Premín de Iruña

IGNACIO BALEZTENA ASCÁRATE "PREMÍN DE IRUÑA" (PAMPLONA 1887-1972): SU PERSONA, SU VIDA Y SU OBRA

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domingo, 7 de enero de 2024

Ignacio Baleztena iniciador de la cabalgata de Reyes Magos de Pamplona


Querido lector, en primer lugar desearte de corazón, como es menester, un feliz 2024. 

La primera cabalgata oficial de Pamplona en 1927 organizada por la Asociación de Prensa a instancia de Ignacio Baleztena. El rey de la izda. es Baltasar, como todos sabréis tenía un gran parecido con Ignacio Baleztena y así fue durante muchos años.




SS. MM. Los Reyes magos de Oriente visitan el panteón donde descansa Ignacio Baleztena y le regalan las figuricas de los gigantes de Pamplona el 5 de Enero de 1973
En estas fechas en torno a la fiesta de los SSMM Reyes Magos de Oriente cabe reseñar que  la primera cabalgata oficial de Reyes que se celebró en Pamplona en 1927, en cuyo origen no podía estar otra persona que mi padre Ignacio Baleztena como perejil de todas las salsas que tuvieran que ver con la cultura tradicional popular . Realmente el origen es previo ya que llevaba celebrándola por su cuenta de distintas maneras durante años. Ante el creciente éxito de las anteriores ediciones, especialmente de la de 1926, consiguió que en 1927 la Asociación de Prensa organizara con más medios y solemnidad una cabalgata de Reyes bien digna para que todos los niños y mayores de Pamplona recibieran por todo lo alto a SSMM. Por supuesto el aitacho fue el “alma pater” tanto en la preparación como en su papel de representante del rey Baltasar, como desde sus inicios en las distintas recepciones previas de años anteriores. Respecto a SSMM los Reyes Magos su relación con ellos, más allá de la que tiene cualquier persona cabal, comienza con un episodio familiar que puedes leer pinchando aquí. Posteriormente comenzó a invitar a SSMM en el círculo carlista a través como hemos dicho del rey Baltasar con quien mantuvo siempre una muy estrecha relación, hasta el punto de que en Pamplona se rumoreaba que tenían un parecido muy fuerte. Más tarde por su cargo de Diputado le tocó encargarse de los asuntos de la Casa de Maternidad. Allí acudía con fre­cuencia para enterarse de sus necesidades y para entretener y entretenerse con los niños. Así pues, un año se le ocurrió organizar la visita de los tres Reyes Magos de Oriente a la Maternidad cargados de regalos y golosinas, fiesta similar a la que ya venía realizándo en el Círculo Carlista. Esta experiencia y sobre todo la actuación del Rey Baltasar tuvieron tanto éxito que a través del periodista Perico Martín, consiguió involucrar a la Asociación de la Prensa de Pamplo­na en 1927 presidida entonces por Javier de Arvizu, para hacerla extensiva a toda la ciudad. 

Baltasar con su enorme parecido con Ignacio Baleztena, iniciador de la Cabalgata de Pamplona


Incluso en el frente el rey Baltasar no se olvidó de llevar un poco de alegría a los niños durante la guerra, cuando "invitado" por mi padre se organizó la cabalgata de los Reyes Magos en Leganés. (ver enlace abajo)

Emotivo recordatorio realizado a Ignacio Baleztena por la Real Academia de la Historia en la Noche de Reyes. En la foto no aparece Ignacio Baleztena, es una fotografía para acompañar el mensaje.




Tras la guerra cogió el relevo el Frente de Juventudes (organización con la que el aitacho no colaboró) con no demasiado éxito, así que de nuevo Ignacio Baleztena consiguió que se encargará otra vez la Asociación de la Prensa de Pamplo­na volviendo a participar él activamente como "valido" de Baltasar y alma de la celebración. Tras unos años al no poder continuar la Asociación de la Prensa el Ayuntamiento lo asumió como acto propio de Pamplona y lo organizó hasta que el alcalde Miguel Javier Urmeneta lo encauzó a través de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona bajo la acertada batuta de José Mª Muruzabal. Durante todo este tiempo hasta finales de los 70 o principios de los 80 el aitacho y posteriormente sus hijos, y realmente toda la familia, participamos muy activamente en toda la organización, especialmente todo lo relativo al rey Baltasar, de quien tuve el honor de ser su representante muchos años. Finalmente hasta nuestros días continua celebrándose, ahora gracias a la formidable labor realizada por la Asociación Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona y con mención especial a Fernando Lizaur a quien no se le ha agradecido suficiente todo lo que ha hecho por ella. Para ver todo este periplo de la historia de la cabalgata pinchar aquí y en todos los enlaces que encontrarás al final de esta entrada.

SSMM los Reyes Magos visitan a los niños posiblemente en "La Providencia"
Baltasar tiene gran parecido con Ignacio Baleztena



Era tal la ilusión que sentía el aitacho por SSMM de Oriente, que el año de su muerte bajaron al cementerio los tres Reyes Magos en agradecimiento a su amistad, a rezar un responso y depositar en su tumba una colección de las estatuillas de los Gigantes de Pamplona, sus otros grandes amigos. Y efectivamente así fue, un gesto que seguro que le emocionó cuando lo vio posiblemente  desde el Purgatorio, El 5 de Enero de 1973, hace 51 años. Sus grandes amigos, SSMM los Reyes Magos de Oriente, antes de comenzar la cabalgata, acudieron al panteón familiar donde reposan sus restos  en el cementerio de Pamplona. Allí, sobre su tumba tras rezar un responso, le dejaron como último regalo a sus otros reyes amados: los gigantes de Pamplona. Que sepultura más alegre y bien acompañada entre "sus" Reyes Magos y "sus" queridos gigantes. Cuantos buenos y alegres momentos en este emotivo recuerdo.

A continuación en la foto se muestra este homenaje tan emocionante. Curiosamente siempre han dicho que el paje del Rey Baltasar que ayudó a depositar las figuricas de los gigantes se parecía mucho a mí. Puede ser, lo cierto es que yo estaba allí viviéndolo en primera persona.

SSMM los Reyes Magos rezan ante la sepultura de Ignacio Baleztena, iniciador de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Para saber las cosas más desconocidas de la historia de la cabalgata de Reyes de Pamplona y ver fotos de las mismas puedes ir pinchando estos enlaces:

 La prehistoria de la cabalgata

El alma de Herodes y el Bicharracus Asquerosus en la cabalgata de Reyes de Pamplona

El Bicharrakus Asquerosus de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Feliz noche y día de Reyes en este 90 aniversario de la extensión de la Cabalgata a todo Pamplona y retomo el blog tras esa fecha si Dios quiere precisamente para hablar de otra festividad relacionada con el aitacho, reyes... a ver si lo adivinas.

¡Vivan los Reyes Magos!


El rey Baltasar bajándose de la carroza, para variar, en su afán por estar cerca de los niños. Esta foto se tomó en la época en que yo era su representante. Que de historias para contar.

miércoles, 22 de febrero de 2023

En el 50 aniversario de la muerte de Ignacio Baleztena (2)

 Querido lector, como te contaba en la anterior entrada hemos celebrado recientemente el 50 aniversario del fallecimiento del aitacho, y siguiendo con la narración el 6 de enero de este año el Diario de Navarra recordaba un suceso muy bonito que veremos a continuación




Reseña del Diario de Navarra el 6 de enero de 2023 sobre la visita de SSMM los Reyes Magos al panteón de Ignacio Baleztena el 5 de enero de 1973
 tras su fallecimiento 




Y efectivamente así fue, un gesto que seguro que le emocionó cuando lo vio posiblemente  desde el Purgatorio. El 5 de Enero de 1973. Sus grandes amigos, SSMM los Reyes Magos de Oriente, antes de comenzar la cabalgata, acudieron al panteón familiar donde reposan todavía  sus restos  en el cementerio de Pamplona. Allí, sobre su tumba tras rezar un responso, le dejaron como último regalo a sus otros reyes amados: los gigantes de Pamplona. Que sepultura más alegre y bien acompañada entre "sus" Reyes Magos y "sus" queridos gigantes. Cuantos buenos y alegres momentos en este emotivo recuerdo.

A continuación en la foto se muestra este homenaje tan emocionante. Curiosamente siempre han dicho que el paje del Rey Baltasar que ayudó a depositar las figuricas se parecía mucho a mí. Puede ser, lo cierto es que yo estaba allí viviéndolo en primera persona.


SS. MM. Los Reyes magos de Oriente visitan el panteón donde descansa Ignacio Baleztena y le regalan las figuricas de los gigantes de Pamplona el 5 de Enero de 1973



Empalmando con lo anterior, escribió Goiti en Diario de Navarra a la muerte del “aitacho”: “Los gigantes, los zaldicos, la familia muda de los cabezudos han perdido su mejor amigo". Y era cierto, como él mismo escribía en el año 1933 cuando les dedicó un libreto que publicó en la im­prenta "La Acción Social", con el título "Los GI­GANTES DE PAMPLONA. Historia de esos simpáticos monigotes que tantos ratos felices han proporcionado a Premín de Iruña, autor de este librico”.

El Rey Baltasar, al que tan intimamente estuvo unido Ignacio Baleztena durante decadas, hasta el punto que eran como las dos caras de la misma moneda, coloca los Gigantes de Pamplona en su panteón

Antes de su enfermedad en una de las tertulias de “Pregón” en las que participaba activamente se comentaba la muerte de un convecino ejemplar y él, que escu­chaba atentamente asintiendo con sus gestos cuanto se decía, puso el comentario final: "Ese habrá entrado en el Cielo con la boina puesta".

Aquella forma tan gráfica de expresar la entrada de un buen creyente en el Cielo, con la misma naturalidad y con­fianza de quien entra en su propia casa, se quedó grabada en la mente de los contertulios, que no podían menos de recor­darla y pensar que por la Misericordia de Dios, el buen cristiano y hombre ejemplar que fue don Ignacio habría en­trado también en los Cielos con su gran boina. ¡Qué bien le caía la boina, colocada airosamente sobre su cabeza!

Como se publicó en la revista “Pregón” en Otoño de 1972 D. Ignacio Baleztena, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabío era, "el pamplonés ingenioso y bueno, el amigo del abrazo ancho y caluroso, el que llenó nuestras páginas de navarrismo, agudezas, curio­sidades navarras y sano humor”. Tenía entonces 85 años.

Antes de acabar este tema te dejo estos bonitos artículos que se escribieron a su muerte pinchando aquí y aquí

Y hablando de la Peña Pregón en las próximas entradas veremos acontecidos del aitacho al respecto si Dios quiere




domingo, 30 de enero de 2022

Enererías. Apuntes históricos

 


Querido lector, acaba enero y seguimos en el día de la marmota. Más de dos años oyendo lo mismo: distancia, mascarilla, vacuna, sube la curva, baja la curva “juntos venceremos”, “los viviremos” y otro año más y sigue. Así que vamos a tratar temas más animantes.

Acaba enero, un mes que en Pamplona  tiene un toque especial dado el "aitacho". Empezando por el primer día del mes y del año entramos, con permiso de las uvas,  con una de las canciones posiblemente más conocidas sobre Pamplona en el mundo mundial, el famoso “uno de enero”, cuyo autor fue precisamente Ignacio Baleztena a principios del siglo pasado. Y a raíz de la misma, surgen las cenas de la escalera, las misas de la escalera y toda esa preparación para nuestras queridas fiestas de San Fermín que por supuesto las viviremos, como el año pasado y el anterior.

Partitura del Uno de Enero escrita por Carmelo Cervantes. Letra Ignacio Baleztena Ascárate. Música popular con arreglos de Silvanio Cervantes.


Llegamos al día 5, víspera de la Epifanía, Reyes Magos para los amigos, en la que la cabalgata pamplonesa tiene un toque especial, o eso nos parece a los irunshemes… e irunalabas, que si no me llamarán algófobo (y ya estoy muy mayor para estas martingalas). Aprovecho para dar la enhorabuena a la Asociación Cabalgata Reyes Magos de Pamplona que la mantiene actualmente, por celebrarla contra coronavirus y marea, que necesitamos vacunarnos también contra el hastío y la tristeza.

La cosa es que viendo entrevistas y reportajes parece que la cabalgata surgió al azar, como consecuencia aleatoria del Bing Bang, al igual que todo lo demás, como confirma la lógica probabilística. Pero en este caso no es así, hubo un “creador” y de nuevo fue Ignacio Baleztena. Y es que, tan ilustres monarcas, no siempre han venido en cortejo a nuestra vieja Iruña. Todo comenzó en los años 20 del siglo pasado, cuando el aitacho Ignacio comenzó a invitar a SSMM en el círculo carlista a través del rey Baltasar, con quien mantuvo siempre una muy estrecha relación, hasta el punto de que en los mentideros pamplonicas  se rumoreaba que tenían un parecido muy fuerte. Más tarde, por su cargo de Diputado foral, le tocó encargarse de los asuntos de la Casa de Maternidad. Allí acudía con fre­cuencia para enterarse de sus necesidades y para entretener y entretenerse con los niños. Así pues, posiblemente en 1926, se le ocurrió organizar la visita de los tres Reyes Magos de Oriente a la Maternidad cargados de regalos y golosinas, fiesta similar a la que ya venía realizando en el Círculo Carlista. Resultó tal éxito que, a través del periodista Perico Martín, consiguió involucrar a la Asociación de la Prensa de Pamplona en 1927 presidida entonces por Javier de Arvizu, para hacer la cabalgata extensiva a toda la ciudad, manteniendo él la relación directa con Baltasar.


Una de las primeras cabalgatas de Pamplona con Ignacio Baleztena Ascárate


El helador enero, desobediente y altanero frente al cambio climático, sigue avanzando y nos encontramos con otro evento que este año se ha visto aplazado, esperemos que no suspendido, que es “el Rey de la Faba”, una restauración de la celebración iniciada por los monarcas de nuestro viejo Reino de Navarra hacia el siglo XIII y que se prolongó hasta entrado el siglo XVIII. De nuevo en los reportajes no queda del todo claro el origen de esta recuperación, que para variar era el mismísimo Premín de Iruña, y por cierto, con similar recorrido histórico. Fue precisamente allá por el año 1920 cuando Ignacio Baleztena se propuso retomar esta ancestral costumbre cuyos orígenes él mismo investigó. Esta primera edición de la “Fiesta del Rey de la Faba” se celebró por primera vez en Pamplona en el Círculo Carlista. En 1931, el aitacho fundó la “Orden del Zaldiko Maldiko”, que la convirtió en la peña “Muthiko Alaiak” en 1934 y estas asociaciones fueron con las que siguió celebrando el Rey de la faba, extendiéndolo posteriormente a toda Navarra. Después cogió el testigo otro de sus inventos, la “Cofradía del Gallico San Cernin” en los años 1954 y 55 y; al fin, de nuevo la organizó hasta hoy el Muthiko Alaiak y la Asociación Rey de la Faba más recientemente.

Ignacio Baleztena en la celebración del Rey de la Faba que él restauró


En resumen, que si hablamos de enero en Pamplona hablamos de “uno de enero”, de cabalgata, de “rey de la faba”… y todo nos lleva al mismo aparentemente  inexistente personaje de  Ignacio Baleztena, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabio, que lo mismo da que da lo mismo. Igual el aitacho fue un mito y nunca existió, como San Fermín, las cadenas del escudo de Navarra, la Iruña prerromana o la batalla de Roncesvalles. Quién sabe, lo dejo al sesudo estudio de los ilustres historiadores, reconstructores de la verdad, que nos abren los ojos frente al engaño que hemos sufrido durante siglos. 

Hasta la próxima entrada si Dios quiere, en que seguireos con cosas del "aitacho"


lunes, 2 de enero de 2017

90 aniversario de la primera cabalgata "oficial" de Reyes de Pamplona (y en torno al centenario de su origen no oficial)



 ¡YA VIENEN LOS REYES!


La primera cabalgata oficial de Pamplona en 1927 organizada por la Asociación de Prensa a instancia de Ignacio Baleztena. El rey de la izda. es Baltasar, como todos sabréis.
Querido lector, en primer lugar desearte de corazón, como es menester, un feliz 2017. Veo que se está pasando por alto una fecha clave para esta ciudad y sus tradiciones, en concreto me refiero a que este 5 de Enero celebraremos el 90 aniversario de la primera cabalgata oficial de Reyes que se celebró en Pamplona en 1927, en cuyo origen no podía estar otra persona que mi padre Ignacio Baleztena como perejil de todas las salsas que tuvieran que ver con la cultura tradicional popular . Realmente el origen es previo ya que llevaba celebrándola por su cuenta de distintas maneras durante años (¿Centenario?). Ante el creciente éxito de las anteriores ediciones, especialmente de la de 1926, consiguió que en 1927 la Asociación de Prensa organizara con más medios y solemnidad una cabalgata de Reyes bien digna para que todos los niños y mayores de Pamplona recibieran por todo lo alto a SSMM. Por supuesto el aitacho fue el “alma pater” tanto en la preparación como en su papel de representante del rey Baltasar, como desde sus inicios en las distintas recepciones previas de años anteriores. Respecto a SSMM los Reyes Magos su relación con ellos, más allá de la que tiene cualquier persona cabal, comienza con un episodio familiar que puedes leer pinchando aquí. Posteriormente comenzó a invitar a SSMM en el círculo carlista a través como hemos dicho del rey Baltasar con quien mantuvo siempre una muy estrecha relación, hasta el punto de que en Pamplona se rumoreaba que tenían un parecido muy fuerte. Más tarde por su cargo de Diputado le tocó encargarse de los asuntos de la Casa de Maternidad. Allí acudía con fre­cuencia para enterarse de sus necesidades y para entretener y entretenerse con los niños. Así pues, un año se le ocurrió organizar la visita de los tres Reyes Magos de Oriente a la Maternidad cargados de regalos y golosinas, fiesta similar a la que ya venía realizándo en el Círculo Carlista. Esta experiencia y sobre todo la actuación del Rey Baltasar tuvieron tanto éxito que a través del periodista Perico Martín, consiguió involucrar a la Asociación de la Prensa de Pamplo­na en 1927 presidida entonces por Javier de Arvizu, para hacerla extensiva a toda la ciudad. 
Baltasar en las primeras cabalgatas
Incluso en el frente el rey Baltasar no se olvidó de llevar un poco de alegría a los niños durante la guerra, cuando "invitado" por mi padre se organizó la cabalgata de los Reyes Magos en Leganés. (ver enlace abajo)

Tras la guerra cogió el relevo el Frente de Juventudes (organización con la que el aitacho no colaboró) con no demasiado éxito, así que de nuevo Ignacio Baleztena consiguió que se encargará otra vez la Asociación de la Prensa de Pamplo­na volviendo a participar él activamente como "valido" de Baltasar y alma de la celebración. Tras unos años al no poder continuar la Asociación de la Prensa el Ayuntamiento lo asumió como acto propio de Pamplona y lo organizó hasta que el alcalde Miguel Javier Urmeneta lo encauzó a través de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona bajo la acertada batuta de Muruzabal. Durante todo este tiempo hasta finales de los 70 o principios de los 80 el aitacho y posteriormente sus hijos, y realmente toda la familia, participamos muy activamente en toda la organización, especialmente todo lo relativo al rey Baltasar, de quien tuve el honor de ser su representante muchos años. Finalmente hasta nuestros días continua celebrándose, ahora gracias a la formidable labor realizada por la Asociación Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona y con mención especial a Fernando Lizaur a quien no se le ha agradecido suficiente todo lo que ha hecho por ella. Para ver todo este periplo de la historia de la cabalgata pinchar aquí y en todos los enlaces que encontrarás al final de esta entrada.

Era tal la ilusión que sentía el aitacho por SSMM de Oriente, que el año de su muerte bajaron al cementerio los tres Reyes Magos en agradecimiento a su amistad, a rezar un responso y depositar en su tumba una colección de las estatuillas de los Gigantes de Pamplona, sus otros grandes amigos

SSMM los Reyes Magos rezan ante la sepultura de Ignacio Baleztena, iniciador de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Para saber las cosas más desconocidas de la historia de la cabalgata de Reyes de Pamplona y ver fotos de las mismas puedes ir pinchando estos enlaces:

 La prehistoria de la cabalgata

El alma de Herodes y el Bicharracus Asquerosus en la cabalgata de Reyes de Pamplona

El Bicharrakus Asquerosus de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Feliz noche y día de Reyes en este 90 aniversario de la extensión de la Cabalgata a todo Pamplona y retomo el blog tras esa fecha si Dios quiere precisamente para hablar de otra festividad relacionada con el aitacho, reyes... a ver si lo adivinas.

¡Vivan los Reyes Magos!


El rey Baltasar bajándose de la carroza, para variar, en su afán por estar cerca de los niños. Esta foto se tomó en la época en que yo era su "valido". Que de historias para contar.

domingo, 4 de enero de 2015

Ignacio Baleztena iniciador de la Cabalgata de Reyes Magos de Pamplona


 ¡YA VIENEN LOS REYES!




Querido lector, en primer lugar desearte de corazón, como es menester, un feliz 2014. En estas fechas navideñas no podemos pasar por alto en un blog del aitacho otras costumbres que mi padre Ignacio Baleztena organizó, a saber, entre otras, la Cabalgata de los Reyes Magos y el Homenaje a la Vejez. Ambos tienen como protagonistas a dos grandes amigos del aitacho: los niños y los ancianos. Respecto a SSMM los Reyes Magos su relación con ellos, más allá de la que tiene cualquier persona cabal, comienza con un episodio familiar que puedes leer pinchando aquí. Posteriormente comenzó a invitar a SSMM en el círculo carlista a través del Rey Baltasar con quien mantuvo siempre una muy estrecha relación, hasta el punto de que en Pamplona se rumoreaba que tenían un parecido muy fuerte. Posteriormente por su cargo de Diputado le tocó encargarse de los asuntos de la Casa de Maternidad. Allí acudía con fre­cuencia para enterarse de sus necesidades y para entre­tener y entretenerse con los niños. Así pues, un año se le ocurrió preparar la visita de los tres Reyes Magos de Oriente a la Maternidad cargados de regalos y golosinas, fiesta similar a la que ya venía realizándola en el Círculo Carlista. Esta experiencia y sobre todo la actuación del Rey Baltasar, su íntimo amigo, tuvieron tal éxito que a través del periodista Perico Martín, consiguió involucrar a la Asociación de la Prensa de Pamplo­na en 1927 presidida entonces por Javier de Arvizu, para hacerla extensiva a todo Pamplona. Tras la guerra , cogió el relevo el Frente de Juventudes, (organización con la que el aitacho no participó) con no demasiado éxito, así que de nuevo Ignacio Baleztena consiguió que se encargará otra vez la Asociación de la Prensa de Pamplo­na volviendo a participar él activamente como "valido" de Baltasar y alma de la celebración. Siguió la Caja de Aho­rros Municipal de Pamplona y finalmente hasta nuestros días continua celebrándose, ahora gracias a la formidable labor realizada por Lizaur a través de la Asociación Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona. 

La primera cabalgata oficial de Pamplona en 1927, cuyo impulsor fue Ignacio Baleztena. El rey de la izda es Baltasar, como todos sabréis.


Incluso en el frente el rey Baltasar no se olvidó de llevar un poco de alegría a los niños durante la guerra, cuando "invitado" por mi padre se organizó la cabalgata de los Reyes Magos en Leganés. (ver enlace abajo)

En cuanto a sus otros amigos, los ancianos, uno de los actos que más le hacía disfrutar era el Homenaje a la Vejez. Tras la comida don Ignacio se marcaba una jota con alguna de sus "viejecicas". Mantuvo la costumbre durante años, hasta que dejó de celebrarse, y aunque no formase parte de la Di­putación, el café y el baile no lo perdonó ni un solo año.

Era tal la ilusión que sen­tía el aitacho por SSMM de Oriente, que el año de su muerte bajaron al cemen­terio los tres Reyes Magos en agradecimiento a su amistad, a rezar un responso y depositar en su tumba una co­lección de las estatuillas de los Gigantes de Pamplona, sus otros grandes amigos

SSMM los Reyes Magos rezan ante la sepultura de Ignacio Baleztena, iniciador de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Y sin más vete preparando los zapatos bien limpicos que mañana por la noche llegarán SSMM y espero que te traigan muchas cosas buenas. Feliz noche y día de Reyes.


viernes, 4 de enero de 2013

Ignacio Baleztena y la cabalgata de Reyes de Pamplona

Ya vienen los Reyes
A la muerte de mi padre Ignacio Baleztena durante muchos años tuve la suerte de acompañar muy de cerca al Rey Baltasar, tanto que hasta dicen que a veces nos parecíamos. 
Querido lector, feliz 2013. Y con el año nuevo llegan SSMM los Reyes Magos de oriente. Como ya he comentado anteriormente estos días previos a la cabalgata la casa del "aitacho" era una verdadera locura, ya que mi padre Ignacio Baleztena fue el iniciador de la organización de este recibimiento en Pamplona y siguió encargándose del mismo durante muchos años como podéis leer en las entradas que os señalo debajo de este texto.

Para conocer las cosas más desconocidas de la historia de la cabalgata de Reyes de Pamplona y ver fotos de las mismas puedes ir pinchando estos enlaces:


La prehistoria de la cabalgata

Ignacio Baleztena organiza la primera cabalgata de Reyes de Pamplona

La cabalgata de Reyes de 1936, en vísperas de la guerra

Ignacio Baleztena organiza la cabalgata de Reyes en el frente de Leganés en 1937

Las aventuras del Rey Baltasar en el frente de Madrid

La cabalgata de Reyes de Pamplona en tiempos de Ignacio Baleztena

El alma de Herodes y el Bicharracus Asquerosus en la cabalgata de Reyes de Pamplona

El Bicharrakus Asquerosus de la cabalgata de Reyes de Pamplona

Feliz día de Reyes a todos

viernes, 19 de octubre de 2012

Las aventuras del rey Baltasar en el Frente de Madrid, por Ignacio Baleztena



Querido lector, veíamos como el aitacho, estando a comienzos de 1937 en el frente de Madrid, en Leganés, viendo a los niños que estaban sufriendo sin culpa los horrores de la guerra viviendo entre ruinas, y pensó que la mejor manera de alegrarles un poco la penosa situación, aunque fuera por un día, era organizando una Cabalgata de Reyes Magos, que repartieran un poco de ilusión a todos, sin tener en cuenta bandos ni procedencias. Con su experiencia en esas lides, ya que mi padre Ignacio Baleztena fue el iniciador de la cabalgata de Pamplona la cosa no podía salir mal, y para eso embarcó en el asunto a todo el que encontró por medio. Para ver como se fraguó el tema te recomiendo que pinches aquí. Pues bien, precisamente tenemos un testimonio directo del desarrollo de este festejo en pleno frente de batalla, porque nos lo cuenta el mismo Ignacio Baleztena (Tiburcio de Okabío) con su particular humor en una Iruñería escrita el 11 de Enero de 1953 bajo el título “Las aventuras del Rey Baltasar en el Frente de Madrid”:

Ignacio Baleztena fue el iniciador de la Cabalgata de Reyes Magos de Pamplona, siendo durantemuchos años el representante directo de S.M el Rey Baltasar
             “... Organizose la Cabalgata en el patio de una fábrica abandonada de fideos y pastas alimenticias, sita en las afueras de Getafe, frente a la desembocadura de la carretera que une las de Toledo y Andalucía. Eligiose este lugar, por ser el que más garantías de seguridad ofrecía, pues estando el tal edificio coronado por una gran torre y su más que regular chimenea, ofrecía un magnífico blanco a las baterías de Vallecas y el Retiro, y como era natural, todos los pepinazos caían por los alrededores haciendo grandes destrozos en casas, almacenes, huertas y jardines, pero sin dar, ni por casualidad, una sola en el objetivo.

            Formada ya la cabalgata, la nuba marroquí la emprendió con una estrepitosa tocata berebere que soliviantó a los bélicos corceles de la comitiva que se pusieron a caracolear, corcovear y desarrollar, la variada serie de saltos, brincos y zinzilipurdis que registran las leyes de la equitación.

            El magnífico caballo, de pura raza árabe, que yo montaba, después de realizar a la perfección una serie de jeribeques tan sólo vistos en las películas del lejano Oeste, emprendió un furioso galope hacia Madrid, sin que yo consiguiese llegar a detenerlo a pesar de los estentóreos ¡¡¡sooo... sooo... caballo, sooo...!!! que le lanzaba. Lo más natural en estos casos es tirar de las riendas, pero yo, inexperto jinete, las solté para agarrarme como una lapa al arzón de la silla.

            Al revés de lo que le ocurría al Cid, que una vez puesto en la silla se iba ensanchando Castilla delante de su caballo, yo iba viendo que se acortaba la distancia que nos separaba de la excoronada Villa y el pánico iba invadiendo mi ánimo de una manera alarmante. Por que el trilema era de viaducto: O el caballo pisaba las riendas y se caía dando una voltereta de carnero dejándome más laminado que una calcomanía, o sin necesidad de que él pisara las riendas medía el suelo yo con mis costillas quedando, amén de diversas fracturas, con las biricas hechas una inmunda piltrafa, o, sin pasar por ninguna de ambas regocijantes perspectivas, llegaba mi caballo en su diabólico galopar hasta Madrid, atravesando la calle de Toledo cual apocalíptica visión. ¡Santa Virgen María! ¿Qué sería de mí en este caso? ¡Quien sabe si con esto se hubiesen precipitado los acontecimientos y los rexidores de Madrid, presos de indecible pánico, hubieran salido a entregar las llaves de la Villa al rey Baltasar, y ... hubiera sonado el “finis coronat opus”!.

            Pero la Providencia siempre al quite de todos los males, no faltó en tan angustiosa situación al de éste inexperto y chambón caballista. Unos cuantos regulares que ocupaban la caseta de un fielato abandonado al ver acercarse tan estrambótica visión, salieron corriendo a la carretera y consiguieron, no solo detener al desbocado caballo, sino también sosegarlo. Me miraban asombrados, como a un bicho raro, y se preguntaban qué diablos venía a hacer por aquellos andurriales aquel califa de guardarropía. Con la ayuda del sargento les expliqué, que a pesar de mi turbante yo no era Abderramán, ni mucho menos el yerno del Profeta, aunque a primera vista tuviera una ligera semejanza con ellos, y una vez convencidos, amables y sonrientes, se pusieron a mis órdenes y cuatro de ellos me acompañaron hasta Getafe ... La nuba sopló con más fuerza que antes, pero sin asustar ya a mi bíblica cabalgadura. La banda del requeté de Vitoria interpretó la Marcha Real, y rodeado de los moros de mi escolta que me vitoreaban, inconscientes de que tomaban parte activa en una fiesta de cristianos, hicimos triunfal entrada en la plaza de Getafe.

            En medio de la plaza se improvisó una plataforma con tres sillones endoselados y en ellos nos sentamos los orientales monarcas procediendo, después del discurso del rey Melchor, al reparto de ropas y juguetes entre los mocetes del pueblo. Cuando más animada se hallaba la ceremonia, se oyó un zumbido alarmante precursor de la aparición de algún rata ruso y sonó el ¡sálvese quien pueda!. Todos corrieron a los refugios y portales pero como “non es de sesudos homes ni de fidalgos de pro”, máxime si se ven con insignias de realeza, dar la espalda al enemigo, allá, en nuestros puesto, permanecimos los tres monarcas recomendando calma y organizando la retirada. Yo, la verdad, pasé un miedo horrible. Menos mal que el corcho quemado que tiznaba mi faz impidió ver la palidez mortal que tuvo a bien invadirla. Atravesó la plaza el bicharracus volador y al pasar por encima de la fábrica soltó tres marmitas que, por no perder la costumbre, no dieron en el blanco, pero sí hiceron  serrín la caseta del perro de una villa próxima, esparciendo las piltrafas de su ocupante por los etéreos espacios. ¡Qué bueno supo el rancho al día siguiente! ..."

            Después, emprendieron la marcha a Leganés y la fiesta se repitió en varios pueblos, "y en todos, chicos y grandes, civiles y militares pudieron  bendecir la caridad de los mocetes navarros que con tanto desinterés se desprendieron de sus juguetes, ropas y ahorros para endulzar las tristezas de sus pobres hermanitos del frente de Madrid”

Tiburcio de Okabío. Iruñería. Diario de Navarra. 11-1-1953

            Y es que el aitacho tenía que imprimir su carácter hasta en la guerra, ya que no fue la única celebración que organizó, incluidos sanfermines en el frente entre otras. Pero cambiando de tercio en la próxima entrada si Dios quiere veremos una curiosa aventura que le ocurrió también en 1937 con un reconocido personaje.

domingo, 14 de octubre de 2012

Ignacio Baleztena y los Reyes Magos en el frente en 1937


Querido lector, dejábamos al aitacho en los funerales de DAlfonso Carlos, y como cuenta su hermana tía Lola:

“Finalizó el año 36, dejando tras sí reguero de lágrimas y sangre, pero también saturado de vibraciones de entusiasmo, de actos de generosidad y valor, como para sublimar una época y pasar a la historia... si algún día llega a escribirse imparcialmente”.

            Pues bien, el aitacho, siguiendo su carácter y forma de ser, no podía pasar por el frente quietico sin meterse en líos y no se le ocurrió mejor idea que organizar sus consabidas actividades, muy poco ortodoxas para la gravedad de una guerra, pero que ayudaban a alegrar un poco el ambiente incluso en medio de tan dramática situación. Así en las Navidades de 1937, des­pués de haber estado en 1936 en los frentes de Zaragoza y Huesca con el Tercio María de las Nieves, acabó destinado en Lega­nés con el Tercio de Requetés de Cristo Rey y allí precisamente es donde organizo uno de sus  festejos preferidos. Viendo mi padre, Ignacio Baleztena, aquellos niños que estaban sufriendo sin culpa los horrores de la guerra pensó que tras 5 años de república en la que habían estado privados de la ilusión de disfrutar de los Reyes Magos, la mejor manera de alegrarles la penosa situación, aunque fuera por un día, era contar con los especialistas en transmitir ilusión, es decir SSMM Melchor, Gaspar y Baltasar. Para eso puso manos a la obra y en una reunión celebrada en el “Club Golfin” de Leganés mi padre Ignacio, encargado de la intendencia, propuso trasladarse a Pamplona en un camión facilitado por el General Rada para proveerse de juguetes, ropas de niños, turrones, caramelos y cuantas cosas pudieran servir para paliar la triste situación de miseria en que habían quedado los niños de aquellos pueblos que vivían entre las ruinas de sus casas, independientemente de ideologías y bandos.
   
Dip. y Junta de Guerra Carlista en Leganés
          Llegado a Pamplona, unas palabras a través de Radio Navarra bastaron para que al día siguiente el camión se viese pletórico de toda clase de cosas para los mocetes, y de botellas, tabaco, camisetas, etc. para los soldados. En Vitoria, las Margaritas[1] de aquella ciudad, enteradas del proyecto, esperaban con varios lotes de regalos, y lo mismo hicieron las de Irún, que en un auto cargado de presentes alcanzaron al camión.

            Llegados a Leganés, se nombraron a los representantes de los tres Reyes Magos, pajes y séquito que se vistieron con los trajes de la Cabalgata de Pamplona, generosamente cedidos por la Asociación de la Prensa que era la que organizaba la Cabalgata en Pamplona; el General Rada facilitó los caballos y hasta una Compañía de moros para acompañar al Rey Baltasar cuyo representante lógicamente era mi padre, siguiendo la costumbre que él mismo había instaurado con anterioridad en Pamplona (pinchar aquí para conocer el origen de la cabalgata de Pamplona). La fiesta había de comenzar en Getafe, continuar en Leganés y luego, en días sucesivos, en los pueblos del frente.

            Muy de mañana, después de haber salido con el Rosario de la Aurora, magistralmente cantado por un grupo de requetés del Tercio de la Virgen del Puy, y oída la misa, se emprendió el viaje a Getafe en la camioneta que llevaba la carne para los que guarnecían el Cerro de los Angeles.

Los que guarnecían el Cerro de los Ángeles, junto a los restos del Sagrado Corazón de Jesús que fue fusilado, derruido y despedazado por las izquierdas. En la camioneta que les llevaba la carne se trasladaron Sus Majestades los Reyes Magos en 1937.

            Y como no podía ser menos, el organizar una cabalgata de reyes en pleno campo de batalla tiene sus riesgos y lo que tenía que pasar pasó, porque se llevó un buen susto que le hizo comen­tar con su acostumbrado humorismo: "¡Qué ocasión me he per­dido tan estupenda de ser recibido en el Cielo con esta mortaja!. Cualquiera se atrevería a cerrar las puertas del Cielo al Rey Baltasar".

            Pero en la próxima entrada entrada si Dios quiere veremos como el propio aitacho nos cuenta tan singular cabalgata en una de sus iruñerías, que para variar no tiene desperdicio.[2]

De momento hoy también muy de mañana vengo del Rosario de la Aurora magistralmente cantado por los Auroros de Santa María, tan bonito como siempre, como todos los domingos de Octubre por las calles de Pamplona, con las biznietas del aitacho. Y después churricos de la Mañueta, como es menester. Que siga la Tradición.


[1] Asociación tradicionalsta de mujeres. Así se llama coloquialmente a las carlistas. Tomaron este nombre en recuerdo de Dña. Margarita de Parma, esposa de D. Carlos VII.
[2] Diario de Navarra, 11/1/1953, Iruñerías.