MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Nuevo manuscrito de Kafka

11.26.2009
Franz Kafka, más kafkiano imposible. Fuente: revistañ

El proceso de Kakfa no termina. Ahora, entra en escena una caja fuerte en Zurich donde podría haber manuscritos ambicionados por varios herederos y países. Debieron quemar todo y al diablo. ¡Oh Kafka! ¡Oh Humanidad! Dice la nota en Ñ:

La odisea de ambiciones y traiciones que ha revelado la disputa por el legado de Franz Kafka (1883-1924) ha dado un nuevo giro con el hallazgo de una caja fuerte en Zúrich, que puede cambiar la suerte de los demandantes israelíes en el caso."Pensamos que en Zúrich están los documentos más importantes y por eso fueron sacados de Israel de forma clandestina, vulnerando la ley", afirmó a Efe el abogado de la Biblioteca Nacional de Israel, Meir Heller, que lucha en un "kafkiano" proceso judicial por el legado de uno de los escritores más importantes del siglo XX.Pese a no ser un texto literario, la misiva está considerada una de las cumbres de la escritura de Kafka y su venta en una subasta alcanzaría, con toda seguridad, cifras de muchos dígitos. [...] "Brod nunca vendió una sola obra de Kafka porque era un anticapitalista convencido y admiraba a su amigo de una forma imposible de describir. Antes incluso de que Kafka muriera, Brod buscaba en las papeleras para rescatar los textos que éste tiraba", explicó a Efe Nurit Pegui, investigadora de la Universidad de Haifa enfrascada en una tesis doctoral sobre Brod.Hoffe, en cambio, se hizo millonaria con la venta del original de "El proceso" (hoy en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach), vulneró un contrato con las autoridades israelíes para fotocopiar el legado y cobró una jugosa suma a una editorial suiza a cambio de unos diarios de Brod que nunca entregó."Sí, Kafka se revolvería en la tumba si supiera cómo han acabado sus manuscritos, Brod, con lo anticapitalista que era, lo haría aún más", apunta Heller entre risas. [...] El descubrimiento de la caja fuerte de Zúrich, propiedad de Eva Hoffe, es una arma de doble filo para la biblioteca israelí en un litigio legal que ha dejado sesiones a puerta cerrada repletas de gritos y amenazas.De momento, se esperan para diciembre y enero nuevas vistas en este zigzagueante proceso repleto de sorpresas en el que se decidirá el destino del legado del literato que plasmó como nadie las angustias del hombre moderno.

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Kafkianada

10.20.2009
Franz Kafka. Ilustración en "El País"

Llamar "Kafkiano" al proceso que está ocurriendo con algunos de los papeles póstumos de Franz Kafka es una ironía fácil. Pero no por ello menos precisa. Los manuscritos de Kafka en manos de dos ancianas están empantanados en su propio proceso. Cuenta "El País":

(...) es posible que dos señoras residentes en Israel, ambas de avanzada edad y supervivientes del Holocausto, se sientan un poco como Josef K. porque, debido al conflicto entre Israel y Alemania por el manuscrito o pueden reclamar su herencia que podría sacarlas de la pobreza. Ruth y Hava Hoffe llevan dos años esperando a que se les entregue la herencia de su madre, fallecida a la edad de 101 años, pero el proceso ha sido bloqueado por la justicia israelí por temor a que otros manuscritos de Kafka sean sacados del país, como ocurrió con El proceso. (...) La odisea de los documentos empieza ya con ese momento en que Kafka, ya moribundo, le pide a su amigo y albacea testamentario Max Brod que queme sus manuscritos después de su muerte, en 1924. Brod no sólo no cumplió la última voluntad de Kafka -que había editado pocos textos- sino que publicó sus obras, que le darían una fama mundial póstuma y lo rodearían además de un aura de leyenda. Además, Brod conservó los manuscritos originales y en 1939, cuando logró huir de Praga con destino a Palestina, se los llevó con él en una maleta. Brod murió en 1968, en Jerusalén, y su secretaria Esther Hoffe heredó sus bienes, incluidos los manuscritos de Kafka que ya para ese momento era visto como un indiscutible clásico de la modernidad. En 1988, Hoffe decide separarse de parte de los documentos kafkianos y vende, entre otras cosas, el manuscrito de El proceso que fue adquirido por el Archivo de Literatura Alemana -por cerca de 2 millones de dólares- en una subasta realizada en Londres. Cuando muere, le deja a sus hijas Ruth y Hava lo que quedaba del archivo de Max Brod, en donde se sospecha que hay otros manuscritos de Kafka, además de otros bienes de alto valor pero el proceso de sucesión se encuentra bloqueado por culpa de El proceso. El director del Archivo, Ulrich Rauff, sostiene que no hay duda alguna sobre la legalidad de la adquisición del manuscrito, que se hizo "ante los ojos del mundo" sin que se hubiese presentado reclamaciones en los 21 años que han transcurrido desde entonces y se ha declarado irritado por las exigencias israelíes. Rauff no ve razón para devolver el manuscrito que forma parte de la tradición de la literatura en lengua alemana. En Israel se sostiene que con la venta de el manuscrito de El proceso en una subasta en Londres se violó una ley nacional que prohíbe sacar bienes culturales del país. Otro argumento es que con la venta del manuscrito no se respetó la última voluntad de Max Brod, a lo que hay quien responde que, si del respeto de las últimas voluntades se tratara, el documento debería quemarse como lo había pedido Kafka. Mientras tanto Ruth y Hava Hoffe esperan su herencia.

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El proceso de Kafka

9.09.2009
Manuscritos de Franz Kafka en Praga. Fuente: Pablo Sánchez/ flick.r

No el proceso de Franz Kafka, en realidad, sino de algunos de sus manuscritos. Actualmente hay un largo, tedioso y, obviamente, kafkiano proceso judicial seguido por la Biblioteca Nacional de Israel para evitar que los manuscritos salvador por Max Brod no sean recuperados y vendidos por las herederas. La trama es como sigue:

En 1939, tras la invasión nazi a Checoslovaquia, Brod cargó una maleta con los papeles de Kafka y se fue a Tel Aviv, donde cedió algunos materiales a archivos oficiales. A su muerte, en 1968, el legado pasó a manos de Hoffe, quien se negó a mostrar los documentos en varias de las oportunidades en que le fueron requeridos. Sin embargo, se ocupó de hacer saber que poseía documentos valiosísimos y textos desconocidos de Kafka. En 1974 se la detuvo al intentar salir del país llevando cartas del escritor y fue entonces cuando debió acceder a que sus posesiones fueran registradas y copiadas por las autoridades. Pese a ello se sospecha que los textos más valiosos continuaron ocultos en su departamento de Tel Aviv. Hace dos años, tras la muerte de Hoffe, los tesoros pasaron a manos de sus hijas, quienes se negaron a donarlos para su conservación en la Biblioteca Nacional. De allí el proceso legal que impide a las mujeres, que rondan los 80 años, disponer de su herencia. Para liberarla, las hermanas Hoffe -que están en malas condiciones económicas- han llevado su demanda a la Corte Suprema de Jerusalén.

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Anglofilia: 100 libros Newsweek

7.13.2009
Libros en instalación. Fuente: convalor

La revista Newsweek ha hecho una lista, o más propiamente una "Meta-Lista", de los 100 mejores libros de todos los tiempos. ¿Por qué la llaman Meta-Lista? porque para su elaboración se han basado en 10 listas anteriores, con similares preguntas, hechas por medios de prensa. Se refieren a las listad siguientes: The Telegraph’s 110 best books/The Perfect Library, The Guardian’s top 100 books, Oprah’s Book Club, the St. John’s College reading list, Wikipedia’s list of all-time bestsellers, the New York Public Library’s books of the century, the Radcliffe Publishing Course’s list of the 100 best English-language novels of the 20th century, The Modern Library’s 100 best novels and 100 best works of nonfiction, Time’s 100 best English-language novels from 1923 to the present, and NEWSWEEK’s own list of current top 50 choices. Es obvio que las novelas elegidas siguen los cánones anglosajones de lo que es una buena novela y lo que son obras "esenciales" para ellas. Entre los 1o primeros puestos, por ejemplo, aparecen solo tres no anglófonos (Tolstoi, Homero y Dante Aligheri) aunque, cabe resaltar, La Guerra y la Paz está en primer lugar. Y entre los primeros 25, solo hay cinco autores no anglófonos. Kafka no aparece, Flaubert está en el 46 y Proust tiene que hacer cola hasta el puesto 65. Obviamente, no esperen demasiado en castellano, por si acaso. O no esperen nada (el único mencionado, en el puesto 17, es Cien años de soledad de García Márquez, y Miguel de Cervantes- increíblemente- no aparece). En diversos blogs han rebotado y traducido la Meta-lista. Dejo aquí los primeros 25 puestos.

1) Guerra y paz, León Tolstoi

2) 1984, George Orwells

3) Ulises, Joyce

4) Lolita, Vladimir Nabokov

5) El sonido y la furia, William Faulkner

6) El hombre invisible, Ralph Ellison

7) Al faro, Virginia Woolf

8) La iliada y la Odisea, Homero

9) Orgullo y prejuicio, Jane Austen

10) Divina Comedia, Dante

11) Cuentos de Canterbury, Geoffrey Chaucer

12) Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift

13) Middlemarch, George Eliot

14) Todo se desmorona, Chinua Achebe

15) El guardián entre el centeno, J. D. Salinger

16) Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell

17) Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

18) El gran Gatsby, Scott Fitzgerald

19) Catch 22, Joseph Heller

20) Beloved, Toni Morrison

21) Viñas de Ira, John Steinbeck

22) Hijos de la medianoche, Salman Rushdie

23) Un mundo feliz, Aldous Huxley

24) Mrs. Dalloway, Virginia Woolf

25) Hijo nativo, Richard Wright

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Kafka funny boy

6.09.2009
Kafka con sombrero y botas. Fuente: hotelkafka

Cuando Kafka vino hacia mí... (Acantilado) es el último, y el más radical, intento de desmitificar la imagen de doliente ser humano que Franz Kafka deja asomar en sus novelas y expone abiertamente en sus diarios y su corresponndencia. ¿Es realmente Kafka el hombre guapo, divertido, festejero que estos 45 testimonios de amigos de época denuncian? ¿O era el hombre atribulado e hipocondriaco de sus escritos? Misterio. Dice la nota en Ñ:

Leer Cuando Kafka vino hacia mí... (Acantilado), estimulante volumen que recoge 45 testimonios de personas que conocieron a uno de los mayores escritores del siglo XX - esto es, hablaron, bromearon, trabajaron o flirtearon con él, lo editaron, se pelearon, cartearon, o incluso convivieron o lo amaron-, nos hace sentir como si estuviéramos presenciando uno de esos documentales anglosajones repleto de testimonios y, sobre todo, hace emerger al Kafka ser humano, en ocasiones muy diferente a la imagen gris y tristona que nos hemos forjado de él a partir de sus libros y algunos testimonios menos mundanos. El -feliz- responsable de este documento periodístico es el editor Hans-Gerd Koch, quien fue el primer sorprendido de ver que la realidad le desmontaba "la imagen estereotipada de un Kafka introvertido, que sufría por sus circunstancias vitales, místico, visionario de un mundo dominado por oscuras, absurdas y anónimas burocracias". Nada de eso. Estos testimonios permiten erigir, según interese, la imagen de un Kafka alegre, vital y seductor o la de uno introvertido y torturado. (...) Su hermana se queja de que "de vez en cuando se escapaba para irse a vivir con alguna mujer". Otros lo divisaron en un parque público enseñando a los niños a jugar al diábolo. Su compañero de trabajo Alois Gütling explica que, en la pausa del bocadillo, mientras todos devoraban "ricos derivados del cerdo", él "sacaba el panecillo con mantequilla que había traído de casa y mandaba que le subieran leche o un yogurt" (ah, nadie en la oficina sabía que escribía). (...) Muchos resaltan su modo de vestir. El anarquista Michal Mares -que se lo llevó a conferencias sobre el amor libre o contra la guerra- se lo encontraba por la calle con "un sombrerillo de fieltro negro, calado, un bombín", a veces con libros de poesía bajo el brazo, otras "caminando con los brazos a la espalda, a la manera de Beethoven, observando la vida en las calles y en los jardines públicos". Y continúa: "Y así al ver por la calle a Franz Kafka, aquel muchacho alto como un árbol, de piernas largas, vestido de manera fabulosa, nos reíamos y nos hacíamos esta pregunta que no llegábamos a expresar: ¿qué es lo que eres, querido, siempre tan guapo y con una sonrisa? La suya era una sonrisa especialmente hermosa". Oímos también, en los recuerdos de sus amigos, hablar al propio Kafka. A Oskar Baum le dijo: "Cuando uno no necesita desviarse de los hechos por ocurrencias del estilo, la seducción es más intensa". A su editor: "Le estaré siempre mucho más agradecido por la devolución de mis manuscritos que por su publicación". Al final, el libro nos convierte en 'voyeurs' de su entierro, con la imagen de su padre -al que tanto odió- llevando el ataúd, como en una tragedia griega.

A propósito, no pueden perderse el post de Ezequiel Martínez en el mismo Ñ sobre el error de traducción en el título de La transformación, traducida célebre y equívocamente como La metamorfosis.

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Las cartas de la amante de Apollinaire

12.28.2008
un caligrama de Apollinaire. Fuente: elpaís

Se van a publicar en España por primera vez las cartas a la amante de Apollinaire, enviadas durante la I Guerra Mundial. La verdad es que no me llaman tanto la atención: dudo que sean tan inteligentes y lúcidas como las de Gustave Flaubert a Lousie Collet; tan arrebatadas e hipocondriacas como las de Kafka a Milena; o tan pornográficas como las de Joyce a Nora. Después de eso, solo queda escribir mensajitos en facebook. Eso sí, en algunas de ellas pueden encontrar algunos caligramas. No podría con su genio. Dice la nota:

En Cartas a Lou, Apollinaire "explora y experimenta nuevas vías literarias". Son textos puramente vanguardistas, que escribió mientras estaba en el frente, al que acudió voluntariamente. Apollinaire conoció a Lou en septiembre de 1914, poco antes de incorporarse al 38 Regimiento de Artillería de Campaña y de ese encuentro nació una apasionada y encendida relación amorosa. Los poemas y las cartas en que se arroparon muestran la evolución de su relación y su exploración literaria: están sus primeros caligramas, textos ideogramáticos que luego se convertirían en su gran aportación a la poesía de las vanguardias de principios de siglo XX.
En ellas, dice Pino, se puede observar su experimentación poética, "desde unos poemas más clásicos, que siguen los esquemas tradicionales métricos, hasta unos poemas más libres, sin rima ni esquemas rígidos, todos integrados en las cartas". Los textos son esencialmente amorosos, con una fuerte carga erótica, que permiten observar también la relación entre el escritor y su amante. Las primeras muestran una relación de amor cortés, mientras que en las últimas, "Lou acaba siendo su esclava", dice Pino. En ellas, además, hay una marcada influencia del Marqués de Sade, según su traductora, aunue también se incluyen muchas referencias a muchos personajes del mundo de la vanguardia, en constante contacto con el poeta.

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El reverso de Kafka

12.23.2008
Ilustración de Josef Lada, ilustrador de la edición original de 'El buen soldado Svejk' (1923) Fuente: el país

Galaxia Gutemberg ha publicado Las aventuras del buen soldado Svejk de Jarolsav Hasek, a quien llaman "el reverso irónico de Franz Kafka". Ambos fueron contemporáneos en Praga, pero mientras Franz Kafka era un hombre lacónico, Hasex era un bullicioso que iba de taberna en taberna. Aquí lo comenta El País debido a la publicación en castellano por primera vez de la novela. No se pierdan el final de la cita, es genial:

Es una lástima que no conste ningún encuentro entre Kafka (1883-1924) y Hasek, porque seguramente habrían tenido mucho de que hablar. Ambos recelaban profundamente de ese Estado moderno hiperburocratizado que se encarnaba en el Imperio austrohúngaro, un inestable mosaico multinacional que se extendía desde el Adriático hasta las actuales República Checa, al norte, y Ucrania, al este. Los dos autores estaban convencidos de que ante aquella administración elefantiásica el individuo quedaba reducido a poca cosa. Fueron de los primeros en verlo con tanta claridad, pero su enfoque fue dispar. Mientras Kafka le dio forma de pesadilla, como en la novela El castillo o el cuento Ante la ley, el incorregible Hasek prefirió reírse de todo aquello. Su mayor creación, el soldado Svejk, es un ingenuo charlatán que se alista al ejército para combatir en la Primera Guerra Mundial como si se tratara de una reyerta de bar entre autriacos, serbios y turcos. Es arrestado por alta traición, ingresado en un manicomio y se pierde en el sur de Bohemia antes de llegar al frente. Nadie es capaz de determinar si se trata de un conspirador o de un solemne idiota. Eso sí, sus andanzas ponen de vuelta y media al ejército, las instituciones médicas y la administración. (...) El bonachón recluta Svejk, vendedor de perros e impermeable al desánimo, es en cierto modo un trasunto del propio Hasek, según opina la traductora. "Los dos trabajaron vendiendo perros, entre otras ocupaciones y fueron voluntarios a la Primera Guerra Mundial". Eso sí, Hasek sí que llegó a combatir en el frente, donde contrajo la tuberculosis. La revolución bolchevique lo sorprendió en Rusia, donde residió un tiempo y se casó por segunda vez, mientras seguía unido a su primera mujer, Jarmila, que vivía en Praga. Hasek era un bohemio a quien "a menudo había que sacar a la fuerza de las tabernas", añade Zgustova. "Además, le gustaba tomarle el pelo a todo el mundo, sobre todo a los carcas". El autor compaginaba la creación literaria con la colaboración en una revista zoológica en la que se inventaba animales fantásticos e incluso su genealogía. Evidentemente, en cuanto fue descubierto, lo despidieron.

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La hilaridad de Kafka

11.28.2008
Kafka ¿no parece que se ríe?. Fuente: kelly writers house


En el último "Babelia", Enrique Vila Matas parte de una re-lectura de ese libro maravilloso que es Jakob Von Gunten de Robert Walser y nos conduce a las obras de Franz Kafka. Y en particular al casi desconocido primer Kafka, el de los relatos de "Contemplación" y resalta el extraño sentido de humor de Kafka, el doliente. Un placer unir a Walser, Kafka e incluso un pequeño pero decisivo papel de extra de Vera Nabokov en un sólo artículo.

Tal vez nadie ha estudiado mejor los años de la forja del estilo kafkiano que Reiner Stach en Kafka. Los años de las decisiones. Es un libro que acabo de releer estos días y que creo que opera como perfecto antídoto contra la devastadora y fanfarrona veneración de Kafka por parte de quienes aún piensan que su creatividad fue solitaria y genial. Sin duda, Kafka fue un genio, pero no estaba tan ciego como para haber querido producir sus textos a partir de una interioridad carente de experiencia. "Al contrario: precisamente su trato controlado, artesanalmente refinado, con influencias y hechos, le señala como autor de la Modernidad, que -al menos en este sentido- se alinea con Musil, Joyce, Broch y Arno Schmidt", nos dice Reiner Stach, estudioso de los años en los que un escritor de Praga deseaba convertirse en Kafka y para ello tuvo que librarse, ante todo, de su amigo Brod, que le proponía escribir prosas a cuatro manos. Y luego, tras librarse de semejante pelmazo, leer en profundidad, por ejemplo, a Dickens, un autor con grandes dosis de humorismo en sus obras, ese humorismo que ha tardado tanto en ser percibido en Kafka, que escribió El desaparecido pensando en escribir a ratos una novela cómica dickensiana, y de ahí que Walter Benjamin dijera que ese libro era, sobre todo, una gran payasada, ya que en él uno podía reírse en cada página. Pero es que incluso en El castillo y El proceso, que son novelas que han agobiado y angustiado tanto, hay muchas situaciones que pueden despertar hilaridad. Hilaridad que el lector en ocasiones reprime porque está metido dentro de un absurdo, de una problemática que es aterradora. Pero esos elementos humorísticos son el contrapunto que el propio Kafka establecía para restarle presión al drama. Una hilaridad aprendida de los días en que leía precisamente a Robert Walser en voz alta y se partía literalmente de risa, muy especialmente con Jacob von Gunten: "Aquí se aprende muy poco, falta personal docente y nosotros, los muchachos del Instituto Benjamenta, jamás llegaremos a nada". El personal docente lo encontró Kafka en los libros de sus autores preferidos. En los días de aprendizaje, hacia 1910, empezó a trabajar en un peculiar laboratorio de influencias, el más singular del siglo pasado. Los Diarios, por un lado. Y, por el otro, las prosas indecisas que acabarían conformando su primer libro, Contemplación, publicado en 1912, libro al que le faltan ya menos de cuatro años para que algunos amigos de los números redondos celebren su centenario. Se diría que ha pasado mucho más tiempo desde que Kafka comenzó a ser Kafka y dejó atrás ciertas indecisiones. "Estoy en la plataforma de un tranvía y me siento totalmente inseguro con respecto a la posición que ocupo en este mundo, en esta ciudad, en el seno de mi familia", escribió en "El pasajero", prosa breve de Contemplación. En esos días, Kafka ni siquiera se sentía capaz de justificar qué hacía allí en aquella plataforma, sujeto de aquella correa, dejándose llevar por el tranvía. Pero ya también en esos días Kafka era implacable. Con una muchacha, por ejemplo, que se instala junto a la escalerilla, lista para bajar del tranvía. "Se me muestra tan nítida como si la hubiera palpado (...). Su orejita está muy pegada a la cabeza, pero como estoy cerca, veo toda la parte posterior del pabellón derecho y la sombra en la raíz", escribe. Y termina preguntándose cómo es que la muchacha no se asombra de sí misma y mantiene la boca cerrada sin decir nada. Todo eso ocurrió en los años de las lecturas decisivas, en los años de las incertidumbres repartidas por las plataformas de todos los tranvías. Durante un tiempo, el matrimonio Nabokov, en el Berlín de 1922, subió al mismo tranvía que tomaba Kafka, el Berlín-Litchterfelde. Nunca le hablaron porque no sabían que era él, pero Vera Nabokov siempre dijo recordar "aquella cara, su palidez, la tirantez de la piel, aquellos ojos tan extraordinarios, ojos hipnóticos resplandeciendo en una cueva". De los años de formación en la oscura cueva no se ha librado nunca nadie. Ni Kafka. Nadie le exigía en aquellos días que justificara sus lecturas, ni su presencia en la extraña plataforma de la vida. Pero el gran tranvía, más allá de las iniciales influencias, se estaba ya poniendo en marcha. "Cierto es que nadie me lo exige, pero eso no importa".

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Kakfka pornógrafo

9.05.2008
Franz Kafka ¿y esas ojeras? Demasiado porno hace daño, lo digo por experiencia. Fuente: wired

Más allá de las peleas sobre los papeles inéditos de Kafka encontrados en Jerusalén, los que para unos deben quedar ahí porque Kafka era judío y para otros renegaba del judaísmo; en medio de esas peleas, digo, acaba de nacer un nuevo dilema: Kafka Pornógrafo. El dato está en 20 minutos y me lo pasó un lector de Moleskine Literario. Gracias.

Una reciente biografía sobre la vida de un Franz Kafka veinteañero, escrita por James Hawes, experto en la figura del escritor, revela que el autor de La metamorfosis o El Castillo era aficionado al porno duro. La revelación de estas migajas de su vida íntima (que ya se conocían, pero no con tanto detalle) ha levantado una fuerte polémica entre admiradores y expertos en la figura del atormentado novelista, según informa el diario The Guardian. Académicos alemanes acusan a Hawes de cometer un acto de imprudencia, caer en el sensacionalismo e, incluso, en el antisemitismo. "Considerar que las revistas que veía Kafka son porno duro es como comparar un poema de Heinrich Heine con un slogan de McDonald's", le espetó Anjana Shrivastava en el diario Der Spiegel. En la polémica biografía de Hawes, titulada Excavating Kafka [Escarvando en Kafka], se asegura que el escritor era subscriptor habitual de revistas de fuerte contenido pornográfico. Hawes va más allá en la intimididad del joven Kafka (en su empeño por desmontar los tópicos sobre el ascetismo y la frugalidad de la vida del escritor), asegurando que habría ocultado las revistas bajo llave en un pupitre para que nadie de la familia supiese su contenido. El escritor estaba suscrito a las revistas Amethyst y Opale, ambas de carácter pornográfico para la época, pues se mostraban ilustraciones de felaciones, algunas de las cuales eran practicadas por animales. Klaus Wagenbach, uno de los críticos más prestigiosos de la figura de Kafka, y que fue el primero en hacer referencia a la afición del escritor por las revistas pornográficas, le ha llamado, desde las páginas deal Frankfurter Allgemeine, "idiota" al biógrafo, a la vez que le acusaba de "no saber absolutamente nada del escritor". Otros van directamente al dinero, y se decantan por una fenomenal estrategia de marketing para vender más ejemplares.

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Las causas perdidas

8.26.2008
Zizek o el chapulín ultra colorado. Fuente: revistaeñe

¡Qué felicidad sentirá el intermezzo Paolo de Lima (inolvidablemente calificado como "democrático" por Carlos Calderón Fajardo) y su collera tropical! ¡Y ni qué decir de esos bloggers anquilosados que pertenecen a la secta de Miguel "ni con el pétalo de una rosa" Gutiérrez! Finalmente se consiguieron un sustento para justificar sus consignas a media voz y sus intrigas. Slavoj Zizek edita un libro titulado En defensa de las causas perdidas en el que defiende a todos estos bloggers radicalmente tímidos como la garúa. El libro, según la nota:
Se trata de una diatriba de más de 500 páginas contra todos aquellos que sostienen que con el fracaso estrepitoso del comunismo ha tocado a su fin la "era de las grandes soluciones" y hay que resignarse al libre mercado, aunque sea atemperado por las llamadas "terceras vías" como el Nuevo Laborismo británico. Despreciativo de obras como El Libro Negro del Comunismo, el filósofo esloveno reivindica las grandes revoluciones como la francesa, la bolchevique o la cultural de Mao, y sostiene que, si acabaron en otras tantas monstruosidades, fue porque sus protagonistas se quedaron a medio camino y no sacaron todas las consecuencias que ofrecían en su inicio.Todas esos momentos revolucionarios, desde el jacobinismo hasta el leninismo y aun el estalinismo, encerraban, según Zizek, un momento liberador, un "exceso" que, lejos de quedar definitivamente abolido, sigue rondando la imaginación como un sueño que espera su eventual realización. El problema, argumenta Zizek sin temor a escandalizar a sus lectores, es que esos intentos revolucionarios no fueron lo suficientemente radicales, pues de otro modo no habrían necesitado el terror físico para imponerse y no habrían degenerado en otros tantos totalitarismos.

Es decir, Zizek dice que los intentos no fueron lo suficientemente radicales. ¿Qué dirán pues aquellos para los que lo más radical que hicieron en su vida es pintar un cartel diciendo "Liberen a la poeta"? Pero bueno, el libro vale la pena porque también hay otras causas perdidas expuestas:
Como los anteriores libros de Zizek y con independencia del rechazo que puedan provocar en el lector sus provocadoras tesis, En defensa de las causas perdidas rebosa de análisis lúcidos y de divertidas digresiones que pueden ir desde el universo de Kafka, las novelas de Chesterton, o el cine, una de sus grandes pasiones, hasta un estudio comparativo de la música de Schostakovich y Prokofiev.

Actualización 27/8.- Por un gesto de coherencia, que debí tener hace años, he eliminado de mis enlaces el del blog "democrático" de Paolo de Lima, lleno de intrigas y de veleidades "revolucionarias". Que lo aguante Zizek y Calderón Fajardo.

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Kafka y el cine

8.17.2008
Kinetoscopio. Fuente: el9dejulio

Poniéndome al día en algunas secciones culturales que suelo leer, y que dejé de hacerlo durante el viaje (qué dura es la vida sin internet), me encuentro con este suelto en "Babelia" sobre un libro rarísimo: Kafka va al cine de Hanns Zischler, editado por Minúscula. Dice la nota:


(...) los diarios y cartas [de Franz Kafka] contienen no pocas referencias al entonces incipiente arte. "Esta noche me he arrancado de la escritura. Cinematógrafo en el Landestheater. Llego a casa completamente empapado en sudor frío", escribe el novelista en 1912, con una prosa cortante, disparada fotograma a fotograma. El cine como evasión del dolor de escribir. Más tarde, en 1913, escupe de nuevo: "He dejado los diarios por completo, no sabría por qué tendría que anotar nada allí, no me ocurre nada que me conmueva en lo más íntimo. Esto es así aunque ayer llorara en un cinematógrafo de Verona". El cine como conmoción ante la crisis. Con el propósito de descifrar el efecto que causaron en el autor de El proceso aquellas jornadas ante la pantalla, el escritor, filólogo, director de teatro, crítico y actor alemán Hanns Zischler ha escrito Kafka va al cine, un paseo indagatorio por la obra pública y el quehacer privado de Kafka alrededor del séptimo arte. Minucioso aunque no siempre bien ensamblado, su trabajo consiste básicamente en completar las breves referencias del novelista. Por ejemplo, si se emocionó una noche de 1913 en Verona, averiguar con qué película, de qué iba ésta, si tuvo éxito o buena recepción crítica. Fotogramas de las cintas, carteles, y reproducciones de las cartas y postales completan un libro con el sabor de la curiosidad ante lo nuevo, de la duda ante lo efímero. ¿Se escribirá algún día un libro titulado Vargas Llosa se echó una partida con la playstation?

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Kafka encontrado

7.09.2008
Franz Kafka. Fuente: the modern world

Según el diario israelí Haaretz un nuevo capítulo se escribirá dentro de poco sobre Franz Kafka. Durante cuarenta años, una serie de documentos -que incluye manuscritos, corresponencia, dibujos, postales, objetos personales- de Franz Kafka estuvieron "presos" en una apartamento de Tel Aviv, Israel, custodiados por la insobornable Ilse Esther Hoffe, antigua secretaria del albacea de Kafka Max Brod. Ahora la señora ha fallecido a los 101 años y el botín estaría a la vista:

En 1974, Hoffe fue detenida en el aeropuerto internacional Ben Gurión cuando intentaba salir del país con algunas cartas de Kafka y su diario de viaje. Se la acusó de ser sospechosa de infringir la Ley de Archivos, que prohibe sacar de Israel material de archivo valioso antes de que la administración lo haya registrado y copiado. Tras el incidente, Hoffe accedió a que se catalogaran todos los documentos y objetos de su colección privada. Aun así los técnicos del departamento de archivos aseguraron que la anciana seguía ocultando el material más valioso y que incluso se llevó parte de él al extranjero ilegalmente. Pero la mayor preocupación ahora es que los documentos puedan haberse deteriorado tras décadas en pésimas condiciones de conservación. Las autoridades de Tel Aviv ya han advertido de que los papeles, con un alto contenido en ácido sulfúrico, no hayan tolerado las condiciones de humedad del apartamento de Hoffe en el centro de la ciudad. A lo que se añade el estropicio que pueden haber causado las docenas de perros y gatos que mantenía la anciana en el apartamento hasta hace dos años, cuando una inspección de sanidad tuvo que intervenir después de que los vecinos denunciaran el mal olor del domicilio, según señala The Guardian. "Es un tesoro oculto que el mundo civilizado estaría encantado de descubrir", ha declarado a Haaretz el profesor Zohar Maor, que enseña historia en la Universidad Bar-Ilan. "Su valor es incalculable".

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Kafka, 125

7.04.2008
La casa azul (n° 22) de Franz Kafka. Fuente: praguenet

Ayer no pude postear y se me pasó la celebración de los 125 años de Franz Kafkfa. Leo ahora en la revista Ñ de "El Clarín" comentan la manera en que la ciudad de Praga celebrará el aniversario de su hijo predilecto. Dice la nota:
El escritor, del que el 3 de julio se cumplen 125 años de su nacimiento (1883-1924), pasó su corta vida casi por completo en esta ciudad turística junto al río Moldava. Su vida forma parte de cualquier recorrido por la ciudad: a cada paso, los visitantes se topan con la imagen del escritor checo en casi cualquier esquina.El bullicio aumenta en dirección al Castillo de Praga, donde los guías llaman a sus grupos, músicos callejeros tocan el acordeón y en el cielo vuela un helicóptero. Al fondo, en el Callejón del Oro, se venden artesanías checas. Frente a una de las pequeñas casas, la número 22, en la que Kafka vivió entre 1916 y 1917, no para de oírse el sonido de las máquinas de fotos.(...) Quien busque las huellas del escritor en Praga tiene muchas otras esquinas. Se conocen las direcciones donde vivieron él y sus novias, pero también las de sus escuelas y lugares de trabajo. A menudo en cada fachada hay una placa que menciona el hecho. Algunos de los cafés a los que solía acudir, como el Imperial o el famoso Café Slavia, han sido renovados y siguen funcionando. Y el público acude a los teatros y salas de conciertos de los que habla en sus diarios. El Museo Franz Kafka, de administración privada, ilustra la simbiosis con su exposición permanente "La ciudad de Franz K. y Praga". Hay instalaciones multimedia que permiten imaginar el microcosmos de Kafka y el intercambio de cartas de la aseguradora para la que trabajaba recuerda a escenas de su novela El proceso (1925).

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Contra los Kafkólogos

6.10.2008
Kafka. Fuente: laotrapiel

Se ha publicado en Argentina, bajo el sello Emecé, el libro del checo José Cermak, Kafka, ficciones y mistificaciones que tiene además un prólogo de Kodama, la viuda de Borges. En Moleskine Literario hablamos ya del tema. Cermak pretende desmitificar a Kafka, especialmente a aquel creado por quienes lo conocieron personalmente como Max Brod y Gustav Janouch. Sin embargo, Juan Forn anuncia que el libro no es mucho más que una extensa diatriba contra Janouch hecha por un especialista pero sin mayores fundamentos. Dice Forn:
(...) lo más llamativo de su libro es que, luego de repetir una y otra vez que el engaño de Janouch sólo fue posible por su endiablada habilidad para inventar “imponentes aforismos”, Cermak procede a decirnos muy suelto de cuerpo que ese hombre capaz de crear un Kafka tan magistral que el mundo entero se lo creyó (empezando por Max Brod y Dora Dymant, la mujer en cuyos brazos murió Kafka) no consiguió ganarse la vida con la pluma “ni siquiera en el ala más barata de la literatura”. Según Cermak, “los intentos de Janouch por hacerse valer como escritor en revistas y periódicos checos fracasaron definitoriamente”. Razón por la cual se pasó a la lengua alemana “y allí tuvo una suerte inesperada: consiguió escribir una obrita que por un tiempo le reportó éxito mundial” (se refiere, por supuesto, a las Conversaciones con Kafka) “y aún tendrá que pasar tiempo para que se vea que la estatua por él creada es sólo de arena, al lado de la verdadera, que es de granito”. Una estatua de arena. Eso es lo que nos ofrece Janouch, según Cermak: un libro de arena. Será quizá por eso que su libro tiene un prólogo de María Kodama. Y fíjense lo que dice en él la primera viuda de nuestras letras: “El deseo de apoderarse de la obra de un escritor ha sucedido desde el alba del mundo hasta nuestros días. Curiosamente, los destinos de Borges y Kafka se acercan en esta suerte de vampirismos de las rémoras” (no me miren a mí; yo me limito a citar la palabra alada de Kodama). “Ambos, ya transpuesto el Gran Mar, como llamaban a la muerte los florentinos” (¿qué tendrán que ver los florentinos? perdón, perdón, sigue la cita), “fueron y son víctimas de la voracidad de quienes, muchas veces sin conocerlos, escriben supuestas biografías y conversaciones, que ocultan la ambición de lograr un lugar en la literatura al que nunca accederán por mérito propio”. ¿Tiene el libro de Cermak “mérito propio”? ¿Tiene alguna virtud que el de Janouch no tenga? Permítanme contestar esta pregunta con unas palabras del libro Kafka. Los años de las decisiones, que escribió Reiner Stach, publicó Siglo XXI y ojalá algún día reciba la justicia que se merece. “Una sensación de agarrotamiento ataca a quien visita el estante K en cualquier biblioteca especializada en Germanística: metros y metros de Kafka. No hay instrumento metodológico que no se haya aplicado a su obra. Infinidad de sesudos análisis se citan mutuamente y nos recuerdan los juegos autistas: no es posible imaginar a quién van dirigidos. El escenario está dominado por el principio de repetición y el del plagio. Uno no puede dejar de preguntarse si lo que aquí se representa es la exacerbación, la parodia o la mera decadencia del culto a Kafka. Las escasísimas perlas que se pueden descubrir proceden casi en su totalidad de no especialistas, y en ellas presta providencial ayuda la empatía allí donde el conocimiento termina”. Los kafkólogos se jactan de haber reconstruido la vida de Kafka casi instante por instante (“quedan aún algunos momentos poco conocidos”, afirma con petulancia Cermak en cierto momento de su libro). Podrán quizá recitar hora por hora, incluso minuto por minuto, lo que hizo Kafka cada día de su vida, pero es evidente que todavía no han llegado a conocerlo como lo conocieron –y nos lo hacen conocer– Brod y Janouch.

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Inalcanzables

5.27.2008
Carátula del libro. Fuente: adn.cultural

Acaso el designio de muchos escritores -no todos, felizmente- es el de no alcanzar jamás al objeto amado o deseado. Esos amores imposible que mueven la literatura (con La Divina Comedia nomás tenemos para empezar y terminar). En Argentina, Luis Gruss ha publicado un libro titulado con precisión poética Lo Inalcanzable (Capital Intelectual) donde analiza la obra de tres escritores (Fernando Pessoa, Fran Kafka y Cesare Pavese) a partir de sus fracasos sentimientales. El suplemento ADN Cultural lo resume muy bien:
Ninguno de ellos pudo asumir el riesgo de consumar la entrega de sí a otro ser. Y, con mayor o menor desgarramiento, desecharon a las mujeres de carne y hueso que alguna vez tuvieron para enamorarse de la figura ideal, abstracta, inalcanzable, que en paralelo iban delineando en sus cartas y diarios, convencidos quizá de que la única respuesta posible a la pulsión de absoluto que los agitaba residía no en el amor carnal a una mujer concreta sino en la entrega al vasto territorio de la creación literaria. ¿En qué medida las mujeres representaron, para estas tres sensibilidades extremas, una metáfora de lo inalcanzable? ¿Cómo los afectó la imposibilidad de conciliar la vida amorosa con la misión artística a la que se consagraron? ¿Son arte y vida términos opuestos? (...) En esa progresión, el texto equilibra datos biográficos con reflexiones y alusiones bibliográficas, en una prosa ajustada de fluida respiración. Entre las muchas fuentes citadas, resulta un acierto la importancia otorgada a las cartas y los diarios íntimos. Allí quedan reflejados los vaivenes amorosos de los tres escritores y el modo en que ejercen la evasión, la renuncia o la distancia cuando sienten que un vínculo amenaza su libertad, su intimidad o su soledad. También, la forma en que reemplazan el objeto anhelado o perdido por la realidad discursiva que los constituye. Pessoa fue hombre de una sola mujer, o acaso de ninguna. Estableció un noviazgo formal con Ofelia Queiroz, una empleada de comercio. Hubo dos besos en ocho meses y luego llegó la carta de ruptura. "Mi destino pertenece a una ley que usted ni siquiera sospecha", le dice allí el poeta. La técnica disuasoria de Kafka respecto de Felice Bauer no se queda atrás, si bien es cierto que el checo, que sentía rechazo al contacto sexual, conoció una relación profunda con Milena Jasenská. Tuvo otras mujeres, pero siempre se retiró de la escena. Lo mismo hizo Pavese, el más torturado en su estoica soledad, que elegía enamorarse de mujeres que lo rechazaban y se alejaba de las que se interesaban por él. Hay en la mujer, señala el autor, algo recóndito que se resiste a ser tomado y que se ubica incluso en un más allá de sí misma. Algo similar ocurre con la literatura, que busca conjurar con palabras aquello que en definitiva resulta indecible. Ni la vida ni el sueño alcanzan para apagar la sed. Analogías como esta, que afloran aquí y allá en el libro, iluminan el misterio de estos creadores, aunque ese misterio resulte también inefable.

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Kafka revisado

5.13.2008
Kafka y la muñeca viajera. Fuente: club de lectura virtual

¿Era Kafka Kafkiano? Esa es, al parecer, la pregunta que se ha hecho el ensayista Josef Cermák en su obra, editada por Emecé, Franz Kafka/Ficciones y mistificaciones. Intenta desentrañar ahí si la imagen de infelicidad y vulnerabilidad que se desprende de todos los cuentos sobre la personalidad de Kafka es cierta. Al parecer, no era tan sombrío como parece (aunque eso no quiere decir que sea tan Indiana Jones como en la película de Soderbergh, supongo). Dice la nota en ADN Cultura:

El hombre tuvo sus momentos de alegría, risas, deseos y placer. Con no poca frecuencia practicaba natación, hacía gimnasia, remaba, trabajaba y tomaba sol desnudo en el jardín de su casa: el nudismo como filosofía de vida, al igual que la opción vegetariana en las comidas, era una de sus aficiones; de tanto en tanto, además, frecuentaba las tabernas de Praga, donde bebía y dialogaba con almas perdidas como la suya. Fue quizá para compensar los excesos (que incluían visitas reiteradas a los prostíbulos de la ciudad) que con el tiempo se hizo naturista. En un pie de página de los diarios por él compilados, Max Brod cuenta que Kafka siempre había mostrado interés por la terapia natural: "Siguió todas sus derivaciones: la comida cruda y vegetariana, el nudismo, la gimnasia y la antivacunación". No fue tampoco un hombre pasivo de esos a quienes todo les da lo mismo. Durante su juventud y madurez Kafka se mostró afín al ideario socialista y abogó por la "solidaridad inmediata" con los excluidos. Mantuvo reuniones con los anarquistas checos y hasta redactó un proyecto de sociedad ascética básicamente compuesta por trabajadores pobres. Se lo podría ver como a un intelectual progresista, según la ambigua denominación moderna, un hombre austero, delicado, que deseaba con fervor a las muchachas con las que se cruzaba pero que, al mismo tiempo, concebía el trato con sus cuerpos como algo degradante o, tal como se lo expresó a una de sus amantes circunstanciales, "un castigo por la felicidad de estar juntos".

Eso sí, como es obvio en sus biografías y en sus cartas, Kafka era un enamoradizo. Así lo explica la nota:
Franz Kafka no lo pasó mal en su vida cotidiana. Tuvo casa, comida, buen trabajo e incluso se jubiló con una asignación razonable. Fue además, usando la jerga moderna, un mujeriego incurable. A los 33 años un comentario al pasar revela la intensidad con que se dedicó a las damas: "¡Cuántas complicaciones con muchachas! -escribe en su diario-. ¡Cuántos problemas a pesar de todos mis dolores de cabeza, el insomnio, las canas, la desesperación! Voy a contarlas: desde el verano ya van por lo menos seis. No puedo resistir. No puedo no ceder al deseo de admirar a todas las que son dignas de admiración y amarlas hasta agotar esa admiración" (...) No todo el mundo sabe, sin embargo, que sobre el final de su vida (truncada por la tuberculosis cuando había cumplido poco más de cuarenta años), Kafka logró establecer un vínculo afectivo tan normal como intenso con Dora Diamant, una judía berlinesa de 19 años con quien convivió felizmente y hasta pensó en casarse. Ambos lo habrían hecho, seguramente, si la dolencia física no hubiera ganado la carrera. Dora era una joven polaca que había conocido a Kafka en un centro de vacaciones de la costa báltica llamado Muritz, donde trabajaba como voluntaria atendiendo a niños judíos. Enseguida fueron a vivir juntos a Berlín. Allí las veladas discurrían entre largas discusiones sobre literatura y compartidos ideales políticos: ambos coincidían en defender una ingenua forma de socialismo agrario. Puerto final en la vida de Kafka, Dora aparece cuando la existencia del autor checo ya está cercada por la enfermedad. Con esa mujer (la última antes de la señora muerte), el escritor alcanzó a convivir durante varios meses, algo que hasta el momento no había ocurrido con ninguna otra. La conexión entre ambos iba más allá de lo íntimo ya que, a diferencia de otros amores más inestables, este vínculo abarcaba también lo intelectual. Dora ayudaba a Kafka con sus estudios de hebreo y él le enseñó a considerar la literatura algo sagrado, absoluto, incorruptible, leyéndole una y otra vez sus libros favoritos. Los dos concibieron un plan de mudarse a Tel Aviv; allí abrirían un restorán en el que Dora -que además era actriz- iba a ser la cocinera y Franz, el camarero.

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K y Praga

4.16.2008
Jeremy Irons como Kafka. Fuente: mactonnies.com

Hace una semana vi la película Kafka, filmada por Steven Soderbergh en los años 90 y con Jeremy Irons en la versión más atlética que uno podría imaginar del enfermizo escritor. Sin embargo, la película mantiene su atracción por el escenario extraño y denso en que trasncurre la novela y se supone es Praga. Justamente, Edmundo Paz Soldán comenta en un post la estrecha relación entre Praga y Kafka. Dice:

En lo que Praga no ha cambiado es en la forma insistente en la que reclama a Kafka como parte imprescindible de la ciudad. Acaso no hay ciudad tan marcada como Praga por la impronta de un escritor, a pesar de que Kafka no haya ambientado nada específicamente en Praga (aunque, claro, muchas de sus descripciones tienen a Praga como punto de partida). Curiosa paradoja, la de un lugar en la que su hijo más importante apenas pudo publicar en vida, que reprimió sus libros en las décadas heladas del comunismo, y que hoy lo vende en postales, camisetas, afiches, pins. ¿Qué diría al respecto el hombre que escribió como pocos acerca de la alienación de la vida moderna? (...)

En la calle Vodickova, número 44, se encontraba el cabaret Lucerna, al que Kafka solía asistir junto a Max Brod y otros artistas. A principios del siglo XX, había llegado a Praga ese nuevo tipo de entretenimiento llamado “cabaret”; el Lucerna ofrecía actuaciones de los artistas checos y extranjeros del momento. Signos de degradación por todas partes: lo que hoy se entiende por “cabaret” en Praga no es lo que se entendía en tiempos de Kafka. ¿qué hubiera dicho el escritor checo de tener la oportunidad de conocer lugares como el Darling o el Atlas? De seguro no habría habido un juicio moral sumario, pero sí, quizás, una gran oportunidad para convertir una faceta prosaica de la vida moderna en una gran parábola sobre la condición humana.


Justamente, hace unas horas me enteré de que Ricardo Sumalavia asistirá a un evento literario en Praga. Le sugiero que, en vez de comprar los mapitas que sugiere Edmundo, mire la película de Soderbergh para que sepa a qué atenerse.

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Ilsebill salzte nach

11.07.2007
Gunter Grass y el rodaballo. Fuente: wdr.de

Soy fanáticos de los comienzos literarios, es decir de las primeras frases. Para mí, las mejores son las inolvidables. El comienzo de Anna Karennina en primer lugar, sin duda, y aquel comienzo preciso de Moby Dick: "Llámenme Ismael". El sueño intranquilo de Kafka y el acostarse temprano de Proust. Y por supuesto, la hermosísima e inteligente frase con que empieza Lolita. La clave de la novela está en esa frase. A los alemanes, al parecer, también le gustan los comienzos. Pero han elegido uno bastante feo como "el más lindo": "Ilsebill salzte nach (Ilsebill volvió a salar)”. Así empieza El Rodaballo de Gunter Grass. Lo alucinante es la cifra de posibilidades para votar: eran 17 mil propuestas.

Dice la nota: "El escritor Günter Grass escribió en su libro El Rodaballo el “comienzo más lindo de la literatura alemana”, según estableció una votación masiva entre lectores en Alemania. En segundo lugar quedó Franz Kafka con el comienzo de su obra La metamorfosis, anunció hoy el jurado del concurso. El libro del Premio Nobel de Literatura Grass empieza con una frase de apenas tres palabras: “Ilsebill salzte nach (Ilsebill volvió a salar)”, a la que le siguen 700 páginas sobre temas culinarios y, sobre todo, de la historia y la cultura mundial. Fue escogida por un jurado de expertos del concurso convocado por la Fundación Lectura y la Iniciativa del Idioma Alemán, para buscar la frase más bonita al comienzo de un libro. En el concurso se hicieron unas 17 mil propuestas diferentes y la del comienzo de El Rodaballo fue presentada por un lector residente en Viena, Austria".

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Maletín Literario

10.26.2007
Modelo Kensignton. Fuente: latiendadelcal

¿Saben uds. qué es el Maletín Literario? Se trata de un maletín que contiene 49 obras literarias, seleccionadas por 13 intelectuales chilenos (entre los cuales están Alberto Fuguet, Omar Lara, Rafael Gumucio y José Miguel Varas), que se entregará a 400,000 familias de escasos recursos de Chile desde el 2008 hasta el 2010. La inversión de 11 millones de dólares es el motivo principal de discusón, que incluye también las acusaciones de demagogia y, por supuesto, la crítica a los libros elegidos. Pues bien, el tema ha llegado a oídos internacionales y The Economist escribe al respecto un artículo simpáticamente titulado: "Let them eat Kafka".

Les dejo aquí la lista en PDF de libros que incluye el maletín, y esta suerte de "descargo" de Alberto Fuguet acerca de su participación en el proyecto.

Dice la nota: "The list comprises fiction and poetry for both adults and children. It ranges from Chile's Ms Allende and Pablo Neruda to J.D. Salinger's “The Catcher in the Rye” and Franz Kafka's “Metamorphosis”. This is unexceptionable fare. But is the book box the best way to achieve Ms Bachelet's laudable aim? (...) But critics see the book box as a populist gesture. “It's like dropping bank notes out of the sky,” complains Verónica Abud of La Fuente, a charity that promotes reading. “Who says that a plumber in a poor district of Santiago will actually want to read Kafka?” For less than the estimated $11m cost of the book box, La Fuente has set up 60 libraries in schools and neighbourhoods. Since only 7% of Chileans belong to a library, there is scope for plenty more."

En The Literary Saloon comentan así la lista: "Pretty eclectic -- from Asterix to One Hundred Years of Solitude. The Chilean picks (Allende, Manuel Rojas, etc.) are understandable, but there are a couple of real head-scratchers. Viktor Frankl ? Tim Burton's The Melancholy Death of Oyster Boy ? Not that they're necessarily bad choices, but how did it even occur to them to include these ? "

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Kafka al checo

9.30.2007
Kafka al checo. Fuente: letras.s5.com

¿Nadie es virtuoso en su tierra? Luego de casi 80 años de su muerte, al fin toda la obra de Franz Kafka ha sido volcado al idioma checo. El sueño de la señorita Milena se ha cumplido.

Dice la nota: "Con la publicación del decimotercer tomo de escritos y cartas de Kafka, el proyecto de traducir toda su obra ha culminado, señaló la sociedad en un comunicado emitido en la capital checa. Kafka, funcionario de seguros e hijo de un comerciante judío, dejó una obra extraordinaria escrita en alemán que abarca novelas y cuentos. Hasta 1990, el régimen en Praga no permitía su traducción porque consideraba sus visiones "demasiado reaccionarias". Después de la llamada Revolución de Terciopelo, la Sociedad Franz Kafka inició un proyecto para traducir la totalidad de su obra, que contó con un presupuesto de 360.000 euros (unos 500.000 dólares). Varios de los 13 tomos nunca antes habían sido traducidos al checo. Otros fueron traducidos nuevamente. Liderado por el reconocido germanista checo Kurt Krolop, varias de las obras de Kafka fueron traducidas por primera vez y otras fueron objeto de una traducción revisada. También antes de la llegada al poder de los comunistas en 1948, el escritor era persona non grata para los ocupantes nazis del Protectorado de Bohemia y Moravia. Hasta ahora, muchos germanistas en la República Checa han criticado que la figura de Kafka sea explotada para fines turísticos en Praga, mientras que su obra, a veces un tanto densa, es casi desconocida entre la población autóctona".

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