crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

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miércoles, 6 de febrero de 2013

Soleá: tono de Polo, aire de Jaleo, queja de Caña

6 comentarios:
El polo ha sido, desde las postrimerías del siglo XVIII, uno de los estilos que más y mejor han definido lo andaluz, será por que hacía de la dominante del modo menor la verdadera tónica de su tonalidad. El modo armónico propio del toque flamenco es santo y seña del género. Seguiriyas, soleares y tientos siguen esa tonalidad, así como muchos tangos y bulerías. Para muchos lo que se acompaña en modo mayor o menor es menos flamenco. Ellos sabrán. Lo cierto es que el polo andaluz, con este apellido en concreto, aparece anunciado con frecuencia. Podría ser que se refiera en concreto a un modelo de polo bastante cercano a lo que hoy llamaos soleá. Lo canta Paquirri en su actuación de 1847 en Cádiz junto al jaleo de la gariana (otra posible soleá). Hoy traemos la noticia de uno cantado en 1823 por la Sra. Loreto García con motivo de la libertad de la familia real, los tiempos en que Ramón Carnicer tenía mando en plaza.
Diario de Madrid 1/12/1823
Llevo rato pensando que, si la soleá, como todos los estilos musicales, cristalizó hacia 1850 a partir de elementos dispersos en el ambiente gaditobéticomalacitano procedentes de otros estilos, éstos podrían haber sido: el polo, en cuanto a la tonalidad adoptada por la guitarra, la caña, en la intención melódica y formal, y el jaleo como soporte métrico propiciando la tan genuina rítmica soleaera. Y también creo que habría intervenido en la gestación de la criatura la petenera veracruzana. Soleá mestiza, como todo el flamenco. Aquí me tienen ustedes diseccionando estilos musicales. Menos mal que ya pronto voy a escuchar en vivo 'Las verdades del banquero'. Espero comentarios de los inteligentes lectores del Afinador.
El dúo de bolero y caña del álbum Regalo Lírico (hacia 1830). Comienza la caña y se le une el bolero en la segunda vuelta, todo un ejercicio de contrapunto de dos tonadas unidas por la vida bajoandaluza tras la guerra y el Asedio

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Playeras de playa o plañidera

1 comentario:
No está muy claro si las playeras, antecedente musical y literario de las seguiriyas, se designan así por ser las que se cantan por la orilla de la playa o por estar inspiradas en los cantos de las plañideras, preferentemente gitanas, que eran contratadas en los sepelios para echarse unas lágrimas y cantiñear unas seguiriyas decimonónicas, tesis de José María Sbarbi de 1879, y desde entonces la más extendida, Demófilo incluido. Aportemos algún granito a la balanza costera, ya que, como vigués, el terruño obliga.
Jose Luis Navarro se inclina por la playa en el artículo 'La Playera' del primer tomo de 'Historia del Flamenco' (Tartessos 1995) donde hace un pormenorizado repaso al estado de la cuestión, siendo hasta la fecha la mención en el sainete de González del Castillo El soldado fanfarrón (segunda parte) la más antigua, canta Blas jaleado la playera, y se toca y baila el ole (seguiriya y soleá de finales del XVIII), además del zorongo y otros aires. Del Castillo falleció a causa de la peste en 1800 aunque no se publicaron sus sainetes hasta 1812. Karol Dembowski en 1838 sitúa las playeras en Málaga. Si es en la playa será playera, no plañidera, concluye Navarro.
Aunque desconocemos la fecha exacta del estreno del Soldado de Castillo, tiene que ser de finales del XVIII. Cuarenta años después, las playeras del Fanfarrón las canta la señora Monterroso en Madrid, el 8 de diciembre de 1837. El anuncio de día 4 no las cita, por lo que debieron llamar la atención al ser anunciadas cuatro días después.
Antonio Barberán aporta una noticia de 1886 de una playera que hace referencia a 1816 cantada por Perico Mariano (de Utrera o lebrija): Yo no soy deste gaó... El estudioso gaditano se inclina hacia la tesis de Sbarbi. José Gelardo confirmó esa letra con una noticia de 1830 aparecida en el blog El eco de la memoria: Yo no soy de esta tierra...
En este blog ya aportamos la noticia de la tanda de playeras en el Cádiz de 1841
Por su parte en el álbum Colección de aires populares de Manuel Fernández Grajal, editado en 1866, encontramos uno titulado curiosamente Playera o Caña, con un aire que es lo más parecido a una seguiriya de lo que se puede hallar en las partituras del XIX. Comenzando a contar en 5 tiempos, el primero estaría en el segundo tiempo del 3/4. Por música y letra lo que se llamó playera es seguiriya flamenca. Solo nos queda verificar si es de playa o de plañir.
Las penas son menos a la orilla del mar, refugio de desconsolados, así que la tristeza bien puede ser playera, además de plañidera.
El Diccionario de la lengua castellana escrito por la RAE en su décimotercera edición de 1809 ya lo define como (de playa). Cierto aire popular andaluz.
Entiendo que la tesis plañidera puede parecer más acorde con el espíritu de la seguiriya, pero me atrevo a hacer una aportación: La tonadilla a dúo Un barquero y la pastora compuesta por Luis Misón y estrenada en Madrid en 1765 encomienza: Que  hermosa vista cuando el sol raya, ver en la playa tranquilo el mar, y el vientecito que hincha las velas, de mi Barquito ya la hace andar.
Pero lo mejor llega cuando el pescador canta: 'mientras yo doy al aire mis ayes y lamentos'. ¿Ayes y lamentos? seguiriyas playeras.
Seguiremos indagando.

sábado, 16 de julio de 2011

De La Habana vengo, señores

4 comentarios:
El Afinador parece obsesionado con la presencia americana en el flamenco, dirán muchos. No. Sólo intenta resaltar el hecho comprobado de cómo la vida bajo-andaluza de los siglos XVI al XX estuvo dominada por la constante interacción entre ambas orillas del mar océano. Hoy traigo una serie de anuncios aparecidos en el Diario Mercantil del año 1830. Los dulces de guayaba, piña, etc. 'venidos últimamente de la Habana en la fragata Estados Unidos', también el tabaco de la Habana de la 'huerta de abajo' (Vueltabajo), y el anuncio de una tal Benita Díaz, 'natural del reyno de Méjico, de 17 años de edad que busca casa para criar'. Qué nanas cantaría Benita, qué sones mejicanos traería consigo, qué canciones cubanas llegaban entre los dulces y el tabaco, una historia común tan fascinante como poco estudiada.
Si pretendemos creer que lo americano en el flamenco se limita a los llamados 'cantes de ida y vuelta' no estaremos haciendo honor a la verdad. Soy de la opinión, como ya saben los lectores del AdN, que el flamenco está totalmente impregnado de elementos musicales de procedencia indiana. Anuncios como éste no hacen más que confirmar que las influencias ultramarinas en la vida cotidiana de Cádiz o Sevilla fueron constantes y de lo más variopinto. Un botón, la letra que Matrona interpretó como macho primitivo del polo: 'De La Habana vengo señores, de bailar un fandango, que entre mulatas y chinas me lo están chancleteando'. Saludos y gracias por seguir el blog.

sábado, 22 de mayo de 2010

De cómo las canciones callejeras pasaban al teatro

1 comentario:
Se trata de un tema bien interesante, siempre discutido y conveniente-mente alegado en diversas teorías sobre el origen de lo flamenco. Soy de la opinión que el repertorio musical pasa de unas clases sociales a otras en  las más diversas direcciones, del folklore a lo popular y de ahí al académico es la más extendida. Pero también del teatro pasa al pueblo que cantiñea lo que ha escuchado esa noche o los días anteriores, popularizando melodías que después se incrustarán incluso en el folklore. Pero no solo de melodías cantables trata el temita, también harán el viaje técnicas instrumentales y hasta pequeños motivos rítmicos, todo se aprovecha con tal de afinar la expresión musical de un determinado momento y lugar. La noticia que traigo tiene de nuevo a Sr. Luis Alonso entre sus protagonistas. El Diario Mercantil de la capital gaditana publicó el lunes 4 de enero de 1830 la siguiente función en el Teatro de San Fernando*: Boleras del chungué (por las Sras. López, Entiles, y los Sres. Alonso y Ponce, las que serán intermediadas por dos ciegos que imitarán en lo posible a los que cantaban dicha canción por las calles. ¿Cómo serían esas boleras del chungué? El nombre no puede ser más flamencón. También se hizo en ese día el sainete de González del Castillo 'El día de toros en Cádiz o El gitano Canuto Mojarra', treinta años después de la muerte del insigne autor gaditano. Otro título cañí. Saludos y gracias por comentar.
* Así se llamaba el Teatro del Balón cuando se inauguró en 1812 antes de adoptar la denominación popular, construido en un solar 'fuera del alcance de las baterías enemigas'. Muchos estudiosos creen que en ese solar se levantó en 1871 el Gran Teatro que pereció entre llamas en 1881, donde se construyó por fin uno de piedra, inaugurado con La Boheme de Puccini en 1910, y que en pasaría a llamarse Falla en 1926. Imposible, el Balón estuvo abierto hasta 1881, diez años después de la inauguración del Gran Teatro. Ese si que fue un Gran Teatro para el flamenco, como se puede ir apreciando en este blog. 

domingo, 2 de mayo de 2010

Variadito gaditano de 1830

2 comentarios:
Un ejemplo de la variedad de obras que se representaban en los teatros gaditanos de 1830 puede ser este del jueves 16 de Diciembre aparecido en la sección de Diversiones Públicas de El Diario Mercantil. Espectáculo a beneficio del maestro de baile el Sr. Luis Alonso (recordado en dos zarzuelas, Las bodas y El baile). Entre otras obras se representaron 'Los caleseros de Cádiz o el jaleo de los americanos en el ventorrillo de Isabel (sainete nuevo de un ingenio de esta ciudad, en el que se cantará por un profesor la Cirila veracruzana, y será bailada por la Sra. Rodríguez, aficionada, y el dicho profesor  tocará y cantará el tan celebrado tango de los Manglares de la Habana, que será también bailado por ocho aficionados, concluyendo con la JURGA'. La Cirila, otro son jarocho que, como la petenera, venía de México para entretener al público de Cádiz, formando parte de una obra, que ojalá algún día encontremos, con un título sugerente de ambientes preflamencos. Y el tanguito del manglar habanero, cuna, como nos recordó Fernando Ortiz, de negros curros, morenos de chaquetilla hijos de la cultura cubana tamizada por lo andaluz. Y la JURGA, ¿No será la juerga? Saludos desde Conil y gracias por comentar.