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martes, 22 de octubre de 2019

De princesas y reinas (50 Estados USA)

El pasado viernes se entregaron los premios Princesa de Asturias, el acontecimiento que hace que Oviedo salga por un instante de su proverbial letargo, y se desperece, y se vuelque hacia afuera, en un intento sincero de mostrarse internacional y moderna.
Quizá sea el día de encontrar sentido a las tradiciones, esforzándose en renovarlas.

El pasado viernes supuso el debut público de la princesa Leonor.

Qüina y Barbi

Vamos a darle un repaso (musical), sin pie ni cabeza.

Pie de foto

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Programa: Noche tras noche (RPA)
Fecha de emisión: 21 de Octubre de 2019



jueves, 3 de marzo de 2016

Mua, le Gua

Mua: "Jua, jua"
Documental de la TV francesa sobre el predecesor.

Con testimonios de: JC I (mua, le Gua), Felipe VI (uve-palito, l'hereu), Alfonso Guerra (gracejo sevillano), Alfredo Pérez Rubalcaba (experto dinástico) y una señora mayor.

martes, 29 de septiembre de 2015

Gasolina (alta en octanos)

Sucesión de acontecimientos:

El pasado día 20 (septiembre de 2015) España vence a Lituania en la final del Eurobasket por un apabullante 80 – 63, liderado el equipo por Pau Gasol, con presencia en la grada de SM Felipe VI.

"Uve Palito lamenta haberse quitado la barba, pero sigue siendo capaz de sonreír"
"Reyes ambos"
"Cagüen-mi-manto. Chócala, ho"
"No te vuelvo a llevar a ver baloncesto. Pau es mío"

Antes del partido, en el periódico francés Le Monde, Clément Guillou firma un artículo, Les secrets de jeunesse de Pau Gasol (Los secretos de juventud de Pau) en que se trata de dar explicación al rendimiento del pivote, acudiendo a la relación con Nicolás Terrados, fisiólogo (vinculado con anterioridad al ciclismo). El diario Marca ya daba noticia de esta sinergia.

Sombras de duda (en forma de dopaje) empezaron a planear.

La reacción de Íñigo Méndez de Vigo, Ministro de Educación, Cultura y Deporte, fue fulminante y taxativa en sus términos. Era el 25 de septiembre.



“Pau Gasol es el alma de la selección nacional, un jugador de baloncesto que ha tenido un éxito extraordinario en la NBA, que ha paseado por todo el mundo el nombre de España y ha tenido, ahora mismo, un gran éxito en el Europeo de Baloncesto, y constituye un ejemplo para jóvenes españoles y del mundo; por ello, me parecen totalmente intolerables las insinuaciones de un bloguero en Francia sobre Pau Gasol y, por ello, esas insinuaciones las he puesto en conocimiento de la Abogacía del Estado y la Fiscalía, por si son constitutivas de delito, y para exigirle responsabilidades. Quiero decir también que en España se ha hecho un esfuerzo extraordinario en los últimos tiempos para luchar contra esa lacra que es el dopaje. La política del Gobierno es “tolerancia cero” contra el dopaje y, por tanto, no consentiremos ninguna insinuación en ese sentido”.

Lo que quiere decir (y dice) es que no se va a tolerar que nadie insinúe que Pau pueda haber hecho “puf”. Es intolerable.

*****

Ayer, día 28, las cosas estaban claras. Miguel Cardenal (presidente del Consejo Superior de Deportes, CSD) y José Luis Sáez (presidente de la Federación Española de Baloncesto, FEB) han anunciado que demandarán al bloguero (al que en El Mundo cambian el apellido como forma sutil de sugerir la forma de hacerle perder la cabeza). Se informa del fundamento jurídico (el artículo 7.7 de la Ley 1/1982, de 5 de mayo, “de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”, pidiéndose una indemnización de un millón de euros, además de otras medidas de distinta consideración.

El hecho no constituye peccata minuta, o así se desprende de la cuantía de la indemnización.

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Para un lego, sorprende:

1 — La cerrazón implícita en plantear los términos como un enfrentamiento nacional y revanchista con los franceses (culpa suya, mon Dieu).
2 — La consideración apriorística de exculpar a Pau, convirtiendo la “tolerancia cero contra el dopaje”,  en “intolerancia frente a las insinuaciones de un bloguero francés”.
3 — La dificultad de identificar la intimidad personal y familiar de Instituciones como el CSD o la FEB.
4 — La propia cuantía y el destino del dinero en caso de que la resolución sea favorable.
5 — La coincidencia de que este párrafo esté redactado empleando la sangría francesa.

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Todo un sinsentido.

Una nueva muestra del deporte que cambia.


lunes, 13 de abril de 2015

Reyes de la convivencia

— … pues jugaremos y yo seré el Rey.
— … y yo me pido ser tu archienemigo.
— ¡No! ¡Serás mi sucesor!
— (((un sinsentido: parece que le esté animando a que le corte la cabeza)))
— ¡Calla!
— Yo creo que quiere decir súbdito.
— A veces viene a ser lo mismo.


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— Siempre preferí bailar contigo, a tener que hablar contigo.


— En ese caso, ¿por qué no nos vamos a otra habitación?


Kings of ConvenienceI’d rather dance with you



— Veremos las consecuencias.

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Lo difícil que resulta la convivencia.
Entre hermanos es cuestión heroica.
Salvo que se acuda a la conveniencia.

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Tras el éxito de las tres hermanas, las Sisters SledgeWe are familiy, se reconoce el característico sonido de Nile Rodgers y Bernard Edwards.



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— ¡Qué Chic! Buenos tiempos

jueves, 25 de diciembre de 2014

Uve Palito, primera estación

Ayer fue el día que sirve para comprobar si estás preparado, o no.


Nochebuena. El día en que Uve Palito debutó en la alocución más importante de su agenda, programada, de actos públicos. Tras una vida preparándose, era la primera vez que se dirigía a todos los españoles.

El momento se había hecho esperar. Eran las nueve de la noche.

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El instante sirve también para establecer un límite familiar entre los que quieren oírlo y los que no. No es una cuestión que quede definida por la afinidad política; es, en todo caso, un asunto de edad.

Tu adscripción al mundo adulto comienza cuando, cedes a la presión de los viejos, para atender a lo que dice el monarca. Y, de repente, entre guasap y guasap, te descubres escuchando al Gran Jefe, asintiendo condescendiente, o negando de forma febril; mecido y amodorrado por el pase paralelo de Xavi, o levantando las manos al cielo, acompañadas de una mirada para confirmar la posición de la osa polar ante el enésimo fallo de Piqué.


Y, habiendo atendido, no queda otra que acordarse de Friedrich Hebbel, quien afirmaba que "el asunto es el problema; la forma, la solución".


Habrá que fijarse en la forma.



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Tres detalles me han atrapado, de un mensaje que se enlaza íntegro:

La foto de Letizia, apoyando su cabeza en el hombro de su esposo, soportando los rigores de volar en avión privado.

La (espléndida) alfombra.

Un cambio de plano, aprovechado para ponerse a sí mismo, y a su padre, como ejemplos. Una foto aparece en lugar privilegiado. Predecesor y heredero se atrapan por los codos. El inusual encuadre confiere especial protagonismo a un sofá; no puedo dejar de imaginar una aparición en la que JC I, como si fuera otro, le regala un épico ¡zas en toda la boca!

*****

Más allá de la forma, también se notan ausencias.

Ni una cita. Ni un pensador, literato, científico.
No hay nadie a quien haya concedido relevancia; la suficiente, al menos, para mostrarla de forma explícita, pese a que una parte del mensaje parecía inspirada por Paulo Coelho (“fracturas emocionales, desafectos o rechazos”).

Pero se cita a sí mismo, dos veces: en la ceremonia de entrega de los premios Príncipe y en su discurso de Proclamación.

Empieza pronto a caer en ese latiguillo, tan molesto como español, “como yo digo”, que me desquicia cada vez que hago una cola.

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Atender a la forma no implica desatender al fondo.

George Horace Lorimer avisaba a su hijo Pierrepont al respecto, en la decimotercera carta que le enviaba:

“Las apariencias engañan, lo sé, pero ya que es así, no tiene nada de malo procurar que engañen a favor y no en contra nuestra”.

“En este mundo no basta con que te vayan bien las cosas, también debe parecerlo, porque dos partes del éxito consisten en hacer que el resto de la gente crea que las cosas te van bien”.

“Uno no siempre puede hacer lo que le apetece, pues cuanto más alto asciende más se fijan en él los demás”.

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Yo, que quieren que les diga, me he fijado en Felipe. Y sigo sin saber cómo ha podido aguantar, en esa misma postura (contando repeticiones y tomas falsas), sin que se le haya cortado la circulación de la sangre en la pierna izquierda.

Realmente meritorio.

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Aun así, el fondo cobra importancia. Dos momentos marcan el tono de las aspiraciones del monarca (para él y para su pueblo).

(7:19) "...lo que hace de España una nación con una fuerza única, es la suma de nuestras diferencias, que debemos comprender y respetar y que siempre nos deben acercar y nunca distanciar. Porque todo lo que hemos alcanzado juntos nace de la fuerza de la unión. Y la fuerza de esa unidad es la que nos permitirá llegar más lejos y mejor en un mundo que no acepta ni la debilidad ni la división de las sociedades, y que camina hacia una mayor integración".

(10:27) "Somos, además, una nación respetada y apreciada en el mundo y con una profunda vocación universal, imprescindible para promover nuestra cultura y defender nuestros intereses en un mundo global. Hoy, más que nunca, somos parte fundamental de un proyecto europeo que nos hace más fuertes, más competitivos y más protagonistas de un futuro de integración".

Asunción de la injusticia de un mundo que no acepta a los débiles.
Promoción, frente a un intento de hacer que las cosas cambien.

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Es el final (y llegamos al principio). El vídeo se inicia con una entradilla en la que aparece la enseña nacional, ondeando al viento y un castillo. No son imágenes reales; es una infografía. Una mala infografía. Una pésima infografía. ¿Un diseño de Froilán, o un amiguito del pequeño Nicolás?

La mejor forma de prepararnos para el montaje.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Las cifras de Rajoy

Resulta complicado imaginar nada más aburrido que un político, gallego, tratando de andarse por las ramas, eludiendo hablar de lo que todo el mundo espera, soltando ráfagas de cifras, como si usara una metralleta, para defender el búnker del asedio al que ellos mismos han concedido someterse.


Todo ocurrió el pasado martes, 4 de noviembre, en el Auditorio de la Diputación de Alicante, donde la alcaldesa Sonia Castedo se saltaba el protocolo (no el del ébola) para hacerse un selfie con Felipe.

[[[Ese mismo día, cené en Valladolid con un montón
de amigos alicantinos y todos echaron en falta a Ortiz]]].

Lo peor; los niños del Colegio de San Ildefonso ven peligrar su anhelada participación en el próximo sorteo Extra de la Lotería de Navidad, sustituidos por el barbas, en formato plasta o plasma, lo que se decidirá, como casi todo, a última hora.

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Cualquiera que haya asistido a la ejecución de un ponente, que habla mientras lee las notas que trae de casa (al margen de que el soporte sea impreso, manuscrito, presentaciones o imágenes de un amanecer) y que pega la chapa de forma inclemente, es conocedor de un hecho que, por sabido, no deja de ser apabullante: es un tostón insoportable y, no habiendo nada peor que cuando actúan en batería y, tras el primero, se lanza el segundo, luego el siguiente y, más tarde, cuando ya has perdido la cuenta de las intervenciones y las comisuras de tu labio se unen por un levísimo fluido viscoso que ha alcanzado conexión con la solapa de tu chaqueta, donde se estanca y toma testigo de que fuiste incapaz de soportarlo, justo entonces, aparece un fulano, con los ojos inyectados en sangre, plagado de tics que, tienes por cierto, parecen signos premonitorios de que la mejor solución ante tamaño desmán es, cortar por las bravas su atropellada intervención, con una ovación que, por sonora, deja la alocución cerrada. Entonces, puede que muestre su ingenuidad y candor, repartidos en equilibrio, para dejar en el aire que atendería cualquier pregunta o duda por aclarar; rápidamente alguien zanja el conato con un rotundo: "Todo ha quedado suficientemente bien explicado".

Quizás la ejecución sea excesiva, pero cortarle la lengua podría ser considerado un acto de justicia.

jueves, 19 de junio de 2014

Respeto

Todos sabemos de qué se va a hablar hoy en España.

Y, aunque no te hayas percatado de ello, la sustancia de todas las conversaciones estará impregnada de un mismo argumento, empeñados en hacer valer los intereses propios por encima de los que tuvieran los demás (a los que se considera, simple y llanamente, que están de más).

"Te voy a espetar una cornada"

Hoy, el día después de que se fueran al traste las intenciones de revalidar su reconocimiento como reyes del deporte rey, sus seguidores reclamarán respeto para los de la Roja, alegando títulos y honores pasados, reivindicando de forma eterna un merecimiento obtenido en justa contienda (pero que parece injusta cuando no coincide con sus deseos).

Perderán balones, pero sus galones se mantendrán intactos, expresados en una solitaria estrella (y obligando a sus séquitos a guardar en el armario una capa, con la que no podrán tapar sus vergüenzas, sino, más bien, sentir sonrojo).


*****

Por otra parte, hoy es el día en que se proclamará a Felipe, al que algunos tienen ganas de colgar como si fuera un Tiësto, mientras los que admiten gustosos ser considerados súbditos, exigen respeto, invocando los honores pasados, exhibiendo los títulos y (con)decoraciones, mostrando una corona y un cetro a modo de símbolos secundarios de una tradición fundada a golpes y transmitida como herencia.

Los detractores opinarán que supone una falta de respeto, pero no habrá forma de que se pongan de acuerdo entre ellos.

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En otro lugar, hace casi cincuenta años, la segregación se palpaba en las calles de cualquier población USA. Si eras negro, estabas francamente jodido, en unas condiciones mucho peores de las que hoy puedas llegar a imaginar.

No poder compartir escuelas, establecimientos públicos o asientos en un autobús, suponía un bochorno y un ultraje.

Algunas voces se alzaron contra esa situación, iniciando un movimiento social que buscaba obtener algunos derechos (y eliminar ciertos privilegios).

El avance fue complicado, en un sendero que nunca discurrió en línea recta. Reyes (Martin Luther) y seres sin identidad (Malcolm), sentaron las bases para que algunos artistas comprometidos (en especial, desde el soul) fondo sonoro a sus reivindicaciones.

Otis Redding pidió respeto (aunque, vista hoy, su petición doméstica resulte anticuada, considerándose rey de la casa por ser él quien llevaba el dinero, cariño).



Esa rima primaria fue diseccionada con tino por Aretha Franklin. En ese lenguaje tan conocido en la convivencia marital, deletreaba su exigencia para que no hubiera nada que alegar al r–e–s–p–e–c–t–o.



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Las cosas se entienden mejor acudiendo a la familia.
Sin necesidad de ser italiano.
El soul surgió en las iglesias, a las que las familias acudían juntas, buscando la integración y justificando sus plegarias coreando las consignas de los predicadores. Y la Stax, el sello más apasionante, organizó un festival (para negros), a imagen del que los blancos habían orquestado en Woodstock, como forma de reivindicar la injusticia a la que estaban sometidos.
Fue Wattstax, el desfile de modelos más desinhibido que se haya imaginado. Uno de los momentos destacados surgió cuando Roebuck ‘Pop’ Staples inició su cántico, como si fuera un sermón, reconociendo que, en la base del amor, la paz y la libertad, debe estar el respeto hacia uno mismo, sin el cual nada podrá funcionar. Ese discurso, se convirtió en elegía cuando una de sus hijas, la portentosa Mavis, toma el relevo y desborda a cualquiera que la oiga y se sienta partícipe de la congregación.
The Staple Singers coronaron el acontecimiento con verdadera brillantez.



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Hoy hemos aprendido que, a reyes muertos, Rey puesto.

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Pese a que siempre haya suspicaces, que no creen en coincidencias y afirmen que todo esto de la proclamación se orquestó para que la pompa y el boato hicieran olvidar el mal rato pasado.



Larga vida al Rey.


martes, 3 de junio de 2014

Cambio de cromos. 20 detalles en los que (todavía) no habías reparado

Maldita sea mi estampa. El día después de la noticia más comentada del año tengo que cumplir un trámite que había programado con antelación: un pequeño viaje fugaz en coche para resolver un asunto menor, aunque inaplazable.

La consecuencia: tres horas de viaje, escuchando la radio, asistiendo perplejo a la enorme facilidad que tenemos, todos los españoles, para opinar sobre cualquier asunto, dándonoslas de enterados al tiempo que pretendemos sentar cátedra sobre lo que sea, con una facilidad y un descaro increíble.

No importa que ni el propio Gobierno sea capaz de dibujar todavía cómo va a ser la hoja de ruta por la que discurrirá el proceso sucesorio. Pese a que mi tardanza en escribir habrá hecho que, a estas alturas, ya se sepa el contenido de la L. O. que regulará el interregno, ello no quita que, entonces, durante las tres horas que llevan de las nueve al mediodía, todo quisque sabía con certeza cómo debería ser.

Con el apriorismo característico de estos lares, se apiñaban en torno a dos polos de un mismo eje: los que ensalzan los méritos de la Institución, la Transición, la Monarquía, la Corona; esos en los que asombra su capacidad para llenarse la boca con palabras que se entienden como si fueran todas mayúsculas, recordando enormemente la sentencia más memorable del Sr. Lobo. Y, desde el polo opuesto, salen a la calle, envalentonados, los que añorando la República, piden un Referéndum que legitime sus aspiraciones, olvidando que a la monarquía se la debe derrocar, con un método conocido por todos (explicado con vehemencia por Miguel Rellán a Omero Antonutti, en “El maestro de esgrima”, la película que Pedro Olea dirigió en 1992 sobre el libro homónimo de Arturo Pérez–Reverte), del mismo modo que el muro de Berlín fue en su día demolido y no se esperó a que cayera de puro viejo.

En fin. Un suplicio de viaje, asistiendo a la revisión y reforzamiento de tópicos manidos y gastados por el uso, refrescados en raras ocasiones por el repaso del ingenio que facilitan las conciencias individuales, seres distópicos que planteaban con gracejo español las consecuencias de un hecho como el ocurrido.

*****

Se plantea la dificultad de mostrarse original.


"Llenaré esta imagen de marquitas"

Yo me resignaré a analizar el espacio, la puesta en escena, obsesionado como estoy por los detalles.

Las 20 cosas de las que no te habías percatado.


1 – Vade. Sobre este cartapacio firmaré mi renuncia.
2 – El último número del Jueves, con tapas falsas de la Constitución.
3 – Me obligaron a quitar todo lo que tenía esparcido sobre la mesa. En la carpeta amarilla (confieso) hay un Interviú (de diciembre de 1975).
4 – El Presente, el Futuro (y mi Nieta).
5 – Con Papá. ¡Qué napias gastaba el tío!
6 – Teléfono. Tengo memorizados los siguientes números en marcación rápida: (1 Spottorno 2 Felipe 3 Mariano 4 Bieitio 5 Corinna 6 Norma 7 Bárbara 8 Pedro J. –buscar remplazo– 9 Colubi 10 Sofía)
7 – Cuenco para caramelos. Últimamente aprovecho para echar esputos.
8 – Mola mazo. Haces una pregunta y te devuelve una respuesta. Es la bola del ocho.
9 – Un par de lagartos que se persiguen. No sé quién me obsequió la pareja. A veces, fantaseo e imagino cómo uno captura al otro y me evado y dejo pasar el rato.
10 – Unas tijeras. ¿Seré masón?
11 – Un cuchillo. Me dicen que puedo usarlo de abrecartas. ¡Ya! Si todas vienen abiertas. En ocasiones, si se despistan en alguna visita, sin que se den cuenta me voy con la correspondencia que dejan a Mi alcance, sólo por el placer de meter el dedo y abrir el sobre sin mostrar la más mínima delicadeza.
12 – Pedazo lupa. Pesa un güevo. No puedo con ella. Mogollón de aumentos. De joven me miraba en el espejo, usándola.
13 – No tengo la menor idea de qué se trata. Una especie de bola.
14 – Sistema de sonido envolvente. Encendido (se ve la lucecita roja). Sonando Raffaella. Una inspiración. Con la botonera, puedo cambiar de canción.
15 – Paña. Si estoy nostálgico, me descamiso y canto.
16 – Gueropa. Con el cuello jodido, me cuesta llevar el ritmo. Cuando quería barrer con todo, me enfervorizaba y me ponía a tono. Hoy me desanima un poquito.
17 – Nada. Una manchita. Que no se note. Me aburría y quise poner la fecha en que Rua, Rey de los hunos, une a los hunos en uno.
18 – Mis grandes placeres: (a) Sesión megamix de vídeos y caídas tontas de gente llana y campechana.
19 – (b) papel de liar.
20 – (c) risas que me manda Mohamed, con el mismo ordinal que el hereu.

No se nota, pero debajo de la mesa estoy bailando con los pies, antes de que entre Rajoy.

“Firmo, con un poco de desgana.
Cambiamos las banderas de sitio.
Se ve la cola de uno de los lagartos”
“Le doy el papel al barbas, que tira, pero se lo hago pasar mal aguantando un poco.
Se ve, a Mi derecha, Mi periódico de cabecera.
Una foto de Torcuato (qué de bromas le gastaba con su nombre).
Libros de pega.
Mariconadas del chino y de los Kinder que los nietos me traían y no supe tirar.”
“El barbas se quiere pirar.
Le cojo las dos manos y hago como que me tambaleo.
¡Qué guapo estaba, vestido de guardamarina, brazos cruzados, mentón elevado!
Abajo, a la derecha, la foto con Adolfo, apoyándome en él, porque me trastabillaba.
Y barquitos por todos lados”

*****

Estoy contrito.
Se va un personaje de aparición recurrente en este espacio. Un recurso fácil.
Y creo que, estando al borde del abismo, le ayudé a dar un paso al frente.
En la nochebuena del año pasado, coincidiendo con los prolegómenos de su (entonces no lo sabíamos) postrera alocución anual, le animé a pensar en sí mismo y escribir una carta a sus colegas.
Y se le concedió.
En su mensaje, afirmaba literalmente:

“Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo”.

Ese día, en el que cumplió años, el cinco de enero, víspera de Reyes, el día que escribió la carta a sus colegas y en las que sólo pedía una cosa; ése fue el día en que decidió abdicar.
Jo.
Estoy contrito.

*****

Está a punto de irse.
Pero no pudimos decir:
“A Rey muerto, Rey puesto”.

PD – Nadie lo puedo ver mejor que los Monty Python.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡Vaya par de cracs!

"Intervención revolucionaria. Le implantaremos una cadera con graffitis"

[Extracto de una conversación mantenida entre Rafael Spottorno, jefe de la Casa Real, y JC I, superviviente]

— ¡Vaya¡ ¿Cómo ha sido?
— Catacroc, a tomar vientos.
— ¿Así que fue traumático?
— Sí, claro. Primero la Sofi, que anda mosca con lo de Corinna y ya no quiere jugar al chinchón.
— Le está chinchando.
— Mucho; porque ella juega a la griega y las escaleras se le van a la mierda cada poco.
— Normal.
— Luego está el asunto de los yernos. Uno que se piró y el otro que parece estar pirado.
— ¿Y eso?
— Recóncholis, cómo se le ocurre poner de nombre a la empresa Nóos. Si parece el nombre de un puto perro.
— Can.
— Puede.
— ¿Cómo que puede?
— Que can en inglés es puede. Corinna me ha dicho.
— Ya.
— Y luego mi hijo.
— ¿Qué le pasa?
— Está tonto. Mira que le digo que salga de farra con hombres. Que no puede estar todo el día metido entre mujeres. Y sólo se le ocurre quedar con Sabina, que cantará muy bien y eso, pero ya no le pega como antes. Le dije que hiciera pandilla con Bultó, que lleva una vida muy sana y es un tío muy majo.
— Disculpe, Don Álvaro se estrelló haciendo wingfly.
— ¿Se le atragantó la ensalada?
— No. Piñazo. Paracaídas no abrir.
— Joder. Eso sí que fue traumático.

*****


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Actualización:

Bernardo Dual (enciclopedia musical ambulante) propone una mejora, llena de sustancia.
Los Enemigos: Yo, el Rey (de La vida mata, 1990)


jueves, 5 de enero de 2012

Lo sabía

Puedo documentar perfectamente la secuencia de acontecimientos:

Foto: 88mm.ch

Miércoles, 19 de abril de 2005. Quedo con un proveedor, a las seis de la tarde, para tratar asuntos pendientes. Entramos en un bar y nos quedamos sorprendidos al ver que, los parroquianos presentes en ese momento, estaban todos callados y mirando con suma atención las imágenes de la TV. Ni se respiraba. Se mascaba la tensión en el ambiente. Los que en ese momento llenaban la barra, mordían el palillo, echaban una calada (todavía se podía) o daban un trago al catalítico.

La TV se encontraba encima de la puerta, con lo que tanta atención concentrada en nuestra dirección, nos dejó ligeramente atenazados. ¿Qué estaría pasando? De forma previsible, giramos nuestras cabezas y vimos una escena que nos resultó difícil de comprender: alguien vestido de rojo, tocado con un extraño sombrero a juego, hablaba en un lenguaje incomprensible para nosotros. Estaba flanqueado por dos personas ataviadas con blusones blancos, una de ellas sujetando el cartapacio más rojo y más grande que haya visto nunca, mientras la otra sostenía, a la distancia de un metro, un micrófono, gracias a que éste se había embutido en una especie de varita.

Iba diciendo:

Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum,
Dominum Josephum
Sanctæ Romanæ Ecclesiæ


Entonces no lo pude entender, pero ahora lo puedo explicar.

Juan Pablo II había fallecido unos días antes, el 2 de abril. Para elegir a su sucesor como Obispo de Roma (y, por tanto, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica) se celebró el Cónclave que se iniciaría el 18 de abril. Tras dos ocasiones en las que se pudo ver humo negro, a las 17:50 se observó una fumata blanca. Había acuerdo del Colegio Cardenalicio para elegir nuevo Papa.

A las 18:04 se produjo un repique de campanas, confirmando la buena nueva y, unos minutos después, el Cardenal Protodiácono, el Arzobispo chileno, Cardenal Jorge Medina Estévez, era el encargado de anunciar al mundo, Habemus Papam —“tenemos Papa”—.

Asomándose al balcón principal del Vaticano, saludó a los fieles presentes:

Fratelli e sorelle carissimi [italiano]
Queridísimos hermanos y hermanas  [español]
Bien chers frères et sœurs  [francés]
Liebe brüder und schwestern [alemán]
Dear brothers and sisters [inglés]

Y procedió a la lectura de la fórmula oficial, en latín.

Annuntio vobis gaudium magnum; [Os anuncio un gran gozo]
¡Habemus Papam! [Tenemos Papa]
Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, [El Eminentísimo y Reverendísimo Señor]
Dominum Josephum [Señor Joseph]
Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem Ratzinger [Cardenal de la Santa Iglesia Romana Ratzinger]
qui sibi nomem imposuit Benedicti XVI [que ha adoptado como nombre Benedicto XVI]

Adjunto el vídeo del momento narrado.



Volvamos a nuestro bar. Toda la barra miraba hacia la TV. El Cardenal Medina Estévez lee y, tras “Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinales [brevísimo respiro] Ratzinger” viene una larga pausa. El alborozo se extiende entre la gente que se encuentra frente a la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, pero en nuestro bar, nos tomamos las cosas con más calma. Un parroquiano sentencia, para romper el silencio:

“Lo sabía”.

Nadie se atreve a contradecirle.


Siempre ha sido el ejemplo que conozco que mejor resume el carácter de lo español. Acodados en la barra de un bar, explicamos el mundo a quien quiera oírnos. Sabemos de todo, pero ya lo sabíamos de antes. Es un caso crónico, y generalizado, de Jà vérais vu.

La única explicación que se me ocurre, proviene de la excesiva exposición a los modelos implantados en el subconsciente colectivo por la TV. Tantas horas de sobremesa seguidas viendo a Jessica Fletcher, no pueden ser buenas.



Recuerda el plan: una venerable viuda —de edad incierta, pero madura—, ejerce de detective aficionada, mientras viaja por el mundo promocionando sus novelas de detectives. Lleva consigo el gafe: a la par de muertos, deja, a su paso, conocidos y familiares a los que policías novatos eligen como sospechosos. Su intervención brillante desenmascara al verdadero culpable no sin que, previamente, los guionistas nos hayan hecho sospechar de todos los participantes en la función.

El mismo esquema de convertir en sospechosos a todos los presentes, lo siguen otras series clásicas de TV, aunque destacaremos sólo tres: Poirot —el cargante detective belga creado por Agatha Christie—, la anciana Miss Marple —obra también de Christie y precuela inspiradora de la Fletcher— y Misterios S.A. —serie de dibujos animados protagonizada por el inefable perro tragón Scooby Doo y sus acompañantes—.







Las costumbres que se inician de pequeños y se fomentan por su repetición en el ámbito familiar, tienden a consolidarse a lo largo del tiempo. Los que crecieron con Scooby Doo, Hercules Poirot, Miss Marple o Jessica Fletcher han aprendido —irremediablemente para nosotros— a que cualquier mínimo detalle puede ser una pista y que detrás de las caras más inocentes puede llegar a encontrarse el rostro de la maldad. Porque, avisados como ya estamos, ávidos de resolver problemas folletinescos, creemos que nos las sabemos todas. ¡A otro perro con ese hueso! ¿No se creería que me podía llegar a engañar a mí?

Aprendemos a desconfiar de todo el mundo y así, siempre se cumple que el culpable era alguien de quien —de uno más— yo ya había sospechado.

“Lo sabía”


Volvemos al mundo real; en el fondo no hay nada más real que la barra de un bar. En casi cualquiera de las barras de este país, hoy, se ha hablado de los Reyes. Y en casi cualquiera de las barras de los bares en las que se ha hablado de los Reyes, se ha hablado de los yernos de los Reyes.

A mí me han encomendado, me han preguntado, han tratado de animarme a que afronte el tema del que todo el mundo habla hoy y, rompiendo mi principio de no hablar de religión, ni de política, cederé y dejaré de hablar de Dios, para ponerme a hablar de los hombres.

Foto: abbilder

Ahora es fácil decir qué opinión tiene uno de Urdangarín o Marichalar y compararlos con Felipe. Pero, después de casarse con la infanta, cuando se retiró en 2000 con 1.97 de estatura, ganador de dos medallas olímpicas de bronce en balonmano, 154 veces internacional con la selección española, 6 Copas de Europa con el Barça (91, 96, 97, 98, 99, 00) o 10 Ligas ASOBAL, también con el Barça (88, 89, 90, 91, 92, 96, 97, 98, 99, 00), entonces era más fácil verlo de otra forma. Se le comparaba con Marichalar y todo el mundo se formaba una idea parecida de quién le resultaba más confiable.

Pero ahora que sustituye a Bono en el papel de figura pública “aloe vera” (Cuanto más se le estudia, más propiedades se le descubren), todo el mundo coincide en descubrir que algo raro ya habíamos olido. “Lo sabía”.


He encontrado unas declaraciones en las que el interesado anuncia su defensa de las generaciones interactivas. Ahora ya sabes lo que significa interactivo: “Tú me das, yo te doy”



El único que lo vio claro y lo anunció en la TV, lo hizo con Jesús Quintero:





Él sí que “lo sabía”.
 

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...