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Nos dirigimos ahora hasta
Escatrón para visitar el Monasterio de Rueda, construcción cisterciense a orillas del Ebro. Hermosa fachada e iglesia, alta torre mudéjar y claustro gótico son algunos de los tesoros que podemos encontrar en él, siendo parte del mismo una hospedería.
Junto al río podemos ver un bonito molino harinero y una noria de 16 metros de diámetro, aún en funcionamiento, que antiguamente abastecía al monasterio sacando el agua y trasladándola por un acueducto de arcos góticos, y que sigue utilizándose hoy en día para riego de las huertas y cultivos de la zona.
Justo al lado, por un puentecillo de madera, tenemos acceso a una isla en la que podemos hacer un recorrido circular de unos pocos centenares de metros, entre su abundante vegetación, con buenas vistas del monasterio, del complejo norial, la desembocadura del río Martín en el Ebro, y el largo azud de éste que deriva parte de su caudal hacia el canal que abastece el molino y la noria.
Y es precisamente el valle del río Martín aguas arriba el que vamos a seguir a partir de ahora, entrando de nuevo en la provincia de Teruel. Pasaremos por
Castelnou,
Jatiel,
Samper de Calanda,
Híjar y
Urrea de Gaén, pueblos que tienen un elemento común muy destacado como son las magníficas torres mudéjares de sus respectivas iglesias.
A continuación llegamos a
Albalate del Arzobispo, bonito pueblo, sobre todo la parte que da al río Martín, desde cuya margen derecha tenemos una hermosa vista del casco viejo, la torre mudéjar de su iglesia, el castillo-palacio en lo más alto, y el puente con arcos de medio punto sobre sus aguas. Una estampa de postal.
Seguimos hacia
Ariño, pero antes de llegar a esta localidad, pasamos por la ermita de Nuestra Señora de Arcos, ubicada en un espolón rocoso que solo tiene acceso por una lado.
A partir de aquí, entramos en la Sierra de Arcos y en el cañón que forma el río Martín, una zona de naturaleza desbordante, con senderos señalizados para hacer senderismo, pasarelas de madera que lo cruzan, áreas recreativas, etc. También hay en esta zona un balneario.
Una vez en el pueblo de Ariño, tenemos el Centro de Interpretación del Arte Rupestre, referente a las pinturas encontradas en distintos abrigos y cuevas de esta zona, en la que también se encuentran huellas de dinosaurio.
Avanzamos en nuestra ruta, pasamos por
Oliete, donde nos alejamos del río Martín, y llegamos a Muniesa para contemplar con detenimiento la extraordinaria torre mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de una belleza impresionante.
Pasamos por
La Hoz de la Vieja, pueblo situado en un estrecho paso entre rocas vigilado por una torre circular desde lo alto, y entramos de nuevo en el valle del río Martín para llegar a
Martín del Río, donde encontramos un circuito de aventura con tirolinas, pasarelas colgantes y todo tipo de montajes anclados en los pinos para hacernos pasar un rato divertido.
Y aquí terminaríamos esta ruta circular, ya que estamos cerca de Andorra, lugar donde la iniciamos. Pero como a mí me gusta siempre poner la guinda al pastel, vamos a visitar un lugar que queda a caballo entre esta zona, Teruel ciudad y la Sierra de Albarracín, lugares de los que ya hablamos en otras ocasiones. Se trata del castillo de
Peracense, pueblo construido en la piedra rojiza abundante por la zona. Pero, si el pueblo es rojizo, no lo es menos el magnífico castillo roquero, llamativo por su ubicación, por sus grandes dimensiones, por su buen estado de conservación y por su bello entorno natural, plagado de rodeno, la piedra a la que nos referimos, con sus formas y color característicos.
Antes de entrar tenemos la posibilidad de hacer tres pequeños paseos por los alrededores: uno de 500 metros consistente en subir a unos miradores con buenas panorámicas del castillo y toda la zona; otro de un kilómetro que recorre todo el perímetro del mismo; y otro un poco más largo, de unos 3 kmts., siempre alrededor del castillo, que nos permitirá observar distintas perspectivas de aquél y del entorno.
Una vez dentro, en el patio de armas tenemos una interesante exposición de armas medievales de asalto a recintos amurallados, con sus respectivos carteles explicativos, y podemos subir al adarve de las murallas en algunos tramos.
Accediendo a un segundo recinto tenemos un museo etnográfico ubicado en antiguas dependencias, y más armas de asalto al aire libre, además de un primer aljibe y restos de una necrópolis medieval.
El último recinto está levantado sobre grandes rocas de rodeno que hacen de defensa natural, y se accede a él por una escalera de madera situada donde debió haber un puente levadizo. Aquí encontramos distintas dependencias señoriales y dos curiosos aljibes excavados en la roca. Una vez en lo alto de la Torre del Homenaje vemos otro pequeño aljibe, y aquí, en el lugar más alto del castillo, terminamos definitivamente nuestra ruta, deleitándonos con las extraordinarias vistas y el rojizo pueblo de Peracense a nuestros pies. ¡Qué manera más bonita de acabar!
Saludos, y recuerden que Teruel existe.
EL RURAL