AUTORA: Amélie Nothomb
EDITORIAL: Quinteto (Anagrama)
VOLUMEN: 143 pp.
PRECIO: 6,95 €
ADQUIRIDO EN: La Casa del Libro (Sevilla). Agosto 2011
LEÍDO EN: septiembre 2011
OTROS: Metafísica de los tubos, Ni de Eva ni de Adán
OTROS: Metafísica de los tubos, Ni de Eva ni de Adán
Esta es la segunda novela que leo de Amélie Nothomb después de Ni de Eva ni de Adán. Aunque ha pasado poco tiempo entre las dos lecturas, la primera me dejó buen sabor de boca y me compré en seguida la siguiente. Estos días he estado de viaje, por lo que me decidí por un libro corto y ameno.
En Estupor y temblores, Amélie Nothomb relata sus vivencias en la empresa japonesa Yumimoto, durante el año 1990. Por entonces, la autora tenía veintidós años y acababa de terminar sus estudios. Su intención era hacer de traductora en la empresa, pero en seguida es trasladada al departamento de contabilidad. Progresivamente, la joven belga va siendo degradada, ya que a los nipones no parece hacerles demasiada gracia que hable un japonés perfecto ni que tenga ese sentido del humor a la hora de responder. Es precisamente gracias a este buen humor por lo que Amélie aguanta un año entero en Yumimoto, soportando toda clase de comentarios humillantes hacia su inteligencia.
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Precioso cartel de una peli de la que no conocía su existencia |
Aunque la autora invente o exagere parte de las historias que cuenta, creo que su visión del trabajo en una empresa nipona no dista demasiado de lo que debía ser la realidad: absoluta sumisión a los jefes, imposibilidad de tener iniciativa a la hora de enfrentarse a nuevos proyectos, etc. Nothomb insiste en que Japón es el país con la mayor tasa de suicidios del mundo y, viendo cómo la autora describe lo exigente que puede llegar a ser la sociedad japonesa, no es de extrañar.
Lo que más me ha gustado de esta breve novela autobiográfica es la capacidad que tiene la autora para describir una experiencia tan traumática con tanto sentido del humor. Sinceramente, yo sería incapaz de estar un año en esas condiciones laborales. Habría dimitido en un santiamén. Por otro lado, me encanta el hecho de que esté basada en la experiencia de alguien que ha vivido en Japón. Me apasiona la cultura japonesa, con su bellísima y complicada lengua, sus costumbres ancestrales, pero también con su alto nivel de exigencia personal y profesional. Por eso, creo que he aprendido leyendo esta novela y he visto el lado más cruel de esos eficientes japoneses a los que tanto admiro.
Amélie describe, además, a todos sus compañeros de trabajo de una forma tan certera que puedes imaginarlos en su día a día en la empresa. Fubuki Mori, su jefa directa, se nos presenta como una bellísima y dulce joven. Sin embargo, será ella la que más daño haga a Amélie que, a pesar de todo, admira continuamente la belleza de sus rasgos nipones. El inmenso Sr. Omochi es ese jefe que jamás desearíamos tener: desagradable, gritón y al que pareces importarle menos que nada. Pero no todo es malo, porque están los angelicales Haneda y Tenshi para compensar.
Destaco como curiosidad un diálogo entre Amélie-san y la señorita Fubuki Mori. Ante el aparente interés de la japonesa por un joven empresario holandés, la belga le dice a su jefa:
“Tiene dos años menos que usted. Según la tradición nipona, es la diferencia de edad perfecta para que sean un anesan niobo, una “esposa-hermana mayor”. Los japoneses piensan que este es el mejor matrimonio: la mujer tiene justo un poco más de experiencia que el hombre. Así, le hace sentirse cómodo.”
Me parece curioso que exista un nombre para este tipo de relación y que, además, se considere la idónea. Y es que esa es la diferencia de edad entre mi pareja y yo ^^
Para terminar, me gustaría señalar que siempre me resultan chocantes los títulos que elige la autora para sus novelas. No obstante, siempre quedan bien explicados cuando lees el libro. En este caso, Nothomb nos dice: “El antiguo protocolo imperial nipón establece que uno deberá dirigirse al Emperador con estupor y temblores. Siempre me ha encantado esta fórmula […]” Así, entendemos cómo debía sentirse la pobre Amélie cuando se dirigía a sus jefazos de Yumimoto.
Para resumir, me ha gustado mucho Estupor y temblores, ya que he disfrutado de la lectura, me he reído con las ocurrencias de la Nothomb y he aprendido un poco más sobre la cultura japonesa.
Mi puntuación: 7,5
Besos,
Teresa