Trazado de Adrenaline.
Llegar a Gavarnie, después de un largo viaje en solitario y encontrarse por primera vez con los compañeros que conforman el equipo, establecer los primeros lazos. Cruzar, en algunos casos, las primeras palabras y sentirte parte de algo grande y difícil de conseguir, produce demasiada euforia. Pues tantos esfuerzos derrochados durante los últimos años hemos con vistas a entrar en el EEA (equipo español de alpinismo) parece que han dado sus frutos.
Mikel en el primer largo de Adrenaline...
En nuestra casa del pueblo Mikel, Alberto, Juan, Erlantz, Mikelcho, Roger, Faus y yo, acompañados durante la actividad por Tato, Oscar y Javi, montamos nuestro punto estratégico desde el que salíamos andando en busca de las cascadas del Circo. El ambiente fanático desde el principio me sentó genial y a los pocos minutos de llegar, me encontraba ya contagiado por el espíritu de aventura y las ganas de verticalidad del grupo.
Juan apretando en unas vía deportivas en Luz, para pasar el día...
Establecimos las primeras cordadas para el día siguiente, preparamos mochila ropa y comida y sin perder tiempo, nos preparamos para el primer madrugón de la concentración y para, en mi caso, probar por primera vez el hielo de Gavarnie y el ambiente de sus muros.
Corredor Norte del Pic Rouge de la Paille...
Mikel en un resaltillo de la vía...
Una aproximación tranquila pero rápida, nos ubicó a cada uno en la línea elegida y a Mikel y a mí, formando cordada en la base de Adrenaline, 300m, WI5+. Nuestro objetivo inicial era otra línea, pero estaba ocupada por otros escaladores y tuvimos que cambiar de plan. Cogimos la vía con muchas ganas y recuerdo que Mikel me dijo: “No te preocupes que el largo guapo lo haces tú”, comentario que no hizo sino inquietarme por ese apelativo de “guapo”, que si traducimos al idioma de los escaladores, quiere decir “duro”. Pero con las ganas y la motivación fue llevadero y apasionante.
Mikel en los largos superiores del Pic Rouge...
El primer día pasó volando y el resto de la concentración se dejó llevar por inercia, convirtiendo la semana en un enérgico plis-plas.
El segundo día ya estábamos pensando ir al Tercer Muro, pero las temperaturas nos echaron el plan abajo y tras madrugar lo inhumano y acercarnos a pie de cascada, eran las 5 de la mañana y ya estábamos casi todos en la cama de nuevo. Y digo casi todos, porque Roger y Faus, decidieron subir y se llevaron el primer premio con el “Aliento del Diablo”.
Mikel, Erlantz y Juan...
Las temperaturas eran muy altas y el circo estaba peligroso, por lo que aparecen actividades alternativas que vamos realizando aleatoriamente. El tercer día, Mikel y yo vamos al corredor norte del Pic Rouge de Paille, otros buscan actividad en la “Salade Mixte”. Mientras tanto Tato, Mikelcho y Alberto se hacen con otra escalada en roca al tercer muro por la vía “Izarren hautsa” abierta recientemente.
Al pié de Aloïs...
Actividad non stop y buen ambiente en la casa hacen que el tiempo se confunda y todo los problemas externos relegados a un baúl sin llave.
Y así el cuarto día, junto a Oscar Gogorza puedo intentar por fin el tercer muro, los demás compañeros están esquiando y yo me libro de la caña de Javi por otra actividad de intensidad similar o incluso un poquito mayor. Me perdonan el escaqueo y madrugando a la hora acostumbrada las 2:00 am. partimos valle arriba.
Aloïs...
Dos horas para los 300m de la l´eau de l´eau lá! en el primer muro, 30 min para la primera campa, 1 hora para los 200m de Mitológico en el segundo muro y 30 min para la segunda campa después, no encontramos en el pie del tercer muro al despuntar el alba mirando con ojos golosos a Aloïs. Es temprano pero una cordada que ha aproximado por el refugio de Sarradets se nos ha adelantado con lo que nos toca esperar a pie de vía una hora.
Oscar y yo en el R2 de la vía...
Allí acurrucado para no perder frío y sentado en la mochila, mientras veo al primero de la cordada que nos precede resolver el largo, cierro los ojos y recuerdo la subida veloz de la mañana, bañados por la oscura noche y sin más referencia que la línea mágica de hielo que se supone es el camino a seguir, débilmente iluminado por los led de nuestros ínfimos frontales en una noche de luna menguante.
Oscar en los largos superiores...
El tiempo pasa apresurado y casi fugazmente se ha consumido la hora siguiente y el guía que conduce la cabeza de la cordada ha pasado el segundo largo, por lo que nos ponemos en marcha.
Oscar hace el primero y yo resulto el segundo, mezclando libre y artificial. Se supone que es un A3 pero claramente es mucho más fácil y todos los clavos están colocados, por lo que la progresión es rápida y segura. De nuevo Oscar coge la cabeza y me releva en el L3, libre apurado al inicio y un poco de trampeo al final le colocan a unos metros de la reunión, donde coge una lastra y sorprendentemente se desprende con ella de la pared, ambos son arrastrados por la gravedad, aunque Oscar se frena unos metros más abajo con las cuerdas, el bloque no tiene tanta suerte y se estampaba en al nieve metros más abajo. Que susto! Queda la prueba al final de este largo en un descorchón que llamaremos “Gogorza”.
Un final felíz...
El hielo esta al lado, lo tocamos con la punta de los dedos. Me toca torear a mí. Salgo al ruedo con miedo escénico, tenso e impresionado por el ambiente y el lugar. Es como si me enfrentase con un reto imposible y el respeto me paralizase. Cinco metros después ya estoy metido en faena.
A partir de aquí resolvemos no sin dificultades, comienza a nevar ligeramente al principio y con más intensidad después pero las ganas son muchas y con ahínco llegamos a los abalakovs del final de la vía, desde donde descendemos.
Reseña actualizada de Aloïs...
La noche nos recibe a pie de los rápeles, nos abrazamos, nos felicitamos y contentos como perdices caminamos valle abajo en busca de la merecida cena que nos han preparado los demás. Arroz que sabe a gloria y el cual agradezco como si de maná se tratase.
Al día siguiente solo me da tiempo a esquiar un poco con Javi Martín, estoy cansadillo y no puedo dar mucho de si, he vaciado las reservas y ha recargado las baterías. Unas prácticas de ARVA y para la casa de nuevo.
Mientras vuelvo a casa, mis compañeros se quedan escalando un día más, pero hay que cumplir con las obligaciones y al mes que viene nos volvemos a ver.
Equipazo...
Deseando pues estoy que llegue la fecha, el ambiente ha sido excepcional, los compañeros ideales y la motivación multiplicada por cada uno, estoy seguro que las aventuras que viviremos serán inolvidables e intensas. Tope de gama.
Al lío!!!