El HEMC (Hecho En Mi Cocina) fue el primer evento culinario en el que participé, hace ya un montón de años, y después de mucho tiempo sin enviar recetas este mes he decidido volver a la carga. La anfitriona de este mes es Cristina del blog Le Bon Vivant, y el tema que ha elegido me encanta: ¡la remolacha!
Hasta que tuve huerta nunca había tenido la suerte de probar las remolachas "al natural". Ahora que las plantamos en la huerta hemos descubierto que es una verdura de lo más versátil. Hemos hecho con ellas sopa, ensalada, falafel, bizcocho, un paté vegetal..... me encanta el sabor, y siempre tenemos al menos una línea de remolachas sembrada.
La idea de hacer estos tagliatelle surgió después de probar los ravioli de remolacha que hacen Antonella y su pareja y que venden en su puesto del mercado de La Recova en Santa Cruz. Hace poco que han abierto su puesto, y D. y yo nos hemos aficionado a comprarles la pasta, tanto fresca como seca, porque la que preparan es espectacular. Hacen ravioli de castaña rellenos de calabaza, tagliatelle de espelta o de gofio, pasta hecha con hierbas de Provenza..... y todo buenísimo. Si vivís por aquí acercaos a su puesto. Y por si las moscas os aseguro que no me llevo nada recomendándoles, tan sólo la satisfacción de saber que quien vaya no se va a arrepentir.
Ingredientes,
para 3 personas
1 huevo
una remolacha pequeña (75 gr)
200 gr de sémola de trigo duro integral
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
un pellizco de sal
y algo de agua en caso de que la masa lo pida.
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
un pellizco de sal
y algo de agua en caso de que la masa lo pida.
para el pesto,
un buen manojo de hierbabuena fresca
un puñado de piñones
sal y aceite de oliva virgen extra
Hervimos la remolacha, con su piel, hasta que esté tierna. La escurrimos y reservamos el agua de la cocción. Pelamos la remolacha y la trituramos junto con el huevo, una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva. Mezclamos el puré resultante con la sémola de trigo duro. Amasamos bien y dejamos reposar hora y media. No debe quedar ni pegajosa
ni muy dura, tiene que ser elástica.
Se coge un trozo de masa, no muy grande, se aplasta
dejándolo con forma alargada, y se pasa primero por la posición cero de
los rodillos de la Imperia un par de veces, y luego sucesivamente por el resto hasta
dejarlo con el grosor que uno quiera. Yo los tagliatelle los dejo al 5, y
la masa para ravioli al 6. Luego se enharina un poco y se pasa por el
cacharrito que sirve para cortar. Se cuecen cuanto antes, en el agua que reservamos de haber hervido la remolacha (para que no pierdan color), un minuto o dos, no más.
Preparamos el pesto tostando los piñones, picando la hierbabuena, y machacando todo en un mortero, con un poco de sal y aceite de oliva virgen extra.
Servimos los tagliatelle con el pesto de hierbabuena y espolvoreamos con granos de granada.
Si queréis ver otras recetas de pasta fresca podéis hacerlo aquí, donde además hay un tutorial sobre cómo hacer pasta y ravioli que puede ser útil para quien se enfrente al reto por primera vez.