Friday, May 29, 2009
La crisis de confianza del electorado y el rescate del sistema financiero
Por The Banker
Los argentinos de mi generación hemos sobrevivido la hiperinflación, innumerables devaluaciones y recesiones, el corralito y el default del gobierno entre otras calamidades. Será por tal razón que nos consideramos muy experimentados en temas de crisis económicas.
Una de las principales lecciones obtenidas después de tantas crisis, es la revalorización de las instituciones políticas, del rol del parlamento y de los partidos políticos en tiempos difíciles. Por tal razón vemos con preocupación los escándalos políticos que afectan al Reino Unido y a España en momentos que ambos países atraviesan crisis profundas.
Las crisis bancarias demandan niveles de intervención sin precedentes por parte de los gobiernos. Es por tal razón que el consenso, la transparencia y el control de las decisiones es más importante que nunca.
El rescate de los sistemas financieros tiene costos que pueden ser superiores al gasto en educación, salud o defensa dependiendo del caso. Pueden también generar niveles de endeudamiento que afectarán el ingreso disponible de varias generaciones.
El escándalo político que afecta a los miembros del Parlamento inglés y que llevó al "speaker" de la Cámara de los Comunes a renunciar no pudo tener peor timing. Los diarios ingleses dedican páginas enteras y la televisión muchas horas a detallar cómo los legisladores pasaban gastos escandalosos al erario público.
España enfrenta también en estos días casos judiciales de políticos sospechados de obtener beneficios económicos a cambio de favores políticos. Queda esperar que los políticos corruptos sean juzgados y castigados y que aquellos que no cometieron crímenes sino que actuaron con ligereza e imprudencia con dinero público sean castigados por sus partidos.
Pero queda mucho más por hacer. Los escándalos recientes reflejan el divorcio entre los políticos y los representados y es necesario comenzar a cerrar esa brecha. Es fundamental reconciliar a la sociedad con sus representantes cuanto antes sea posible. La alternativa es un camino hacia el abismo.
Tuesday, May 26, 2009
Sobre la mágica recuperación del crédito esperada por los políticos y la salida de la recesión
Por The Banker
La mayor parte de las discusiones de políticos y economistas se centra en la actualidad en la forma que tomará la salida de la recesión. Se distingue entre una recuperación tipo V, U o L, refiriéndose a una salida rápida, lenta o un estancamiento del nivel de actividad en un nivel muy bajo.
Los políticos de diferentes nacionalidades predican que la solución está en manos de los bancos. Creen que si se recupera el crédito otorgado a individuos, pequeñas y medianas empresas, se producirá un aumento significativo del nivel de actividad y finalmente saldremos de la recesión.
Los banqueros están preocupados. Tienen miedo de la forma que podría tomar una embestida política en este sentido. Si bien le deben a los políticos haber salvado el sistema financiero comprometiendo partidas presupuestarias muy importantes en el rescate de grandes entidades, también se deben a sus accionistas.
Los banqueros saben que es muy probable que los nuevos créditos que otorguen estos días traen grandes riesgos y pueden convertirse en un problema adicional en el futuro próximo. Además necesitan ajustar sus balances y bajar el nivel de apalancamiento.
No está nada claro cómo se resolverá este dilema. Mucho dependerá del grado de presión que los políticos puedan ejercer sobre diferentes instituciones. No en vano los precios de las acciones de los bancos que han recibido grandes aportes de capital del gobierno están rezagados respecto al resto (Citigroup, BoFA, etc)
Sunday, May 24, 2009
La inundación de liquidez orquestada por los bancos centrales demorará los ajustes y la consolidación de los sistemas financieros
Por The Banker
En la universidad aprendí que incentivos errados sólo pueden generar conductas indeseadas y problemas. Nunca terminaré de agradecer a mi profesor de sociología por esta y otras lecciones.
También aprendí que las políticas instrumentadas para solucionar ciertos problemas pueden generar efectos no deseados graves.
En tal sentido, la inundación de liquidez primaria orquestada por los bancos centrales de EEUU, Europa y Asia -destinada a sostener el sistema financiero hasta que la recuperación de la confianza permita su retirada- tiene efectos negativos como la postergación de ciertos ajustes. (Está claro, naturalmente, que Bernanke y sus colegas harán todo lo posible para no reproducir los errores de los 1930s).
Varios gobiernos europeos han expresado su interés de promover una consolidación de los sistemas financieros locales. Si bien se considera indeseable las fusiones entre grandes entidades porque pondrían en peligro la competencia y la estabilidad del sistema, se promueve la absorción de pequeñas entidades por otras mayores.
El grado de concentración en el mercado bancario varía mucho entre los países europeos. Además, la crisis ha también cambiado la perspectiva sobre este tema. Después de la crisis, muchos reguladores y economistas han comenzado a hablar de bancos “too big to save” en vez del conocido “too big to fail”. Es por ejemplo el caso de Bélgica que tiene un presupuesto del gobierno relativamente pequeño para socorrer a los grandes bancos belgas que tenían una escala muy importante en toda Europa. Es por esta razón y por el peligro para la competencia que las fusiones entre grandes entidades se considera indeseable.
Por el contrario, varios gobiernos europeos están tratando de promover la fusión de pequeñas entidades y la absorción de las pequeñas por otras mayores. Sin embargo, este proceso avanza lentamente a pesar de la gravedad de la crisis.
A pesar de la mejora de indicadores como el TED spread y los spreads de money-market, en general reina la desconfianza sobre las carteras de largo plazo de los bancos. En el mejor de los casos, los directores de bancos medianos y pequeños tienen una idea clara de los problemas de su cartera de crédito y de la velocidad del deterioro y no quieren arriesgar asumiendo carteras ajenas.
Mientras los bancos centrales continúen inyectando liquidez en gran escala que se filtra hasta las instituciones más pequeñas no existirán incentivos ni urgencia para las fusiones más allá de las presiones políticas.
Las pequeñas instituciones pueden resistir a ser absorbidas por otras mayores gracias a la ayuda de los bancos centrales.
Friday, May 22, 2009
Por The Banker
A veces ser un outsider es muy divertido. Siempre me impresionó la rivalidad entre británicos, franceses y alemanes en la discusión de temas económicos. Me resulta difícil entender la vehemencia de los enfrentamientos, más propia de un partido de fútbol que de una discusión intelectual. Pareciera que cada una de las partes disfrutase de la desgracia ajena.
Los ingleses se ríen de la recientemente anunciada “Solución Alemana” al problema de los activos tóxicos en cartera de los bancos por considerarla una simple treta contable. Los bancos alemanes podrán transferir sus activos tóxicos a vehículos legales separados, permitiendo de este modo reconocer las pérdidas en un período de veinte años.
Los nuevos vehículos legales comprarán activos estructurados a 90 centavos por euro, su valuación actual en los balances. Estos vehículos se fondearán con deuda nueva que venderán a los mismos bancos y que tendrá garantía del gobierno. El gobierno enfrentará costos visibles solamente en el caso en que los nuevos vehículos legales quiebren.
El propósito es mejorar la situación financiera de los bancos y aumentar los incentivos para que comiencen a prestar nuevamente, contribuyendo así a la recuperación del nivel de actividad. La adopción de este mecanismo es voluntaria. Si todo sale como el gobierno lo prevé, los vehículos podrán vender los activos estructurados en el futuro cuando los precios se recuperen.
Si bien coincidimos en que la solución alemana es fundamentalmente una treta contable, nos preguntamos cuánto más pueden hacer los gobiernos a esta altura cuando los electorados se resisten a comprometer fondos públicos adicionales en el rescate de instituciones financieras.
El tamaño del problema es tan grande, que ningún país puede digerirlo de una sola vez. A pesar que muchos bancos centrales, reguladores y banqueros alaban la solución sueca a la crisis bancaria de 1992, nadie se anima a implementarla. Separar el “banco bueno” del “banco malo” requiere reconocer el tamaño del problema, algo que parece ser demasiado peligroso en estos días.
Los banqueros ingleses, que tanto se ríen de sus colegas alemanes, cierran los ojos y sueñan que el costo de la crisis no superara 3,5% del PBI, aun cuando el FMI y otros organismos han estimado un costo varias veces superior.
Thursday, May 21, 2009
¡ADOPTE UN POLITICO!
Por The BankerEn una visita reciente a Londres tuve la oportunidad de discutir la situación del sistema financiero con colegas europeos de distintas instituciones bancarias.
Para resumir diría que reina la negación. Nadie quiere asumir su cuota de responsabilidad en la debacle y, en general, la mayoría espera que una “mágica” recuperación de la economía permita a los bancos limpiar sus carteras de crédito progresivamente.
Durante esta visita, también tuve oportunidad de escuchar la charla de un prominente político inglés de la oposición. Me resultó increíble que después del rescate de varias instituciones bancarias con un costo estimado por el gobierno en 3.5% del PBI –pero que según el FMI podría llegar a 9% del PBI- los políticos entiendan tan poco del problema y de las consecuencias de sus decisiones.
Me quedé pensando que la única esperanza radica en que se asesoren con banqueros, reguladores y expertos cuando tengan que votar sobre temas tan complejos.
Por otra parte me quede pensando que si los políticos ingleses -que toman decisiones que afectan a uno de los centros financieros más importantes del mundo- tienen un entendimiento tan limitado sobre temas financieros, ¿qué podemos esperar de nuestros políticos argentinos?
Pensando sobre estos temas se me ocurrió proponer una campaña a mis amigos economistas y financistas de Buenos Aires. La campaña podría llamarse: Adopte un politíco. La idea sería educar progresivamente a un politíco en temas financieros. Como creo que la situación financiera del mundo y de la región continuará siendo muy complicada en los próximos años, creo que este proyecto tendría una rentabilidad social muy alta.
¿Tendrán interés los politícos en entender mejor el funcionamiento de la economía y el sistema financiero, o preferirán dedicar su tiempo a dar arengas en las plazas de su distrito?