
Gente, este texto fue escrito por mí y publicado en el blog de María
http://www.cronicasnadasutiles.blogspot.com/ hace unos meses. Como algunos comentaristas se han quejado de que usabamos los términos raviol y milanesa en forma interna, aquí está la explicación. Disculpas a los que ya lo leyeron.
Además de esta versión mía, existe un tratato parte II escrito por el amigo OSCAR.
La milanesa es a la pareja lo que el fruto al árbol. (proverbio anónimo)La metáfora de la milanesa es conocida para los habituales transeúntes de “Nuestro Blog”, pero el resto se preguntará qué relación puede tener un pedazo de carne empanado con el amor, la pareja y el sexo. Bueno, gente, ya es hora de darnos cuenta de que todo tiene que ver con todo en este mundo. La clave está en saber relacionar, diría algun ex profesor mío.
La anécdota comienza en la segunda salida con un ex novio. Alguno de los dos sacó el tema de la fidelidad, hablamos un rato, los dos estábamos de acuerdo en que era muy difícil en parejas de muchos años mantener la fidelidad, o por lo menos, no sentir el deseo de estar con otra persona, aunque no se concrete. “yo creo que todos seríamos infieles alguna vez si estuviéramos totalmente seguros de que nadie nos va a descubrir”, dije yo. Y él remató: “Mirá, a vos te pueden encantar los ravioles, puede ser tu comida preferida, pero cada tanto te vas querer comer una milanesa, y los ravioles te pueden seguir gustando”…juaa. Durante los dos meses que duró esa relación no comimos ni ravioles ni milanesa, por las dudas.
Así es que la “milanesa” debería ser un gusto permitido en cualquier dieta, por más estricta que se pretenda hacerla. El deseo de comer la típica comida argentina es natural y lo vivimos todos los que estamos o hemos estado en pareja. Fíjense que hablé de deseo y no de concreción del deseo, que también es válido, pero las represiones que uno se pueda imponer pueden impedirlo o no. Pero el deseo de la infidelidad, por lo menos a modo de fantasía, está en todas las personas al menos alguna vez en la vida.
Creo que a esta altura todos aceptamos que la monogamia es un tema puramente cultural y no natural, es más bien antinatural. La monogamia es el garante cultural de la familia, nada más, pero no es un estado natural del ser humano.
Pensaba que si todos pudiéramos admitir esto, habría parejas mas sanas y sinceras. ¿o alguien duda de que una no es la única mujer que calienta a su pareja ni él es el único hombre que nos calienta? Esto es básico, y natural, repito, el ceder o no, a la tentación es un tema personal de cada uno que no es el tema de reflexión en este caso.
Si pudiéramos aceptar ésto como premisa, se disminurían los celos, que tantas veces (por no decir la mayoría) destruyen parejas o las someten en una locura de persecuciones, discusiones y hasta crímenes pasionales por no poder aceptar que el otro no es propiedad nuestra.
La fidelidad no la tiene nadie asegurada, ni para ellos ni para ellas, y entiéndase que no es una cuestión de amor sino de puro deseo.
¿Por qué entonces se sigue pensando en muchas parejas que la infidelidad es lo peor que les pude pasar?
Hay un tema en relación a esto que siempre me ha llamado mucho la atención. Y es que cuando se habla de que la pareja de uno estuvo con otra persona se utilizan frases del tipo: “ME engaño”, “ME traicionó”, “ME cagó”, etc. Creo que el 99% de la gente que ha sido infiel nunca lo hace para hacerle daño a su pareja. O sea, la infidelidad no es algo que se hace en contra de alguien, sino a favor de uno mismo. Por lo tanto, a una persona infiel se la puede acusar de egoísta pero no de hijo de puta, no de traicionera.
Es para pensarlo y reflexionar, claro que esto es un tratado, o sea, pura teoría, después, puertas adentro y en caliente, la teoría se va ya saben a donde, y la reflexión y la teoría de la milanga puede ser suplantada tranquilamente por un cenicero en la cabeza o un bolso en la puerta….