Es de bien nacido ser agradecido…. Y por ello quiero empezar
el artículo que narra las peripecias acontecidas en los Alpes la semana de
concentración con el EEA (Equipo Español de Alpinismo), agradeciendo a mis
compañeros estos días de aventura tan intensos e increíbles. Sobre todo a Tato,
Juan y Mikeltxo, que habiendo olvidado mis crampones en Chamonix y estando ya
en el vivac al píe del Petit Dru, me invitaron a seguir adelante y se
preocuparon de que no corriese ningún peligro en los largos de nieve y mixto
donde las herramientas eran prácticamente necesarias. Gracias equipo!!!
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El Dru visto desde Montenvert |
Y después de esta necesaria introducción, comienza la
aventura. Pues la semana de concentración en Alpes ha sido un oasis dentro de
la aventurosa vida que envuelve la campaña de la cereza en la que nos hayamos
inmersos en el Valle del Jerte en estos meses de verano.
Tres días me han durado el dolor en las piernas después de
volver de Alpes, tres días que he recordado a cada paso los momentos intensos,
las buenas sensaciones y lo importante de estirar después de una gran
actividad. Pues no os recomiendo escalar el Dru, bajar semideprisa, montarte
11h en coche y no estirar entre medias. Yo lo he probado y creo haber aprendido
la lección.
En mi caso, llegué a Chamonix cómodamente en avión + transfer,
vía Ginebra. Y, a medio día ya estaba deambulando por las calles del pueblo,
contemplando las inmejorables vistas de las bonitas agujas de Chamonix y saboreando
un gran helado de esos que todos los que habéis estado allí conocéis. Incluso
tuve tiempo de echarme una siesta.
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Alpes, lugar para la aventura. |
Ya bien entrada la tarde llegaron Tato, Faust, Juan y Roger,
los demás llegarían al día siguiente. Cenamos plácidamente y planeamos la
jugada de día posterior que nos serviría para aclimatar.
Tato, Roger y Juan deciden escalar el Espolón Frendo del Ag.
Du Midi. Como Faust y yo ya lo hemos hecho, optamos por el Euster Direct
también al Ag. Du Midi. Cogimos el primer teleférico de la mañana y al turrón…
“EUSTER DIRECT” A LA CARA N DEL AG. DU MIDI. IV/5, 1000m:
La verdad que el itinerario es bien bonito y recomendable.
Encontramos su primer tramo con muy poca nieve, incluso escalamos varios
cientos de metros sobre terreno predominantemente rocosos de hasta IV. Ya bien
arriba, la canal, completamente nevada, nos conduciría a los 5 largos claves de
la vía. Una preciosa goulotte encajonada que nos hizo disfrutar y que nos
deposito en el tramo superior, con nieve pésima y lento avance.
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Trazado del Euster Direct. |
Nuestra última reunión la montamos en la barandilla que dan
acceso a la arista que baja del Ag. Du Midi a Valle Blanco. Realizamos unas 10
horas de actividad para el corredor y nos llevamos muy buenas sensaciones de la
vía. Con buenas condiciones debe ser una gozada.
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Tramos de roca para iniciar la ruta |
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La goulotte al fondo, tan cerca y tan lejos. |
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Por fin cogemos la nieve. |
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Faust en el segundo largo de la goulotte |
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En la reunión del bloque empotrado. |
Dormimos esa noche en el refugio de Cósmicos y al día
siguiente, más…
“CONTAMINE” A LA CARA S DEL
AG. DU MIDI. 6c+, 250m
A la mañana del segundo día, nuestros cuerpos estaban
resentidos tanto de la actividad del día anterior como de la altura a la que
nos encontrábamos. La meteorología indicaba inestabilidad por la tarde, así que
nos dejamos aconsejar por Juan y decidimos ir a la vía “Contamine” de la cara
sur del Ag, du Midi.
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Trazado de la vía "Contamine" |
250m de perfectas fisuras y lógica aplastante que recorre de
una forma directa el paño derecho de la pared naranja que preside valle Blanco.
Una adherencia brutal y un corte clásico hacen de ella una alternativa ideal
para esos días tontos que amenazan con estropearse por la tarde.
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Escalando al roca naranja del Ag. du Midi. |
Después rapelamos la vía y bajamos al valle para descansar
un poco…
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Apretando en los movimientos clave de la vía. |
DÍAS DE CON METEO INESTABLE:
El martes decidimos seguir escalando, puesto que el
miércoles marcaban descanso obligatorio por mal tiempo. Buscamos unas buenas
vías en las agujas de Chamonix y cogimos el segundo teleférico de la mañana.
Tato, Juan y Roger fueron al “Maillón Manquant” y Faust y yo
a “Proscrito”, ambas en el Gendarme de la Ag.
De Peigne.
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Juan en los largos de calcareo |
Nuestra vía era predominantemente de placa equipada en el
tramo inferior. Escalamos 8 largos hasta un punto en el que empezó a llover y
decidimos bajar para no mojarnos. El otro grupo decidió seguir y escalaron su
ruta. A la bajada nos encontramos con Mikel y Alberto, que cansados del día
anterior en el Gran Charmoz, habían decidido subir a escalar unos cuantos largos
para hacer un descanso activo.
Mikeltxo nos esperaba en la base y juntos bajamos a Chamonix
y fuimos a dar cuenta de unas buenas hamburguesas en el Poco Loco.
Los días de descanso son por lo general aburridos, te
levantas tardes, comes bien, pero a media tarde ya estas que te subes
literalmente por las paredes. Son días de aguantar el tipo e intentar
relajarse.
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Los hombres de negro. |
El jueves el buen tiempo se retrasó y las inestabilidades
persistían, por lo que concluimos que lo mejor era matar el día apretando en
unas vías de caliza cercanas a Chamonix y retrasar un día el ataque a las
posibles “grandes courses” que quisiéramos hacer.
La zona elegida fue una pared cercana a Balme. Juan y yo nos
asociamos para escalar
"La vieux de la montagne”, ruta totalmente equipada
que como todas las de la pared, nos da un toque de humildad y nos hace sufrir
en cada uno de sus largos. Duros y apretados.
Por la tarde barajamos varios planes para poner la guinda a
la concentración. Faust y Roger irían al Espolón Tournier, Mikel y Alberto a la
“Brown-Patey” del Ag. Sans Nom y los demás, es decir,
Juan, Mikeltxo, Tato y yo
iríamos a la “Allain-Leninger” del Dru.
“ALLAIN-LENINGER”
AL PETIT DRU. MD+, 900m.
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Trazado de la ruta |
Ver el Dru desde Chamonix es espectacular, son muchas las
historias que envuelven esta aguja de mil metros que se levanta majestuosa
frente a nuestros ojos. Entre ellas, la del continuo derrumbe al que está
sometido desde que hace unos años se cayese gran parte de su cara oeste, es
seguramente la más conocida y macabra, pues desde entonces esta mole de granito
luce una cicatriz de guerra, visible desde cualquier punto del valle.
Tranquilamente recorrimos los mil metros de desnivel que distan
la base de la pared de la Mer
de Glace, en una pequeña comitiva compuesta por las cordadas que íbamos a Dru y
los que iban al Sans Nom. Vivaqueamos juntos frente al pilar noroeste del Dru y
a las 4 de la tarde ya
estábamos calentando el saco.
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Tato en los neveros inferiores de la vía |
Los largos a la mañana se sucedieron frenéticamente y cuando
nos quisimos dar cuenta habíamos perdido la ruta y avanzábamos en dirección a
una chimenea que parecía y resultó ser, más difícil de lo esperado. Mikeltxo
resolvió este tramo apretando de lo lindo y los demás le seguimos salvando la
situación.
Los tramos de nieve se me antojaban los más complicados,
aunque fuesen super-sencillos. En estos, Tato encabezaba la cordada y yo “sin
crampones” intentaba no resbalar y pasar el mal rato lo antes posible.
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Mikeltxo en los tramos de roca |
Cruzamos el gran nevero y por fin enfilamos roca más o menos
seca. Sin ser dificilísimos, los largos presentaban más dificultad de la
indicada en la reseña y menos equipamiento del que esperábamos.
A última hora de la tarde llegamos al final de la vía. Buscar
la bajada nos costó un rato y una llamada telefónica a España. Así que, la
noche nos sorprendió unos rápeles más abajo.
El vivac fue incómodo y a trasmano, pero pasó efímero y en
mi caso pude dormir un poco antes de proseguir la bajada bien entrada la
mañana.
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Tato en los tramos de roca superiores de la vía |
Cerca de 20 rápeles después y algún que otro susto con las
cosas que caían desde arriba, llegamos al glaciar de la Charpoua y lo cruzamos no
sin apuros por las grietas que presentaba. En poco tiempo más estábamos en el refugio.
La bajada al glaciar y el regreso a Chamonix fue la guinda
del pastel, ya sabía que perdería el vuelo de vuelta a Madrid y mi regreso
estaba en el aire. Pero a cambio habíamos escalado el Dru, bonita escusa para
perder un avión, ¿No creéis?
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Tato en la reunión colgada de la fisura "Martinetti". |
Al final volví en coche con Mikel, Mikeltxo y Alberto. Los
viajes también hacen equipo y aunque fue bastante más duro que la ida, me gustó
mucho compartir horas de coche, bostezos y conversación con ellos.
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Bajada del Dru, vista desde el refugio de la Charpoua |
De vuelta a casa, la campaña de las cerezas sigue, razón por
la cual hasta hoy no he terminado este artículo. Pero cuando termine está etapa
se desatará la bestia y que dios nos pille confesados. Próxima parada del
equipo en el Naranjo en Agosto.
Al lío!!!