Teodomiro Alwin Thurstonbury, de madre asturiana, compró una mochila en “Artesanía Mitológica Serafín”, de Gulpiyuri. Dentro encontró un papel que rezaba “Libro de Instrucción”. Y en otra línea: “Usar antes de las decisiones importantes. Made in Porrúa”.
Y la usó, siempre; cada noche antes de un juicio.
Ayer la asistenta encontró la mochila en un armario. La lavó a mano. Al tenderla en la terraza vio salir una enorme burbuja; una pompa de jabón, llena de un aire verdoso, que cayó al suelo y reventó con un ruido de lloros.
Esta mañana el Juez Thurstonbury, desoyendo un Real Decreto y una encuesta del CIS, ha fallado a favor de Sun Innovation & Development of Rustic Areas, otorgándoles la exclusividad de la palabra SIDRA.
Por la tarde el Juez Thurstonbury se ha colgado. A sus pies, un telegrama de Serafín Texu Carbayu: “Volcó la mochila, ¿verdad? Derramósele la justicia toda. Stop”