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20 de abril de 2013

CINE - No serás un extraño (1955)

- De la serie REVIVAL DE BLANCO Y NEGRO

Requisito: que la película sea en blanco y negro y tenga por lo menos 50 años

Género:      Drama
Año:           1955
Duración:  135 minutos
Título original: Not as a Stranger (basada en la novela de Norton Thompson)

Muy buena

En un acto de masoquismo consciente (sabía con lo que me iba a encontrar) esta semana INTENTÉ visionar (sin ninguna pretensión técnica o crítica) dos producciones recientes de consumo masivo, en las que los efectos especiales privan sobre todos los demás aspectos. Pero afortunadamente uno puede controlar todavía ciertas acciones y, por lo tanto, sólo tuve que pulsar la tecla STOP para poner fin a mi sufrimiento.

Estos elementos de "tortura para el espectador" tienen nombre: OBLIVION y HULK. La primera me duró 20 minutos y la segunda poco más de media hora. De hecho, hay un público para ese tipo de cine, pero como este espacio lo reservo para mis gustos personales, omitiré toda nueva referencia a Oblivion y Hulk, y paso a lo que me interesa.

Busqué un "antídoto" y lo encontré en la Biblioteca de Mataró. Entre cientos o miles de títulos elegí casi al azar una de esas películas en blanco y negro de mitad del siglo pasado y las que soy tan aficionado; pocas me han defraudado. Así que como parte de la serie REVIVAL DE BLANCO Y NEGRO, me llevé a casa No serás un extraño, la ópera prima del director Stanley Kramer. No me equivoqué; para mi gusto personal es una gran película: por el argumento, la dirección, la fotografía, los actores. ¿Qué más se puede pedir?

Tal vez sea necesario tener una cierta edad y también nostalgia por una época determinada, pero lo cierto es que disfruto enormemente con estas películas en las que se "exprimía" al máximo a actores, argumento, fotografía y demás elementos que los realizadores tenían a su alcance; todo parecía más humano, real y creíble. Es verdad que los avances tecnológicos posibilitan que actualmente se hagan películas visualmente espectaculares y valiosas, pero también es cierto que otras muchas son verdaderos adefesios en los que se explota el nombre de algún actor que esté de moda. Pero, como en definitiva hay público para todo...

Lee Marvin, Frank Sinatra, Robert Mitchum
En No serás un extraño también hay una galería de actores y actrices que en esos momentos eran bien conocidos y valorados. Aquí, en papeles secundarios vemos a Broderick Crawford, Charles Bicdford y hasta Frank Sinatra, que en esta producción exhibe sólo su esmirriado físico en sustitución de su don más preciado: la voz.

La pareja central, Robert Mitchum y Olivia de Havilland, están correctos. A Mitchum puede pedírsele poco más que corrección en sus interpretaciones ya que, como actor es un bloque de cemento que camina como si llevara una vara de acero desde la cabeza a los pies y, además, tienen el dudoso honor de poseer uno de los rostros más inexpresivos del cine. Pero eso forma parte de su personalidad y me cae bien. No espero más de él y no engaña a nadie. Si lo eligen es que debe tener seguidores. Pero repito, me gusta su modo de actuar. También es evidente que en esa época no se conocía a Giorgio Armani.... Los trajes de Mitchum deben haber sido cortados por cualquiera menos por un sastre. En fin, modas.

Olivia de Havilland está bien en su papel de Kristina, una enfermera solterona y avejentada. Además, el pelo rubio, casi blanco, le agrega aún más años. Es muy diferente a la hermosa actriz de Rebecca y de las películas de aventuras que protagonizaba junto a Errol Flynn.
Stanley Krumer
Mitchum es un ambicioso estudiante de medicina que se queda sin dinero para pagar su carrera; se lo gastó todo su padre borrado (breve aparición de Lon Chaney).

Decide entonces casarse con la enfermera, perdidamente enamorada de él y con el dinero ahorrado por ella termina su carrera.  Se convierte en muy buen médico y cirujano pero antepone en forma desmedida su profesión a la relación con su esposa, hasta que finalmente un golpe del destino lo hace caer de su pedestal y.......(no voy a desvelar el final).

Y volviendo al principio, alguien con edad suficiente se acuerda de la serie El increíble Hulk? Esa en la que cuando el actor central se pasaba de revoluciones empezaba a "hincharse" hasta convertirse en el forzudo Hulk (papel que estaba a cargo de Lou Ferrigno, un físico culturista). Su cuerpo aumentaba de volumen hasta que los botones de las camisas estallaban y la parte baja de los pantalones reventaba, dejándolo prácticamente desnudo...salvo en la parte del pantalón que cubría las partes pudendas. Debían tener costura reforzada y tela elástica porque nunca lo dejaban expuesto......La candidez de esas escenas eran aceptadas y seguidas con interés y hasta afecto; era un cuerpo humano superdesarrollado.

El Hulk de estos tiempos tecnológicos es un mamarracho digitalizado con músculos descomunales de dibujos animados. Y ahora se avecina una versión "moderna" de El llanero solitario... ¿Qué será de nosotros, los nostálgicos del pasado?
*
La novela

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15 de febrero de 2013

Recomendaciones (4)


Hace unos días, en un momento de ocio, decidí ver una película: El sueño eterno (The Big Sleep), la versión fílmica de la conocida novela "negra" de Raymond Chandler. Me instalé cómodamente frente a la pantalla del ordenador (PC) y puse en marcha la proyección (quien piense en Humphrey Bogart y Lauren Baccall, tenga un poco de paciencia que ya llegarán en esta nota).

Esta versión es del año 1978, con guión y dirección de Michael Winner (no lo conozco), y con el pétreo Robert Mitchum en el papel del detective Philip Marlowe. También está un muy avejentado James Stewart en una aparición intrascendente. La "Lauren Bacall" es aquí Sarah Miles. Se dice que segundas partes nunca fueron buenas y esta película es una prueba de ello.

Pero sigamos con orden. La película es en color y ha sido adaptada a la época en que se filmó y no en la que transcurre la acción de la novela, que por cierto también había leído. No me disgustaba y tampoco me sorprendió el Mitchum de 60 años que aquí hace de detective privado. Sabemos que el rostro de Robert Mitchum será el mismo tanto si se le dice que tiene una mancha en la camisa, como si se entera de que acaba de caer una bomba atómica a dos calles de su casa.

Transcurrían los minutos y poco a poco me iba acordando del argumento. De repente, al llegar al minuto veinte recordé que tenía archivada la versión que en 1946 dirigió Howard Hawks, con el insuperable Humphrey Bogart (el de "Casablanca") y la muy sugestiva Lauren Bacall, su esposa en la vida real. Detuve la proyección, fui a los archivos y puse en marcha la versión en blanco y negro filmada 32 años antes. Para comparar.



Prácticamente las mismas escenas, pero que diferencia abismal entre una y otra. Pobres Sarah Miles y Michael Winner al lado de Lauren Bacall y Howard Hawks! Pero sobre todo, pobre el buenazo de Robert Mitchum, comparado con el "petiso" pero gran Bogart! No le llega ni a los talones, como suele decirse.

La fotografía en blanco y negro es de una calidad que averguenza al color de la versión más reciente. Los planos y encuadres del director Hawks son de un nivel que su colega Winner dificilmente pueda superar aunque filme diez versiones más. La iluminación de las escenas nocturnas con lluvia y los coches de época son un regalo para la vista. Y que decir de los diálogos! En la versión de 1978 el propio Winner se aventuró a escribir el guión, mientras que en la película dirigida por Hawks trabajaron tres guionistas, entre ellos WILLIAM FAULKNER, nada menos! Por eso los diálogos son tan brillantes.

¿Queda alguna duda en cuanto a cual es la versión que sugiero para esta RECOMENDACIÓN (4)?
- J.T.


Recomendaciones anteriores

Cosmos (Carl Sagan) Divulgación
Homeland, serie de TV
El artista, película 

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2 de marzo de 2012

CINE - Cara de ángel (1952)


Requisito: que la película sea en blanco y negro y tenga por lo menos 50 años

Género:         Suspenso
Año:              1952
Duración:      91 minutos
Título original:  Angel Face
Música:        Dimitri Tiomkin

Muy buena

Está interesante este repaso de viejas películas en blanco y negro. Aquí nos encontramos con una excelente Jean Simmons y el siempre taquillero Robert Mitchum, ambos dirigidos con mucha maestría por el exitoso Otto Preminger, quién a través de reiterados primeros planos y un magnífico encuadre en las tomas, atrapa al espectador en todo el desarrollo de la película. El final puede parecer un tanto melodramático, pero parece ser el adecuado, si bien es previsible.

Pero el desenlace se intuye recién en los últimos minutos de una película que tiene todos los ingredientes del género: un crimen, un juicio, un veredicto y las secuelas del mismo. El director extrajo de Jean Simmons una de las mejores interpretaciones de su carrera en el papel de una mujer fría, calculadora y un poco trastornada.

En cuanto a Robert Mitchum, sólo tuvo que dejar que la cámara enfoque su hierático rostro; como más inexpresivo se vea más se acentúa esa personalidad de "rudo" que ha impuesto en tantas películas, la mayoría de corte policial, que le dieron fama.

Aquí interpreta a Frank Jessup, un ex piloto de carrera que trabaja ahora como chófer de ambulancia. Después de un llamado para acudir al lugar de un confuso accidente casero, conoce a Diane (Jean Simmons)  de la que se siente atraído inmediatamente, correspondiendo a un sentimiento similar por parte de ella. Diane, hija de una acaudalada familia, idolatra a su padre y desprecia a su madastra. Hay una escena en la que Diane toca dulcemente el piano con la mirada perdida y una expresión que sugiere que algo sórdido está tramando; mérito del director y de la actriz.

La maquiavélica Diana consigue que el padre contrate como chófer al pétreo Mitchum y pone en marcha su plan para el crimen que da lugar al juicio. Pero algo sale mal y el asesinato no resulta exactamente como lo había planeado.

La película se desarrolla de acuerdo al estilo de Otto Preminger: hablar por medio de las imágenes.
La excelente música de Dimitri Tiomkin ayuda también a crear el ambiente adecuado.

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