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sábado, octubre 10, 2015

Aviso de prensa

Vamos al punto: Hace 10 años decidí crear este blog el cual con el tiempo se fue convirtiendo en un espacio propio, una suerte de diario público y siempre filtrado en el que no cuento sinó las fantasías de una realidad que sin duda resulta difícil vivir sin el lente que el arte ofrece. Digamos en resumen y retomando un poco una idea de Picasso que ha sido esta mi forma de mentir. Muchas veces lo he abandonado y tengo la certeza de que muchas veces más lo haré.

Desde su inicio este fue un espacio dedicado casi de manera exclusiva al origami, una excusa personal para mostrar pliegues y modelos, para mostrar mis búsquedas con el papel. Con el tiempo también fueron apareciendo en Soledades algunas palabras. No muchas, pero también ellas hicieron presencia.

Sin embargo, nunca he sentido aquí la confianza para mostrar otras facetas de esta misma vida que también soy, otras pasiones, otras realidades. Después de pensarlo durante un par de años he decidido que este lugar también será el repositorio de otras cosas que también me recorren. A veces pinto, a veces escribo, a veces dibujo, a veces no sólo la musa de los pliegues me visita. Todas esas cosas se han mantenido escondidas en unos y ceros dentro de la memoria de un computador. Hoy, después de tanto tiempo, saldrán a la luz. Dicho sea de paso en Flickr, lugar hermano de este pero donde la palabra nunca ha tenido cabida, algo similar comenzará a ocurrir.

No sé si alguien las lea. Quizás ahora los lectores se multipliquen por mil traidos por otros gustos e intereses. Quizás, por el contrario, ahora nadie venga de visita pues se sienta que este blog ha perdido su norte (o tal vez su sur). A fin de cuentas, este blog se llama Soledades así que alguna pista sobre su vida debe dar su nombre.

Para mayor facilidad de todos ahora dispondrá de un pequeño menú que permitirá a cada cual revisar sólo aquello que desee. Así, quienes de ahora en más quieran ver sólo lo que a origami compete podrán filtrar todo con relación a ese tema. Quienes deseen leer podrán hacer lo propio. Y así, con cada cosa que valga la pena mostrar.

Todo lo publicado hasta este preciso momento estará en la categoría "origami", como respeto propio a lo que este blog fue y vivió durante estos 10 años. Aquellas entradas que incluían cuentos serán reposteadas, pero ahora sin los modelos que los acompañan y con un aviso de declaración de publicación anterior. Salvo por eso, de ahora en más, los asuntos estarán separados, ahora viviendo juntos en un mismo sitio. Tan sólo mis juegos con la fotografía seguirán estándo como hasta ahora separados de Soledades, y viviendo como hasta hoy en un blog aparte. No me pregunten por qué, que no lo se.

No puedo prometer que por esto ahora serán más las entradas. Sólo sé que, por lo menos, seguirá respondiendo al Babel de idiomas y soledades que dió origen a su nombre. Pero esa historia, la del nombre que nunca nadie a preguntado, es mejor dejarla para otra ocasión.

Gracias por leer.

miércoles, marzo 14, 2012

Brasil

Para quienes conocen soledades desde sus inicios, recordarán que uno de los momentos más emocionantes de todo este periodo fue cuando hace ya bastantes años recibí la invitación por parte de Pajarita a participar en su convención internacional. Fue un momento maravilloso, pues además compartiría espacio con Román Diaz, una de las personas que más aprecio y admiro del mundo del origami.

Quienes recuerdan esos tiempos, guardarán en su memoria que aquel viaje nunca pudo realizarse pues aquellos papeles que nos inventamos para permitir o no que pasemos de un país a otro me obligaron a faltar a aquella cita. España no fue, y desde eso, una deuda tengo con varios amigos españoles a quienes ya he puesto rostro pero aún no he podido poner tacto.

Hoy, una nueva alegría tiene soledades. Ya es pública la invitación al evento de origami en Brasil, al cuál tendré el enorme placer de asistir. Y, curiosamente, aquel evento cuenta también como invitado a Román Diaz. Con él  otro grupo maravilloso de origamistas como Isa Klein, Amália Araújo y Darcy Moraes

Sin duda, un bonito cierre a un ciclo maravilloso. Para mi fortuna, el coloso de suramerica no exige a los colombianos visa, así que la única restricción será el lenguaje. Afortunadamente, en estos años he aprendido que, cuando se trata de papel, los que hablan son los pliegues, y estos tienen un idioma universal.

Es una de las grandes alegrías que el mundo del origami me ha dado en estos años. Así que hoy, el día que se celebran los 101 años de yoshizawa y el seguidor 100 de estas soledades comparto también esta alegría:

¡¡En brasil nos vemos!!

miércoles, octubre 12, 2011

Sale el sol

Muchos silencios. Muchas palabras por decir. Muchas cosas por contar.

Foto cortesía: Diego Alejandro Ossa
Los últimos años han sido complejos, o por lo menos atareados. ¿Por dónde comenzar? Creo que por lo más importante, por lo primero. Desde hace varios meses soy padre de un bebé absolutamente hermoso. Si, lo sé, todos los padres dicen que su bebé es el más hermoso, pero que le vamos a hacer si es cierto. Emilio, de 9 meses ya, es el motivo de la más profunda alegría que haya conocido. Y también del más profundo cansancio. Pero lo vale, siempre lo vale.

Punto dos, nuevo empleo, nueva aventura. Una locura extraña que justo con un nuevo integrante en la familia renuncie uno a su trabajo en búsqueda de más felicidad. Pero es precisamente por esa búsqueda que existe una obligación moral. Vuelvo al tema que amo, al mundo en el que las cosas pueden cambiarse. Y, si tengo un poco de suerte, a un mundo en el cuál de nuevo tendré tiempo para las cosas importantes de la vida. Plegar, amar, enseñar, jugar, aprender, crecer, todos esos verbos tan frecuentes, tan "rosa", pero tan profundamente necesarios.

Muchos cambios, muchas cosas por contar. Hablando de pliegues y palabras, este año aunque ha estado lejano de soledades no lo ha estado de palabras. Además de las participaciones en 4 esquinas (que espero pueda retomar dentro de poco), otras palabras han estado fluyendo desde los dedos. Poco a poco irán siendo develadas y espero disfrutadas.

¿Y por qué esta entrada? Porque quiero avisarme, avisarle a todos que regreso a mi. Y espero para siempre.





miércoles, mayo 26, 2010

palabras sueltas

No puedo decir que soy un artista. Nunca he llegado a hacerlo. Estudié música desde los 4 años, hasta que un par de años atrás he dejado por completo los instrumentos. (Una renuncia dura, no puedo negarlo). Hace 15 años empecé a ganarme la vida contando cuentos. No buscaban generar la risa (aunque algunas veces lo hicieron). Hace 10 estudié teatro y hace un poco menos me gradué como actor dramático. Poco ejercí el teatro en las tablas del escenario, mucho en la vida y la docencia. Y todos estos años me ha acompañado el papel. A veces como partitura, a veces como dramaturgia, a veces como soporte a las palabras, y a veces también como plegado. Tampoco soy el origamista que espero algún día llegar a ser. No puedo, aunque quisiera, decir que soy un artista, o por lo menos no el que quisiera ser.

Y, sin embargo, he vivido muchas veces la crisis del arte. La crisis de buscar el qué decir y el cómo decirlo. La crisis del deseo de plasmar aquello que lleva el alma. El último gran cuestionamiento que tuve al respecto comenzó hace 3 años, con una profunda conversación con uno de los origamistas que más admiro: Saadya. Sus palabras me llevaron a la búsqueda de un camino en el origami que apenas hoy comienzo a dilucidar, y que por fin hace unas semanas tomó forma en mi cabeza completamente. Pero que algo tome forma en la cabeza no implica que de forma a las manos.

Existen cientos de caminos en el mundo del origami. Hay quienes recorren el camino de la geometría, bien sea con hermosos teselados, o con estructuras modulares. Hay quienes recorren el camino de la complejidad, con una búsqueda del realismo o incluso del naturalismo en los modelos creados y plegados. Que luzca real, aún a costa de 1000 pasos. Otros más idealistas buscan más en menos. La expresión con menos dobleces. Para muchos de ellos la búsqueda de la realidad nunca podrá competir con la realidad real. Hay quienes buscan dejar el alma en sus pliegues. En tiempos como éste complejidad y realismo parecen ser el paradigma dominante en el mundo del papel.

Y es, precisamente en estos tiempos en los que más se necesita que alguien busque beber en otras fuentes. Sin embargo, la realidad es que para todos esos caminantes resulta un camino duro y solitario. Un camino por tan pocos recorrido, que a veces no deja más que el polvo de la desolación.

En esos momentos, es cuando más se necesita encontrar alguien que desee caminar. Aunque su destino sea otro, siempre se necesita con quien hacer el camino y detenerse de cuando en vez a beber

martes, marzo 18, 2008

Los modelos que no fueron

Cada cierto tiempo uno cambia de vida. El universo confabula para obsequiarte con unos gestos altamente simbólicos que son síntesis perfecta de todo aquello por lo que uno lleva años trabajando y entonces, muchas veces y casi sin saberlo, la vida cambia. A veces esos gestos vienen dados de formas previsibles, y otras son sorpresas completas. Te gradúas, y cierras años de estudio. Te vas de casa, y cambia tu vida. Te haces padre, te hacen un homenaje, publicas un libro.

Hace algunos meses recibí distintos regalos, algunos pequeños, otros más grandes. No fue por cumpleaños, ni por navidades. Fueron regalos (¿o debería decir gestos?) recibidos por trabajo. Me enteré por pura casualidad que unos diagramas que entregué a una asociación origamística hace más de dos años serían publicados: El cuarto número de la revista que publica “Origami.art.pl” incluiría un daspletosaurio que es diseño propio. También resultó que la revista francesa “Le plie” publicó un jabalí propio, que resultó tan interesante para uno de los integrantes del grupo que destinó días y días a sacar una secuencia del plegado basándose en el cp. Y, el toque final a la alegría, un regalo hermoso dado por la AEP, que me invitó al evento de León 2008. Esos gestos me permitieron creer que la vida (origamística) había cambiado.

No conté, en esos momentos, de mis alegrías, pero en parte a eso es que debí el “renacimiento” creativo de los primeros meses de este año y de los últimos del año pasado. No conté, en esos momentos, pero incluso lloré al recibir la invitación de la AEP. No conté, en esos momentos, pero creo que todos lo supieron.

Es hermoso este universo que confabula para obsequiarte con unos gestos que son resumen de aquello por lo que uno lleva años trabajando. Hermoso sí, pero también curioso. Durante dos años (poco más o poco menos) trabajé en silencio por conseguir dicha invitación, que nunca llegó. Pero cuando dejé de buscarla los organizadores de León me dieron ese enorme regalo. Universo de magia este en que vivimos, que siempre te da aquello que necesitas y no aquello que deseas, que siempre te da aquello que deseas pero no siempre de la forma en que lo esperarías. Con el paso del tiempo unas alegrías a veces se vuelven tristezas, otras se transforman en dolores, y otras siguen siendo alegría a pesar de los pesares. No podré viajar al evento de León. No porque no quiera (que el alma lo desea), no porque no tenga los recursos económicos para hacerlo (que aunque no es fácil igual los he conseguido). No podré viajar porque me han negado la visa.

Yo me pregunto si las visas sean cosas normales en el quehacer del universo. Trozos de papel que te autorizan entrar a un país, aunque tantos entran sin permiso. Trozos de papel que te dan el derecho de gastar dinero en países extraños, de conocer, de vivir una experiencia de país ajeno al tuyo. Son cosas curiosas las visas, pues responden a tantas variables que pareciera que se otorgan por capricho.

No me pregunten si el hecho de que me hayan negado la visa me generó llanto o no, que sobra una respuesta que todos saben. No me pregunten si me ha causado dolor, que creo que ese puede leerse también en las palabras. Solo escribo. Me he quedado con dos mesas reservadas para exponer en España: una con modelos propios (las fotos de esta entrada son algunos de ellos) y otra con modelos de origamistas colombianos de Bogotá, Bucaramanga, Leticia, Medellín y no recuerdo que ciudades más. Me he quedado con papeles por enseñar, y por algunos modelos nuevos que algún día alegrarán estas soledades. Me he quedado, también, sin ponerle rostro a algunos amigos españoles que solo por palabras conozco. Me he quedado con las ganas de ver de nuevo a Saadya, y recibir de él aquellas preguntas que tanto tiempo me ponen a pensar. Me he quedado con ganas de ver los modelos propios plegados por Felipe Moreno. Me he quedado sin conocer a Román. Me he quedado sin perderme en los museos españoles. Me he quedado con unas palabras de agradecimiento que no pudieron agradecer. Me he quedado en mi país. En resumen, me he quedado.

En este momento me pregunto si no será que al universo le dio por ponerse literal y cumplir exactamente aquello que desee: ser invitado a España (que es distinto a estar en la convención española).

Me pregunto también qué será aquello que quiere enseñarme en este momento el universo, qué será aquello que sabe que necesito aprender. Solo me queda pensar aquello que desde hace unos años vengo pensando: las cosas siempre ocurren para bien, aunque no logres reconocerlas cuando ocurren, aunque no logres saber los motivos, aunque no logres entenderlas.

Un saludo a todos, y sirva esta carta como agradecimiento a tantas personas que hicieron de mi invitación un hecho posible. No lo olvidaré.

miércoles, febrero 06, 2008

Piedras

En esta entrada se cruzan dos sucesos completamente aislados pero que vistos por los mismos ojos me han puesto a escribir. He comenzado hoy un nuevo curso de habilidades comunicativas, y he leído, además, un hermoso correo enviado a una de las tantas listas de origami en la que estoy inscrito, pero en la que por diversos motivos mi participación se ha limitado a leer. Ambos hechos me obligan, esta noche, a pensar en la palabra.

La palabra es una cosa poderosa. Construye destruye esconde consuela destroza abraza desnuda. La palabra es origen y destino. La palabra es. Pero a pesar del poder de la palabra, hemos de reconocer que no es algo innato al hombre, pues la palabra es construcción social (y en parte personal) que vamos aprendiendo con el paso del tiempo. Esta distancia tomada de lo natural es un elemento fundamental para comprender por qué a veces la palabra nos confunde tanto.

Otra cosa es la comunicación, esa sí innata al hombre. Desde que nacemos nos comunicamos, con un conjunto de signos y símbolos llenos de significado e interpretación. A veces para comunicarnos usamos la palabra, pero incluso en esos casos lo que importa a nuestro cerebro es lo no verbal por encima de lo verbal.

Todo comunica, todo dice. También el origami, canal de comunicación del alma del artista. Al eliminar lo no verbal del mensaje nos queda solo la palabra, y esa engaña. Ése es, quizás, uno de los problemas claves en el texto escrito contemporáneo, especialmente en aquel que es pensado en el formato chat o e-mail, en el cual métricas y ritmos, cadencias y emociones son desterrados con frecuencia.

Si aceptamos que todo comunica (bien o mal, pero comunica) no deja de resultar sorprendente que seamos tan malos haciéndolo. Todos hemos oído aquella frase de “sé qué quiero decir, pero no sé cómo decirlo”, o esa otra de “no me salen las palabras”… Muchos hemos visto como otros interpretan el mismo texto que nosotros leímos o incluso escribimos de una forma tan distinta a la que nosotros pensamos. Y por si esto fuera poco, vivimos rodeados por asesinos de la comunicación. Muchos foros de internet son ejemplo perfecto de “cómo asesinar una línea de comunicación naciente”. Excesivos correos fuera de tema, conversaciones monopolizadas por uno o dos interlocutores, censuradores dispuestos siempre a destruir lo que otros señalan, excesos de mensajes sin sentido por el simple hecho de participar, corrillos y chismes que se magnifican por respuestas de otros que nada tienen que ver y que leen sin la suficiente información para juzgar, otros que escriben en lenguajes crípticos que solo ellos mismos entienden, y un sinfín de intentos de asesinato adicionales que no vale la pena nombrar.

Desde otro punto de vista, estos asesinatos conllevan una manifestación que es poéticamente hermosa. Aquellos asesinos de comunicación obligan a que los demás se refugien en el silencio. Y ese silencio es el principal medio para comenzar a comunicar. Sin el silencio no hay forma de dar paso a la real comunicación. El gran dolor es que cada vez que rompemos el silencio surge de las sombras un nuevo asesino que, muchas veces sin intención, genera un nuevo dolor.
Y entonces, de nuevo, volvemos al silencio.

El de hoy es el 7 curso universitario sobre comunicación que tengo el placer de acompañar. De ellos, lo que más me ha gustado es la enorme posibilidad que se me ha dado de mirarme en el espejo, de confrontarme, de darme cuenta de lo mucho que me equivoco al hablar y al escribir, de los muchos errores que he cometido, y de los muchos silencios en los que me he refugiado. Me ha dado la oportunidad de dejar de quejarme porque “nadie escribe” y empezar a preguntarme “por qué nadie escribe”. Pueda ser que, alguna vez, deje de asesinar comunicaciones recién nacidas. Pueda ser que alguna vez los demás asesinos tengan la oportunidad de enfrentarse como yo al espejo, y que tengamos el valor de construir lugares en los cuales las piedras dejen de caer y las usemos para construir


***

Versão em português (Untalgregorio)

Pedras

Nesta entrada cruzam-se dois fatos totalmente isolados porem, olhados pelos mesmos olhos me obrigaram a escrever. Comecei hoje um novo curso de habilidades comunicativas, e li um bonito correio enviado a uma das tantas listas de origami nas que estou inscrito, mais, na que por diversos motivos minha participação se limita a ler. Ambos fatos obrigam-me, esta noite, a pensar na palavra.

A palavra é uma coisa poderosa. Constrói destrói esconde consola estraçalha abraça despe. A palavra é origem e destino. A palavra é. Mais, a pesar do poder da palavra, temos que reconhecer que não é algo inato ao homem, pois a palavra é construção social (e em parte pessoal) que vamos aprendendo com o passo do tempo. Essa distancia tirada do natural é um elemento fundamental para compreender por que às vezes a palavra confunde-nos tanto.

Outra coisa é a comunicação, essa sim inata ao homem. Desde que nascemos comunicamo-nos, com um conjunto de signos e símbolos cheios de significado e interpretação. Às vezes para comunicarmo-nos usamos a palavra, mais também nesses casos o que importa ao nosso cérebro é o não verbal por cima do verbal.

Todo comunica, todo disse. Também o origami, canal de comunicação da alma do artista. Ao eliminar o não verbal da mensagem queda-nos só a palavra, e essa engana. É esse, tal vez, um dos problemas clave no texto escrito contemporâneo, especialmente naquele que é pensado no formato "Chat" ou "E-mail", no qual métricas e ritmos, cadências e emoções são desterrados freqüentemente.

Se aceitarmos que todo comunica (bem ou mal, mais comunica) não deixa de ser surpreendente que sejamos tão maus fazendo-o. Todos ouvimos aquela frase : "sei o que quero dizer, mais não sei como dizê-lo", ou essa outra: “as palavras não me saem”... Muitos temos visto como os outros interpretam o mesmo texto que nos limos ou inclusive escrevemos duma forma tão diferente da que nos pensamos. E por se isso fosse pouco, vivemos rodeados por assassinos da comunicação. Muitos fóruns da Internet são exemplo perfeito de "como assassinar uma línea de comunicação nascente". Excessivos correios fora de tema, conversações monopolizadas por um ou dois interlocutores, censuradores dispostos sempre a destruir o que outros sinalam, Excessos de mensagens sem sentido pelo simples fato de participar, fofocas e "disse me disse" que se magnificam por resposta de outros que nada tem a ver e que lêem sem a suficiente informação para julgar, outros que escrevem em linguagens crípticos que só eles mesmos entendem, e um sem fim de tentativas de assassinato adicionais que não vale a pena nomear.

Desde outro ponto de vista, esses assassinatos conlevam uma manifestação que é poeticamente formosa. Aqueles assassinos da comunicação obrigam aos demais a se refugiar no silêncio. E esse silêncio é o meio principal para começar a se comunicar. Sem o silêncio não há forma de abrir passo a real comunicação. A grande dor é que cada vez que quebramos o silêncio surge das sombras um novo assassino que, muitas vezes sem intenção, gera uma nova dor.
E então, de novo, voltamos ao silêncio.

O de hoje é o sétimo curso universitário sobre comunicação que tenho o prazer de acompanhar. Neles, o que mais gostei é a enorme possibilidade que recebi, de olhar-me no espelho, de me confrontar, de me dar conta do muito que erro ao falar e ao escrever, dos muitos erros que cometi, e dos muitos silêncios nos que me refugiei. Deu-me a oportunidade de parar de queixar-me "porque ninguém escreve". Pode ser que alguma vez deixe de assassinar comunicações recém nascidas. Pode ser que alguma vez os outros assassinos tenham a oportunidade de se enfrentar como eu ao espelho, e que tenhamos o valor de construir lugares nos quais as pedras deixem de cair e as usemos para construir.

sábado, diciembre 29, 2007

El libro de mi hermano

Mi familia raras veces aparece en estas soledades. No sé los motivos exactos, pero pocas veces escribo sobre ellos. Y es impresionante. Tengo por padre un hombre renacentista que vino a equivocarse en 500 años de su fecha de nacimiento. Igual un día te habla sobre literatura antioqueña que sobre mitología, igual te habla sobre el comportamiento de los fluidos laminares que sobre la obra completa de Nietzsche. Mi padre es, a todas luces un genio renacentista. En gran parte es a él a quien más debo el amor por el arte (aunque hoy y en muchos casos sean artes bien distintos los que nos gustan). Quisiera también hablar de mi madre (espejo de amores y de sueños), de mi hermana o mi sobrina, de mi nuevo sobrino, o de tantos más. Pero hoy solo hablaré de mi hermano, Nicolás Naranjo Boza, por si las dudas.

Mi hermano (mayor), ha publicado su primer libro. Su primera búsqueda dice él. Es un libro de poemas. Y a mí me ha sorprendido que el primer libro de mi hermano sea un libro de poemas. Me parece sorprendente que aún haya alguien que se atreva a escribir un libro de poemas. Me parece sorprendente que aún haya alguien que se atreva a leer los poemas que otro escribe. ¿Por qué, aún, hay quien escriba versos en estos tiempos de hastío? ¿Por qué, aún, hay quien busque versos en los tiempos de la virtualidad y de la máquina? ¿Por qué…?

Mi hermano ha publicado un libro, en donde algunos poemas se vuelven canción, en donde la intención no es vender, en donde simplemente deja que el alma fluya.
Entonces, me pregunto, si acaso lo que le cuestiono a él no será lo mismo que me pregunto todos los días. ¿Por qué, aún, hay quien pliegue versos en estos tiempos de hastío? ¿Por qué, aún, hay quien busque pliegues en los tiempos de la virtualidad y de la máquina? ¿Por qué…?
No conozco porqués. No conozco de respuestas. Mi hermano (mayor), ha publicado su primer libro. Y yo quisiera que no fuera el último. Y también, porqué negarlo, quisiera poder yo publicar el mío.

sábado, agosto 18, 2007

Novedades

Corren tiempos nuevos, y corren algunos abandonos... Pero, aunque poco pliegue últimamente, no he olvidado estas soledades, que últimamente se llenan de palabras..

Hoy, aún sin modelos nuevos por presentar, enseño dos novedades que me llenan de orgullo.

Una de ellas, es una novedad que no depende de mí, sino de la buena voluntad y ventura, de un origamista con tiempo y un segundo idioma. Untalgregorio (o más bien debiera decir Gregorio Vainberg) me ha regalado la traducción de una entrada. Lo que esperamos y deseamos, ambos, es que sean más, y eso permita a las 1120 personas brasileras que han entrado a soledades una lectura más a gusto.... Es solo un 4,4% del total de lectores de soledades. La inmensa mayoría lee en español, y lo seguirá haciendo, y algo más del 6.8% procede de Estados Unidos, pero como el español por esos lados va en aumento (y además no escribo en inglés) creo que no se sentirán ofendidos...

Por ahora, en portugués, solo una entrada: Otro ángel más, pero más vendrán y solo habrá que buscarlas con la etiqueta Portugués


La segunda novedad, creo que ya muchos la conocen, pero para aquellos que aún no:

He creado una galería en Flickr, con el tema del origami. Probablemente sea el sitio ideal para aquellos que simplemente quieren ver las fotos de los modelos, sin preguntarse por el texto que los origina o los acompaña. Espero les guste y eso no impida visitar estas soledades.


Un abrazo a todos los que aún están
daniel

***



Versión en portugués, Gregorio Vainberg



Correm novos tempos, e correm alguns abandonos... Mas, por mais que pouco dobre ultimamente, não esqueci destas solidões, que ultimamente enchem-se de palavras.
uma delas é uma novidade que não depende de mim, senão da boa vontade e ventura, de um origamista com tempo (nem tanto, N do T.) e um segundo idioma. Untalgregorio (que venho a ser eu, Gregorio Vainberg, N do T.) me presenteou com a tradução duma entrada. O que esperamos e desejamos, ambos, é que sejam mais, e isso permita às 1120 pessoas brasileiras que entraram a "solidões" uma leitura mais a gosto... È só um 4,4 % do total de leitores de solidões. A grande maioria lê em espanhol, e o seguirá fazendo, e pouco mais do 6,8 % procede dos Estados Unidos, mas, como o espanhol nessas bandas vai em aumento (e eu não escrevo em inglês) creio que não se sentirão ofendidos...


Por enquanto, em português, só uma entrada: Mais um anjo,; outras virão e só haverá que buscá-las com a etiqueta português.


A segunda novidade, acho que muitos já a conhecem, mas para aqueles que ainda não:
Criei uma galeria Flickr, com o tema origami. Provavelmente seja o sitio ideal para aqueles que simplesmente querem ver as fotos dos modelos, sem se perguntar pelo texto que os origina e acompanha. Espero que gostem e que isso não impeça visitar estas solidões.


Um abraço a todos os que ainda estão.

miércoles, agosto 01, 2007

La ciudad de la serpiente

La soledad en la que tengo a estas, mis soledades, me tiene un poco asombrado... La verdad se debe, principalmente, a que tanto hago que ya el tiempo no me da para hacer...

Y no me gusta abandonar estas soledades que también las amo.

Por estos días, sin embargo, resulta más fácil escribir que plegar. Hace unas semanas, de hecho, me atrevía a hacer algo que nunca había hecho. Enviar un texto a un concurso... No sé que texto ganó, pero sé que no fué este. Lo pongo en soledades, simplemente, para que aquellos que gustan de leerme sepan que sigo, aún, con la palabra en la punta de los dedos. Lo pongo en soledades, simplemente, para recordarme que sigo aquí, en la punta de los dedos.
***


La ciudad de la serpiente


La ciudad, esa propia, esa llena de desencantos y de engaños, que te mira y se sonríe en verano, que irremediablemente te llama a gritos y pide que vuelvas, esa que te pide que te vayas para quererla de nuevo, esa de mujeres hermosas que caminan en la calle, esa ciudad es aquella en la que nací y crecí. Pero, debo decirlo, hoy soy extranjero. Soy también un desplazado, llamado por montañas verdes que habitan el oriente… Soy extranjero por días y por noches, porque su embrujo todavía me llama, incansablemente, y me pide que la habite una vez a la semana. Y yo la habito.

Sin querer, sin preguntar ni pedir permisos, esta ciudad de la que hablo se roba los afectos y los tiempos, las miradas. Sin querer, a veces se roba tus odios. El lugar de mi querer se ha ganado también mis dolores desde hace algunos meses. Antes, lo confieso, tenía mis amores. Aquel lugar del que hablo es el punto de enlace que me abre la puerta de aquella que ahora es mi ciudad del corazón. Este lugar extraño (parte animal y parte monstruo), atrae a mares de gente, pensando en su propia vida, en su propio tiempo. Ignorantes de su suerte son devorados y escupidos por aquella serpiente que recorre las calles en minutos, los kilómetros en segundos.

Y uno, a veces, se siente barca en altamar… Cuando el sol toca apenas la montaña, cuesta distinguir el sentido de las olas, y como gota de agua te sientes succionado, escupido, bebido y luego vomitado contra una pared de otras gotas que te esperan puertas adentro mientras anuncian con el cuerpo que no cabes, que no puedes seguir, y el reloj incansable dice que debes entrar y aguantar y respirar y correr y seguir y llegar. La serpiente te devora y te lleva en su estómago, donde otros como vos miran sin mirar y otros escuchan sin escuchar.

En aquella panza el tacto toma una dimensión distinta, negada y siempre presente. Te tocan, te huelen, te manosean, te sudan, te untan sin pedir permiso y sin querer autorización. Y tu, rencoroso y a un mismo tiempo solidario, tu tocas, hueles, manoseas, sudas y untas sin pedir permiso y sin querer autorización. Sientes el calor del otro en tu nuca, y deseas ser otra gota más que se evapore, tiemblas, piensas en caer, y de repente descubres que no hay caída posible, que otra gota más está ocupando el espacio de tu descenso. Entonces de repente la serpiente se detiene, se queja, gime, y otro mar de gente sale por su boca y nuevas gotas son succionadas y llevadas hacia adentro; uno sale, devorado, y cinco más son engullidos porque aquel estómago siempre hace espacio a alguno más.

Esta serpiente tiene nombre, y todos lo conocen. Esta serpiente tiene un rostro, aunque su interior de metal y sudor se cubra en maquillaje para mostrarlo. La serpiente últimamente habla poesía, habla sobre arte, sobre otros que hace años escribieron y contaron de una ciudad y de una gente que no conocía un animal como este. El maquillaje en la mañana a veces habla sobre el artista que sigue siendo niño –niñez interminable dice-, a veces de lo lúgubres que somos. Y uno se pregunta si alguna de las tantas gotas que habita la panza de aquel monstruo se sentirá en niñez interminable en aquel momento, y cuántos sentirán aquel gemir del alma porque en su espalda llevan el propio mundo, y cuántos más no habrán visto siquiera el maquillaje que la panza lleva… Yo lo vi, y fue imposible evitar una sonrisa. Ella, que no se quien sea ella, también lo vio. Y su rostro se ha sonreido.

El lugar de mis odios es también el lugar de mí querer. A veces, en la tarde, la gente esta cansada y de nuevo es devorada, y justo entonces ríe. Ríe de aquella gota que para no caerse se toma del cuello de un extraño que se toma de las entrañas de metal. De aquella misma gota que también ríe de su temblor. En ese mar de gotas, a veces, uno encuentra gotas iguales, que no se hablan, que no alcanzan a tocarse, que no alcanza a mirarse, pero que están ahí y se sonríen, cómplices.
El lugar de mis amores es también el lugar en el cual sé, que cada día, que cada noche, cuando el sol apenas toque la montaña, he de buscar aquella gota que al mirarme sonría una vez más...
Daniel Naranjo

jueves, julio 05, 2007

Fe mía

Aunque suene increible, me gusta la poesía...
Alguna vez quisiera cometerla con alevosía y premeditación, o mejor que ella me cometiera a mi... Quisiera escribir lo que escriben otros, con la maestría que lo hacen. Para la muestra, uno de aquellos poemas que habla, a un tiempo de aquel placer que nos atañe y de aquella que es nuestra única certeza.

Fe mía, de Pedro Salinas

No me fío de la rosa
de papel,
¡tantas veces que la hice
yo con mis manos!
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti, que nunca te hice,
de ti, que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.
(de Seguro Azar)

sábado, junio 23, 2007

Del pánico escénico y otros miedos nocturnos.

Hace cerca de 3 semanas no actualizo estas soledades. Los motivos, he de confesarlo, mucho han tenido que ver con el pánico escénico. Esta entrada es la número 100 y es un número para celebrar. ¿Cómo no escribir algo hermoso? ¿Cómo no celebrar con la palabra? Simple… Cierto pánico escénico me ha impedido recibir inspiración. ¿Por qué, entonces, me atrevo a escribir en este momento? Simple. Un pánico ha dado paso a otro.

A mi casa, hace solo unas horas, han entrado los ladrones. Digo los sin saber si era el, digo hombres sin saber si eran mujeres. Digo ladrones, aunque quizás debería llamarlos de alguna otra forma. Pero no, los llamo ladrones pues mucho me han robado. Lo material es lo de menos, lo otro es lo que duele.

Se han llevado un dinero que teníamos ahorrado pero han dejado a cambio los cajones revolcados y la ropa en el suelo, un reloj que fue regalo de una amiga que me olvidó pero que yo aún recordaba como antes cuando me vestía de etiqueta, un teléfono que había resucitado dos días atrás. Decentes los ladrones, han dejado en la entrada y ya empacado para llevarse el computador, el televisor y, en fin, todo aquello que esperaba por transporte… Se han llevado otras cosas materiales, pero no quiero hacer pública la lista, que de paso no hemos terminado aún.
Si, lo sé, no he perdido mucho, pero siento que se han llevado lo importante.

Se han robado tantas formas de confianza que me han dejado triste. Se han cargado, envuelto en un morral, la seguridad que sentía de estar en mi casa y han dejado a cambio el miedo de tener que dormir con la puerta abierta, pues la chapa la han reventado para poder entrar y “en fin de semana” no trabajan cerrajeros. Se han llevado también, porqué negar, la idea romántica de que las cosas malas no les pasan a las personas buenas, pero me han dejado a cambio la duda de si será que soy aún una persona buena. Se han llevado mi confianza en los vecinos, pues no entiendo como no escucharon que una puerta de metal es rota a martillazos, pero los ladrones, condescendientes, me dejan a cambio la duda. Se llevan también un gran pedazo de alegría, porque las cosas se sentían bien. Se llevan la también romántica ilusión de que en realidad se podía cambiar el mundo de a uno por vez. Se llevan tanto que me dejan lleno de dolores. Me dejan una esposa que toma un cigarrillo después de otro, aunque había dejado de fumar hace un par de años, me dejan miedos, porque hay días en que la casa permanece sola debido a la actividad docente que estamos realizando, me dejan la inseguridad. Me dejan unas enormes ganas de llorar. Me dejan un par de gatos con miedo de salir de debajo de la cama. Me dejan una enorme rabia, impotencia quizás…


Es curioso… Para la entrada 100 soñaba un gran modelo que no creé, un ensayo pensado sobre la belleza o sobre la relación entre técnica y arte, un texto hermoso que dijera que la belleza está en la vuelta de la esquina, o que es más fácil pasar de arte a técnica que de técnica a arte, pero a cambio, solo escribo un texto que habla sobre dolores y pérdidas.

En fin, feliz entrada 100, soledades, y que escribas muchas más.

sábado, mayo 05, 2007

Crítica:

He visto en televisión a una de las curadoras del Museo de Antioquia, uno de los más importantes del país, hablando sobre las obras que se presentarán en la bienal de arte. Me ha sorprendido. No por la calidad de las obras (sin duda indudable si estarán en la bienal), no por la increíble profundidad de las piezas (que seguramente la tendrán), no por el manejo del color, o la luz, o el contraste, etc... Me ha sorprendido la forma de hablar de la curadora, su forma de codificar el lenguaje para volverlo oscuro e incomprensible. Tengo, ya lo dije alguna vez, una mínima formación en estética, y algunos conocimientos rudimentarios de arte, así que al oírla hablar ninguna de sus palabras me resultaba extraña o incomprensible. Supe bien que quería decir cuando hablaba del objeto fáctico, o que ocultaba al decir de la delimitación forzada alcanzada por un tratamiento sobre la materia de representación… (o algo similar)

Entendí, insisto, que quería decir, pero me resultó curioso en dos diferentes niveles:
Primero, porque comprendí uno de los motivos por el cuál la gente ha dejado de ir a los museos: éstos, no saben hablar en su mismo idioma.
Segundo, porque en cierta medida me sentí reflejado en ella al hablar.

No sé si al lector de estas soledades le resultará que lo que digo es oscuro e incomprensible, cuando en realidad planteo cuestiones sumamente simples. Yo también, lo sé, codifico el lenguaje para obtener una forma diferente de decir… Comprendí que me muevo en una línea delgada, que a veces lleva a una forma distinta de presentar las cosas, pero a veces a la incomprensión. La dificultad real está en encontrar dicho punto de equilibrio.

Juzgarán mejor que yo los lectores si he logrado decir en estas soledades, o si solo he logrado confundir. Espero se animen a comentar.

martes, abril 03, 2007

Mitología

Hace tiempo no compro libros. No porque no me guste leer, sino porque los libros se encuentran autocensurados. Se censuran solos, con su precio, como decía Eduardo Galeano. El último libro que adquirí fue un regalo de mi esposa: “Los Cuentos de Eva Luna” de Isabel Allende. Confieso que preferí “Eva Luna” a sus cuentos, pero que le vamos a hacer, es cuestión de gustos. Pero el hecho de no comprar libros no me impide asistir al ejercicio masoquista de ir a las librerías. En ellas, antros de perdiciones por la vía de la tentación, suelo mirar aquellos libros que quiero comprar y que termino leyendo porque otros me los prestan o porque, meses de ahorros después, logro vincular a mi biblioteca. Claro, también hay otros que quise leer y no leo porque nadie los consiguió o porque nunca los compré, o porque simplemente fueron parte de un deseo pasajero.
En la librería, hoy, me tientan “las pequeñas memorias” de Saramago, y “la quinta disciplina en la escuela” de Senge y otros, me tientan dos libros de Galeano y uno de “Comportamiento del consumidor” de Olson. Me tientan palabras de otros que conozco y muchos que desconozco. Me tienta el texto del último ganador del Nobel en literatura, de quien solo he leído su discurso de aceptación del premio. Me tientan cosas…

Pero, no solo es asunto de tentaciones, que también hay parte utilitarista en la visita. Me lleno de nombres. De nombres de libros, de palabras que inconexas nada dicen, de palabras que conexas dicen algo aunque no suene a nada y de otras que no dicen nada aunque suenen a todo. Me gusta cazar palabras para luego inventar nuevas combinaciones. Inventar, por ejemplo, una frase que hable de los nombres que vienen a mi boca y luego una más que hable de la muerte y su añoranza, o de la sonrisa de los que perdieron las palabras. Combinar palabras se vuelve un ejercicio creativo similar al que hago con el origami. Combino seres para crear otros nuevos, que inconexos dicen algo aunque no suene a nada, que conexos dicen cosas aunque no suenen a nada.
Hace días, de hecho, no creo nada sobre esa línea. Vamos a ver si logramos convencer al alma de que busque un par de seres que siendo dos quieran ser uno, como rigen los cánones de la mitología. Aunque, visto así, entiende uno porqué cuesta tanto encontrar a quien amar, encontrar un par de seres que, siendo dos, quieran ser uno.
Pareciera que también el amor es una criatura mitológica. Bendecidos resultan entonces quienes, como yo, aún hacemos mitología.

martes, marzo 20, 2007

Paralelos

Algunos de los amigos cercanos saben que he tenido un cambio enorme en la vida. Entre esos cambios, hay diferentes escalas de preocupación, de prioridades, de urgencias. En estos cambios de vida, he debido renunciar al Internet, y eso me ha resultado preocupante porque, entre otras cosas, muchos de los amigos a los que quiero los frecuento por Internet noche a noche. Uno de esos amigos se encontraba en un momento complicado de la vida, y yo solo pude escucharlo a medias, leyendo con retardo lo que escribía en su blog.

Curioso porque pasábamos cada uno a su manera por momentos complejos aunque harto disímiles el uno del otro. Por estos meses dejé de plegar, de amar el papel.
Obligado por un encargo que me hicieron de un modelo que sirviera de regalo a una mujer que obtenía su grado como música, volví a tocar el papel. El modelo que plegué lo hice para ella, claro está, y le entregué el original, el primero, aquel que siempre guardo para poder repetir la figura más tarde, cuando sea su tiempo.

Después de entregar auqel pianista que plegué supe que ese músico amigo a kilómetros de distancia estaba pasándolo mal, y decidí volver a plegar el modelo para él. En este momento quisiera poder enviárselo, pero la restricción presupuestaria lo impide, así que solo puedo enviarle un par de fotos.





Espero que la música siga iluminando su vida, como lo empieza a hacer para una mujer que apenas recibe su grado en música. Buena música emejota, y no olvides que no solo la técnica emana del espíritu, también emana el arte. El verdadero arte, el de vivir.

lunes, marzo 19, 2007

Silencio

Quizás la parte más importante de un diálogo es la que corresponde al silencio. En los tiempos en que vivimos rara vez dejamos que el silencio reemplace a la palabra, y es una pena, porque dice tanto un silencio que, a veces, es mejor que la palabra. Lo complejo del silencio suele ser su comprensión, porque así como hay palabras poli significantes casi todo silencio encierra múltiples sentidos. Pero le tememos al silencio.

Es un fenómeno que me parece precioso en la conversación. Tememos llegar al silencio, porque una vez en él no sabemos como romperlo. Y eso me alegra, porque implica que aún reconocemos algo de magia en el silencio que nos impide romperlo.

Las últimas semanas este blog ha tratado sobre el silencio. Y como en toda conversación con uno mismo ha llegado un momento en el cual he debido empezar a hablar de nuevo, y he temido hacerlo. Pero ese silencio de estas semanas me ha enseñado mucho. Ha sido un silencio de múltiples formas, razones y significados. Ha veces fue debido a que odiaba el mundo, y otras a que lo amaba profundamente. A veces fue un silencio por obligación, porque simplemente “no tenía nada que decir”, otras veces fue un silencio por necesidad y otras uno impuesto. Pero ha sido un silencio que me ha enseñado cosas. Una, que me ha resultado dolorosa, tiene que ver con el valor de estas soledades. No hablo esta vez del valor propio, ni de aquel que mencioné hace unos meses, hablo del valor que le dan los otros. Ha sido un silencio que me ha permitido responder, sin proponérmelo, una de las preguntas de la entrada anterior. Durante los meses en que he guardado silencio la parte más importante del blog hizo lo mismo. Me refiero por supuesto al otro, al lector, a ese voyerista que solo visita para llenarse de imágenes, para robar otros puertos, a ese lector que dejó esta soledad completamente sola.

En estas semanas 4 personas, a las que quiero agradecer, visitaron estas soledades y lanzaron una botella al mar esperando que alguien respondiera. A Eric, a obi, a untalgregorio, y a una anónima con rostro de mujer, gracias por leer, por preguntar, por esperar una respuesta. Esta entrada es para ustedes.

jueves, febrero 15, 2007

Sigo pensando

A ver. Últimamente me sorprende lo amplias que se están volviendo estas soledades. Un día me da por hablar de lo que vale un blog, y al otro por preguntar sobre por qué motivo escriben los nuevos bloggers, al siguiente me da por poner un cuento, y a futuro ya ni sé con que variedad saldré.

Va pues una confesión de paso, para que entiendan que pasa: Estoy pensando ser infiel a estas Soledades.

No sé si abandonarlas, no creo, pero es que a veces me da por contar cosas que no caben en este blog, y que quisiera dejar plasmadas. Lo vengo pensando hace meses, pero como saben algunos, montar un blog es lo más fácil del mundo, otra cosa es mantenerlo. Y como el tiempo no da para mantener otro blog, resulta que a estas pobres soledades les ha tocado aguantar estoicamente entradas que poco tienen de papel. Además, eso de tener una doble vida cuando uno ya mantiene 15 diferentes puede resultar agotador por no decir que imposible. Pero no iba a hablar de eso en esta entrada, sino que iba a dar cierre al tema que toqué dos entradas atrás, del cual no tengo aún respuesta: ¿Qué pasa con la invasión de bloggers?

Resulta que emejota ha puesto una entrada debido a un texto que le envió Barbarita, quien a su vez lo ha recibido de Álvaro Ramirez, quien fué comentado por Victor Solano, aunque el origen de la idea lo saca de Iria Puyosa quien, a su vez lo recibió de hlp que probablemente lo sacó de otro lugar que no logré rastrear. De hecho, yo no conozco a hlp, ni a Iria, ni a Álvaro, ni a Barbarita, ni a a emejota. Bueno, miento. A emejota lo conozco desde hace un año (si puede decirse que conocer es leer día a día lo que otro escribe), y a Victor resulta que tangencialmente lo conozco, porque es uno de los mejores bloggers de Colombia, asi que algo de él he leído (mira que es pequeño el mundo).
Además de parecerme un ejercicio de introspección muy interesante, algunas de las preguntas que aparecieron podrían ayudar a cerrar perfectamente el tema que planteé la pasada vez. Pregunto de nuevo entonces, esperando de nuevo respondan:

1. ¿Por qué comenzaste a escribir un blog?

2. ¿Sobre qué temas escribes? ¿Por qué?

3. Si la gente dejara de leerte y comentar, ¿seguirías escribiendo?

4. ¿Crees que al escribir un blog debe seguirse algún tipo de ética?

La entrevista sigue con 4 preguntas más, que no son las cruciales en este momento. De todos modos pueden verlas en las correspondientes entradas de emejota, Barbarita, Álvaro Ramirez, Victor Solano, Iria Puyosa, hlp y otros más que en ya deben haber respondido....

A ver si con eso logramos entender algo más del tema que, por ahora, doy por terminado.
Ah!, y si por casualidad han llegado a esta entrada que nada de papel tiene en ella y les parece interesante, los invito a que respondan la encuesta (ojalá completa) y a que den un paseo por estas soledades.

Un saludo por lector

miércoles, febrero 07, 2007

Una para pensar

Vivimos una invasión de blogs. Es lógico, estamos en la época de la web 2.0, donde todos tenemos voz, donde todos tenemos algo para decir. Es lógico, porque además estamos en la época en la que más solos nos sentimos (tanto que buscamos a personas a cientos de kilómetros para que nos hagan compañía a solo un clic de distancia).

Vivimos una invasión de nuevos creadores. Lógico, todos queremos ocupar un pequeño espacio en el olimpo de los grandes origamistas (como semihéroes claro está, porque los dioses ya están elegidos). Es lógico, además, porque es un logro del que nos sentimos orgullosos, dar forma con las manos a lo que creamos.

Yo viví los dos fenómenos. Fui uno de los primeros blogger sobre origami en español (de hecho, creo fui el primero). Viví además la búsqueda por aprobación desde el primer modelo que creé, la búsqueda del momento en que todos los origamistas que, a mi juicio, tenían una categoría olímpica me dijeran que era invitado a beber de la ambrosía de los dioses.

Hoy miro atrás, y descubro que no vale la pena. Ni lo uno ni lo otro. Los sitiales en los panteones no los dan los dioses. Son las hazañas de los propios héroes las que permiten llegar a esos sitiales. El camino que debe recorrerse es el propio, no el de las complacencias…

Estas dos situaciones (invasión de blogs e invasión de nuevos “creadores”) me hacen pensar algo que espero puedan ayudarme a responder.

Por un lado, y con relación a tantos nuevos creadores:
  • ¿Qué está ocurriendo con nosotros, que creemos que con el primer modelo que creamos merecemos el reconocimiento del mundo? ¿Acaso es creador el que inventa su primer modelo?

Sobre la otra cuestión, la del exceso de bloggers, me pregunto dos cosas, una para aquellos viejos y una para los nuevos:
  • Para los jóvenes bloggers: ¿Qué es lo que están escribiendo, que parece que no aportan nada más que palabras vacías y que escasamente tienen sentido para el escritor?
  • Y para los viejos: ¿Será acaso que leen buscando entender (o aprender de) lo que dicen los otros, cuando la idea no es entender sino “algo más”? (En ese “algo más” es necesario colocar una palabra que desconozco, y que espero los jóvenes puedan colocar.)
A jóvenes y a viejos, a lectores y escritores, a creadores y a aquellos que simplemente gustan de mirar, les pido que me ayuden a solucionar las dudas. Probablemente no existan respuestas únicas sino un montón de puntos de vista que quisiera conocer.

Saludos a todos.

lunes, enero 22, 2007

Complemento:

He leido este fin de semana una frase, por demás brillante, que por ahora cierra perfectamente el tema del “valor”:


“Los modelos de papel plegado, como cualquier obra de arte, no tienen un valor exacto: Lo valen todo o no valen nada.” Carlos Pomarón Arbues


Si alguno de los presentes conoce la fecha en la que se escribió el texto y su lugar de publicación, gustosamente, recibo la información.

jueves, enero 18, 2007

Valor

Vamos ahora con una entrada curiosa. Con alguna frecuencia me he enfrentado a la pregunta de cuánto vale una figura de origami propia. Cuánto vale un “daniel naranjo original”. También me he preguntado cuanto vale una figura de Yoshizawa, o de Román Díaz, o de Joisel, Saadya, Brill, amén de otros cientos de origamistas.

Nunca he logrado responder esa pregunta de forma que me deje satisfecho. Valorar el arte es cosa seria sobre la cual hablaré (probablemente como administrador) alguna vez… Hoy hablaré de algo distinto: ¿Cuánto vale este blog? Si, como lo oyen: Cuántos dólares podría valer este blog. Pues bien, ya tengo una respuesta: USS $7,903.56. Ni más ni menos. Lo he calculado vía Business Opportunities Weblog , usando una metodología que explican aquí para los curiosos.

$7.903,56 dólares…. A mi el valor me sorprende por varias cosas. Primero, por lo exacto. Si pudiera preguntarle cuanto vale un modelo y me respondiera con esa exactitud me quitaría un peso de encima. Me sorprende también porque me parece alto: Eso es más de lo que gano en un año. Es, de hecho, suficiente para comprar 4 orquestas de Joisel con todos sus músicos y demás (según la última subasta de ebay). Suficiente para comprar aproximadamente unos 200 libros de origami, o suscribirse a la AEP, BOS y JOAS por al menos 40 años (suponiendo una inscripción de 40 dólares anuales). Me sorprende porque, según eso, el valor de cada palabra que he dicho en estas soledades es de aproximadamente 0,20 centavos de dólar. Me imagino que algunas palabras deberán valer más que otras, y que, como hay palabras repetidas, no deberían costar todas lo mismo. Además resulta que he dicho demasiado si mis palabras valen tan poco. No sé el valor de cada foto, porque si lo incluyo las palabras deberían valer menos y no tienen porqué hacerlo. Lo que más me sorprende del valor es que no creo que exista un comprador dispuesto a dar $7,903.56 dólares por estas soledades. Y si lo hay me encantaría conocerlo.

Y como me he puesto curioso con esos valores he preguntado por otros blogs de estos que tratan de papel y que se llevan en pantalla.
Power Fold, un blog con algunos modelos muy interesantes vale $2,822.70 dólares. Según eso, escribir en inglés no tiene que ser razón para ser más valioso que escribir en español.
Cosas de pajaritas vale $0 dólares. ¿Será ese el valor que se le da a un lugar que escribe sobre las historias reales de otros que no son apellido Jolie o Pitt?
El código del cp $4,516.32 dólares, lo que podría indicar que es más valioso enseñar a resolver un cp que mostrar a un borrico dando coces. Por cierto, cada una de esas coces dicen valer US $0.
Líneas de origami vale $6,774.48, dólares, casi lo mismo que estas soledades y oriproyectos $5,080.86.
El blog de Komatsu, alcanza los $5,645.40 y el de Saadya los $3,387.24 dólares

El más valioso que he encontrado hasta el momento es Dosis Diaria: $9,032.64 dólares. Esto sirve para demostrar que las adicciones cada vez se vuelven más costosas, y que valen más unas palabras que otras. Habría que preguntarle a Román si estaría dispuesto a venderlo.


La invitación queda abierta a que se pregunten por el valor de aquellos blogs que conocen, pero más aún a que se pregunten por como valorarían lo que han leído en cada uno de ellos. Y, por último, me gustaría preguntarles. ¿Cuánto valen para ustedes estas soledades?

Si no poseen dinero no importa, acepto a cambio figuras, libros y palabras, recuerdos de alegrías que les haya dado o de tristezas que hayan compartido. Se reciben propuestas por aquello que considere, cada cual, que es el valor de este blog.

Un abrazo a todos.