MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Paz Soldán lee Summertime

12.03.2009
Carátula de la novela. Fuente: boomerang

La nueva novela de J.M. Coetzee, Summertime, publicada por Random House y que aún no ha sido editada en castellano. Se trata de una novela autobiográfica que estuvo nominada al Man Booker 2009. Seguro pronto la podremos leer por Mondadori. Edmundo Paz Soldán se adelanta en La Tercera y en su blog y nos dice qué podemos esperar:

Summertime tiene obvias relaciones con Infancia y Juventud, los dos relatos autobiográficos de Coetzee. Aquí, Coetzee rememora e inventa el período de la publicación de Dusklands, su primera novela. La Sud África que aparece en estas páginas es la del "fin de juego" del apartheid. En ese país deambula un Coetzee fantasmal, incapaz de dejar una impresión duradera en los otros: "Para mí, francamente, él no era nadie. No era un hombre de sustancia. Quizás podía escribir bien, quizás tenía cierto talento para la escritura, no lo sé... Sé qué se ganó una gran reputación después, pero, ¿era de verdad un gran escritor? Tener talento para la escritura no es suficiente para ser un gran escritor. Para ello tienes que ser también un gran hombre. Y él no lo era. Él era pequeño, un hombre pequeño y sin importancia". Las palabras son de Adriana, una de las entrevistadas, condensan brutalmente lo que de una manera u otra dicen los otros de Coetzee; como un santo secular que encuentra placer en la humillación, el escritor flagela constantemente a una versión de sí mismo. En la novela, lo único que le interesa a Coetzee es la escritura: sus libros son, serán "un intento de inmortalidad". El dilema ético de Summertime es, entonces, el abismo moral que separa a la vida del arte. Ya hemos visto este debate repetidas veces--¿podemos disfrutar las novelas del fascista Celine?--, pero Coetzee lo lleva a un plano radical: visto bajo un poderoso microscopio, ningún artista está a la altura de su obra. Coetzee ha encontrado formas de no hundirse en la irrelevancia que ataca a los escritores apenas ganan el premio Nobel. Summertime no es Esperando a los bárbaros ni Vida y época de Michael K., pero tampoco desentona en una obra que se erige, a pesar de lo que diga el propio Coetzee, como una de las más ambiciosas de nuestro tiempo.

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Cien años de soledad, influyente

9.25.2009
Influyente Cien años de soledad. Fuente: terra-cl

En la revista literaria Wasafiri se optó por hacer una encuesta sobre cuál es el libro que más ha influido en la litatura universal en los últimos 25 años. Y para hacer todo ecuánime, se le preguntó a 25 intelectuales que escogieran ese libro. Por mayoría de votos, resultó ganador 100 años de soledad de Gabriel García Márquez. Quedaron atrás algunos libros como Lolita de Vladimir Nabokov, Desgracia de JM Coetzee, Los versos satánicos de Salman Rushdie e incluso un voto para Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. También un libro de Barak Obama, ni más ni menos. La nota (vía The Literary Saloon) aparece en un post de The Guardian. Dejo aquí la elección de los votantes:

Aminatta Forna: The Famished Road by Ben Okri
Amit Chaudhuri: Collected Poems by Elizabeth Bishop
Bernardine Evaristo: Staying Power: The History of Black People in Britain by Peter Fryer
Beverley Naidoo: Roll of Thunder, Hear My Cry by Mildred D Taylor
Blake Morrison: The Stories of Raymond Carver by Raymond Carver
Brian Chikwava: The Savage Detectives by Roberto Bolaño
Chika Unigwe: One Hundred Years of Solitude by Gabriel García Márquez
Daljit Nagra: North by Seamus Heaney
David Dabydeen: A House for Mr Biswas by VS Naipaul
Elaine Feinstein: Birthday Letters by Ted Hughes
Fred D'Aguiar: Palace of the Peacock by Wilson Harris
Hirsh Sawhney: River of Fire by Quarratulain Hyder
Indra Sinha: Lolita by Vladimir Nabokov
John Haynes: Philosophical Investigations by Ludwig Wittgenstein
Lesley Lokko: Midnight's Children by Salman Rushdie
Maggie Gee: Disgrace by JM Coetzee
Marina Warner: Dreams from My Father by Barack Obama
Maya Jaggi: The English Patient by Michael Ondaatje
Michael Horovitz: Collected Poems by Allen Ginsberg
Minoli Salgado: Anil's Ghost by Michael Ondaatje
Nii Parkes: One Hundred Years of Solitude by Gabriel García Márquez
Roger Robinson: Sula by Toni Morrison
Sujata Bhatt: One Hundred Years of Solitude by Gabriel García Márquez
Sukhdev Sandhu: The Private Life of Chairman Mao by Dr Li Zhisui
Tabish Khair: The Satanic Verses by Salman Rushdie

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Coetzee se critica

9.15.2009
J.M.Coetzee. Fuente: africaisacountry

Cualquiera que se considere un auténtico escritor sabrá que ninguna crítica, por más ruda o perversa que sea, puede si quiera acercarse a la dureza con que uno mismo se critica. Si uno se tiene fe, jamás estará satisfecho. Siempre se podrá haber hecho mejor. El entusiasmo por uno mismo dura poco y, al final, la única satisfacción puede ser el haber dejado alguna buena carátula perdida en una biblioteca. Eso lo sabe perfectamente Coetzee quien (según me entero por un artículo en la siempre puntual Revista Ñ) en su nueva autobiografía ficcional, Summertime, arremete contra sí mismo con ensañamiento. Lo comprendo. Cuando uno se mira a sí mismo en el espejo, no hay premio Nóbel ni elogio que lo salve:

En Summertime, Coetzee utiliza una estructura más novelística. Imagina que su otro yo murió cuando estaba a punto de escribir una continuación de Infancia y Juventud que iba a comprender su regreso a Sudáfrica procedente de los Estados Unidos en los años 70. Dejó cuadernos que sugieren que, de haber vivido, su Summertime ficticia se habría escrito con el mismo estilo que las novelas memorias anteriores. Ahora un académico, Vincent, que no conoció a John, escribe un relato de ese período de la vida del escritor valiéndose de los cuadernos y de entrevistas con cinco personas que habían tenido una relación. La figura de Coetzee que surge de los relatos de las mujeres es simple, fría, torpe, distante, obstinada, tonta. Es desaliñado y sin atractivo, tanto en el plano físico como en el emocional y el intelectual. Es grosero, audaz cuando debería ser discreto, reservado cuando debería ser apasionado. Tiene pelo ralo, una barba despareja y se viste mal. Es un perdedor nada romántico que vive con su padre anciano en una cabaña."En lo que respecta a cómo hacía el amor, ahora pienso que tenía algo de autista. No lo digo como una crítica, sino como diagnóstico", le dice Julia a Vincent. Sophie, la última entrevistada, es la que manifiesta una condena más lacónica: "No tenía ninguna sensibilidad especial que yo pudiera detectar, ninguna visión original de la condición humana", le dice a Vincent.

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Lista de Fresán

La novela de Jean Rhys, famosa y extraordinaria continuación de una obra anterior. Fuente: bewitched library

Rodrigo Fresán ha tratado también el tema (actualizado luego de la publicación de Mathew Pearl de El último Dickens) refiriéndose a los resultados horrendos o simplemente ridículos de, por ejemplo, introducir a Jane Austen a la Literatura zombie. Sin embargo, también ha dejado una lista de obras que sí han tenido éxito en resucitar viejas obras. A ver, apunten:

Pero no todo es simple negocio y conviene destacar a nombres de prestigio que se sumaron al juego y que, tal vez por respeto, no se atreven al que será, será... sino que prefieren investigar de dónde vienen las cosas, mantener el guión en otras coordenadas geográficas-temporales o –en lo que se conoce como “ficción paralela”– concentrarse en el punto de vista alternativo donde el clásico permanece y lo que cambia es el narrador de lo perfecto e intocable. Pensar en el Viernes o los limbos del Pacífico de Michel Fournier (Robinson Crusoe), Jack Maggs de Peter Carey (Grandes esperanzas), Pinnochio in Venice de Robert Coover (Pinocho), Gertrudis y Claudio de John Updike (Hamlet), Grendel de John Gardner (Beowulf), Mary Reilly de Valerie Martin (Dr. Jekyll & Mr. Hyde), March de Geraldine Brooks (Mujercitas), The Last Voyage of Somebody The Sailor de John Barth (Las 1001 Noches), El ancho mar de los zargazos de Jean Rhys (Jane Eyre), Heredarás la tierra de Jane Smiley (El Rey Lear) y J. M. Coetzee investigando los posibles orígenes de Los demonios (en El maestro de San Petersburgo, con un Dostoievski casi detective investigando la muerte de su hijo) y del gran náufrago de Daniel Defoe (en ese drama isleño que es Foe).

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Shortlist del Booker

9.08.2009
J.M. Coetzee. Fuente: writersfestival

El Premio Booker ha dado ya su shortlist en la que nos encontramos con algunos viejos conocidos:

A S Byatt The Children's Book (Random House, Chatto and Windus)
J M Coetzee Summertime (Random House, Harvill Secker)
Adam Foulds The Quickening Maze (Random House, Jonathan Cape)
Hilary Mantel Wolf Hall (HarperCollins, Fourth Estate)
Simon Mawer The Glass Room (Little, Brown)
Sarah Waters The Little Stranger (Little, Brown, Virago)

La mayoría de medios están dando al premio Nóbel y genial escritor J.M. Coetzee como favorito para llevarse el tercer Booker de su carrera. Sin embargo, no hay que cantar victoria que los premios Booker son famosos por dar "golpes" en sus decisiones. El premio se entregará el 6 de octubre.

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Las cartas de Beckett

8.05.2009
Samuel Beckett. Fuente: revistañ

En la Revista Ñ apareció la semana pasada una nota muy especial: un texto escrito por JM Coetzee sobre la correspondencia (un período de 12 años de cartas) de Samuel Beckett. La nota es muy extensa. Un deleite, definitivamente, lo mejor que se ha publicado en literatura durante estas semanas de ausencia. Los dejo con un párrafo donde Coetzee comenta las lecturas del escritor irlandés:

Las cartas de Beckett están llenas de comentarios sobre obras de arte que vio, música que escuchó, libros que leyó. Algunos de los primeros de esos comentarios no son más que tonterías, sentencias de un principiante soberbio, como por ejemplo: "Los cuartetos de Beethoven son una pérdida de tiempo". Entre los escritores que tienen que soportar su cáustica ironía juvenil se encuentran Balzac ("La banalidad de estilo & pensamiento [de Cousine Bette ] es tan enorme que me pregunto si escribe en serio o como parodia") y Goethe ("sería difícil crear algo más desagradable" que su drama Tasso ). Aparte de incursiones en el ámbito literario de Dublín, su lectura tiende a concentrarse en los muertos ilustres. De los novelistas ingleses, Henry Fielding y Jane Austen cuentan con su favor, Fielding por la libertad con que interviene como autor en sus relatos (una práctica que el propio Beckett adopta en Murphy ). Ariosto, Sainte-Beuve y Hölderlin también reciben su aprobación. Uno de sus entusiasmos literarios más inesperados es Samuel Johnson. Impresionado ante el "rostro demente aterrado" del retrato de James Barry, en 1936 se le ocurre la idea de convertir la historia de la relación de Johnson con Hester Thrale en una obra teatral. No es el gran pontificador de la Vida de Boswell el que le interesa, como surge de las cartas, sino el hombre que luchó toda su vida contra la indolencia y la depresión. En la versión de Beckett de los acontecimientos, Johnson se instala con Hester –mucho menor que él– y su esposo cuando ya es impotente y, por lo tanto, está condenado a ser un "gigoló platónico" en el ménage a trois . Primero sufre la desesperación "del amante que no tiene con qué amar"; luego se le parte el corazón cuando el marido se muere y Hester se va con otro hombre. "La mera existencia es tanto mejor que la nada, que más vale existir, incluso con dolor", dijo el Dr. Johnson. La Hester Thrale del proyecto dramático de Beckett no logrará entender que un hombre puede preferir amar sin esperanzas que no sentir nada en absoluto, por lo que no podrá reconocer la dimensión trágica del amor que siente Johnson por ella. En el hombre público seguro que en privado lucha contra la indiferencia y la depresión, que considera que vivir no tiene sentido, a pesar de lo cual no puede afrontar la aniquilación, Beckett detecta un espíritu afín. Sin embargo, luego de una primera emoción respecto del proyecto de Johnson, su propia indolencia se impone. Pasan tres años antes de que ponga manos a la obra, y abandona el trabajo por la mitad del Acto I. Antes de descubrir a Johnson, el escritor con el que Beckett se identificaba era el activo y productivo James Joyce. Sus primeros trabajos, según admite con alegría, "apestan a Joyce". Pero Beckett y Joyce intercambiaron muy pocas cartas. La razón es simple: en los períodos en que se sintieron más cerca (1928-1930, 1937-1940) –cuando Beckett se desempeñó como secretario ocasional y empleado general de Joyce–, ambos vivían en la misma ciudad, París. Entre esos dos períodos, su relación fue más tensa y no se comunicaron. La causa de esa tensión fue la forma en que Beckett trató a Lucia, la hija de Joyce, que se sintió deslumbrada por él. Si bien le alarmaba la evidente inestabilidad mental de Lucia, Beckett permitió, para vergüenza suya, que la relación se desarrollara. Cuando por fin dio un corte a la situación, Nora Joyce se puso furiosa y lo acusó –con cierta razón– de aprovecharse de la hija para tener acceso al padre. Es probable que para Beckett no haya sido malo que lo expulsaran de ese peligroso territorio edípico. Cuando se reincorporó, en 1937, para ayudar en la corrección de pruebas de Work in Progress (luego Finnegans Wake ), su actitud en relación con el maestro se hizo menos tensa, más amable. A McGreevy le confía: "Joyce me pagó 250 fr. por unas 15 hs. de trabajo con las pruebas. (...) ¡Luego lo complementó con un sobretodo viejo y 5 corbatas! No lo rechacé. Es mucho más simple ser lastimado que lastimar." Y dos semanas después: "(Joyce) estuvo sublime anoche y condenó con gran convicción su falta de talento. Ya no siento que la relación sea peligrosa. No es más que un ser humano adorable." La noche después de escribir esas palabras, Beckett tuvo una pelea con un desconocido en una calle de París y lo apuñalaron. Poco faltó para que el cuchillo ingresara a los pulmones. Beckett tuvo que pasar dos semanas en el hospital. Los Joyce hicieron todo lo que pudieron para ayudar a su joven compatriota: lo trasladaron a una clínica privada y le llevaban flanes. La noticia de la agresión llegó a los diarios irlandeses, y la madre y el hermano de Beckett viajaron a París para acompañarlo. Entre otras visitas inesperadas, Beckett recibió la de una mujer que había conocido años antes, Suzanne Deschevaux-Dumesnil, que llegaría a convertirse en su compañera y luego en su esposa. El período posterior a la agresión, que le contó a McGreevy con cierta confusión, parece haberle revelado a Beckett que no estaba tan solo en el mundo como le gustaba pensar. Lo más curioso es que pareció confirmarlo en la decisión de hacer de París su hogar.

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Coetzee crítico

5.04.2009
J.M. Coetzee. Fuente: theguardian

Mondadori ha publicado un nuevo libro de crítica literaria del que, sin duda, es uno de los más lúcidos lectores contemporáneos, además de un escritor excepcional: J.M. Coetzee. El libro se titula Mecanismos internos y en "El Cultural" comentan algunos de sus hallazgos:

Mecanismos internos es un prodigio de la crítica literaria, que completa Costas extrañas (Debate, 2004). Disponemos por fin de las piezas compuestas entre 2000 y 2005. En total, quince años de trabajo ensayístico que refleja el doloroso tránsito de la cultura europea por el siglo XX, sin ignorar los conflictos de la sociedad norteamericana y la crispada Suráfrica. Al internarse en The Misfits (1961), la notable película de John Huston basada en un guión de Arthur Miller, Coetzee se acerca a la atormentada intimidad de Marilyn Monroe. El personaje de Roslyn es el espacio concebido por Huston y Miller para que la actriz "pueda expresarse a sí misma", criatura rota e inadaptada que alcanza su cénit dramático en la escena donde baila alrededor de un árbol entre nubes de Nembutal. Robert Walser es otra de esas vidas malogradas que, según Coetzee, sólo adquieren grandeza en su propio fracaso existencial. Paul Celan pertenece al mismo linaje, un poeta que tal vez exige demasiado al lector porque soporta una carga excesiva como hombre. Bruno Schulz también sucumbiría en el largo pogromo de una Europa antisemita, pero sobrevivirán sus enigmáticos dibujos y sus cuentos, que expresan el paradójico destino del pueblo judío, abocado a una marginalidad esencial, donde la cultura europea ha constituido su identidad. Lo entendió perfectamente Walter Benjamin en el inacabado Libro de los Pasajes, donde el fragmento se muestra más esclarecedor que la obra finalizada. Hay un hilo invisible entre Tierras de poniente y Mecanismos internos: la voluntad de entregar la palabra al sufrimiento. Toda la obra de Coetzee responde a este imperativo, un absoluto moral que permite hablar a los que no son nada, a los que murieron en el olvido y ahora levantan la voz para recordarnos que existieron.

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Kosmopolis

10.17.2008

En el Centre de Cultura Contemporanea de Barcelona (CCCB), del 22 al 26 de octubre, se llevará a cabo la llamada Kosmópolis o Fiesta Internacional de Literatura o K08. Según su página web, la Fiesta está dedicada:
KOSMOPOLIS 08 está dedicada a una síntesis de los problemas globales más urgentes y su reflejo en los cambios que está experimentando el modo de ejercer la actividad literaria. Es una edición inclinada al activismo con las armas propias de la creación y la cultura. El compromiso de los escritores con las nuevas causas políticas, sociales y ecológicas vertebra un evento donde también se abordan las mutaciones que está viviendo el periodismo debido al impacto de los nuevos medios y la revolución en ciernes que implica la convergencia multimedia a la que estamos asistiendo. K08 presenta además un monográfico sobre la obra de J. G. Ballard, un homenaje a Agustí Bartra, una nueva emisión de Canal Alfa y una exploración de los vínculos entre la tradición poética moderna y géneros más recientes como el rap, la spoken word o la sound poetry. Y, como en cada edición de Kosmopolis, continuamos profundizando en el espíritu original del proyecto: celebrar una visión amplificada de la literatura, donde la palabra oral, la palabra impresa y la palabra electrónica interactúan en relación dinámica con las artes y las ciencias, en un horizonte cosmopolita.

En el ADN.es resaltan la presencia de algunos de los invitados, que realmente no son moco de pavo, pues incluye dos premios Nobel: Gao Xingjian, Lou Reed, Coetzee y Donna Leon. Otros nombres son los de Jon Lee Anderson, Russell Banks, Dave Eggers, Toby Litt, Todorov,

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Rushdie Bookie

7.10.2008
Salman Rushdie en 1993, cuando ganó el Booker de Bookers por la novela. Fuente: the guardian

Ya antes, con los 25 años del premio cumplidos en 1993, la novela Hijos de la medianoche de Salman Rushdie había ganado el "Booker de Bookers". Y ahora, quince años después, sigue siendo invencible.

La novela Midnight's children ("Hijos de la medianoche"), del escritor anglo-indio Salman Rushdie (1947), fue elegida hoy el mejor premio Booker de todos los tiempos, informó la organización. Este honor se concede excepcionalmente este año para conmemorar el 40 aniversario de la creación del premio, que se concede a obras de ficción en lengua inglesa de autores de la Commonwealth (antiguas colonias y protectorados británicos) e Irlanda. Además de Lo mejor del Booker, votado por los lectores, Rushdie ya obtuvo en 1993 el Booker de los Bookers por la misma novela, que también le reportó el Booker en 1981. Competían por el reconocimiento un total de seis libros, escogidos a su vez de entre los 41 que han ganado el Booker desde que se concedió por primera vez el 22 de abril de 1969. En dos ocasiones, en 1974 y 1992, fue compartido por dos autores.

Los libros del shortlist fueron, además del de Rushdie: Desgracia de JM Coetzee; The siege of Krishnapur, del fallecido escritor británico JG Farrell; The ghost road de la británica Pat Barker; Oscar y Lucinda, del australiano Peter Carey; y The conservationist, de la australiana Nadine Gordimer, Nobel de literatura en 1991. En los blogs de The Guardian Sam Jordison celebra el premio.

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Calidad literaria

6.24.2008
J.M.Coetzee. Fuente: granta

Gracias a The Literary Saloon me entero de este artículo en Granta, donde se cuenta la curiosa manera en que JM Coetzee logró burlar la censura de su país.

But you’ll find no gratitude in Coetzee, no dedications in his books to some censor’s bureaucratic serial number. Here are some choice fragments of the censors’ reports on In the Heart of the Country, a novel in which there is sex – both consensual and forced – between white and black characters: there are ‘traces of protest literature’; the sexual intercourse ‘across the colour bar’ is ‘so firmly interwoven, even overwoven, by the sometimes almost hermetic style, that it won’t give any offence’; the novel will be ‘read and enjoyed only by intellectuals’; ‘it is difficult to abstract reality out of the spinster’s flights of imagination’. Despite In the Heart of the Country’s troubling and transgressive content, in the censors’ view the novel was rendered innocuous by a literary quality which curtailed the book’s likely readership. A classic defence.

Cabe recordar que Coetzee publicó un estupendo libro de ensayos titulado Contra la censura, (Debate) además de escribir numerosos artículos y dar conferencias al respecto. Por eso mismo esta anecdota es estupenda.

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Dos quejas de Foguel

5.08.2008
lápiz roto. Fuente: cubanistica

Aquí les dejo dos reflexiones a manera de quejas, agudas como siempre, de Jean Francois Foguel. En la primera, se pregunta si los novelistas no nos hemos alejado demasiado de la historia, o más precisamente de la "Historia" con esa mayúscula inquietante. Dice:
La presencia de la Historia: esperamos de los novelistas una ayuda en el momento de entender nuestra época. Esta novela asume el reto al mostrar, sin decirlo de manera formal, cómo la atmósfera del momento (por ejemplo, la gran crisis de 1929) influye en los sentimientos y las posturas de las personas. Un post pequeño en el sitio de The Guardian lo recuerda al plantearnos esta pregunta: ¿qué hicimos con el 11 de septiembre? Si pensamos en novelistas norteamericanos como Don DeLillo o Jonathan Safran Foer la respuesta es obvia: reciclaje de los acontecimientos en una literatura de gran control de la estructura. No veo algo similar en el mundo hispanohablante recientemente. En cierta forma, falta Manolo, Manuel Vázquez Montalbán. Para mí, no era un gran escritor, no quedará mucho de su obra, pero en su voluntad productivista se dedicaba a contar, día a día, la crónica de lo que pasaba. Lastimar la ausencia de una gran novela en español que se apoya en el atentado de la estación de Atocha de Madrid es pedir mucho de las letras españolas. Pero tampoco hay lo que haría Vázquez Montalbán al contar hoy la historia de Carvalho: decirnos la vulgaridad obscena de la vida política española, el auge del dinero de la construcción, el ruido insoportable de ciertas tertulias radiofónicas. ¿Y en Francia? En Francia, es igual. El primer aniversario de la presidencia de Sarkozy, ayer, era una cosa sin literatura. Los escritores franceses ni utilizan el nuevo régimen como tela de fondo

Por otra parte, menciona la lista que pretende organizar la revista Foreign Policy de las 20 personas más influyentes del mundo, en la que pueden votar los cibernautas, y que incluye una lista preliminar de 100 personajes. Entre esos 100, se queja Fogel, solo hay ocho artistas/novelistas. Y concluye con una hermosa cita de Durrell. Dice:
(...) me parece definitivamente poco incluir meramente a ocho artistas/novelistas: Daniel Barenboim, J.M. Coetzee, Umberto Eco, Vaclav Havel, Amos Oz, Orhan Pamuk, Wole Soyinka, Mario Vargas Llosa. Si quitamos al músico israelí, no hay más que siete personas que se apoyan o se apoyaron en el poder de la ficción para entregar ideas sobre el mundo. Es donde veo el error: la ficción es la herramienta más potente para decir todo fingiendo hablar de otra cosa. "Una idea, escribe Lawrence Durrell, es como un pájaro rapo que no se puede ver. Lo que uno ve es el temblor de la rama que acaba de abandonar."

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Coetzee autorretato

2.05.2008
JM Coetzee. Foto: eric miller. Fuente: la verdad.es

Este párrafo me impresionó cuando leí Diario de un mal año. Ahora lo encuentro tipeado en el blog "El Escorpión" de Alejandro Gándara y como el asombro es el mismo lo coloco en este post. El autorretrato doloroso del, para mí, mejor escritor vivo en la actualidad.

"Durante los años en que ejercí como profesor de literatura, guiando a los jóvenes en viajes por los libros que siempre significarían más para mí que para ellos, me animaba diciéndome que en el fondo no era profesor sino novelista. Y, en efecto, fue como novelista y no como profesor como me gané mi modesta reputación.
Pero ahora los críticos entonan un nuevo estribillo. En el fondo, dicen de mí, no es después de todo un novelista, sino un pedante que tiene sus escarceos con la narrativa. Y he llegado a una etapa de la vida en la que empiezo a preguntarme si no tendrán razón, si, durante todo el tiempo en que creía ir por ahí disfrazado, en realidad iba desnudo.
El papel que desempeño hoy en la vida pública es el de una figura distinguida (distinguida por lo que nadie puede recordar muy bien), la clase de persona notable a la que se saca del lugar donde está almacenada y se le quita el polvo para que diga unas pocas palabras en un acontecimiento cultural y luego vuelven a meterla en el armario. Un destino apropiadamente cómodo y provinciano para un hombre que medio siglo atrás se sacudió de los pies el polvo de las provincias y entró resueltamente en el gran mundo para practicar 'la vie bohème'.".

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Un año inglés para olvidar

1.04.2008
Un año para olvidar en Inglaterra. Fuente: publico.es

Como si no bastara la tristeza de la eliminación de Inglaterra para la Eurocopa 2008, además del fracaso de los clubes ingleses en la Premier League, al parecer en literatura este año británico tampoco ha sido notable. Al menos eso es lo que opina David Robson en The Telegraph (vía The Literary Saloon). Definitivamente, un año para el olvido el 2007 inglés.

Dice la nota: "But, generally, 2007 was a scrappy, inconsequential, bits-and-pieces year, of the kind that has book-lovers sobbing into their wine and asking themselves: 'Whither the Novel?' Significantly, the only time real excitement was in the air was when the final Harry Potter book was published and we all held our breaths, waiting to see if Harry would come a cropper in the final furlong. What will younger readers - and their parents - do now that J. K. Rowling has finished her magnum opus? We shall miss Hogwarts, more than we realise. Symptomatic of a genre not in crisis, but most certainly under the weather, was Diary of a Bad Year by the South African heavyweight J.M. Coetzee, an impenetrably bad book, crafted with a tortuousness that was painful to behold. It was like watching Tiger Woods go round in 165 rather than 65. Coetzee, a double Booker-winner, did use to rise above the crowd but, like others, had lost his way. The title felt like a harbinger. Things were a little better across the Atlantic, where the bleakly beautiful Exit Ghost saw Philip Roth still head and shoulders above his contemporaries. Other weighty offerings from stateside included Tree of Smoke by Denis Johnson and The Ministry of Special Cases by Nathan Englander. But even in America, not all was well. Much was expected of Falling Man by Don DeLillo, a big-hitting writer grappling with the leviathan of 9/11, but it did not feel like a major work. And the death of Norman Mailer was a sad reminder of the days when writers, good, bad or indifferent, at least exuded a certain swagger and ambition.

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Ahá, dijo el autor

11.03.2007
JM Coetzee y su mac en Brasil. Fuente: ADN cultura

En el ADN Cultura leo un comentario sobre el último libro de JM Coetzee, Diario de un mal año, que terminé de leer hace unos días y me parece impresionante, tan conmovedor como Hombre lento si se quiere. Lo que realmente me atrajo del artículo de ADN fue la anécdota del escritor huraño perdido en el Festival Literario de Paraty, en Brasil, y el fallido pero noble intento del corresponsal de entablar una conversación. Aquí se las dejo:

Dice la nota: "La condición no era negociable. El Nobel J. M. Coetzee solo aceptaba participar de la Fiesta Literaria Internacional de Paraty si se cumplían tres requisitos: no daría ninguna entrevista, no conversaría con el público y no aceptaría que su obra fuera discutida en el encuentro. Dicho eso por el presentador, en una carpa gigante instalada en medio de las calles empedradas de esta ciudad colonial, J. M. Coetzee se largó a leer. Su única participación como estrella de la Fiesta sería revelar algunas páginas de su entonces libro inédito Diario de un mal año . La única concesión que hizo Coetzee fue decir "boa noite" al comienzo y un musitado "obrigado" al final.

Coetzee -en afrikáans se pronuncia "Coutsía"- no es una figura fácil. El autor de Desgracia -sin duda el texto en el que alcanzó, hasta ahora, su auge-, no puede conversar, o no le gusta hacerlo. En Paraty, durante una cena en que una editora reunió a las estrellas del encuentro, Coetzee estaba en la mesa con Gordimer y otros escritores de su estatura. "Disculpen, yo no voy a hablar. Pero adoraría escucharlos, me haría muy feliz", les dijo, y prácticamente no volvió a abrir la boca en toda la cena. Un día, en medio de una aglomeración de gente para entrar a escuchar el encuentro entre Gordimer y Oz, este corresponsal vio a un perdido Coetzee. Como no habla portugués -en fin, como no habla-, el escritor no sabía qué hacer, cómo sortear el tumulto y entrar. Era una buena oportunidad para intentar un contacto. Le pregunté si necesitaba ayuda. "Yes", se limitó a decir. Lo ayudé a entrar, evitando la horda de los que luchaban por ingresar como a un recital de rock. Para ganar tiempo, le pedí que me autografiara uno de sus libros. Sin responder, pero con una gentileza muda, tomó el libro y lo firmó. "Sé que no concede entrevistas", dije. "Ahá", respondió. "Pero quería comentarle que fue muy interesante leer su crítica sobre Memoria de mis putas tristes , de Gabriel García Márquez", seguí. "Ahá", dijo, esta vez levantando la vista mientras terminaba de firmar con una letra de alumno de primer grado con problemas de timidez o estima. "No debe de ser fácil para un premio Nobel escribir una crítica, y más de la forma en que lo hizo, sobre otro premio Nobel", agregué. "Ahá", dijo, y esta vez pareció insinuar una sonrisa, aunque puede haber sido solo una impresión. Entregó el libro, miró a los ojos, dijo " thanks " por la ayuda para entrar en el encuentro y partió. No se puede esperar mucha efusividad de alguien que ganó dos veces el Booker Prize y no fue ninguna de las dos veces a retirarlo. O que hizo el discurso más corto de los 107 años del Premio Nobel, al ganarlo en el 2003. "

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Claudio Magris por Vila Matas

10.23.2007
Claudio Magris. Foto: Daniel Mordzinski.

Lo mejor de que Enrique Vila Matas vaya a Congresos Literarios o gané premios, como el Elsa Morante que recibió hace unas semanas, es que luego en "Dietario Voluble" aparecen impagables descripciones de escritores, souvenirs de viajes que sus lectores agradecemos mucho. Por ejemplo, aquí este souvenir sobre Claudio Magris que incluye una mención al libro que estoy leyendo ahora mismo Diario de un mal año.

Dice Vila Matas: "Claudio Magris (...) por la noche en Roma, recién llegado de Finlandia. Sabe que este verano pasé una semana en Helsinki. Se mezclan los recuerdos respectivos y confirmo que Finlandia une porque crea adicciones y ciertos entusiasmos. Es sábado 6 de octubre. Llueve en una Roma gris, melancólica, con un cielo de extraño color ceniza. Nos hallamos en medio de un baile de paraguas entrando en el teatro Parioli, donde se entregan los premios Elsa Morante de este año, que Magris recibe en la modalidad a la carriera (a la totalidad de su obra), modalidad sobre la que no tardará en ironizar cuando diga que la distinción le ha recordado a una jovencita que el otro día le dijo: "¿Sabe que usted se licenció con mi abuela?". Comenta que no hace ni 24 horas iba andando con su hijo mayor por un bosque finlandés buscando setas y que para distinguir entre las comestibles y las venenosas se dejaba guiar por las instrucciones de un libro bien versado sobre el tema. Y paso a imaginarle con una mano en el libro -es asombroso hasta dónde puede llegar la confianza en la palabra escrita-, libre la otra para arrancar la seta recién encontrada y hacerla pasar por el filtro del examen libresco. Vida y literatura más unidas que nunca, en estrecha ligazón en esa perfecta secuencia de una excursión finlandesa. La vida dependiendo peligrosamente de un hilo, es decir, dependiendo de un libro que parece lleno de sentido. ¿Y cómo no pensar entonces en algo que le oí decir, el año pasado en Madrid, al propio Magris: "La literatura no salva la vida, pero puede darle sentido"? No hay cita que sintetice mejor su visión de la íntima relación entre literatura y existencia. Se acuerda de pronto de una historia con mi abrigo en el invierno del año pasado en Madrid. En el hall de su hotel madrileño, él salió disparado hacia la calle para unas fotografías de un periódico y se llevó mi abrigo confundiéndolo con el suyo. Estaba ya denunciando al conserje la desaparición cuando vi que regresaba de su sesión de fotos con un abrigo sospechosamente parecido al mío, y sólo entonces comprendí lo ocurrido. Un inquietante intercambio de identidades que, como Magris es un buen germanista, me hizo pensar en la involuntaria permuta de sombreros al inicio de El Golem de Gustav Meyrinck. La verdad es que desde aquel día llevo con especial orgullo mi abrigo y a quien quiera oírlo le digo: "Me llamo Magris como todo el mundo".

Cuando volvemos a hablar de Finlandia, surge la figura de Sibelius y comentamos una página de Diario de un mal año, el último libro de Coetzee, donde el escritor dice haberse sentido conmovido con las últimas notas de la quinta sinfonía del compositor finlandés y haber experimentado la grande y creciente emoción que la escritura de la música buscó en su momento suscitar. Se pregunta Coetzee qué habría sentido si hubiera sido un finlandés del público asistente a la primera interpretación de la sinfonía en Helsinki, casi un siglo atrás, y le hubiera embargado esa oleada sonora. Y se contesta a sí mismo que se habría sentido "orgulloso de que los seres humanos podamos crear semejantes cosas a partir de la nada. Contrastemos eso con los sentimientos de vergüenza porque nosotros, nuestra gente, hemos creado Guantánamo. Creación musical, por un lado, una máquina para infligir humillación por el otro; lo mejor y lo peor de lo que somos capaces los seres humanos".

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Alonso Cueto lector

10.21.2007
Alonso Cueto. Fuente: terra

Al parecer, Alonso Cueto ha aprovechado el reciente viaje a Europa para saquear las librerías de novedades. En este recuadro de "La República" nos comenta qué está leyendo o ha leído esta semana:

"He terminado un libro que me ha conmovido mucho, El olvido que seremos, de Héctor Abad. Es la memoria de su vida con su padre. No hay en el libro frases solemnes, ni verdades generales ni un ánimo celebratorio de su padre. Se trata de una historia sin héroes, lo que hace que el padre sea más humano y por eso más inolvidable. El libro es un ejemplo de cómo una crónica personal se puede convertir en una historia universal. He terminado también La muerte lenta de Luciana B, de Guillermo Martínez, una novela de crímenes, con personajes magníficos como el misterioso y perverso escritor Kloster. Martínez aprovecha las tramas de Borges e incorpora en ellas a los turbios personajes de Roberto Arlt. He leído también el último libro de Coetzee [Diario de un mal año] que me pareció un brillante ejercicio de originalidad, con pasajes brillantes, pero finalmente fallido. Hay algo que me molesta con frecuencia en Coetzee: su tendencia a dictaminar y a sermonear al lector. Me parece que ninguno de los últimos libros de Coetzee se acerca a su obra maestra, Desgracia. Creo que con frecuencia podemos explicar por qué no nos gusta un libro, pero es más difícil explicar por qué nos gusta. La buena narrativa es, hasta cierto punto, un misterio".

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Familias literarias

10.10.2007
Una familia muy normal. Fuente: nihil

El Top 10 de The Guardian está dedicado a las familias difíciles o problemáticas, y la autora encargado de elaborar la lista es Rachel Seiffert quien con Dark Room está en la short-list del Booker de este año. En su lista hay dos obras que he leído y que considero que están muy justificadamente ahí: Desgracia de Coetzee y las obras de Salinger. Yo aumentaría tes más: la novela Un mundo para Julius, de Alfredo Bryce Echenique (la literatura peruana abunda en problemas familiares, desde Duque de Diez Canseco hasta Un accidente llamado familia, de Katya Adaui); la disparatada novela Recortes de mi vida, de Augusten Burroughs; y en especial Ada o el ardor, de Vladímir Nabokov, pues supongo que si en una familia hay incesto, secretos e infidelidades a granel, aunque sean felices al final realmente es problemática ¿verdad? A ver si se animan a dejar su lista en los comments.

Aquí la lista de Seiffert:

1. My Name is Asher Lev by Chaim Potok

2. Gilead by Marilynne Robinson

3. The Speckled People by Hugo Hamilton

4. Honky by Dalton Conley

5. JD Salinger - Franny and Zooey, Nine Stories, Raise High the Roofbeam Carpenters and Seymour: an Introduction

6. The German Lesson by Siegfried Lenz

7. Disgrace by JM Coetzee

8. Sour Sweet by Timothy Mo

9. Haus Without Guardians (Haus ohne Hüter) by Heinrich Böll

10. The Shipping News by Annie Proulx

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Más Coetzee

10.04.2007
JM Coetzee. Fuente: reuters/ national geographic

En el suplemento "El Cultural" de esta semana han publicado un fragmento de Diario de un mal año, de JM Coetzee, editada por Mondadori. Aconsejo a todos leerlo para que no los coja por sorpresa esa mezcla de ensayo y ficción que en Coetzee no es un híbrido sino una auténtica mezcla, mitad y mitad, como un animal mitológico. También aparece una reseña de Germán Gullón de la novela, en la que dice: "La estructura del libro está inspirada, como dije, en La muerte de Artemio Cruz de Fuentes, por esta división del libro en tres secciones que aparecen yuxtapuestas". ¡Un momentito! ¿Esa es una hipótesis de Gullón o realmente está inspirada en la novela de Fuentes? ¿Leyó Coetzee la novela de Fuentes y se inspiró en una estructura? ¿O sólo es el optimismo de Gullón el que opina? Me gustaría saberlo.

Dice la reseña: " Contiene el texto un mensaje muy claro: hay obras que producen un placer perdurable en el espíritu humano, sean novelistas, como los favoritos de Coetzee, Tolstoy y Dostoyesky, o músicos, como J. S. Bach. Y otro mensaje subliminal: la novela de ideas mantiene vivo el contacto del autor con su entorno. La novela hispanoamericana del siglo XX, de sus autores eminentes, de Carlos Fuentes a Mario Vargas Llosa, constituye el mejor ejemplo de la supervivencia de ese tipo de narrativa, donde el arte abraza las ideas. Coetzee en Diario de un mal año hace una llamada de atención a los dilemas socio-políticos actuales, pide la integridad del ciudadano, tan difícil de lograr, pues las personas, sus personajes, él mismo hecho personaje, vivimos sumidos en una vida privada totalmente discontinua de los sucesos históricos. Nuestra vida privada, dominada por las preocupaciones del bienestar, de la salud, del sexo, apenas puede conectarse con esa realidad social globalizada. El individuo podrá tener opiniones fuertes, pero existe prisionero de un mundo donde las decisiones las toman otros. La pluma de Coetzee busca, en última instancia, punzar la impalpable levedad de nuestra conciencia, invitándonos a plantearnos otra vez la eterna pregunta de cómo vivir."

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JM Coetzee

10.01.2007
Carátula de la novela. Fuente: casa del libro

Ya está circulando, publicada por Mondadori, la nueva novela de J.M. Coetzee: Diario de un mal año. Mercedes Monmany se adelanta por puesta de mano y escribe la primera reseña en castellano sobre el libro para el ABCD las Letras, del diario español ABC.

Dice la reseña: "Libro en abismo, narración dentro de la narración, equilibrismo y juego metaliterario exquisito y brillantísimo, el libro de Coetzee está ordenado simbólica y físicamente a través de dos partes simultáneas, sincronizadas al milímetro. Dos partes «espaciales» y visuales: arriba y abajo. En la parte superior de la pagina, el lector accede a una serie de ensayos de carácter fundamentalmente (aunque no solo) político o de filosofía política (el origen del Estado, la «necesidad» de la democracia, el terrorismo islámico, la tortura), de un ciudadano o pensador exhausto, de tendencias libertarias en muchas ocasiones, enrabietado con su época. Un notable polemista con brillantes dotes para el ensayo, ensartado sin cesar de referencias cultas. Pero la ruptura de ese discurso lleno de «opiniones contundentes» asoma inmediatamente, desde la primera página, como una impertinente intromisión en ese mundo compacto de las «ideas», en el que se sitúa marginalmente, en su parte baja, con la humildad de una nota a pie de página. Ella, Anya, se convertirá en su primera lectora, en su Eurídice repentina y escogida para «sostenerle la mano hasta que llegue a la misma puerta», cuando emprenda «el camino del olvido». Una terrenal Eurídice atrapada con una vulgar trampa: C. le ofrece un absurdo puesto de secretaria para estar junto a ella. Esta lectora inocente, infantilizada, tiende al aburrimiento, al enojo, se cansa con facilidad al tener que pasarle a limpio los ensayos: ¿Qué va tan mal en el mundo de hoy? ¿Por qué hablar tanto de política, si a todo el mundo «le hace bostezar»? Y lo más importante: ¿Por qué no escribe una novela, «que se le da bien»? La respuesta del escritor (citando secreta e irónicamente a Musil y El hombre sin atributos) es: «Para escribir una novela tienes que ser como Atlas, cargar con todo un mundo en tus hombros y sostenerlo durante meses y meses? Es demasiado para mí en mi estado actual».

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Los nuevos clásicos

9.19.2007
Roberto Bolaño, un nombre que se reitera en las listas. Ilustración: Loredano. Fuente: El País

Hace varios meses me pidieron de la revista Qué Pasa una lista de mis siete clásicos contemporáneos, libros escritos a partir de 1970. Entregué mi lista (la colgué en el blog además, recuerdo) y no supe más de ella hasta hoy, que un lector me facilita el link donde puedo encontrar la nota de la revista. La lista tiene más diferencias que similitudes, obvio, porque no es fácil buscar "clásicos" tan contemporáneos (finalmente, ¿qué es un clásico?) pero mantiene el interés porque puede ser una buena guía para aquellos que siempre están buscando que les recomienden libros. Algunos nombres se repiten, desde luego: Roberto Bolaño es el más acudido, igual que Philiph Roth, JM Coetzee y Gabriel García Márquez. Y también por ahí hay un par de menciones a Georges Perec, WG Sebald y Alfredo Bryce Echenique. Cada uno debió escoger siete libros, en orden de importancia, y explicar sólo el primero. Les dejo aquí la lista de los primeros de cada lista y quiénes lo propusieron.

Gonzalo Garcés: El teatro de Sabatth de Philip Roth (1995)

Rafael Gumucio: La Lengua Absuelta de Elías Canetti (1977)

Pablo Illanes: La conjura de los necios de John Kennedy Toole (1980)

Iván Thays: Los emigrados de WG Sebald (1996)

Ricardo Silva: Catedral de Raymond Carver (1983)

Antonio Ungar: 2666 de Roberto Bolaño (2004)

Martín Solares. Todos los caballos hermosos de Cormac McCarthy (1992)

Juan José Rodríguez: Terra Nostra de Carlos Fuentes (1975)

Alvaro Bisama: From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell. (1988-1998)

Rodrigo Hasbún: Desgracia de JM Coetzee (1999)

Daniel Alarcón: El Emperador de Ryszard Kapuscinski (1978)

Fabrizio Mejía: Los detectives salvajes de Roberto Bolaño (1998)

Ena Lucía Portella: American Psycho de Bret Easton Ellis (1991)

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