Me acuerdo de que Tolstoi aprendió el oficio de zapatero remendón, que murió de pulmonía en la cama de un jefe de estación, y que su humilde tumba está excavada en la tierra, perdida en medio de un bosque en su amada Rusia.
Eructo. Soez, y a menudo fétida, manifestación de una opinión mal digerida.
De naturaleza gaseosa, la contundencia del grosero sonido resultante durante su repentina y alevosa expulsión, se aproxima a la solidez de un tarugo apropiado para dar fin con él a cualquier debate o polémica por la vía rápida.