Siguiendo con la lista de series retrasadas que publiqué
la semana pasada, hoy toca darle el punto final con el resto de ficciones cuyas temporadas he conseguido, por fin, terminar. Con algunas he terminado llevándome una sorpresa y con otras la pereza ha hecho que hayan terminado en esta lista.
2 Broke Girls: el año pasado pedía que la serie llegase a su final y que si la seguía viendo era por el cariño que les tenía a sus personajes. La quinta temporada ha sido la resurrección de Max y Caroline, que nos han regalado episodios como los de sus orígenes (especialmente en su visita a Hollywood) cuando la mandíbula se nos desencajaba con algunas de sus conversaciones. Sophie se ha mantenido como la estrella a la sombra ("¿Max, tienes un tampón? Me acaba de venir el periodo. O eso, o me han diparado", "Sophie regresó y mejor que nunca, ¡como el racismo en América!"), y la llegada de Randy (Ed Quinn) le ha sentado muy bien a Max. Veremos qué tal empiezan el próximo año ahora que son en parte dueñas del restaurante de Han (que a cada temporada que pasa es más divertido y genial).
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No, no es un escaparate de Zara |
Arrow: lo que me ha costado terminar la cuarta temporada no está escrito. Y la culpa es mía, que decidí abandonarla al final de la anterior y aún así caí en la trampa. A su ¿favor? destacaré el único capítulo que disfruté y que me recordó a la 'Arrow' de su segunda temporada: el 9º. Los flashbacks, todo lo relacionado con John Diggle, lo innecesario de rescatar a Malcolm Merlyn cada cuatro episodios y la muerte de Laurel han sido lo peor de una serie que va cuesta abajo y sin frenos (ese discurso de Oliver en la season finale y su reacción en la gente es de vergüenza ajena). Valientes son los que sigan con ella el próximo año (sería todo un acierto que de verdad dejasen a Green Arrow trabajar solamente ayudado por Felicity mientras ejerce de alcalde).
Blindspot: a finales de año la incluí en la
lista de las mejores series nuevas de 2015. Y no me arrepiento de haberlo hecho. A pesar de que le sobran capítulos (ha tenido un total de 23). Y es que es inevitable que un procedimental con trama serializada tenga tanto relleno. Al menos los últimos capítulos vuelven a centrarse por entero en ella, haciendo que la serie gane muchos puntos. Además, que las cosas han quedado interesantísimas de cara a su segundo año.
Brooklyn Nine Nine: desde mi punto de vista, los policías de la 99 empiezan a mostrar síntomas de desgaste. Ha tenido una tercera temporada algo irregular, y aunque sigue disfrutándose muchísimo de la química que hay entre el reparto, ya no es la comedia de sus dos primeros años. Y mientras Gina Linetti ("Hola. Gina Linetti, la forma humana de los 100 emoticonos") siga en ella, 'B99' seguirá siendo una serie a la que no perder la pista. Y sus estrellas invitadas son una gozada.
Chicago Fire: los bomberos de Chicago siguen demostrando una salud de hierro. Vale, esos momentos de camaradería entre compañeros me siguen obligando a dejar de mirar la pantalla por vergüenza, pero es una gozada que se mantenga a tan buen nivel. Me gusta que el final de la temporada haya dado tanto protagonismo a los nuevos, dejando claro que llegaron para quedarse. Y agradezco que se hayan ahorrado ese giro en la trama de Casey.
Chicago Med: a pesar de que me ha sorprendido el buen nivel de la serie, es la peor de la trilogía de Chicago. Habrá que esperar a los abogados para saber dónde se situarán. No deja de ser un procedimental médico más, aunque hay que reconocer que ha sido capaz de hacerse con una identidad propia. Pero, por favor, necesito que cambien el aspecto del doctor Charles (Oliver Platt), que no me transmite otra cosa mas que suciedad y falta de higiene.
Crazy Ex-Girlfriend: la serie de la loca de tu ex ha resultado ser una locura musical maravillosa con final de cuento de hadas incluido. Su sentido del humor (no se corta un pelo) y sus (delirantes) números musicales la han convertido en una de las sorpresas de la temporada. A ver qué tal le sienta su segunda temporada.
Elementary: otro procedimental al que le sobran capítulos (este año ha tenido 24). Lo que más me gusta de la serie es que sus casos me parece que están por encima de otros procedimentales por el estilo. Vale, cuando hay una guest star especialmente famosa es fácil olerse por dónde irán los tiros, pero aún así los casos son más complicados y retorcidos que en otras series similares. Y Lucy Liu y Jonny Lee Miller transmiten muy buen rollo.
Fresh Off the Boat: fue una de las comedias revelación de la pasada temporada y ésta, aunque ha estado por debajo, ha sido capaz de mantener el nivel. Y todo ello a pesar de que, a ella, también le sobran capítulos (24 es una cifra demencial). Constance Wu sigue siendo la estrella absoluta ("Las azafatas ni siquiera tienen un asiento en el avión. ¡Son las sin techo del aire!") y una cómica excepcional que ojalá tenga recompensa en forma de premios (su enfrentamiento con la guardia de tráfico en el colegio es desternillante, al igual que el capítulo de los piojos o de su obsesión con 'Melrose Place').
Limitless: otro de los mejores estrenos del año pero que no ha tenido la suerte de los demás, ya que la CBS ha terminado cancelándola. Y es una pena, porque transmitía un buenrollismo que la hacía interesantísima y la diferenciaba del resto. Aunque lo que es una pena es quedarnos sin ver semanalmente a Jake McDorman.
Lucifer: ¡cómo me alegro de que haya sido renovada por una segunda temporada! Tom Ellis (cuyo Lucifer me recuerda a Hank Moody sin drogas) y Lauren German desprenden una química sexual y divertidísima que hace que verles compartir pantalla sea una fiesta. ¿Por qué Lucifer nunca invita a chicos a sus orgías? ¿Por qué se depila?
Modern Family: la que durante temporadas fue la mejor comedia en emisión va apagándose poco a poco (y muy lentamente). Sigue siendo una gozada disfrutar de su cast, y aunque todos mantienen el mismo protagonismo, los Dunphy hace tiempo que son las estrellas de la serie.
New Girl: a 'New Girl' le daba por muerta y, en un caso similar a '2 Broke Girls', ha demostrado que todavía le queda mucho que contar. Y eso que tiene muchos capítulos muy prescindibles. Este año Megan Fox llegó para sustituir a Zooey Deschanel (por su embarazo y fuera de la serie con la excusa de ser jurado en un juicio) y la verdad es que lo hizo sorprendentemente bien. Schmidt sigue siendo lo mejor de la serie, y verle preparar su boda con Cece ha sido tan divertido como entrañable. Curioso que su despedida de soltero, tan movida como fue, resultase mucho más aburrida que la genial (y más pausada) vivida por Cece (que su búsqueda de vestido de novia junto a Winston fue divertidísima). Ojalá Nasim Pedrad se quede (aunque su no aparición en la boda haya quedado tan fea).
The Real O'Neals: nueva comedia que ha terminado mucho mejor a como empezó. Le falta rodaje, pero tiene buenos personajes y material de sobra para demostrar todo lo que puede conseguir.