En cincuenta años no ha cambiado la imperterrita insolidaridad de los tandilenses en este punto; sigue igual que hace una o dos generaciones atrás. Han pasado muchas pestes políticas en el país, pero ninguna parece modificar la petrea personalidad del tandilense medio: individualista, conservador y con un desprecio hacia su vecino como si fuera su enemigo a eliminar. No hay campañas ni llamado de las autoridades-de todo tipo- para que hagan un uso responsable de un derecho como es el abastecimiento de agua potable, y así, poder gozar todos por igual del agua.
En estos días agobiantes y de calores intensos se hace más patético el disvalor de la insolidaridad en todos aquellos que sin el menor sentido de comunidad, llenan sus piletas con agua potable, poniendo en riesgo a miles de niños y niñas que necesitan de un mínimo de agua para no sufrir de las enfermedades del verano. No hablemos de los mayores y familias que sufren por no contar con un abastecimiento básico para sus necesidades básicas.
Reflexionemos y pongamos un granito de arena en este asunto tan grave; y pensemos que esta ola de calor durará unos cuantos días más y con más temperatura de la que tenemos hoy. Solamente con cuidar un elemento vital para la vida humana como es el agua, estaremos dando un ejemplo de pertenencia a una comunidad que nos contiene y nos cobija. No pidamos después solidaridad cuando algún problema nos aqueja, sino hacemos un esfuerzo solidario en este asunto del agua.
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