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jueves, 22 de julio de 2010

Atracción fuera de ránking



Hay hombres o mujeres que nos gustan sin saber porqué, sin embargo tienen algo que nos atrae irresistiblemente. Es posible que al lado haya un hombre o una mujer que objetivamente son más lindos, sin embargo a nosotros nos gusta ese. Y mucho. Quizás porque nos hace a acordar a alguien, o porque nos gusta escucharlo hablar, o porque nos atrae un gesto, sus ideales, su arte o lo que sea.
Esto pasa en la vida constantemente, y es el gran misterio de que nos guste una persona y no nos guste otra.
Hoy les propongo que contemos que famoso o famoso nos vuelve locas o locos. Tiene que ser un famoso/a de esos que no están el ránking de los 10 más lindos que salen en las revistas, pero que sin embargo tienen algo que a tus ojos los hace irresistibles. Es más, cuando en una reunión entre amigos contás que ese famoso te encanta...que es el hombre o la mujer con la que te casarías...tus amigos se ríen.
Yo voy a contar que dos famosos me vuelven loca. Por supuesto, también quiero saber a qué famoso no pueden dejar de mirar.

1- Federico Delía. Me encanta físicamente, me gusta su tranquilidad al hablar. Es mi hombre ideal, jajjaa.
2- Facundo Saravia. Sí, el hijo del Chalchalero. No sé exactamente que me gusta tanto (bah sí se pero no lo voy a decir). Su música me parece horrible, es un embole. No me banco escucharlo cantar, sin embargo, cada veo que lo veo me imagino demasiadas cosas. Y encima, por cuestiones laborales lo conocí personalmente, y me gustó más.

sábado, 24 de enero de 2009

Las vueltas del deseo

El deseo es flexible, inestable, cambiante, entre otras muchas características. y el desear-ser deseado es una relación inseparable. Cuando deseamos a alguien, cuando nos gusta alguien, queremos a la vez ser deseados por esa persona. Para mí el deseo tiene que ser retroalimentado. Mi deseo necesita de su interés, si ese interés no está o es más débil que mi deseo por él yo suelo apartarme de ese hombre. Es mi forma de preservarme. No entiendo las personas que se quedan al lado de alguien sabiendo que el otro no siente lo mismo. Yo he estado de los dos lados, he querido y deseado más de lo que me quisieron y he querido también menos de lo que él me quería, en cualquiera de las dos situaciones para mí la relación se termina, si no estamos en el mismo punto, me resulta muy difícil seguier. Quizás suene egoísta, pero a mi no me alcanza con desear o amar, también necesito ser deseada y amada por igual, porque sino, mi deseo se va esfumando. Esto nos lleva a pensar en qué es más importante: ¿amar o ser amado? yo no puedo separar las dos cosas. Quizás,repito, sea egoísta, y sólo dé en la medida en que me den a mi. Hay gente que se conforma y se reconforta con el hecho de amar, más allá de que al otro le pase lo mismo o no.
Pasa también que el deseo es muy versátil, que alguien que presuntamente no nos interesaba nos empieza a interesar o lo empezamos a mirar con otros ojos desde el momento en que nos enteramos que esa persona está interesada en nosotros. No me digan que nunca les pasó esto...y es casi la confirmación del circuito de retroalimentación del deseo y del posterior amor. Para mi el deseo y el amor debe circular entre las dos personas, no puede ser propiedad de uno o del otro, es de los dos, por eso para mí tienen que estar las dos personas en el mismo punto del circuito del deseo y del amor. En definitiva, el amor no es otra cosa que el deseo de ser irrestiblemente deseado y viceversa.

¿Seguirías una relación con alguien que no siente lo mismo que vos?
¿Sos de mirar con otros ojos alguien que sabes que le gustás ?