
No hay nada que Hollywood ame más (aparte de los finales felices) que los
regresos. En la historia del cine ha habido varios regresos de artistas que, por distintos motivos, habían caído en "desgracia" y luego, por los avatares del destino, resurgieron de sus cenizas. El más reciente en esta historia de renacimientos es el de
Mickey Rourke, flamante ganador del
Globo de Oro al
Mejor Actor Dramático (por
The Wrestler), y serio candidato a llevarse el
Oscar. También este año se destacó
Robert Downey Jr., aunque lo suyo fue más una confirmación que un regreso, ya que venía laburando bastante. Habrá que ver si lo de
Rourke se afirma como una vuelta a los primeros planos, o termina siendo sólo un punto alto en su llanura artística.
Aquí, algunos ejemplos de regresos del cine, y el desenlace que tuvieron:
Burt Reynolds (
Boogie Nights, 1997): una de las estrellas más exitosas de la década del '70,
Reynolds cayó en un pozo durante los '80 y los '90. Excepto por su exitosa serie de TV
Evening Shade, su carrera naufragaba entre proyectos mediocres y poco exitosos. Pero en 1997
Paul Thomas Anderson lo rescató, dándole el rol del cineasta pornógrafo J
ack Horner. Su actuación le valió varios premios y una nominación al
Oscar como
Actor de Reparto. Lamentablemente, perdió contra
Robin Williams, algo de lo cual nunca se recuperó del todo (¿quién podría?), volviendo a la mediocridad habitual.
Marlon Brando (
The Godfather, 1972): un genio indiscutido que tuvo una década del 50 gloriosa. Pero, dado su caráctar inestable y problemático, comenzó a ser visto como un cuco por los productores. Así fue que, entrados los años '60, nadie quería arriesgarse a contratarlo. Hasta que llegó
Coppola y le exigió a Paramount que le diera una chance para interpretar a
Vito Corleone. Lo hicieron, y el resto es historia,
Oscar incluido.
Brando afianzaría su regreso al año siguiente con
Last Tango in Paris, otra actuación memorable. Luego, nuevamente, su carrera continuó de forma errática, lo mismo que su vida privada.
John Travolta (
Pulp Fiction, 1994): hasta que
Tarantino lo rescató de la mediocridad,
Travolta seguía siendo visto como
Tony Manero, el bailarín de
Saturday Night Fever. Pero su interpretación de
Vincent Vega redefinió su carrera, logrando tal vez el renacimiento más exitoso en la historia del cine. Si bien desde entonces ha participado en varios bodrios,
Travolta supo aprovechar su regreso, y sigue siendo uno de los actores más importantes y cotizados de Hollywood.
Dennis Hopper (
Blue Velvet, 1986): un actor que comenzó en los '50 junto a íconos como
James Dean, y que a fines de los '60 tocó la gloria al actuar y dirigir
Easy Rider. Pero luego, su grave adicción a las drogas lo llevó al borde de la locura, apareciendo sólo esporádicamente en films, como
Apocalypse Now. En los '80 comenzó un lento "regreso", hasta que en 1986
David Lynch le dio el papel de
Frank Booth en
Blue Velvet. Su actuación, terrorífica, cómica y exagerada, lo devolvió a los primeros planos. Su regreso se consolidó ese mismo año, al ser nominado al
Oscar por
Hoosiers. Hasta el día de hoy,
Hopper ha logrado mantener una carrera activa y exitosa, principalmente como actor de reparto.
Al Pacino (
Sea of love, 1989): actor fundamental del cine norteamericano de los '70,
Pacino tuvo una serie terrible de fracasos desde mediados de esa década hasta fines de los '80 (incluyendo
Scarface, a pesar del seguimiento de culto que luego obtendría). Pero con esta peli el viejo
Al recuperó, como
Austin Powers, su
mojo. No sólo demostró que podía protagonizar un éxito, sino que podía ser sexy(!). Los años siguientes serían los más exitosos, comercialmente, de su carrera, y terminaría obteniendo el tan esquivo
Oscar a
Mejor Actor por
Scent of a Woman, en 1992.