Ayer, día de la Virgen, dos hermanas nuestras hicieron su profesión perpetua.
En cuanto tenga una foto la agrego a esta entrada.
A mí siempre me resulta muy conmovedor. Porque estás asistiendo a algo que es un puro don de Dios. Es verdad que el sacramento del matrimonio también es gracia, regalo, pero en una consagración esto queda más patente todavía porque se tiene la certeza de que si Dios no estuviera poniendo todo -la elección, el llamado, la fuerza, y la consagración explícitamente- la consagración no existiría.
Es difícil explicarlo con palabras y menos tratando de ser corta.
Así que, fue un día de gran alegría y gratitud.
También es muy lindo cuánta gente viene a acompañarnos en esos momentos. Y con el cariño que lo hacen.
Madre Nuestra
Hace 12 años.