Mostrando las entradas con la etiqueta portugués. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta portugués. Mostrar todas las entradas

viernes, febrero 15, 2008

Camaleón

“Aquel día, su reflejo despertó del otro lado del espejo…”


Con frecuencia me miro al espejo.


El acto de mirarse en el espejo es recurrente y necesario. El espejo apoya la construcción que de la imagen propia realizamos. El espejo nos devuelve, invariablemente, una imagen que nos permite construir el quién queremos ser a partir del quién creemos que somos. Resulta necesario (algunos dirán imprescindible) mirarse en el espejo. Pero el espejo no tiene por qué ser tierno. Nadie ha dicho al espejo que nos mire con ternura, nadie le ha enseñado a amarnos


El espejo es trampolín del actor que en cada uno de nosotros escondemos. La puesta en escena cotidiana es un fenómeno curioso por medio del cual nos preparamos para las diversas actuaciones que en el mundo realizamos. No somos siempre iguales, pues estos nuevos tiempos nos lo exigen. Cada vez con más frecuencia estamos dejando en libertad a aquel camaleón que ocultamos bajo las entretelas de la piel. El camaleón del alma sale día a día, noche a noche, y recorre los espacios que habitamos.




¿Será entonces que, en realidad, lo único que somos es un remanente de mimetismo? ¿Tendremos ya la piel preparada para camuflarse según las circunstancias?


Con frecuencia me miro al espejo, aunque he de confesar que rara vez me miro al espejo físico, pues la imagen que este refleja me resulta familiar y conocida, inmutable en medio de su eterna variabilidad. Veo el reflejo que aquel espejo que los otros llevan en sí me enseña. Ese reflejo en los ojos y el rostro de los otros es capaz de mostrar siempre una imagen diferente. Que terrible y dulce consecuencia, que el reflejo que vemos en otros no corresponda a la imagen que esperamos recibir.





La paradoja es que, quizás, allí se encuentre el secreto del observador. El otro puede decirnos más de nosotros mismos que aquello que un simple espejo nos refleja. El otro construye también la imagen que deseamos. Para él la construimos, por él la maquillamos. Y a veces, solo a veces, el otro si ha aprendido sobre la ternura.
****
Versão em português (Untalgregorio)
Camaleão

"Aquele dia, seu reflexo acordou do outro lado do espelho..."


Freqüentemente me olho no espelho.

O ato de se olhar no espelho é recorrente e necessário. O espelho apóia a construção que fazemos da própria imagem. O espelho devolve-nos, invariavelmente, uma imagem que permite-nos construir o quem queremos ser partindo do que cremos que somos. È necessário (alguns dirão imprescindível) olhar-se no espelho. Mas o espelho não tem por que ser tenro. Ninguém disse ao espelho que nos olhe com ternura, ninguém lhe ensinou a amá-nos.

O espelho é trampolim do ator que em cada um de nos escondemos.
A posta em cena cotidiana é um fenômeno curioso por médio do qual preparamo-nos para as diversas atuações que no mundo realizamos. Não somos sempre iguais, pois estes novos tempos exigem-nos. Cada vez com mais freqüência deixamos em liberdade o camaleão que ocultamos embaixo das "entretelas" da pele. O camaleão da alma sai dia a dia, noite a noite, e percorre os espaços que habitamos.

Será então que, na realidade, o único que somos é um remanente de mimetismo? teremos já a pele preparada para se camuflar segundo as circunstancias?

Com freqüência me olho no espelho, porem confesso que rara vez me olho no espelho físico, pois a imagem que ele reflete resulta-me familiar e conhecida, imutável no meio de sua eterna variabilidade. Vejo o reflexo que aquele espelho que os outros levam em si me ensina. Esse reflexo nos olhos e no rosto dos outros é capaz de mostrar sempre uma imagem diferente. Que terrível e doce conseqüência, que o reflexo que vemos nos outros não corresponda à imagem que esperamos receber.

O paradoxo é que, tal vez. lá se encontre o segredo do observador. O outro pode dizer-nos mais de nos mesmos que aquilo que um simples espelho reflete-nos.O outro constrói também a imagem que desejamos. Para ele a construímos, por ele a maquiamos. E, às vezes, só às vezes, o outro sim aprendeu acerca da ternura.

miércoles, febrero 06, 2008

Piedras

En esta entrada se cruzan dos sucesos completamente aislados pero que vistos por los mismos ojos me han puesto a escribir. He comenzado hoy un nuevo curso de habilidades comunicativas, y he leído, además, un hermoso correo enviado a una de las tantas listas de origami en la que estoy inscrito, pero en la que por diversos motivos mi participación se ha limitado a leer. Ambos hechos me obligan, esta noche, a pensar en la palabra.

La palabra es una cosa poderosa. Construye destruye esconde consuela destroza abraza desnuda. La palabra es origen y destino. La palabra es. Pero a pesar del poder de la palabra, hemos de reconocer que no es algo innato al hombre, pues la palabra es construcción social (y en parte personal) que vamos aprendiendo con el paso del tiempo. Esta distancia tomada de lo natural es un elemento fundamental para comprender por qué a veces la palabra nos confunde tanto.

Otra cosa es la comunicación, esa sí innata al hombre. Desde que nacemos nos comunicamos, con un conjunto de signos y símbolos llenos de significado e interpretación. A veces para comunicarnos usamos la palabra, pero incluso en esos casos lo que importa a nuestro cerebro es lo no verbal por encima de lo verbal.

Todo comunica, todo dice. También el origami, canal de comunicación del alma del artista. Al eliminar lo no verbal del mensaje nos queda solo la palabra, y esa engaña. Ése es, quizás, uno de los problemas claves en el texto escrito contemporáneo, especialmente en aquel que es pensado en el formato chat o e-mail, en el cual métricas y ritmos, cadencias y emociones son desterrados con frecuencia.

Si aceptamos que todo comunica (bien o mal, pero comunica) no deja de resultar sorprendente que seamos tan malos haciéndolo. Todos hemos oído aquella frase de “sé qué quiero decir, pero no sé cómo decirlo”, o esa otra de “no me salen las palabras”… Muchos hemos visto como otros interpretan el mismo texto que nosotros leímos o incluso escribimos de una forma tan distinta a la que nosotros pensamos. Y por si esto fuera poco, vivimos rodeados por asesinos de la comunicación. Muchos foros de internet son ejemplo perfecto de “cómo asesinar una línea de comunicación naciente”. Excesivos correos fuera de tema, conversaciones monopolizadas por uno o dos interlocutores, censuradores dispuestos siempre a destruir lo que otros señalan, excesos de mensajes sin sentido por el simple hecho de participar, corrillos y chismes que se magnifican por respuestas de otros que nada tienen que ver y que leen sin la suficiente información para juzgar, otros que escriben en lenguajes crípticos que solo ellos mismos entienden, y un sinfín de intentos de asesinato adicionales que no vale la pena nombrar.

Desde otro punto de vista, estos asesinatos conllevan una manifestación que es poéticamente hermosa. Aquellos asesinos de comunicación obligan a que los demás se refugien en el silencio. Y ese silencio es el principal medio para comenzar a comunicar. Sin el silencio no hay forma de dar paso a la real comunicación. El gran dolor es que cada vez que rompemos el silencio surge de las sombras un nuevo asesino que, muchas veces sin intención, genera un nuevo dolor.
Y entonces, de nuevo, volvemos al silencio.

El de hoy es el 7 curso universitario sobre comunicación que tengo el placer de acompañar. De ellos, lo que más me ha gustado es la enorme posibilidad que se me ha dado de mirarme en el espejo, de confrontarme, de darme cuenta de lo mucho que me equivoco al hablar y al escribir, de los muchos errores que he cometido, y de los muchos silencios en los que me he refugiado. Me ha dado la oportunidad de dejar de quejarme porque “nadie escribe” y empezar a preguntarme “por qué nadie escribe”. Pueda ser que, alguna vez, deje de asesinar comunicaciones recién nacidas. Pueda ser que alguna vez los demás asesinos tengan la oportunidad de enfrentarse como yo al espejo, y que tengamos el valor de construir lugares en los cuales las piedras dejen de caer y las usemos para construir


***

Versão em português (Untalgregorio)

Pedras

Nesta entrada cruzam-se dois fatos totalmente isolados porem, olhados pelos mesmos olhos me obrigaram a escrever. Comecei hoje um novo curso de habilidades comunicativas, e li um bonito correio enviado a uma das tantas listas de origami nas que estou inscrito, mais, na que por diversos motivos minha participação se limita a ler. Ambos fatos obrigam-me, esta noite, a pensar na palavra.

A palavra é uma coisa poderosa. Constrói destrói esconde consola estraçalha abraça despe. A palavra é origem e destino. A palavra é. Mais, a pesar do poder da palavra, temos que reconhecer que não é algo inato ao homem, pois a palavra é construção social (e em parte pessoal) que vamos aprendendo com o passo do tempo. Essa distancia tirada do natural é um elemento fundamental para compreender por que às vezes a palavra confunde-nos tanto.

Outra coisa é a comunicação, essa sim inata ao homem. Desde que nascemos comunicamo-nos, com um conjunto de signos e símbolos cheios de significado e interpretação. Às vezes para comunicarmo-nos usamos a palavra, mais também nesses casos o que importa ao nosso cérebro é o não verbal por cima do verbal.

Todo comunica, todo disse. Também o origami, canal de comunicação da alma do artista. Ao eliminar o não verbal da mensagem queda-nos só a palavra, e essa engana. É esse, tal vez, um dos problemas clave no texto escrito contemporâneo, especialmente naquele que é pensado no formato "Chat" ou "E-mail", no qual métricas e ritmos, cadências e emoções são desterrados freqüentemente.

Se aceitarmos que todo comunica (bem ou mal, mais comunica) não deixa de ser surpreendente que sejamos tão maus fazendo-o. Todos ouvimos aquela frase : "sei o que quero dizer, mais não sei como dizê-lo", ou essa outra: “as palavras não me saem”... Muitos temos visto como os outros interpretam o mesmo texto que nos limos ou inclusive escrevemos duma forma tão diferente da que nos pensamos. E por se isso fosse pouco, vivemos rodeados por assassinos da comunicação. Muitos fóruns da Internet são exemplo perfeito de "como assassinar uma línea de comunicação nascente". Excessivos correios fora de tema, conversações monopolizadas por um ou dois interlocutores, censuradores dispostos sempre a destruir o que outros sinalam, Excessos de mensagens sem sentido pelo simples fato de participar, fofocas e "disse me disse" que se magnificam por resposta de outros que nada tem a ver e que lêem sem a suficiente informação para julgar, outros que escrevem em linguagens crípticos que só eles mesmos entendem, e um sem fim de tentativas de assassinato adicionais que não vale a pena nomear.

Desde outro ponto de vista, esses assassinatos conlevam uma manifestação que é poeticamente formosa. Aqueles assassinos da comunicação obrigam aos demais a se refugiar no silêncio. E esse silêncio é o meio principal para começar a se comunicar. Sem o silêncio não há forma de abrir passo a real comunicação. A grande dor é que cada vez que quebramos o silêncio surge das sombras um novo assassino que, muitas vezes sem intenção, gera uma nova dor.
E então, de novo, voltamos ao silêncio.

O de hoje é o sétimo curso universitário sobre comunicação que tenho o prazer de acompanhar. Neles, o que mais gostei é a enorme possibilidade que recebi, de olhar-me no espelho, de me confrontar, de me dar conta do muito que erro ao falar e ao escrever, dos muitos erros que cometi, e dos muitos silêncios nos que me refugiei. Deu-me a oportunidade de parar de queixar-me "porque ninguém escreve". Pode ser que alguma vez deixe de assassinar comunicações recém nascidas. Pode ser que alguma vez os outros assassinos tenham a oportunidade de se enfrentar como eu ao espelho, e que tenhamos o valor de construir lugares nos quais as pedras deixem de cair e as usemos para construir.

domingo, noviembre 25, 2007

Bajo perfil

Hace algunos cientos de años, en gran parte del mundo se empleaba una hermosa forma de arte llamada bajo relieve. Hoy, son pocos los artistas que emplean esta forma, que tanto enriqueció la arquitectura. Cuando más, puede verse en algunos cementerios, donde aún algunos piden que las lápidas tengan algo que permita ver “arte” en ellos. Pero los bajo relieve se han ido perdiendo, como tantas técnicas que misteriosamente caen en el olvido.


La semana pasada estuve visitando uno de los sitios que más amo de Medellín, el Museo Cementerio de San Pedro. Es un lugar hermoso, que recomiendo a todos los turistas pero sobretodo a quienes viven en Medellín que no saben lo que en el museo puede encontrarse. Perdidos, encerrados entre cientos de lápidas, el visitante pueden encontrar una arqueología de la sociedad antioqueña, y una cronología de personajes ilustres. Puede encontrarse, por ejemplo, la tumba de Pedro Nel Gómez, un muralista de dotes excepcionales (y en cuya tumba ningún mural se encuentra), o la de Jorge Isaac, autor de la novela más importante del Valle del Cauca, quien pidió ser enterrado en Medellín. Se encuentra también la tumba de Efe Gómez, ingeniero y poeta, o la de Fidel Cano, el fundador del periódico que fuera el más importante del país. También un monumento en donde antes se encontraba la tumba de Gardel (porque no se sabe aún donde nació Gardel, pero sí que en Medellín dejó su voz).



A mí, lo que me gusta del cementerio no es la cantidad de personas ilustres que yacen olvidadas, sino el arte que vive en él. Hace 100 años, San Pedro era el cementerio de los ricos, así que hermosas esculturas de gustos exquisitos adornan cada parte, cada rincón. Un ángel silencioso pide al visitante que guarde sus palabras, y otro, vigilante, empuña una espada que no debiera ser blandida. Tres mujeres caminan llorando sobre uno de los mausoleos, y una más, desconsolada, llora sobre la tumba de su hijo. Hoy, San Pedro, es en cierta medida el cementerio de los pobres. Resulta encantador entonces descubrir como en las tumbas más recientes el arte a dejado paso a nuevas manifestaciones también cargadas de significado. Ahora sobre las tumbas se colocan imágenes de equipos de futbol, se decora con pintura y con fotos, con muñequitos de plástico, con carritos de metal.


Pero hoy quiero seguir hablando de lo viejo, del arte de hace cien años. Las esculturas del cementerio cuentan, cada una, una historia distinta. Historias de dolores que la mayoría de las veces son más homenaje a la muerte que a la vida. Historias de quienes dejan dolores con sus partidas. Por ejemplo, aunque suene extraño, he de jurar que cada vez que veo a esa mujer tendida sobre la tumba de su amado tengo un irrefrenable deseo de consolarla.



Conocí San Pedro hace años, y desde eso me gusta visitarlo cada cierto tiempo. Me gusta el arte de Marco Tobón Mejía que se ve en diversos lugares, la Pieta que sigue siendo dolorosa y, en fin, tantas y tantas obras más. Esta última visita, sin embargo, ha resultado nueva. Vi por primera vez los bajo relieve con el detalle necesario para entender que no logro entenderlos bien. Quisiera lograr que ellos nacieran del papel, pero no logro entender cómo hacer para que surjan sin necesidad de esconder toneladas de papel.


Días antes de ir al cementerio trataba de plegar un nuevo modelo que, precisamente, surgía del bajo relieve. Un estudio sobre la forma y el contorno, que ya antes había hecho (1 y 2), pero esta vez de una forma diferente. En esta ocasión pensaría que es más cercano al origami (que ya son claros los dobleces), y sin embargo sigue manteniendo una enorme distancia que creo que aún no ha sido explorada por los origamistas.



Y aunque el tema no es de aquellos que puedan verse en el cementerio, sobra decir que el arte en él ha sido camino que ayuda a dejarla fluir. Que las curvas de este modelo, bajo relieve, sirvan para salir de este bajo perfil que llevo los últimos meses.


***
Versión en portugués, Gregorio Vainberg



Centos de anos atrás, em grande parte do mundo empregava-se uma formosa forma de arte chamada baixo relevo. Hoje são poucos os artistas que empregam esta forma que tanto enriqueceu a arquitetura. Somente, pode se ver nalguns cemitérios, onde ainda alguns pedem que as lapides tenham algo que permita ver “arte” nelas. Mas os baixo relevo foram se perdendo, como tantas outras técnicas que misteriosamente caem no esquecimento.

Na semana passada visitei um dos lugares que mais amo em Medellín, o Museu Cemitério de San Pedro.È um lugar muito bonito que recomendo a todos os turistas, mas, sobre todo aos moradores de Medellín que não sabem o que pode encontrar-se no museu. Perdidos, presos entre centos de lapides o visitante pode encontrar uma arqueologia da sociedade antioqueña, e uma cronologia de personagens ilustres. Pode se encontrar por exemplo, o túmulo de Pedro Nel Gómez, muralista de excepcionais dotes, el fundador del periódico que fuera el más importante del país. También un en donde antes se encontraba la tumba de Gardel (em cujo túmulo mural nenhum se encontra), ou a de Jorge Isaac, autor da novela mais importante do Valle Del Cauca, quem pediu ser enterrado em Medellín. Encontra-se também o túmulo de Efe Gómez, engenheiro e poeta, ou o de Fidel Cano, fundador do jornal que fora o mais importante do pais. Também há um monumento onde antes se encontrava o túmulo de Gardel (se bem não se sabe ao certo onde nasceu Gardel, sabe-se, que foi em Medellín que deixo a sua voz).

O que eu gosto do cemitério não é a quantidade de pessoas ilustres que jazem esquecidas, senão a arte que neles mora. Há cem anos, San Pedro foi o cemitério dos ricos, razão pela qual formosas esculturas de refinado gosto, enfeitam cada parte, cada canto. Um anjo silencioso pede ao visitante que guarde suas palavras, e outro, vigilante, empunha uma espada que não devera ser brandida. Três mulheres caminham chorando sobre um dos mausoléus, e mais uma, desconsolada, chora sobre o tumulo de seu filho. Hoje, San Pedro é em certa medida o cemitério dos pobres. Resulta encantador então descobrir como nos túmulos mais recentes a arte há deixado passo a novas manifestações também carregadas de significado. Agora sobre os túmulos colocam-se imagens de times de futebol, decora-se com pintura e com fotos, com bonequinhos de plástico, com carrinhos de metal.

Mas hoje quero continuar falando do velho, da arte de cem anos atrás. As esculturas do cemitério contam, cada uma, uma historia diferente. Historias das dores que na maioria das vezes são mais uma homenagem à morte do que à vida. Historias dos que deixam dores com suas partidas. Por exemplo, porem possa parecer estranho, hei de jurar que cada vez que vejo àquela mulher deitada sobre o túmulo do amado tenho um irrefreável desejo de consolá-la

Conheci San Pedro faz anos, e desde então, gosto de visitá-lo cada certo tempo. Gosto da arte de Marco Tobón Mejía que se vê em diversos lugares, a Pieta que segue sendo dolorosa e, em fim, tantas e tantas obras mais. Essa última visita, porem, resulto-me nova. Vi por vez primeira os baixo relevo com o detalhe necessário para entender que não logro entendê-los bem. Quisera lograr que eles nasçam do papel, pero não consigo entender como fazer para que surjam sem a necessidade de esconder toneladas de papel.

Dias antes de ir ao cemitério tentava dobrar um novo modelo que, precisamente, surgia do baixo relevo. Um estudo sobre a forma e o contorno, que já antes tinha feito (1 y 2), pero dessa vez duma forma diferente. Mas nessa ocasião penso que está mais perto do origami (que já são claras as dobras), porem, continua mantendo uma enorme distancia que acho que ainda não tem sido explorada pelos origamistas.

E ainda que o tema não é daqueles que possam ver-se num cemitério, sobra dizer que a arte nele tem sido o caminho que ajuda a deixá-la fluir. Que as curvas deste modelo, baixo relevo, sirvam para sair deste baixo perfil que levo nos últimos meses.

sábado, agosto 18, 2007

Novedades

Corren tiempos nuevos, y corren algunos abandonos... Pero, aunque poco pliegue últimamente, no he olvidado estas soledades, que últimamente se llenan de palabras..

Hoy, aún sin modelos nuevos por presentar, enseño dos novedades que me llenan de orgullo.

Una de ellas, es una novedad que no depende de mí, sino de la buena voluntad y ventura, de un origamista con tiempo y un segundo idioma. Untalgregorio (o más bien debiera decir Gregorio Vainberg) me ha regalado la traducción de una entrada. Lo que esperamos y deseamos, ambos, es que sean más, y eso permita a las 1120 personas brasileras que han entrado a soledades una lectura más a gusto.... Es solo un 4,4% del total de lectores de soledades. La inmensa mayoría lee en español, y lo seguirá haciendo, y algo más del 6.8% procede de Estados Unidos, pero como el español por esos lados va en aumento (y además no escribo en inglés) creo que no se sentirán ofendidos...

Por ahora, en portugués, solo una entrada: Otro ángel más, pero más vendrán y solo habrá que buscarlas con la etiqueta Portugués


La segunda novedad, creo que ya muchos la conocen, pero para aquellos que aún no:

He creado una galería en Flickr, con el tema del origami. Probablemente sea el sitio ideal para aquellos que simplemente quieren ver las fotos de los modelos, sin preguntarse por el texto que los origina o los acompaña. Espero les guste y eso no impida visitar estas soledades.


Un abrazo a todos los que aún están
daniel

***



Versión en portugués, Gregorio Vainberg



Correm novos tempos, e correm alguns abandonos... Mas, por mais que pouco dobre ultimamente, não esqueci destas solidões, que ultimamente enchem-se de palavras.
uma delas é uma novidade que não depende de mim, senão da boa vontade e ventura, de um origamista com tempo (nem tanto, N do T.) e um segundo idioma. Untalgregorio (que venho a ser eu, Gregorio Vainberg, N do T.) me presenteou com a tradução duma entrada. O que esperamos e desejamos, ambos, é que sejam mais, e isso permita às 1120 pessoas brasileiras que entraram a "solidões" uma leitura mais a gosto... È só um 4,4 % do total de leitores de solidões. A grande maioria lê em espanhol, e o seguirá fazendo, e pouco mais do 6,8 % procede dos Estados Unidos, mas, como o espanhol nessas bandas vai em aumento (e eu não escrevo em inglês) creio que não se sentirão ofendidos...


Por enquanto, em português, só uma entrada: Mais um anjo,; outras virão e só haverá que buscá-las com a etiqueta português.


A segunda novidade, acho que muitos já a conhecem, mas para aqueles que ainda não:
Criei uma galeria Flickr, com o tema origami. Provavelmente seja o sitio ideal para aqueles que simplesmente querem ver as fotos dos modelos, sem se perguntar pelo texto que os origina e acompanha. Espero que gostem e que isso não impeça visitar estas solidões.


Um abraço a todos os que ainda estão.

viernes, agosto 17, 2007

Creencia

CREENCIA


Creo en que tras la noche vendrán los días

En que las mañanas son el recuerdo de otros tiempos en que éramos más simples y más puros

Creo en vos, mujer, que despertás a mi lado.

En que para ser uno tenemos que ser dos y en que en el fondo no somos más que soledades.

Creo en que el tiempo simplemente pasa para que las cosas no pasen a un mismo tiempo

En que he de morir algún día, pero que antes quisiera haber vivido.

Creo en que para aprender hay que enseñar

En que para enseñar hay que oír

En que para oír hay que callar.

Creo que el cielo tiene forma de mujer, y en que el paraíso se encuentra oculto en la piel de una

Creo que he mentido, amado y muerto varias veces

que he vivido, odiado y desnudado otras veces más

Creo que Dios debe aburrirse eternidades estando solo

Creo en la piel de una mujer que me espera desnuda

Creo que no existe diferencia entre arte y ciencia

En que existe una escalera de caracol que da vueltas a la luna

En que las estrellas se pasan contemplando como la tierra sale cada noche

En que somos tontos

En que somos sabios

Creo en la maldad del hombre, aunque a veces cometemos actos buenos

Que no hay verdad cierta ni mentira falta

Creo en la poesía

En el arte

En la belleza

Creo en la literatura como liberadora

En la escultura

En la música, la buena música

Creo en que el universo confabula, constantemente, por enseñarnos aquello que merecemos aprender

Creo en los principios, en los finales, en las reuniones

Hay días en los que también creo en mi mismo

Y otros en los que creo en los otros

Si, Creo

Daniel Naranjo

***

Versão em português (Untalgregorio)


Crença



Creio em que trás da noite viram os dias

Em que as manhãs são a lembrança de outros tempos em que fomos mais simples e mais puros

Creio em você, mulher, que acordas ao meu lado.

Em que para ser um, temos que ser dois, e em que no fundo não somos mais que solidões.

Creio em que o tempo simplesmente passa para que as coisas não passem ao mesmo tempo.

Em que hei de morrer um dia, pero que antes quisera ter vivido.

Creio em que para aprender há que ensinar

Em que para ensinar há que ouvir

Em que para ouvir há que calar.

Creio que o céu tem forma de mulher, e que o paraíso se encontra oculto na pele duma.

Creio que hei mentido, amado e morto varias vezes
que hei vivido, odiado e desnudado outras vezes mais.

Creio que Deus deve entediar-se eternidades estando só.

Creio na pele duma mulher que me espera nua.

Creio que não existe diferencia entre arte e ciência.

Em que existe uma escada caracol que dá voltas à lua.

Em que as estrelas passam-se contemplando como a terra sai a cada noite.

Em que somos tolos.

Em que somos sábios.

Creio na maldade do homem, porem às vezes cometamos atos bons.

Que não há verdade certa nem mentira falsa

Creio na poesia.

Na arte

Na beleza.

Creio na literatura como libertadora.

Na escultura.

Na música, a boa música.

Creio em que o universo confabula, constantemente por ensinar-nos aquilo que merecemos aprender.

Creio nos princípios, nos finais, nas reuniões.

Há dias nos que também creio em mim mesmo

e outros nos que creio nos outros.

Sim, Creio.

Daniel Naranjo

domingo, julio 15, 2007

Otro ángel más

A veces olvidamos ser hombres de tierra o de maíz, y soñamos ser hombres de aire. Levedad y vuelo, pluma y ligereza. Los seres humanos sentimos una atracción especial por la ingravidez, por esa mágica sensación del vuelo. Creamos ángeles que son proyecciones de nosotros mismos intentando volar. Creamos mitos de Ícaros que se cuelgan un par de alas a su espalda y tratan de llegar al sol, de un eros que vuela lanzando amores a un alma que en tierra espera. Soñamos con volar, porque somos, aún, eternos soñadores.



En lo personal, no soy un devoto creyente de la angelología, aunque aún puedo recordar las categorías angelicales. Tampoco logré responder la pregunta teológica de cuántos ángeles caben en una cabeza de alfiler (aunque, verdades sean dichas, nunca traté de responderla). Me he cuestionado algunas veces por el sexo de los ángeles, pero ha sido por motivos plenamente artísticos y cuestionadores de la mitología propia: ¿Por qué, si me duele un dios sin sexo, no habría de dolerme un ángel con alas a cambio de piel?
No soy, como lo decía, de aquellos que ve ángeles en la calle (salvo a los amigos, que otra clase de guardianes son). Pero si soy, como no, un amante de aquellos seres con alas. Años atrás escribí una narración escénica que contaba de cuentos de amor entre ángeles y mujeres. Los ángeles eran ellos, y casi todos andaban por ahí perdiendo la cabeza (y las alas) por terrenales mujeres y celestes vírgenes. Otros años atrás creé un ángel de papel que, torpe figura, apenas lograba abrir las alas. Meses después, creé otro ángel más que casi quedó en el olvido, y un Serafín cuya cara habla de todo, menos de inocencia. Serafín cansado este último...

Lo cierto es, que no es acaso porque quiera crear ángeles sino más bien porque, como todos, anhele ponerle alas a mi espalda.




Este ángel que hoy presento no es otro más que uno que ya mostré meses atrás, pero esta vez envuelto en un cuadrado. Cambian sus alas, nutridas ahora por un exceso de papel, cambian sus manos, que ahora anhelan algo que sostener. ¿Qué sostendrías, acaso, si fueses aquel ángel con alas en tu espalda?

***

Versão em português (Untalgregorio)

Mais um anjo

Às vezes esquecemos de ser homens de terra ou de milho, e sonhamos ser homens de ar.
Leveza e vôo, penas e ligeireza. Os seres humanos sentimos uma especial atração pela ingravidade, por essa mágica sensação de vôo. Tentando voar criamos anjos que não são projeções de nos mesmos. Criamos mitos de Icaros que se penduram um par de assas nas costas e tentam chegar no sol; de um Eros que voa lançando amores a uma alma que na terra espera. Sonhamos em voar, porque somos, ainda, eternos sonhadores.

No pessoal, não sou um crente devoto da anjologia, porem ainda posso lembrar as categorias angelicais. Também não consegui responder a pergunta teológica de quantos anjos cabem numa cabeça de alfinete (porem, verdades sejam ditas, nunca tentei respondê-la) me questionei algumas vezes pelo sexo dos anjos , mais só por motivos plenamente artísticos e questionadores da própria mitologia: Por que, se me dói um deus sem sexo, não haveria de doer-me um anjo com assas a troca de pele?

Não sou, como tenho dito, um daqueles que vêem anjos nas ruas (tirando os amigos, que outra classe de guardiões são). Porem sou sim, como não ser, amante daqueles seres com assas. Anos atrás escrevi uma narração cênica que falava de contos de amor entre anjos e mulheres. Os anjos eram eles e quase todos andavam por aí perdendo a cabeça (e as assas) por terrenas mulheres e celestes virgens. Outros anos atrás criei um anjo de papel que, torpe figura, conseguia apenas abrir as assas. Meses depois, criei mais um anjo, que quase ficou no esquecimento; e um Serafim cujo rosto fala de todo, menos de inocência. Serafim cansado este último...

O certo é, que não é só porque queira criar anjos senão, mais bem porque, como todos, anseie pôr assas nas minhas costas.

Este anjo que hoje apresento não é senão um que já mostrei meses atrás, mais, desta vez, envolvido num quadrado. Mudam as assas, nutridas agora por um excesso de papel, mudam as mãos, que agora anseiam alguma coisa para segurar. Que segurarias, si fosses por acaso, aquele anjo com assas nas tuas costas?