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viernes, febrero 18, 2011

Una buena pregunta

Con otra hermana, entramos a hacer una compra a la farmacia. Cuando nos acercamos al mostrador:
- ¡Hola! ¿Son felices? - Nos preguntó a boca de jarro el señor que nos atendió.
Las dos contestamos bien pronto que sí, y le devolvimos la pregunta, que respondió más o menos así:
- Yo también. O, al menos, prefiero no plantearme si no lo soy.

Después del pequeño desconcierto por lo inesperado del recibimiento -muy cordial desde el principio al final de la estadía-, me dí cuenta que había sido una muy buena pregunta.
Y sobre todo, para hacérnosla nosotros los religiosos.
Me alegré que las dos pudiésemos dar un sí tan simple: En medio de todos los problemas que siempre tiene la vida -la de todos- somos felices. Soy feliz.

Creo que es un lindo -y medular- testimonio de la vida religiosa.
Para agradecer.

domingo, septiembre 12, 2010

No es con todos igual


Recién hoy me di cuenta de un detalle que trae el Evangelio en la parábola del hijo pródigo, que hoy llaman del Padre misericordioso.
Al hijo menor le entrega lo que le pide, lo deja ir, lo espera mucho tiempo y, cuando el muchacho decide volver, le sale al encuentro para recibirlo lleno de alegría.
Al hijo mayor que no quiere entrar, en cambio, sale a buscarlo enseguida.
Amar del todo a cada uno, indudablemente, no es tratar a todos igual.
Es Dios y sabe, él sobre todo, cómo tratarnos a cada uno.

lunes, mayo 31, 2010

María visita a Isabel





Hoy conmemoramos esa visita.
Me encanta esta fiesta.
María necesita ir a ver a su prima; ella la comprenderá, y podrán compartir tanta alegría y tanto regalo de Dios:
Para Isabel,la concepción del Bautista.
Para María, para el pueblo de Israel que lo esperaba, y para toda la humanidad, el Mesías anunciado...
Esto último se dice fácil ahora... ¡Pero qué realidad imponente!
O sea, María corre -partió sin demora, dice el Evangelio- a lo de Isabel, a compartir con ella y a ayudarla.

miércoles, mayo 26, 2010

La carta que no se publicó

Un amigo uruguayo me pasó la carta que un sacerdote -amigo suyo-, que es misionero en Angola, mandó al NY Times y que nunca publicaron.
Le pedí permiso para ponerla aquí; pero resulta que ya la sacó Aica por lo que hago directamente el link ahí.
Comienza así:
Querido hermano y hermana periodista:

domingo, mayo 17, 2009

Juan 15,11

"Les he dicho todo esto para que mi alegría esté en ustedes y sean completamente felices"

Éste es un trozo del Evangelio de hoy. El sacerdote nos decía que es la frase central del discurso de Jesús en la Ultima Cena; y ésta, a su vez, es el eje de todo el Evangelio de Juan.
Que Su alegría esté en nosotros y seamos completamente felices, es el fin de la Creación, la razón por la que Dios se hizo Hombre -la Encarnación- y murió en la cruz para salvarnos, o sea la Redención.
Es, por supuesto, el motivo del Evangelio, de la 'Buena Noticia'.

"Les he dicho todo esto
para que mi alegría esté en ustedes
y sean completamente felices"
(Juan 15,11)

¿Creemos esto?
¿Lo vivimos?
¿Lo anunciamos?

domingo, febrero 22, 2009

El regalo para el paralítico



La casa estaba tan llena que hasta tapaban la puerta. Por eso, los cuatro que llevaban su camilla, abrieron el techo del lugar donde Jesús estaba, y bajaron al paralítico. Cuando vio la fe de esos hombres, Jesús le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.
El evangelista Marcos no da más detalles. Pareciera que ninguno, ni el enfermo ni los que lo llevaban, dijo nada.
Fue Jesús quien habló, los interpretó, y le perdonó los pecados.
¿Habían venido a eso?... Tal vez sí.
O tal vez… Jesús, que conocía a cada uno –nos conoce, a cada uno-, sabía que le estaba regalando mucho más con eso que con los que ellos venían a pedir.
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- No siempre, lo que quisiéramos que Dios nos dé, es lo que más necesitamos.
- Después, para darles una señal a los judíos, además, le dijo que se levantara, tomara su camilla y se fuera a su casa. (cfr. Mc.2, 2-12)

sábado, febrero 14, 2009

Jesús liberador


El domingo pasado, en la homilía, el sacerdote nos dijo algo que para mí fue muy clarificador. Era el evangelio de la curación de la suegra de Pedro y, después, de otros enfermos de los que el evangelista no da más detalles:
Jesús viene a liberarnos. No a solucionarnos los problemas.
Como en el Antiguo Testamento Dios salva a los judíos de la esclavitud en Egipto, pero no por eso ellos tienen menos problemas -al punto de quejarse en el desierto de que estaban mejor en el cautiverio- Jesús nos libera, nos quita las dificultades que nos traban, que nos esclavizan, para que así podamos nosotros mismos construir nuestro camino.
A veces creemos que él nos va a solucionar todo…
Jesús, que es Dios, es Señor de la Vida. Entonces ¿cómo va a coartarnos, o recortarnos, nuestra posibilidad de ser nosotros constructores de nuestra propia vida?
Sería contradictorio. Sí él nos libera: o sea que nos salva, nos destraba, nos desbloquea de aquello –pecado, dificultades, barreras personales- que nos puede impedir seguir siendo nosotros, libremente, constructores –o no- de nuestro destino y de nuestro mundo.

lunes, julio 28, 2008

Puro Regalo

Hay varias cosas en la vida -las más importantes, como la vida misma, el amor,los hijos...- que nos son totalmente regaladas; no las podemos comprar a ningún precio. Sin embargo, esas mismas, suelen requerir que, para que las aprovechemos bien, debamos jugarnos el todo por el todo.
No se pueden comprar: las recibimos de regalo; pero para gozarlas debemos pagar por ellas todo lo que tenemos.
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Mt. 13, 44-46 (El tesoro encontrado).

domingo, julio 20, 2008

Trigo y cizaña









No se trata de combatir el mal -en el mundo, en la vida o en mí misma- sino, más bien, alentar y cuidar, para que pueda crecer y cundir, el bien.

domingo, junio 15, 2008

¡Gracias Juan Ignacio!


Venía pensando hacer una entrada excusándome ya que la dura situación de nuestro país me tiene medio 'muda'.
Pero resulta que , visitando blogs, me encontré con el de Juan Ignacio.
Tiene razón: ¡somos sal de la tierra y luz del mundo!... si nos apagamos... si perdemos el sabor... ¡realmente sería una macana!
Por eso, mucho mejor: les regalo una Enriqueta, esta vez muy filosófica.