lunes, 8 de agosto de 2011

Armamento del HMS Victory

HMS Victory Buque Insignia de la Royal Navy en la batalla de Trafalgar


Carronada (observese la gran movilidad de que está provista)


Una de las dos carronadas de cubierta del HMS Victory



Detalle carronada HMS Victory


Otra vista de la carronada (observese la existencia de cañones de cubierta)

Mechero de cañón de marina

El fuerte retroceso estada controlado por cuerdas y poleas. El cañón después del disparo quedaba en posición de recarga

Armero del HMS Victory (Los buques de guerra llevaban una dotación de infantería de marina)


Una de las salas de cañones del HMS Victory


Vista en corte de los tres pisos de cañones del HMS Victory



Considerado como uno de los mejores buques de guerra de Línea, el HMS Victory, montaba en su cubierta, dos carronadas de a 68 libras y 104 cañones distribuidos en tres pisos. En su primer piso, bajo cubierta, estaban emplazados los cañones de a 12 libras, en el segundo piso los de a 24 libras y en el tercero los de a 32 libras.


Las carronadas fueron bautizadas por la soldadesca "smasher´s", "rompedores", debido al tremendo efecto provocado por los grandiosos proyectiles que disparaba. Eran debastadores cuando disparaban bombas de "racimo". Al estar situados en cubierta y tener un gran ángulo de tiro a derecha e izquierda con la posibilidad de disparar hacia abajo, su disparo era dirigido al suelo de la cubierta del buque enmigo provocando su rotura y haciendo llover sus proyectiles a los servidores de las baterías enemigas. También era una pieza devastadora disparándola con anterioridad al abordaje actuándo como antipersonal.


Los cañones de mayor calibre, pesaban 3,5 toneladas (2,75 toneladas el cañón + 0,75 toneladas su cureña). Cada proyectil de a 32 libras (14,7 kgs) era disparado con una carga de 11 libras de pólvora (5 kgs) alcanzándo una velocidad de 1600 piés/segundo (487 metros/segundo).


Los artilleros de la Royal Navy, eran duramente entrenados y podían recargar en 90 segundos, sin duda un buen tiempo considerando que debían de desplazar 3,5 toneladas hacia adelante una vez efectuada la recarga.
Después del disparo, el cañón retrocedía bruscamente hacia atrás, quedando trabado por la fuerte soga que le sujetaba al bastión, éste retroceso controlado posterior al disparo se encargaba de dejar a la pieza a medida para poder recargarla sin necesidad de moverla quedándo ésta a la medida apropiada para proceder a su recarga: una esponja sumergida en agua era introducida en el ánima del cañón para proceder a su enfriamento y a la vez de remover la escoria producida por la pólvora quemada, un nuevo cartucho de pólvora era introducido con su estopada, baqueteándo el conjunto con fuerza con el fin de comprimirla en la recámara sin que quedara bolsa de aire alguna, acto seguido se introducía el proyectil baqueteándolo hasta llegar a la estopada que le serviría de cogín. Una larga aguja era insertada por un agujero instalado en la recámara, con el fin de romper el cartucho y dejar la carga de pólvora abierta para su inicción, rellenándo éste, una vez desalojada la aguja, con fina pólvora llegándo hasta la cazoleta de la llave de sílex. Finalizada ésta operación se procedía a montar la llave, quedándo el cañón preparado para abrir fuego de nuevo.



Seis hombres servían cada uno de los 104 cañones del Buque Insígnia, no se les llamaba por su nombre sino por su número: el nº 1 era el Capitán del cañón, quien era el encargado de apuntar la pieza hacia su blanco y disparala. nº 2 era el encargado de buscar el ángulo de tiro alzándo, bajándo o desplazándolo a derecha o izquierda, utilizándo para ello una larga pértiga como palanca. nº 3 cargaba el cañón. nº 4 era el encargado de limpiar el ánima del cañón para recibir la nueva carga. nº 5 trabajaba opuesto al nº 2 moviendo el cañón mientras nº 6 que era el miembro más joven (10/12 años) era el encargado de desalojar la carga de pólvora de su estuche llevándola hasta el cañón.


Después del disparo se produce un fuerte retroceso de la pieza alcanzándo una velocidad de dos metros por segundo, este desplazamiento está controlado quedándo la pieza desplazada por el retroceso hasta el punto de recarga ahorrándose la tarea de mover la pieza hacia atrás para proceder a su recarga.


Los proyectiles presentaban gran variedad según el tipo de daños que debian de propinar al enemigo, a partir del típico proyectil esférico de hierro macizo, dos proyectiles unidos por una barra de hierro, dos proyectiles unidos por una cadena o las temidas bombas de racimo.