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miércoles, 25 de junio de 2008

modelos de empresas e independencia [ 2 ] / la empresa con accionistas minoritarios externos


En La edición independiente como herramienta protagónica de la bibliodiversidad Gilles Colleu expone de la siguiente manera el segundo modelo de empresa editorial:


‘El segundo modelo, cercano al primero, a menudo se desprende de los mecanismos de crecimiento. Como las inversiones se hacen mediante autofinanciamiento o préstamo bancario, algunos umbrales son difíciles de franquear; ciertos “accidentes” pueden poner en peligro la estructura, y las cauciones exigidas por los difusores/distribuidores son difíciles de cubrir. El dirigente de empresa aceptará que asociados surgidos de los medios profesionales introduzcan capital, permaneciendo éstos minoritarios. Éste puede ser el caso de un impresor, por ejemplo, pero con más frecuencia el del difusor/distribuidor. Los dirigentes muy a menudo minimizan el papel de dichos asociados y no quieren tener que rendir cuentas a éstos en lo más mínimo. Sin embargo, estos accionistas en la sombra son realmente los propietarios de una parte de dichas editoriales (...) La independencia editorial de estas empresas, pues, es más o menos real, según el peso de cada accionista y la personalidad del dirigente. Puede considerarse que su independencia frente a los mercados financieros sigue siendo muy fuerte’.



Este modelo resulta interesante porque la entrada de capital externo pero cercano fortalece el músculo financiero de la empresa para poder cubrir gastos e inversiones cómodamente y en principio parece no implicar el sacrificio de la independencia en la toma de decisiones relacionadas con la política y la línea editorial. Sin embargo, me imagino que una cosa es la concesión de independencia en el manejo editorial por parte de estos accionistas minoritarios y que otra muy distinta debe ser la rendición de cuentas periódica con respecto al desempeño de la empresa porque al final lo que está en juego es la seguridad del capital invertido.


Por otro lado, supongo que las condiciones de negociación que ponen los accionistas minoritarios y la presión que éstos ejercen tienden a pesar menos y a ser más manejables que las de las entidades financieras.

miércoles, 18 de junio de 2008

modelos de empresas e independencia [ 1 ] / la empresa familiar

En su libro La edición independiente como herramienta protagónica de la bibliodiversidad, de Gilles Colleu plantea cinco modelos de empresas editoriales y le atribuye a cada uno de ellos un grado de independencia. Estos modelos son una simplificación que intenta abarcar el máximo de elementos posibles y, por lo tanto, deben ser tomados como una aproximación a una realidad compleja que pese a las limitaciones busca dar cuenta de ésta y no como “la” realidad absoluta e inmutable de la edición independiente.


El primero de los modelos propuestos por Colleu es la empresa “familiar”, en el que ‘el jefe de empresa por lo general es el accionista principal o el representante de un grupo familiar o amistoso. También se encuentran entre quienes conforman este grupo los accionistas minoritarios asalariados o asociados que participan o participaron en la vida de la empresa. Todos los accionistas son personas físicas, ninguna otra empresa u organismo financiero posee participación. Las reglas de gestión, los rendimientos financieros, las estrategias, son decididas por el dirigente. Las posibilidades de aumento de capital y las perspectivas de crecimiento son relativamente bajas y sólo pueden operarse mediante autofinanciamiento o inversión de fortunas personales. Estas editoriales son financieramente independientes, pero —a pesar de todo— pueden verse sometidas a coerciones fuertes por parte de asociados insoslayables como su difusor/distribuidor. En esta categoría se encuentran numerosas editoriales chicas, algunas de las cuales desean crecer y acercarse a los modelos siguientes, y otras que, habiendo encontrado su equilibrio económico, trabajan más en la valorización de su catálogo que en la de su capital’.


No es raro incluso que existan pequeñas editoriales unipersonales en las que el editor se encarga de todo cuando puede —selección de textos, diseño de colecciones, maquetación, prensa o gestión administrativa—y contrata por fuera todos aquellos servicios que no está en capacidad de asumir. Supongo que en algunos casos estos editores conseguirán que amigos y conocidos inviertan en su proyecto. En cualquier caso una estructura pequeña tiene la ventaja de ser ligera y si es lo suficientemente flexible puede adaptarse fácilmente a las transformaciones que se den en su entorno.


Me pregunto cuáles son las motivaciones que puede tener un pequeño editor para desear que su empresa crezca o que mantenga su escala inicial no sólo porque abrirse un lugar en el mercado y consolidarlo no necesariamente implica crecer, sino también porque muchas empresas se revientan al ser incapaces de enfrentarse al desafío que presupone el crecimiento —sobre todo cuando éste es repentino y acelerado—.


En cuanto a las empresas que ‘trabajan más en la valorización de su catálogo que en la de su capital’, me gusta creer que justamente su catálogo es el capital más sólido de una editorial y a la vez la mejor fuente de confianza que ésta puede ofrecer. Sin embargo, ¿qué pasa cuando ese catálogo no permite pagar las cuentas porque los títulos que lo conforman no se venden lo suficiente? Me imagino que entre otras cosas es por esto que es clave tener no sólo un buen distribuidor, sino también excelentes relaciones con éste, con los proveedores de insumos o servicios y con la prensa.

jueves, 12 de junio de 2008

la edición independiente como herramienta protagónica de la bibliodiversidad, de gilles colleu


Durante mi visita de la semana pasada a la Feria del libro de Madrid encontré un libro llamado La edición independiente como herramienta protagónica de la bibliodiversidad, de Gilles Colleu. El libro ha sido publicado por la editorial argentina la marca editora con el apoyo de varias organizaciones de distintos países:


- Alianza de editores independientes para otra mundialización (AEI)

- Alianza de editores mexicanos independientes (AEMI)

- Alianza peruana de editores (ALPE)

- Editores Independientes de la Argentina por la diversidad bibliográfica (EDINAR)

- Editores de Chile

- Red de editores independientes de Colombia (REIC)


He estado hojeando el libro y me ha parecido interesante porque pone en cuestión lo que entendemos por “edición independiente” y somete el concepto a un examen riguroso tanto para identificar sus posibles implicaciones como para sacar a relucir los distintos matices que encierra.


Gilles Colleu cierra la introducción de su libro diciendo:


‘Pero ante todo, al poner de moda este término [“edición independiente”], se intenta vaciar las palabras de su sentido, para valorizar su imagen y sentirse en paz con su conciencia.


De todos modos, ya era tiempo de definir la independencia editorial por sobre criterios que no fueran la mera declaración de intenciones.


¿De qué se es independiente, y cómo? ¿Cuál es la diferencia entre autonomía e independencia? ¿Puede ser independiente un grupo editorial? ¿Hay una dimensión virtuosa en el término? El editor independiente, ¿es necesariamente un pequeño editor? La independencia, ¿es una necesidad o una elección? Ser independiente, ¿es necesariamente una prenda de calidad?’


Lo que más me entusiasma de leer este libro es que sospecho que ofrece de manera sistemática y rigurosa algunos elementos necesarios para abordar el tema de la edición independiente en toda su complejidad y para entenderlo cada vez mejor.


Durante los próximos días me dedicaré a comentar los aspectos de este trabajo que me vayan llamando la atención.