarme al ritmo de sus refinadísimos gustos. Espero no decepcionarles y conseguir estar a su altura.

Tras el banquete mis protectores me ofrecieron una bandeja con varias cápsulas que no tengo duda que deben de ser lo último en cocina de laboratorio…..pero el sueño me embarga y noto como una babilla comienza a caer en catarata por mi belfo. Amigos míos, es todo por hoy.

domingo, 30 de enero de 2011

Saludos de Atlante

Tengo el honor ( dudoso), de haber sido invitado a participar en este proyecto. A mi me parece una chuminá del 15 , pero, quien sabe; !si hasta lo han visto en Singapur!. Salud y pesetas...
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La siguiente la pago yo por Rick, Diógenes de Sinope y Albert se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.