Escrito por Luis Roca Jusmet
El cine se dice de muchas maneras. El llamado séptimo arte no se reduce a una única función. "Erase una vez en Hollywood" es, para mí, el mejor ejemplo de una de ellas. Me refiero al cine-espectáculo, al cine-diversión en su mejor sentido. En pasarlo realmente bien, disfrutar, gozar durante casi tres horas. Y de una manera inteligente, trabajada, bien pensada y bien realizada.
He de decir que no soy un admirador de Tarantino. He visto unas cuantas películas que, en general, me han parecido desiguales. Nunca salí con entusiasmo de ninguna de sus películas. Hasta llegar a esta. Aquí le doy un SÍ sin reserva. Tarantino creo que se ha ganado plenamente, con esta película, pasar a los clásicos del cine. Y justamente con un homenaje divertido, irónico a la vez de tierno, del imaginario del Hollywood de finales de los 60. Imaginario que el propio director evoca de su infancia pero que a algunos, como el que escribe, nos cogió en la adolescencia. Series y películas B de acción, el spaghetti-western, la música pop-rock, los hippies, el pop, Bruce Lee, el cine innovador de Román Polanski... y la trágica muerte de Sharon Tate por Charles Manson y su secta.
Todo ello da pie a una historia en el que se mezclan la ficción con historia y personajes reales, todo ello según el arbitario designio de la fantasía de Quentin Tarantino. Escenas memorables como la del tándem Brad Pitt-Bruce Lee, o el encuentro de Brad Pitt con Margareth Qualey hasta llegar a Bruce Dern ( en una atmósfera que me recuerda a David Lynch) o Sharon Tate viendo su propia película en una sesión matinal...Con una espléndida banda sonora, una excelente interpretación del tándem DiCaprio-Pitt y el resto de actores y el pulso firme de Tarantino en un a narrativa que nunca se le escapa de las manos. Personalmente agradezco la contención en las escenas de violencia, que solo explota al final de la película.
En resumen : tres horas de goce cinematogáfico para un público amplísimo que no se reduce a los fans de Tarantino. Cine del bueno, a mi modo de ver.