Construye tus alas en la caída

(...)
Y el volador con alas doradas cayó en el mar y se hundió entre círculos brillantes, y el mar quedó en silencio y murió el Sol y volvió la Luna.
- ¡Que terrible!- exclamó Ahmed.
-Qué valiente- dijo Gonn.
Volaron en círculo para ver al padre que se inclinaba luctuoso sobre el oleaje mudo.
-Acaso-dijo Ahmed-todo esto pasó de veras? Debe ser así.
-Entonces así es.
-¿Aunque sus alas se fundieron y él cayó?
-Aún así. Nunca hay fracaso en probar. No probar es la muerta mas grande.
-¿Pero qué significa eso?
-Significa-dijo Gonn-Ben-Alá-que debes arrojar las plumas al viento y adivinar sus direcciones en todos los rumbos del corazón de la brújula. Significa que debes saltar en los riscos y contruir tus alas mientras estás cayendo. (...) Me han enterrado, matado mil veces y encerrado en mil tumbas sin nombres.
-Quiénes? grito Ahmed.
-Los soñadores que no sueñan, los soñadores que no hacen. Los que dudan y matan el sueño. Los muertos que caminan, que ven cielos sin aves y mares sin navíos y caminos sin caballos, sin un coche ni una rueda.

Ahmed y las máquinas del olvido

Ray Bradbury