Llevo exactamente un año sin trabajar, mi embarazo resultó más complicado de lo que esperábamos ¡vaya! yo que siempre había dicho de trabajar hasta que no pudiera agacharme, y es que una no puede programar nada, y mucho menos un embarazo.
Como mi bixi nació el 4 de Junio me quedé sin plaza en la escuela donde trabajo, y es que al estar conveniada con la Junta de Andalucía, o naces antes del 12 de mayo o te buscas una privada ( que te guste y eso siendo yo es complicado pues soy demasiado exigente).
Tras la baja maternal, vacaciones y lactancia acumulada (aunque suene a mucho tiempo, es una miseria) decidí pedir una excedencia durante siete meses más, así que el curso próximo me incorporaré nuevamente a mi aula, a la clase de los duendes ^-^
Hasta aquí todo bien, el problema o la angustia viene cuando ahora, en el mes de abril, he solicitado nuevamente plaza para mi hija en el centro infantil donde trabajo, y es que estoy cansada de escuchar, cosas como "cuando trabajes te la llevarás contigo ¿no?", "vaya que suerte trabajar en una guardería para poder tener cerca a tu hija"...
Para empezar trabajo en una escuela infantil no en un parque público (me refiero a que no soy un columpio), no sé a lo que las madres estarán acostumbradas en sus trabajos, pero mi madre no me ha llevado nunca al suyo en horario laboral ¿o es normal eso? pues nosotras (hablo de mis compañeras de trabajo) igual porque en nuestro centro "caben los que caben".
Así que estoy en casi la misma situación que cualquier madre de la zona que quiera optar por una plaza en mi escuela infantil, ya que como las normas las pone la Junta de Andalucía, no hay ni trampa ni cartón (vaya que aquí de enchufe vamos sobrados, pero en la pared y a una altura curiosa), así que hasta el mes de mayo, no sabremos si estará admitida o no. ¿Y qué harás si no entra? Pues mire, esto no quiero ni planteármelo, porque por primera vez en la vida no quiero adelantarme en cuanto a lo negativo se refiere, ya que me agobiaría mucho, y ya me lo plantearé (nos lo plantearemos) cuando llegue el momento porque entre tu y yo: En mi barrio no hay escuela infantil que me llame la atención, ya dije que soy muy exigente y no sólo hay que fijarse en los metros cuadrados o en lo brillante que luce la tarima flotante ¡no! la calidad para mi, es otra cosa.
¿Pero no sabes si te va a entrar a estas alturas? Pues mire no, ya que puede ocurrir que el último día (30 de abril) vengan nueve personas con más puntos que yo a echar la solicitud (porque todo es posible) así que solo me queda cruzar los dedos y dejar el pesimismo de lado ya que no depende de mi, sino del numero de plazas vacantes del centro y de los puntos que tengan el resto de solicitantes.
Con respecto al otro comentario que también suelen hacerme, lo dejaré para el siguiente capítulo porque también tiene miga y no me quiero adelantar (si eres madre y maestra, seguro que me entiendes).
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