- Creo que estoy incubando algo. Me duele la cabeza, llevo una semana dopándome, estoy súper pava y juraría que tengo fiebre.
- Pues a mí me suena a regla.
- Eres imbecil.
- Si, definitivamente, es regla.
Lo jodido, es que probablemente lo sea. Y que la conversación ha tenido lugar horas después de leer el post de Moli: Molidocumentales: Grandes verdades de la regla.
¿Se regulará la regla también por convivencia online?
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miércoles, 19 de octubre de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
Buscando piso (I)
Estoy buscando piso. No es porque esté haciéndome mayor, ni porque toque. Es algo que quiero hacer hace mucho tiempo, pero las circunstancias nunca han parecido las correctas. Ahora que llevo casi seis meses en mi nueva vida, se me antoja el momento perfecto.
Es extraño (pensar en) irse de casa. Siempre he sido un poco nómada y siempre he tenido más de una casa. Más de un lugar al que llamar casa, y más de un lugar en el que me sentirse como en. La infinidad de llaves que hay en mi llavero, mi capacidad para dormir en cualquier cama y mi habilidad para preparar bolsas de fin de semana lo avalan. Campings, apartamentos y tiendas de campaña. Las múltiples casas de mi padre, las de mis abuelos. Todas con cepillo de dientes, pijama, zapatillas y una cama para mí.
Pero ésta es mi casa. Nunca he vivido en otro sitio. Siempre vuelvo. Nací aquí y la casa ha ido cambiando a un ritmo parecido al mío. Transformándose. Cada una de sus habitaciones puede narrar una historia trascendente. De cada una puedo contar mil anécdotas. Y en algún momento del futuro próximo se convertirá en casa de mi madre, y no mía. Haré la maleta para irme a otro sitio, y cuando vuelva, será de visita, aunque siga teniendo zapatillas.
Mi búsqueda ha coincidido con el inicio de unas obras que llevábamos mucho tiempo planeando, pero, sin quererlo y aunque siga eligiendo colores, siento que la casa, y mi madre con ella, están aprovechándolas para mentalizarse de su nueva vida en mi ausencia. Y se que, si la casa tuviera rostro, sonreiría, nos daría un abrazo conjunto y nos diría que le provoca casi tanto vértigo como a nosotras.
Es extraño (pensar en) irse de casa. Siempre he sido un poco nómada y siempre he tenido más de una casa. Más de un lugar al que llamar casa, y más de un lugar en el que me sentirse como en. La infinidad de llaves que hay en mi llavero, mi capacidad para dormir en cualquier cama y mi habilidad para preparar bolsas de fin de semana lo avalan. Campings, apartamentos y tiendas de campaña. Las múltiples casas de mi padre, las de mis abuelos. Todas con cepillo de dientes, pijama, zapatillas y una cama para mí.
Pero ésta es mi casa. Nunca he vivido en otro sitio. Siempre vuelvo. Nací aquí y la casa ha ido cambiando a un ritmo parecido al mío. Transformándose. Cada una de sus habitaciones puede narrar una historia trascendente. De cada una puedo contar mil anécdotas. Y en algún momento del futuro próximo se convertirá en casa de mi madre, y no mía. Haré la maleta para irme a otro sitio, y cuando vuelva, será de visita, aunque siga teniendo zapatillas.
Mi búsqueda ha coincidido con el inicio de unas obras que llevábamos mucho tiempo planeando, pero, sin quererlo y aunque siga eligiendo colores, siento que la casa, y mi madre con ella, están aprovechándolas para mentalizarse de su nueva vida en mi ausencia. Y se que, si la casa tuviera rostro, sonreiría, nos daría un abrazo conjunto y nos diría que le provoca casi tanto vértigo como a nosotras.
jueves, 13 de enero de 2011
Objetivo semanal
No sé si es muy correcto publicar posts en la hora de las brujas pero... ya sabéis que siempre lo he sido un poco. Tengo un nuevo propósito de año nuevo objetivo para esta semana: sobrevivir. APUF, cuanto trabajo en todas partes. Algún día de estos me paso y os leo.
domingo, 2 de enero de 2011
Mi propósito de año nuevo
Releo mi post de fin de año y, pese a que habla de mirar hacia adelante, y celebrar lo que vendrá, parece que haga justo lo contrario.
Empecé el año como un hámster vestido de lentejuelas, con 12 uvas tamaño sandía embutidas en la boca, el móvil sonando en el minuto cero, una moneda bajo el pie derecho, una anillo de oro prestado dentro de la copa, y muy bien acompañada. No recuerdo si me dio tiempo a levantar el pie, porque me estaba riendo tanto, que me daba absolutamente igual. Tengo motivos sobrados para ser feliz, sigo estando en plena forma, voy a pasármelo bien y, si el año pasado fue un año 10, voy a conseguir que el que entra sea Matrícula de honor o Cum Laude.
jueves, 30 de diciembre de 2010
Año nuevo, vida vieja.
En catalán, al fin de año no se le llama "fin de año" traducido, si no "principio de año". Hacemos lo mismo con el fin de semana. Aquí celebramos lo que vendrá, no lo que dejamos atrás... No sé si por esa cuestión semántica, o simplemente porque soy así, en estas fechas me pongo nerviosa. Los típicos nervios pre-excursión de cuando eras pequeño. La tensión, la emoción, las ganas. El ver qué nos deparará el futuro, qué conseguiremos construir en él.
El 2009 fue el año de mi gran culminación, me dejó un sabor amargo. Infinitas ganas de que llegase el siguiente, porque sabías que tenía que mejorar. Aunque durante los primeros meses del 2010, dudé que fuera a ser todo lo que esperaba de él, no puedo dejar de valorarlo como un año fantástico, sin más. No voy a listar todo lo bueno y todo lo malo, porque para hacer un repaso a lo público ya tenéis el histórico del blog y el twitter, y lo privado seguirá siendo para mí... pero debo confesaros una cosa: tengo miedo del cambio de año.
Tengo miedo de estar tan arriba que sólo pueda empeorar. Prometo trabajar duro para evitarlo.
¡Feliz entrada!
Tengo miedo de estar tan arriba que sólo pueda empeorar. Prometo trabajar duro para evitarlo.
¡Feliz entrada!
viernes, 17 de diciembre de 2010
Como descuidar un blog y no morir en el intento
El ingrediente principal de esta receta debería ser un cambio de actividad, preferentemente laboral, que implique un nivel de absorción importante. Es primordial que esa nueva actividad le resulte tan fascinante que usted acabe haciendo horas extras mentales sin darse cuenta. El objetivo de esto no es mermar su creatividad, si no, no dejarle horas mentales libres para practicarla.
Añádale un volumen considerable de alguna otra actividad que también requiera esfuerzo mental. Másters y posgrados son buenas alternativas.
Añada también alguna cena o evento pre-navideño que se prolongue más allá de las horas consideradas decorosas. Y, si puede, un buen resfriado que le fría las pocas neuronas que queden disponibles.
Et voilà! Como se descuide, no solamente habrá conseguido descuidar su blog, si no, toda su actividad 2.0. ¡Felicidades!
sábado, 4 de diciembre de 2010
Cicatrices
Mis planes para el puente se han truncado. A estas horas debería estar pasando Grenoble, vislumbrando a lo lejos el blanco de unos Alpes que llegué a conocer muy bien, pero en cuyas pistas ahora me perdería. Pero como el Karma tiene un problema conmigo, ha decidido que no me aleje mucho de mi casa... y aquí estoy. Me encuentro bastante mejor y estoy muy muy aburrida de tantas horas de cama y sofá, y sofá y cama. Mi madre está encantada con que me quede, porqué así podremos aprovechar el puente para adornar la casa, como hacemos siempre. Y ya tengo un plan para dentro de un par de días, que espero estar en mejor estado. Siempre me ha gustado que los puentes me cundan.
Esta mañana, en pleno arranque pre-navideño familiar (los que me conocéis, ya sabéis lo que se cuece en mi casa por estas fechas, a los que no, os remito a un viejo post), a mi madre se le ha ocurrido preparar postales para los peques de la familia (al final nos han salido casi una docena, claro).. una tradición que tenemos muy abandonada, y que a mi me sigue encantando. Lo curioso del tema es que me faltaban un par de direcciones. Hay lugares que es porque voy demasiado poco, otros porque voy tanto que nunca me he fijado en que número pone en la puerta... Me he puesto a buscar alguna agenda vieja dónde pudieran estar y he acabado regirando en mis viejas cajas. El otro día Reina Mora me preguntaba si era cierto que existían, y sí, si que lo es. Casi todo lo que aparece en el blog es cierto... aunque sólo haya sucedido en mi imaginación. He abierto la última. No porque la agenda tuviera que estar dentro, si no más bien porque cuando la he encontrado, junto a la agenda telefónica ha aparecido una libreta/agenda/diario que pertenecía a la caja número 3.
Es curioso, porque así como las cajas 1 y 2 van asociadas dos personas muy concretas.. y mi vida alrededor de ellas, la caja 3 es... Diferente. Es como... de personita mayor. Hay muchos recuerdos de una persona en concreto, mezclados con toda mi vida sin ella, y con otras personas que aparecieron y se fueron, y con algunas que se quedaron, y con... cosas que deberían ser recuerdos, pero que no he conseguido recordar que significaban, ni porqué estaban allí.
Entre las que sí sé que hacen allí, he encontrado una postal, que había olvidado haber recibido, de una personita muy muy importante, que me ha hecho pensar en esta cita:
Esta mañana, en pleno arranque pre-navideño familiar (los que me conocéis, ya sabéis lo que se cuece en mi casa por estas fechas, a los que no, os remito a un viejo post), a mi madre se le ha ocurrido preparar postales para los peques de la familia (al final nos han salido casi una docena, claro).. una tradición que tenemos muy abandonada, y que a mi me sigue encantando. Lo curioso del tema es que me faltaban un par de direcciones. Hay lugares que es porque voy demasiado poco, otros porque voy tanto que nunca me he fijado en que número pone en la puerta... Me he puesto a buscar alguna agenda vieja dónde pudieran estar y he acabado regirando en mis viejas cajas. El otro día Reina Mora me preguntaba si era cierto que existían, y sí, si que lo es. Casi todo lo que aparece en el blog es cierto... aunque sólo haya sucedido en mi imaginación. He abierto la última. No porque la agenda tuviera que estar dentro, si no más bien porque cuando la he encontrado, junto a la agenda telefónica ha aparecido una libreta/agenda/diario que pertenecía a la caja número 3.
Es curioso, porque así como las cajas 1 y 2 van asociadas dos personas muy concretas.. y mi vida alrededor de ellas, la caja 3 es... Diferente. Es como... de personita mayor. Hay muchos recuerdos de una persona en concreto, mezclados con toda mi vida sin ella, y con otras personas que aparecieron y se fueron, y con algunas que se quedaron, y con... cosas que deberían ser recuerdos, pero que no he conseguido recordar que significaban, ni porqué estaban allí.
Entre las que sí sé que hacen allí, he encontrado una postal, que había olvidado haber recibido, de una personita muy muy importante, que me ha hecho pensar en esta cita:
Y poco a poco fui creciendo,¿Y qué sucede cuando ya no quedan cicatrices? ¿Qué hacer cuando algo que fue tan importante para ti como para estar en esa caja... no te transmite nada? Lo he tirado. Por si acaso. No quiero volver a sentir esa sensación de vacío. Quiero recuerdos de mi vida, que me hagan reír o llorar, pero por favor, que no me dejen indiferente.
rompiendo los cristales con mis propias manos...
sin pensar que luego quedarían cicatrices.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Me he convertido en granjera
Resulta que estaban incubando media docena (espero que sea sólo media docena) esperando a mi llegada y en los tres días que llevo todos los polluelos han decidido que era buen momento para romper el cascarón.
Pero estoy encantada. Pollo va, pollo viene, estoy aprendiendo un montón, y lo que es más importante, estoy dandome cuenta de lo mucho que ya sabía.
Pero estoy encantada. Pollo va, pollo viene, estoy aprendiendo un montón, y lo que es más importante, estoy dandome cuenta de lo mucho que ya sabía.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Despedida
Ayer fue mi último día en mi ya ex-trabajo. El lunes empiezo una nueva etapa, y me muero de ganas. Llevo tiempo buscando porque necesitaba el cambio, necesitaba crecer. No ha sido un camino fácil, he llegado a dudar de si encontraría algo que me gustase. He visto infinidad de trabajos que sabía que podía hacer (mal pagados casi todos), he enviado un montón de currículums, he hecho algunas entrevistas, he pasado algunas fases de selección, pero nada.
Mi nuevo trabajo no es uno de esos. No es un trabajo que pueda hacer, es un trabajo que quiero hacer. Un trabajo que parece hecho a mi medida. Y como casi siempre sucede con las cosas que deben suceder, me encontró él a mí, y no al revés. Estoy ansiosa, ilusionada y muy feliz pero ayer tuve que tragarme más de tres veces mis propias lágrimas. Es difícil no llorar cuando alguien con quien llevas trabajando sólo tres meses te mira y te dice: el lunes esto no va a ser lo mismo sin ti.
Voy a echar de menos mis dos pantallas indiscretas, las paredes de colores y las palmeras que una vez se volvieron blancas, mi bongiorno principessa con beso de buenos días, los post-its, las notitas y los regalos que brotaban en mi mesa, el trabajo duro y el campeonato de flanes, las ofertas sexuales gritadas por los pasillos y la que se lía cada vez que alguien cumple años, a mis niños que acaban de llegar y a la gente que lleva compartiendo proyectos conmigo siete años, los líos que nos hacemos para transferir el teléfono, las visitas de todos los que saben que vivía allí, las excursiones de un edificio a otro, las hostias que nos metemos con las sillas si intentamos levantarnos dos a la vez, pillar a alguien intentando cambiar tu fondo de pantalla cuando vas a la impresora y te has olvidado de bloquear... A mucha, mucha gente, incluso a los que voy a seguir viendo fuera. Me llevo muchos recuerdos, empezando, o quizás acabando, por la fantástica noche de ayer.
Mi nuevo trabajo no es uno de esos. No es un trabajo que pueda hacer, es un trabajo que quiero hacer. Un trabajo que parece hecho a mi medida. Y como casi siempre sucede con las cosas que deben suceder, me encontró él a mí, y no al revés. Estoy ansiosa, ilusionada y muy feliz pero ayer tuve que tragarme más de tres veces mis propias lágrimas. Es difícil no llorar cuando alguien con quien llevas trabajando sólo tres meses te mira y te dice: el lunes esto no va a ser lo mismo sin ti.
Voy a echar de menos mis dos pantallas indiscretas, las paredes de colores y las palmeras que una vez se volvieron blancas, mi bongiorno principessa con beso de buenos días, los post-its, las notitas y los regalos que brotaban en mi mesa, el trabajo duro y el campeonato de flanes, las ofertas sexuales gritadas por los pasillos y la que se lía cada vez que alguien cumple años, a mis niños que acaban de llegar y a la gente que lleva compartiendo proyectos conmigo siete años, los líos que nos hacemos para transferir el teléfono, las visitas de todos los que saben que vivía allí, las excursiones de un edificio a otro, las hostias que nos metemos con las sillas si intentamos levantarnos dos a la vez, pillar a alguien intentando cambiar tu fondo de pantalla cuando vas a la impresora y te has olvidado de bloquear... A mucha, mucha gente, incluso a los que voy a seguir viendo fuera. Me llevo muchos recuerdos, empezando, o quizás acabando, por la fantástica noche de ayer.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Las parejas de mis amigos son mis ¿parejas?
Soy incapaz de recordar cuál, pero sé que una vez vez leí algún libro cuya protagonista decía que cuando su mejor amiga se fue a vivir con su pareja tenía miedo de perder una amiga. Que era como quedar en segundo plano en algo que hasta ahora había sido a medias. En el mismo libro decía que, con el tiempo, se dio cuenta de que no sólo no había perdido a una amiga, sino que había ganado a un amigo.
Es curioso... Con ellos suele pasarme, nos adoramos mutuamente. De hecho, mi mejor amigo fue pareja de una de mis mejores amigas... y únicamente le conservo a él. Con ellas a menudo es diferente. Muchas veces, lejos de verte como una cómplice, te ven como una amenaza. He perdido trato con amigos muy cercanos porque ellas no estaban cómodas, y al final, la balanza se impone hacia el lado lógico, aunque sea el irracional.
Por eso, cuando con alguna es distinto, y al día siguiente de conocerte te dice que gracias por hacerla sentir tan cómoda, que estaba muy nerviosa porque sabía que tu opinión era muy importante para él.... Cuando al segundo día ya estás pensando en tomarte un café con ella a solas, para poder despellejarle a gusto... No es que sepas que a ellos les va a ir bien, porque en eso tienes poco que hacer... pero sí sabes que te encantaría.
Es curioso... Con ellos suele pasarme, nos adoramos mutuamente. De hecho, mi mejor amigo fue pareja de una de mis mejores amigas... y únicamente le conservo a él. Con ellas a menudo es diferente. Muchas veces, lejos de verte como una cómplice, te ven como una amenaza. He perdido trato con amigos muy cercanos porque ellas no estaban cómodas, y al final, la balanza se impone hacia el lado lógico, aunque sea el irracional.
Por eso, cuando con alguna es distinto, y al día siguiente de conocerte te dice que gracias por hacerla sentir tan cómoda, que estaba muy nerviosa porque sabía que tu opinión era muy importante para él.... Cuando al segundo día ya estás pensando en tomarte un café con ella a solas, para poder despellejarle a gusto... No es que sepas que a ellos les va a ir bien, porque en eso tienes poco que hacer... pero sí sabes que te encantaría.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Aniversario
Ya hace un año que tengo el título de ingeniera Y qué lejos parece que quede todo. Y lo que da de si un año en algunos aspectos. Y qué poco se avanza en otros. Y cuantos cambios... y qué pocos. Tan pocos, que parecía que mi vida estaba estancada y no iba a moverse a ningún otro lugar.
Parecía. Estaba. Se me ha plantado delante una oportunidad que no voy a dejar pasar.
Parecía. Estaba. Se me ha plantado delante una oportunidad que no voy a dejar pasar.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Hacerse mayor
Es un hecho: Mis amigos se hacen mayores. Algunos tienen hijos. Otros aguantan estoicos hostias que nadie merece. O se casan. O inician grandes viajes para huir de sus propios fantasmas. Otros se compran pisos, se pasan meses mirando muebles y de repente, se emancipan sin avisar en cuanto les traen el colchón, me llaman para contármelo y acaban invitándome a comer.
Yo, pese al complejo de Peter Pan heredado que arrastro, también me hago mayor, pero utilizo otras técnicas para demostrarlo. He sido victima de mi primer ataque de lumbalgia. Y juro que no volveré a reirme de nadie que lo tenga. Joder, ¡qué daño!
Yo, pese al complejo de Peter Pan heredado que arrastro, también me hago mayor, pero utilizo otras técnicas para demostrarlo. He sido victima de mi primer ataque de lumbalgia. Y juro que no volveré a reirme de nadie que lo tenga. Joder, ¡qué daño!
sábado, 30 de octubre de 2010
Algo falla en tu vida cuando...
... recibes el mismo día dos correos de personas de tu círculo más cercano preguntándote si sigues viva.
... alguien te abre una conversación en el gtalk y te dice que no son horas de estar trabajando, pensando que te has olvidado de cambiar el estado ... y te das cuenta de que lleva así desde el lunes por la mañana.
... también recibes una llamada que empieza con un "¿Dónde estás? ¿Por qué todavía no estás en casa?", y respondes que sales en una hora.
... no tienes hechos ninguno de los cuatro trabajos que tienes que entregar el domingo.
... escribes esto en el metro, con el móvil, volviendo a casa el jueves noche... pero llegas, cenas algo, te vas a la cama y te olvidas de publicarlo.
... la mañana siguiente, al subir al autobús, intentas picar con la tarjeta del trabajo.
Pero... al final siempre llega el sábado, y, si has conseguido sobrevivir, te levantarás pronto, después de haber dormido cinco horas, te acordarás de publicar el post, y saldrás a la calle a hacer millones de compras para organizar la primera fiesta de Halloween de tu vida.
Porque sí, vivimos muy bien. Todo lo que nos dejan. Y vamos a seguir haciéndolo.
... alguien te abre una conversación en el gtalk y te dice que no son horas de estar trabajando, pensando que te has olvidado de cambiar el estado ... y te das cuenta de que lleva así desde el lunes por la mañana.
... también recibes una llamada que empieza con un "¿Dónde estás? ¿Por qué todavía no estás en casa?", y respondes que sales en una hora.
... no tienes hechos ninguno de los cuatro trabajos que tienes que entregar el domingo.
... escribes esto en el metro, con el móvil, volviendo a casa el jueves noche... pero llegas, cenas algo, te vas a la cama y te olvidas de publicarlo.
... la mañana siguiente, al subir al autobús, intentas picar con la tarjeta del trabajo.
Pero... al final siempre llega el sábado, y, si has conseguido sobrevivir, te levantarás pronto, después de haber dormido cinco horas, te acordarás de publicar el post, y saldrás a la calle a hacer millones de compras para organizar la primera fiesta de Halloween de tu vida.
Porque sí, vivimos muy bien. Todo lo que nos dejan. Y vamos a seguir haciéndolo.
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