viernes, 30 de enero de 2009

Para adquirir la novela

Si estás interesado/a en adquirir la novela sólo tienes que envíar un mensaje a la siguiente dirección algaidak@hotmail.com, y me pondré en contacto contigo en el menor tiempo posible. El pago se hace mediante ingreso en cuenta o transferencia bancaria y el envío del libro por correo postal. No se admiten pedidos para envíos contrarreembolso.

Noticias sobre mi novela


Mi novela "La asesina de ojos bondadosos" empieza a cobrar vida. Aún no las tengo en mis manos, pero me han llamado de la Diputación de Jaén para comunicarme que ya están las pruebas de imprenta (creo que en el argot literario se llaman pruebas de galeras o galeradas). El lunes pasará mi marido a recogerlas. Ahora me toca corregir las faltas o defectos de impresión que puedan tener. Me da un poco de miedo volver a leerla. Esta novela la escribí en el año 2007, y no la he leído desde que la presente al certamen de Escritores Noveles en octubre de ese mismo año. Creo que en el tiempo transcurrido desde entonces mi escritura ha evolucionado, y miraré con ojos más críticos este libro.


Siento un especial cariño por Severina, una de las protagonistas, que tantas satisfacciones me ha dado. En un primer momento con el relato "El enigma de Severina la India" que quedó tercero en el certamen de la Asociación ArsCreatio (Torrevieja) y luego con la novela que nació de él, con la que conseguí el premio de Escritores Noveles de la Diputación de Jaén. ¿Se le puede pedir más a un personaje? Mi Severina, bajita y con trenza, toda su vida agarrada a un deseo frustrado, es uno de mis "criaturas" favoritas.


Es una tontería, pero me apetecía compartir esta noticia tan esperada.


jueves, 29 de enero de 2009

Las Agencias Literarias


Como ando muy mal de tiempo, pero no quiero dejar abandonado mi blog, he decidido ir publicando por aquí algunos de los post del blog Miserias Literarias que me han parecido más interesantes. Os aconsejo que entreis en el enlace que hay al final y leais también los comentarios.



Las agencias literarias
Tal y como comenté en una entrada anterior, las principales vías a las que puede recurrir un escritor novel para tratar de publicar son básicamente tres: una editorial que apueste por su trabajo, una agencia literaria que haga lo mismo o la participación en certámenes literarios. Hoy es el turno de las agencias literarias.

De entrada y por norma general, se suele albergar un concepto equivocado de la labor que desempeña una agencia literaria. Se tiende a pensar que una agencia literaria es una especie de empresa publicitaria dedicada a la promoción pura y dura de los autores que representa. Y no es que ésta definición sea errónea, al menos en su totalidad, pero sí puede considerarse una definición desvirtuada. Una agencia literaria, en su síntesis, no es más que una empresa cuyo principal patrimonio consiste en la cantidad y la calidad de los contactos que es capaz de mantener a nivel editorial. Dicho patrimonio le permite negociar, a un nivel al que un autor no suele tener acceso dentro del sustrato jerárquico de una editorial, la publicación de un manuscrito. A cambio de dicha gestión, la agencia le cobra al autor un porcentaje —que suele rondar en torno al quince por ciento— sobre los beneficios obtenidos en caso de que dicha negociación fructifique. Como definición formal y a grandes rasgos, en eso consistiría el trabajo de una agencia literaria.

Se tiende a considerar a las agencias literarias como un mal endémico dentro del ámbito editorial. Sin estar completamente en desacuerdo, yo indicaría que son un mal necesario. Necesario para el autor, porque recibe un apoyo que de otra manera es muy complicado alcanzar. Necesario para el editor, porque el recibir los manuscritos a través de una agencia le garantiza que dicho texto ya ha pasado por un mínimo filtro de calidad —obviamente, una agencia, por cuestiones de rentabilidad, jamás tratará de negociar la publicación de textos de ínfima calidad—, condición que le servirá de ayuda en su tarea de evaluar un texto.

El acceso a los servicios de una agencia literaria por parte de un autor novel siempre suele ser más factible que el acceso a una editorial en idénticas condiciones por una razón muy básica: las agencias viven de su cartera de autores. Si no tienen autores, no pueden promocionarlos; si no los promociona, éstos no cobran y si los autores no cobran, las agencias tampoco. Por ese motivo las agencias suelen ser más receptivas que las editoriales de cara a evaluar manuscritos de autores. Siempre andan a la caza de potenciales clientes que les reviertan pingües beneficios —no dejemos de olvidar nunca que las agencias, como las editoriales, son empresas y muchas de sus miras parten de esa premisa— y esa circunstancia nos puede facilitar el acceso a las mismas. Lo cual no quiere decir que sea fácil ser representado por una de ellas —de eso dependerá la calidad y, sobre todo, la comerciabilidad del texto entregado a evaluación. Son famosas las palabras de aquel agente literario que, en una ocasión, harto ya de los textos que un autor le entregaba con ánimo de ser publicados, le espetó: «No me des literatura. Dame algo que pueda vender»— sino que éstas son más accesibles.

¿Es interesante para un autor novel el tratar de concertar los servicios de una agencia literaria? Depende cuál y, sobre todo, cómo. Obviamente, cuanto mayor sea el rango de promoción de un autor y su obra, mayores serán las posibilidades de publicar por lo que el acercamiento a una agencia literaria no es ningún dislate pero, para un autor novel, la cuestión no es tan sencilla y tiene su truco. Aunque parezca un contrasentido, a un autor novel le conviene huir de las agencias literarias de gran calado. Suena a despropósito pero no lo es tanto y el planteamiento es evidente. A una agencia literaria le cuesta un trabajo y un dinero mínimos el concertar cuantos más representados mejor. Si los autores obtienen beneficios, ella los obtiene pero si no los obtienen, ella no pierde nada. O muy poco. El quid de la cuestión es que las agencias literarias tienden a adolecer de un problema común a todas las empresas: su tiempo es dinero y sus recursos tienen, como todo, un límite. Si tú resultas ser el representado de menor entidad de una agencia que tiene en su cartera cuatro o cinco estrellas, las posibilidades de que inviertan su tiempo y su esfuerzo en promocionarte a ti son realmente escasas. Las agencias importantes pueden captarte y aceptar representarte pero eso no garantiza que se preocupen como corresponde por un autor novel puesto que tienen sus ingresos cubiertos gestionando y promocionando a autores de mayor factura. Ellas lo negaran siempre pero les aseguro que funciona así. Conozco a gente que recibió la oferta de ser representados por las agencias de C.B. o A.K. —auténticas popes del mundillo—, que vieron el cielo abierto al entender que si alguien como ellos se había fijado en su obra ya estaba todo hecho pero que, a los dos años, enormemente desilusionados, tuvieron que optar por rescindir su contrato con dichas agencias porque no habían realizado la más mínima gestión para promocionar su obra. Ninguna. Cero. Y además perdieron dos preciosos años. Por ese motivo es más adecuado que, en caso de querer solicitar los servicios de una agencia, dirijan sus pasos hacia una agencia de importancia media o bien a una agencia recién instaurada. Los contactos de éstas no tiene porque ser menores ni de menor entidad —por ejemplo, A.G.A. es una agente literaria de escasa relevancia pública que maneja una cartera muy seleccionada, con muy pocos autores y que, en un pasado reciente, fue directora editorial de dos de las editoriales más importantes de este país. Pueden imaginar sus contactos— y las posibilidades de que defiendan tus intereses de una forma más cercana siempre serán mayores.La táctica de aproximación a una agencia literaria es idéntica a la de una editorial. Se prepara un manuscrito, una carta de presentación, se envía todo y se espera respuesta. La diferencia es que, en principio, las agencias tratan con algo más de cortesía a sus potenciales clientes y, bien sea positiva o negativa, casi todas remiten siempre una respuesta rápida —en torno a un mes— a la solicitud. Algunas de ellas solicitan una cantidad —a menudo, simbólica— por evaluar el manuscrito. No vean en ello una intención de lucro insano. Me consta que la cantidad de textos que llegan a una agencia es ingente, casi tantos como a una editorial, y los recursos de las agencias son limitados por lo que tienden a establecer un filtro para que alguien que esa mañana se encontraba en el cuarto de baño y se le ha ocurrido un soneto, como no le cuesta nada, lo envíe a una agencia por la cara «a ver que pasa». Que de esos hay muchos, se lo aseguro. Con ese mínimo cobro —que puede oscilar entre los 30 y los 50 euros—, se aseguran de recibir textos de gente realmente interesada en ser evaluados y, además, muchas de estas agencias entregan a cambio de ese importe un completo informe de lectura del manuscrito aún en el caso de no estar interesados en su representación.

Una vez que la agencia decide representarnos, llega la firma del contrato de representación. Lo más habitual y deseable es que la representación se ciña a una obra en concreto. O a varias, pero siempre especificando los límites de forma concreta. Hay agencias que ofrecen representación completa para todo lo escrito durante un tiempo determinado. Tres o cinco años generalmente. Yo desaconsejo la firma de ese tipo de contratos por el riesgo que conlleva de ver tu obra bloqueada ante algún conflicto que pueda surgir entre el autor y su agencia. También hay agencias que solicitan la representación de las obras en exclusiva y otras no. También es potestad de cada cual el decidir lo que está dispuesto a entregar pero las exclusividades nunca resultaron buenas. El mejor contrato tipo que se puede y se debe firmar con una agencia es aquel en el que se negocia la representación de una obra concreta —o varias—, durante un tiempo determinado y sin exclusividad. La no exclusividad debe ser bien entendida. En ello no debe verse la posibilidad de entregar tu manuscrito a cinco agencias sino la de que, en caso de que, por azares del destino, tu consigas ser el promotor de la publicación de tu obra, la agencia no tenga porque embolsarse ninguna cantidad a costa del resultado de tu propio esfuerzo.

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Para leer los comentarios, que son muy jugosos y explicativos, pincha en este enlace

martes, 27 de enero de 2009

No consigo recordar qué es un hada



No consigo recordar qué es un "hada". Dicen que la memoria es selectiva y se deshace de los malos recuerdos. Trato de concentrarme y me viene a la cabeza otra época, aún era joven y soñaba con príncipes azules. Recuerdo mi pobreza, los harapos cenicientos que me servían de vestido, apenas tenía nada, sólo la dignidad. Me ganaba la vida con mi trabajo, mi jefa me explotaba y sentirme desdichada me llenaba de gozo. Hace mil años de eso. Entonces yo tenía una figura exquisita, que perdí de tanto comer perdices y vaguear por los sillones de palacio. Nadie me dijo que ser feliz resultara tan aburrido.

sábado, 24 de enero de 2009

La vida de las cosas (Crisis)


No, otra vez no, no quiero ver sus caras. A ellas incluso se les escapa alguna lágrima, que tratan de arrancar con un zarpazo rápido, para que mi jefe no las vea; como si el orgullo fuera lo único que les quedase. Los veo marcharse con la cabeza baja, los hombros hundidos, llevando sobre ellos el peso del rechazo. En las manos, hechas pedazos, las fotos del sueño que se les acababa de escapar.

Ah, cuánto echo de menos esos tiempos, esos instantes de felicidad, en que todo eran sonrisas y apretones de manos. Yo volaba de unos dedos a otros, embriagado en los perfumes femeninos, en el sudor salado de las manos. Alegre y juguetón, mi corazón de tinta latía acelerado. Sabía que era el instrumento con el que ellos sellarían la compra de su nueva casa, donde se amarían y nacerían sus hijos. Me sentía uno más de la familia.

Todo eso pasó, en estos tiempos no es fácil ser bolígrafo en la mesa de un banquero, sólo firmo órdenes de embargo, pero con la crisis no creo que encuentre trabajo en otro lugar.
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Este relato está escrito siguiendo la propuesta de mi compi Mercedes (http://mercedesmartinalfaya.blogspot.com/). En esta dirección podréis encontrar otros relatos que hablan de La Vida de las Cosas.

viernes, 23 de enero de 2009

Miserias Literarias


El otro día, buceando por internet, este mar lleno de peces de los más variados colores, dí por casualidad con el blog "Miserias Literarias". Confieso que me enganchó desde las primeras palabras. En él se hace un repaso sobre el mundo editorial: agentes, concursos literarios, editoriales, autoedición, ... Son tan interesantes los post como los comentarios y las respuestas a estos comentarios. Copio literalmente el inicio del blog, para que os hagais una idea:


"¿Quién soy? No importa, al menos no demasiado. Ese dato no es relevante. Baste decir que es muy probable que su estantería albergue un ejemplar de alguna de mis novelas. ¿Por qué escribo esto? Podría decir que por divertimento, lo cual no estaría exento de certeza pero, si tratamos de ser un poco más trascendentales, digamos que este espacio es una especie de ejercicio catártico, una forma de expiar determinados pecados, de liberar cierta carga de culpabilidad que llevo a cuestas por dar mi beneplácito —bien por acción, bien por omisión— a ciertas connivencias de carácter más bien vergonzoso relacionadas con el ámbito editorial."


Aunque a los que nos iniciamos en la literatura y tenemos la intención de publicar, a más corto o largo plazo, los comentarios que se vierten en este blog nos puedan resultar decepcionantes, considero que está bien que alguien nos abra los ojos, que sepamos dónde nos estamos metiendo.


Poniendo un simil con mi trabajo, cuando a mi despacho llega un emprendedor con una idea empresarial, normalmente viene cargado de ilusiones, de esperanzas pero sin un verdadero plan de empresa. La competencia es dura, los trámites administrativos pueden resultar largos y farragosos, los impuestos hay que pagarlos puntualmente, los proveedores exigen pagos al contado para los que empiezan... Mi trabajo consiste en ayudarles a identificar obstáculos y buscar herramientas para salvarlos. A veces tengo que ser muy sincera, incluso hay gente que se molesta, pero mi deber es abrirles los ojos, así, quizás consigan no estrellarse cuando lleguen al mundo empresarial. De la misma forma, en el blog Miserias Literarias se nos muestra una visión bastante cruda del sector editorial, a fin de cuentas las editoriales son empresas, no ONGs, buscan el beneficio, cuánto más rápido y a menor coste mejor. A mí me a ayudado a reafirmarme en cosas que ya intuía. Aunque su lectura deje un mal gusto de boca, prefiero estar informada a crearme vanas ilusiones.
El blog no se actualiza desde marzo de 2007, según he leído en otros blogs, el escritor lo abandonó por presiones. Al sector editorial y a otros escritores no les gustaba demasiado las opiniones que iba vertiendo en él. No sé quien puede ser esta persona, ni siquiera sé si realmente es un escritor o un farsante, pero a mí me está siendo útil. Os dejo el enlace, me gustaría conocer vuestras opiniones.


Para muestra, un botón, copio literalmente una de las entradas del blog, aunque faltarían los comentarios

31 agosto 2006

Los certámenes literarios (I)
No descubro nada nuevo si enuncio que, en el actual panorama literario, las posibilidades de que un escritor novel publique y dé a conocer su obra son muy limitadas y que se reducen básicamente a tres vías: una editorial que apueste por su obra, un agente literario que haga exactamente lo mismo o bien, el recurso de los certámenes literarios. De las dos primeras hablaremos en otra ocasión. Hoy comentaremos esa tercera vía.

En teoría, los certámenes literarios sirven para elogiar y reconocer públicamente a una obra que, por su calidad literaria, resulta sobresaliente. Bajo esa perogrullesca premisa deberían de regirse la totalidad de los certámenes literarios pero, por desgracia, bien sabemos que no es así. A día de hoy, el mundo editorial se rige por premisas más cercanas a la gesta empresarial que a la reivindicación cultural —cuestión que, tarde o temprano, les acabará pasando factura, no me cabe la menor duda de ello— y los certámenes literarios, por derivación, no son algo ajeno a esta circunstancia.

Para empezar, podríamos dividir los certámenes literarios en dos grandes grupos: los concedidos a una obra publicada y los concedidos a una obra inédita. En el caso de los primeros, este tipo de certámenes —no exentos de sus propias lindezas— serían los más lícitos y cabales del panorama competidor puesto que, en teoría —y digo, en teoría—, estarían exentos de motivaciones espurias. Se reconoce el valor de una obra que ya ha sido publicada y punto. Pero el grupo que nos interesa —puesto que hablábamos de las posibilidades del novel para publicar y darse a conocer— es el segundo, el que se concede a una obra inédita y que suele conllevar casi de forma ineludible la publicación del texto premiado.

En relación a este tipo de premios literarios podríamos decir que, como en botica, «hay de todo» sin embargo, en función de su entidad convocante, podríamos a su vez englobarlos en otros dos grandes grupos: los convocados por entidades culturales exentas —o así se presupone— de ánimo de lucro y los relacionados de manera activa con las editoriales.

Respecto a los primeros podríamos decir que, dentro de esta marabunta, existe alguna posibilidad de que alcancen los fines mencionados. Muchos de ellos —no todos— están limpios de toda sospecha y si bien, su defecto más habitual suele ser el carecer —no siempre, ojo— de los medios más adecuados para sus fines —cuando el jurado lo componen el alcalde, el boticario, el concejal de urbanismo, el vate local y uno que pasaba por allí, mal camino llevamos, amigo Sancho—, su voluntad suele ser acertada, coherente y honesta. Salvo honrosas excepciones, suele tratarse de certámenes cuya dotación es de escasa cuantía y su repercusión mínima, sin embargo, en alguna de esas convocatorias —las de cierta entidad— acaba sonando la flauta por casualidad y aciertan a premiar una novela inédita de un autor —novel o no— sin ninguna vinculación con la entidad convocante y cuya calidad literaria es más que aceptable. Puedo dar fe de algún que otro caso.

Pero donde ya se produce el despiporre absoluto es en aquellos certámenes convocados, auspiciados, soportados o gestionados por editoriales que, por cierto, suelen ser los más populares y acreditados. Son los que terminan concediendo ese reconocimiento que el escritor novel tanto ansía. Y de ese tipo de certámenes hablaremos en una próxima entrada que les auguro muy jugosa.

jueves, 22 de enero de 2009

Esta tarde. ALFONSINA STORNI


ESTA TARDE

Ahora quiero amar algo lejano...
algún hombre divino
que sea como un ave por lo dulce,
que haya habido mujeres infinitas
y sepa de otras tierras, y florezca
la palabra en sus labios, perfumada:
suerte de selva virgen bajo el viento...


Y quiero amarlo ahora.Está la tarde
blanda y tranquila como espeso musgo,
tiembla mi boca y mis dedos finos,
se deshacen mis trenzas poco a poco.

Siento un vago rumor... Toda la tierra
está cantando dulcemente...Lejos,
los bosques se han cargado de corolas,
desbordan los arroyos de sus cauces
y las aguas se filtran en la tierra
así como mis ojos en los ojos
Que estoy soñando embelesada...


Pero...
ya está bajando el sol tras de los montes,
las aves se acurrucan en sus nidos,
la tarde ha de morir y él está lejos...
lejos como este sol que para nunca
se marcha y me abandona, con las manos
hundidas en las trenzas, con la boca
húmeda y temblorosa, con el almas
utilizada, ardida en la esperanza
de este amor infinito que me vuelve
dulce y hermosa...
Alfonsina Storni
No soy una apasionada de la poesía. A veces me atrevo a escribir algo, casi siempre como un desahogo o un divertimento. Sin embargo, siempre me conmuevo cuando leo algo de Alfonsina Storni. Incluso escribí un relato inspirado en ella (Mercedes y el mar), una historia triste, en la que la protagonista busca el mismo final que la escritora.
Si quereis saber más cosas sobre ella, aquí os dejo un enlace,

miércoles, 21 de enero de 2009

¿Estoy escribiendo o durmiendo?


Esta noche he decidido escribir un rato y en ello estaba cuando el sueño atacó, feroz e implacable, hasta apoderarse de mí. Primero son los ojos que se achican para poder fijar la vista en la página en blanco, después llega el momento en que los dedos siguen tecleando pero tu cabeza no les ordena nada, es decir, escriben lo que les da la gana. Las risas están garantizadas al día siguiente cuenda releo lo escrito. Luego cierras un momentito los ojos, sólo unos segundos te dices, hasta que te despiertas del cabezazo que has dado, con dolor de cuello y sensación de desconcierto, como debieron de sentirse Adán y Eva cuando los expulsaron del paraíso. Si tú estabas ahí, casi dormida, tan relajadita…

Y diréis que sólo son las once, pero esta mañana a las cinco ya estaba despierta. Ayer fui de viaje de trabajo a Sevilla y, como no estoy acostumbrada a conducir en trayectos largos, regresé tan cansada que a las diez y media me fui a la cama. Como mi cuerpo debe estar programado para no dormir más siete horas, no vaya a ser que le siente mal por la falta de costumbre; se despertó antes de que sonara el reloj, que maldita la gracia que me hizo. Luego una estupenda jornada laboral, bien aderezada con problemas varios y prisas, estas últimas que no falten, y es que debo ser la única funcionaria estresada, que también hay que ser tonta. Por la tarde mis hijos me proporcionan el entretenimiento necesario para no aburrirme, ellos son así de generosos. Ahora están acostados, hay que ver qué guapos se ven los niños cuando duermen, así calladitos y quietecitos, hasta parecen buenos.

Como decía al principio, estoy con mi nueva novela, que a este paso me durará todo el año. Necesitaba despejarme y me vine para el blog, a tomar el fresco. Parece que Morfeo no quiere rendirse, así que lo más probable es que cuelgue este post y me vaya a la cama, que a las seis y media suena el despertador. La novela tendrá que esperar.

lunes, 19 de enero de 2009

¿Estás enamorado o enamorada? Certamen "Deja latir tu corazón"

Mi amigo José Antonio, el bibliotecario de mi pueblo, Alcaudete; me ha hecho llegar las bases del V Certamen de Cartas de Amor “Deja latir tu corazón” y me ha pedido que les de difusión. Así que las dejo por aquí, a disposición de todos los amigos y amigas que me visitan. Espero que más de uno y una (hoy me dio por el lenguaje no sexista, será por el post de antes) se anime y escriba una epístola para el ser amado.



V CONCURSO CARTAS DE AMOR

“Deja latir tu corazón”

1º.- El presente concurso, se convoca a cualquier persona, sin distinción de sexo, edad, naturaleza, pues para el amor no hay diferencias y es desinteresado.

2º.- La declaración de amor, cuánto más amplia en detalles, mejor: el amor debe manifestarse a los cuatro vientos. Aún teniendo forma epistolar; ha de seguir las pautas de un relato, lleno de mimo, recuerdos, etc.

3º.- Tu latido del corazón deberá tener una extensión no superior a dos folios por una cara. Si lo haces con las nuevas tecnologías, usa letra Times New Roman de 12 puntos.

4º.- Los trabajos se presentarán sin firmar y bajo seudónimo, en sobre cerrado, en cuyo anverso figure: DEJA LATIR TU CORAZON – Concurso Cartas de Amor. En su interior debe figurar otro sobre con los datos personales del autor y copia del DNI. En el exterior del sobre solo figurará el seudónimo utilizado en tu latido.

5º.- Las cartas de amor, se entregarán en la Biblioteca Pública Municipal Miguel de Cervantes Saavedra, (Parque Ntra. Sra. Fuensanta, s/n 23660-Alcaudete-Jaén) hasta el día 27 de febrero de 2009, de 10 de la mañana a 1 de la tarde y de 4 a 8 de la tarde. Tienes tiempo para enamorarte, si es que aún no lo estás.

6º.- Se establecen los siguientes premios:

Hasta 14 años
1º Premio: Lote de libros
2º Premio: Lote de libros
De 14 a 18 años
1º Premio: Lote de libros
2º Premio: Lote de libros
De 18 a 65 años
1º Premio: 2 noches de hotel para dos personas en régimen de alojamiento y desayuno.
2º Premio: 1 noche de hotel para dos personas en régimen de alojamiento y desayuno.
Más de 65 años
1º Premio: Lote de libros
2º Premio: Lote de libros

7º.- El Jurado estará compuesto por personalidades del mundo de la cultura, dándose a conocer el fallo en el mes de Abril. Se valorará la originalidad, la belleza literaria y el buen uso y corrección del idioma. La entrega de premios se realizará con motivo de los actos del Día del Libro.

8º.- Todos los trabajos quedarán en propiedad del Ayuntamiento, pudiéndolos utilizar como estime conveniente, indicando siempre el autor del mismo.

9º.- Cualquier anomalía no planteada en las Bases será resuelta a juicio del Jurado.


Concejalía de Educación y Cultura
Excmo. Ayuntamiento de Alcaudete



domingo, 18 de enero de 2009

¡No es justo!


¡No es justo! Esas son las palabras que salieron de la boca de mi hija de siete años tras escuchar una noticia en el telediario. Normalmente ellos no miran las noticias, aprovechan esos momentos para contar lo que estuvieron callando mientras veían los dibujos animados. Por lo general a gritos, para hacerse entender mejor, ante mi desesperación y la de su padre, que intentamos enteranos de lo que pasa por el mundo.


Podría haber sido cualquier noticia. Hay tan pocas que sean justas. Los inmigrantes que perecen en el mar tratando de alcanzar nuestras costas, los israelitas bombardeando sin respiro a los palestinos, otra muerte de violencia de género, los niños que se mueren de hambre o de sida en algún remoto lugar de África, en fin, sería un empezar y no acabar.

Sin embargo, su protesta era ante algo que, por asumido, a nadie sorprende, que pasamos por alto, que las mujeres aceptamos con resignación, como otras tantas cosas. No es justo, no es justo, repetía una y otra vez. Yo no conseguía callarla porque esgrimía mis propios argumentos. Unos días antes les había leído un cuento que escribí, en el que se hablaba de la igualdad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres. Ella lo tomó al pie de la letra y trataba de aleccionar a su hermano menor que pasaba bastante del tema.

Pues no, no es justo que las mujeres cobren menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, que el sueldo medio de una mujer sea un 30% inferior al de un hombre. Que cuando vayamos a una entrevista de trabajo nos pregunten si tenemos hijos o pensamos tenerlos. Que engrosemos las listas del paro en mayor porcentaje. Que apenas ocupemos un 5% de los altos cargos en las empresas. No hagáis mucho caso de los porcentajes, me los estoy inventado, pero no creo que vaya muy descaminada.

Con este post quería llamar la atención sobre la diferencia de salarios entre hombres y mujeres pero también sobre la indignación de mi hija ante este hecho. Creo que vamos por buen camino, las generaciones futuras no se conformarán con lo que hay, querrán la igualdad, la efectiva, la real.