72.
Convertir en espantajo al adversario es una técnica política básica.
No se trata a ese otro como interlocutor válido. Hay que mostrarle a los tuyos que el otro, el que no comparte los propios ideales ni se tapa detrás del mismo logotipo, es un ser despreciable. Como es un sujeto indigno, y nosotros estamos revestidos de una superioridad moral intachable, está justificado el tratarlos como si fuera escoria.
Esta técnica entiende la política como lucha para alcanzar hegemonías y no como negociación para llegar a acuerdos. La solución a los problemas sociales no llega a través del diálogo comunitario entre interlocutores con distintos programas, sino a través de la derrota de todos los otros.
Pero abusar de esta técnica, llevar la violencia política más allá de lo razonable provoca terribles consecuencias. Puede verse -mejor que en cualquier caso- las terribles consecuencias que trae la superioridad moral basada en la ideología.