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sábado, 23 de mayo de 2009

HE LEÍDO: UNA ANCIANA OBESA Y TRANQUILA (LUIS GUTIÉRREZ MALUENDA)

Fotografía sacada del blog de la librería "Negra y Criminal"


Cuando empecé a leer Una anciana obesa y tranquila contaba con una ventaja: ya había leído las dos anteriores novelas publicadas de Luis Gutiérrez Maluenda, Putas, diamantes y cante jondo y Música para los muertos. Incluso contaba con otra ventaja añadida, conocía de la primera de las citadas novelas a Basilio Céspedes, alias Humphrey, ustedes se imaginarán perfectamente el motivo de ese sobrenombre, el detective al que las circunstancias llevarán a averiguar los motivos de que una vecina suya, una vieja nada problemática, más gorda que una luna llena y tranquila como sólo lo son los seres más inocentes entre los inocentes, aparece un día asesinada con signos inequívocos de haber sido salvajemente torturada.
La hija de María, portuguesa como la protagonista del fado, le pedirá a Céspedes (¿o se lo pide en realidad a Humphrey?) que averigüe el paradero de su único hermano, que se quedó con María cuando ésta le abandonó siendo aún muy pequeña, y en esa búsqueda inocente Humphrey (o quizás Céspedes, es difícil distinguirlos, sobre todo si tenemos en cuenta que son dos personas distintas y un solo detective verdadero) encontrará no sólo al hermano desaparecido sino que descubrirá también, pese a que desde el primer momento dice ue ése no es su cometido, los motivos de que una anciana obesa y tranquila haya disfrutado de una muerte tan horrible.
Dicho así parece que estamos ante una clásica novela negra. Y es cierto que lo estamos, aunque en lugar de en los Estados Unidos de la Ley Seca estemos en la Barcelona actual, una Barcelona algo diferente (o quizás sea la misma, sólo que mirada con unos ojos más desapasionados y escépticos) a la Barcelona post-olímpica, más moderna y glamorosa que la que nos ofrece con una prosa irónica Gutiérrez Maluenda. Se acompaña para ello de un plantel de personajes secundarios como su socio, Billy Ray, un hombre cuya máxima ilusión hubiera sido nacer en Wyoming, Mercedes, esa secretaria que tiene lo que debe tener la secretaria (o el secretario, no se trata de discriminar) de nuestros sueños, salvo algo tan importante como la buena disposición, o el comisario Jareño, que pese a su cargo parece sentir cierta debilidad por Céspedes (y en esto estoy completamente seguro al hablar de Céspedes, dudo que un tipo como Humphrey pudiera gustar a un comisario, ni siquiera a Jareño, que un policía, sean cuales sean sus ideas, siempre será un policía). Pero sobre todos destaca Teresa Silva, la hija de María, capaz de transmitirnos (¿o es Gutiérrez Maluenda el que nos lo transmite?, no sé, a veces cuando la novela está tan viva confundo autores con personajes) toda la tristeza de los fados que ella canta a diario en el lisboeta barrio de Alfama y, a pesar de ello, hacer que nos quedemos con la sensación de que ha merecido la pena leer esa novela.

miércoles, 29 de abril de 2009

UNA ANCIANA OBESA Y TRANQUILA (LUIS GUTIÉRREZ MALUENDA)




No es bonito ni recomendable matar a los vecinos, y menos aún si en el inmueble más cercano vive el atípico detective Basilio Céspedes, a quien todo el mundo conoce como Humphrey.
Cuando María la Portuguesa, una anciana obesa y tranquila, es asesinada brutalmente en su propia casa, Humphrey será el encargado de investigar el porqué, y a la vez tendrá que resolver el extraño caso de Jazmín: una inocente esposa empeñada en probar a su marido que le es infiel con otros hombres.
Ambientada en Barcelona, Madrid y Lisboa, Una anciana obesa y tranquila es una novela que nos lleva de sorpresa en sorpresa, y los personajes de Luis Gutiérrez hallazgos singulares. ¿Quién no deseará ser Humprhey alguna vez?


Luis Gutiérrez destila sarcasmo doble de whisky en cada página. No es sólo un narrador fibroso y punzante, le acompaña además un prodigioso sentido del humor. Es tan respetuoso con los clásicos que deberían exhumar a Chandler y Hammett para que pudieran disfrutar de Una anciana obesa y tranquila. (Marc Pastor).
Magnífica novela, de entretenida y adictiva lectura. Luis Gutiérrez está llamado a ser un clásico de la novela negra española. (Javier Sánchez Zapatero).
Pocas narraciones son tan negras como las de Luis Gutiérrez. Duro, excéntrico y cómico, sigue homenajeando a los clásicos. (Àlex Martín Escribà).
Cuando el detective Humphrey empezó a contarnos esta historia deseamos que no acabara nunca, porque desde su aparición el mundo del crimen es mucho más divertido. Le invitamos a un bourbon para que siguiera hablando, él prefirió una naranjada natural. Un tipo curioso Humphrey. (David G. Panadero).
¡Por fin una nueva aventura del detective Basilio Humphrey Céspedes! Los lectores le extrañamos desde Putas, diamantes y cante jondo. (Jordi Canal).


Luis Gutiérrez Maluenda (Barcelona) trabajó buena parte de su vida como ejecutivo en el sector informático, hasta que consciente de esa locura decidió abandonarlo a su suerte y dedicarse al género negro.
Con Putas, Diamantes y Cante Jondo, fue finalista del Premio a la Mejor Primera Novela del 2005, otorgado por la Asociación de Novela Negra y Policíaca Brigada 21, editada en versión sonora por la O.N.C.E (Organización Nacional de Ciegos Españoles).
En 2007 publicó Música para los muertos (Tropismos), elegida novela del mes en Radio Euskadi por el crítico Kike Martín y por la revista Miscelánea, e incluida en el extra del suplemento literario de El País como una de las novedades interesantes de la Feria del libro de Madrid.
También ha publicado ensayos y cuentos en diversos medios culturales: El coloquio de los perros, LH’ Confidential, Prótesis…
Figura en la antología La Lista Negra, que reúne a los nuevos valores de la novela policíaca española.