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Las cinco mentiras más repetidas por los monárquicos

Cuando Felipe VI parece inevitable, los monárquicos sacan sus argumentos a relucir. Cuesta creer que una institución tan arcaica pueda encontrar defensores a estas alturas de siglos, pero no te dejes impresionar por sus mentiras. Primero porque se las creen, no tienen maldad. Segundo, porque te resultará muy sencillo desmentirlas. Estas son las más repetidas.

1. Una república es más cara que una monarquía parlamentaria (o la otra versión: «Un jefe de Estado electo sería más caro que el rey»)
Falso. Comparar los presupuestos de nuestra jefatura con la de otros países es una manipulación (¡y en términos absolutos! Que comparen el sueldo de un obrero, a ver). Nuestro jefe de Estado costará lo que decidan nuestros políticos en sede parlamentaria, y puede ser mucho o poco, según la coyuntura económica y el gobierno de turno. En ningún tratado internacional se establecen mínimos de máximos de ningún tipo. Si nuestro rey es más barato que otros jefes de Estado, no quiero pensar la ganga de jefatura de Estado que podemos tener sin familia real.

2. Los países más democráticos del mundo son monarquías parlamentarias
Falso. Es cierto que Suecia, Dinamarca y Noruega lo son, pero países como Islandia, Suiza o Finlandia también copan los primeros puestos en clasificaciones de nivel democrático y son repúblicas como la copa de un pino. Una monarquía parlamentaria es menos democrático que una república por lo menos en una cosa: en la jefatura de Estado. Podrán subir puntos en el resto de instituciones, pero en ese punto suspenden de largo. ¿O hacemos otra clasificación de democracia en jefaturas de Estado, a ver qué tal quedan Suecia, Dinamarca y Noruega?

3. La monarquía es democrática porque los españoles la votaron con la Constitución
Falso. Los españoles votaron una Constitución (y a la desesperada), no si querían monarquía o república. Los españoles estaban deseando salir de una dictadura y la alternativa a la Constitución era bastante oscura. Nadie les dejó votar por bloques.
Incluso si hoy se sometiese a referéndum, la monarquía seguiría sin ser democrática porque no es una cuestión de sí o no, sino de que es una institución en la que sólo caben los suyos. Democracia no es sólo votar; también significa poder ser votado, pero la corona no permite competidores.

4. Mejor un rey que un jefe de Estado del partido de la oposición

Falso. La mayoría de monárquicos que sostienen esto conocen perfectamente países presicencialistas donde el jefe de Estado es el mismo presidente del gobierno, sin bicefalias. Es el caso de países tan atrasados como Estados Unidos, Chile o Corea del Sur.
Pero incluso si queremos que sean personas distintas ¿qué problema hay? El presidente del gobierno de España, que pinta más que el rey, ya pertenece a un partido político. Con un argumento tan ponzoñoso parece que algunos se sentirían más cómodos con un rey para todo: total, así no habría que ver al partido de la oposición gobernando.


5. Hay asuntos más urgentes que la monarquía (argumento cuando las otras mentiras se caen)
Falso. A falta de razones, mejor escurrir el bulto. Los que siempre quieren posponer el debate son genuinamente monárquicos, y el retraso garantiza su statu quo. No es que los republicanos quieran parar el país hasta que el rey abdique (abdique pero bien), sino que creen que es un asunto que se puede resolver con naturalidad en una comisión dedicada a ello. Cuando se aprueba una ley, por importante que sea, el resto de comisiones no detienen su actividad. Tenemos trescientos cincuenta diputados en el Congreso: no hacen falta ni una quinta parte de ellos para avanzar en el asunto. Incluso si los grupos quisiesen dedicar un buen puñado de recursos al asunto, todavía les quedarían muchas manos libres para dedicarse al resto de asuntos que preocupan a los españoles.

Palabrita de The New York Times

Vivo en un sinvivir: soy adicto a la prensa digital española (visito elmundo.es y elpais.com tantas veces al día que me da vergüenza admitirlo), me entero de las noticias por el «Última hora» o «Urgente» de arriba, y las suelo leer cuando todavía tienen los comentarios a cero. Soy un lector responsable (me trago los anuncios de sus videos incluso cuando birlan videos de YouTube de los que no tienen derechos. ¡Ay, qué pillines!) pero me temo que mi fidelidad pende de un hilo. No sé si la prensa contagia el pesimismo a los españoles, o si son los españoles los que se lo contagian a la prensa, pero ya no se toman en serio ni ellos.
Me fascina la admiración que nuestros periódicos sienten por la prensa internacional. La prensa internacional no es un periódico con ese nombre, al contrario de lo que pueda parecer con titulares como «La prensa internacional dice» o «La prensa internacional alerta de». La prensa internacional no es otra cosa que la suma de todos, como Hacienda, e igual que la Hacienda, la prensa internacional son todos pero unos más que otros. Vamos: que cuando los periódicos patrios hablan de la prensa internacional, se refieren a los periódicos que les interesan. Cogen los titulares de los dos o tres diarios que les dan la razón (o que pueden provocar el sensacionalismo que buscan) y le dan autoridad de Enunciado Mundial Comprobadísimo. Los periódicos españoles nunca escriben «la prensa internacional dice» para sostener algo con lo que no comulgan, ¡estaría bueno! No no, nuestros periodistas sólo acuden a la prensa internacional cuando les conviene reafirmar su línea editorial, cuando llevan semanas dándonos la traca con su monotema y consiguen que el diario de Nueva York o la gaceta de Berlín les dedique una columnita en la novena página de la sección de Internacional. Entonces se dan por satisfechos: da igual cuál sea la realidad de la ciudadanía española, que si The New York Times lo dice, es palabrita de The New York Times: eso se aplica a nuestros líderes, paro, economía y hasta gastronomía. Porque ya pueden decir Arzak, Adrià y nuestra abuela cuál es el mejor restaurante de España, que si la prensa internacional elige otro, nos callamos y aceptamos el designio mundial. Por algo es la prensa internacional.
No sé cómo tendríamos que imaginarnos a la prensa internacional, pero en lo referente a España, no tiendo a hacerles mucho caso. Cómo se lo voy a hacer, si nuestros periódicos tienen plantillas con decenas de periodistas dedicados a nuestros asuntos, y la prensa internacional tiene, si es que se lo puede permitir, un pobrecito periodista asentado en Madrid para cubrir toda la información nacional y escribir algún articulillo cuando su jefe de redacción lo mande. En ninguna cabeza cabe que un corresponsal en país extranjero sepa más de la situación que cincuenta periodistas que juegan en casa, pero en España, que nos queremos tan poco, aceptamos eso y mucho más. Ya podemos hablar de lo desgastado que está Rajoy, que tienen que venir The Guardian y The Telegraph para demostrarnos que lo está de verdad. A ver quién se supone que le ha contado la historia a los corresponsales extranjeros: pues nosotros mismos, así que estamos en el mismo punto que al principio. Para enterarme de la realidad española no necesito la prensa internacional a menos que quiera saber hasta qué punto los vecinos están al tanto de nuestro circo, pero de ahí a tomar el circo que cuentan como si fuese nuestra realidad hay un trecho. O si no recordad el reportaje fotográfico sobre la España de la crisis que publicó The New York Times. Si esa es la prensa internacional de la que nos tenemos que fiar como revelación de la Virgen, yo apostato de estos medios.

Mi desencanto con la prensa internacional cuando habla de nuestros asuntos había llegado a mínimos históricos. Hasta que el último año. Entonces descubrí que los periodistas patrios no sólo utilizan a los extranjeros para reafirmar sus titulares y darse palmaditas en la espalda, sino que han encontrado una excusa perfecta para contar lo que no se atreven a contar. A ver cómo me explico: como hay ciertos asuntos que no está bien que publiquen los periódicos españoles (¡censura en el siglo XXI! ¿De qué estamos hablando?), por los compromisos y presiones de siempre, nuestros periodistas, que están un poco hasta las narices de los bozales de oro y que no van a dejar pasar noticias jugosas de las que venden periódicos con la que está cayendo, reinventan el «la prensa internacional dice» y lo convierten en «mira lo que dice la prensa internacional, porque yo no tengo huevos». Un ejemplo práctico:
—Redacción de turno. ¿Diga?
—Mire, soy la Casa Real. Esto que habéis publicado no nos gusta y...
—¿Nosotros? Qué va: lo ha publicado la prensa internacional. Lo único que hemos hecho ha sido informar de lo que otros han dicho.
Los tentáculos del Rey llegan lejos, pero The New York Times se le queda grande. Y no es que la prensa internacional no haya publicado lo impublicable hasta ahora (una revista italiana publicó fotos del Rey tomando el sol en pelotas, fotos que no llegaron a España por la censura autoimpuesta y menos mal), sino que ahora nuestros periodistas, que son un poco cobardes cuando se trata de reyezuelos e infantas, empiezan a perder el miedo a contar lo que otros cuentan, porque ellos no se atreven a contar. Porque quién iba a saber mejor de Corinna que los periodistas españoles, pero se hacen los locos y fingen que se enteran por la prensa internacional, como si la prensa internacional no bebiese de lo que nuestros periodistas cuentan off the record.
La primera vez que se habló en España de la amiga entrañable del Rey, se utilizó a la prensa internacional como excusa. Nuestros periódicos y revistas lanzaron a la portada los titulares extranjeros, escandalizadores, pero no tuvieron valor de firmar ningún dato con su nombre. Corinna no es la única afectada de este mal de la prensa extranjera: hace poco, la prensa española publicó que la prensa extranjera publicaba que la prensa española sufría presiones de parte de la Corona por el caso Nóos. A ver, que no ha quedado claro: nuestros periodistas dicen que los periodistas extranjeros dicen que los periodistas españoles (¡o sea, los primeros!) sufren presiones. Simplifiquemos: es como si yo publico en el blog que el blog Mendrugo publica que el blog Crónicas Salemitas sufre presiones por parte de un tío con corona. A ver: ¿y por qué no digo directamente que las sufro yo? Ah, claro: por la censura autoimpuesta. Si digo que la corona me presiona, se me cae el pelo. Pero si lo dice otro, yo siempre puedo escurrir el bulto, pero ahí dejo la duda para quien la quiera.
El síndrome de la prensa internacional está llegando a cuotas extremas. Si tengo que informar a un periódico extranjero de cuál es la realidad, para contarla de su parte, este periodismo se va a la mierda. Así no nos los vamos a creer. Tampoco nos engañemos: con esta actitud, el recorrido de la monarquía española puede ser muy corto. La esperanza de vida se les ha reducido en unos cuantos años, y de ellos depende perpetuarse o morir. Están viviendo sus horas más bajas. Mucho se habla últimamente de la Transición pendiente de la corona. Esta transición tampoco le iría mal a nuestros periodistas, para que se libren de una vez de las correas de los de arriba. Así seríamos todos un poquito más libres. Lo dice la prensa internacional.

Letizia Ortiz Pídele Perdón

La princesa de Asturias es la protagonista del último gran video de Internet. No desmerezcamos la cinta sólo porque sale un famoso: si en vez de Letizia se tratase de la alcaldesa de Villacaspín, también disfrutaríamos con las mil veces que repite "pídele perdón" o la cara de frustración que pone cuando las niñas no se besan, como si reconciliar a dos primas se tratase de la empresa más importante de su vida. Solo que para colmo la prota, sí, es Letizia Ortiz, lo que aumenta la diversión del video. Qué grande.
Podéis verlo aquí.

El rey enamorado: una historia real del siglo xx

La película El discurso del rey tiene por telón de fondo una de las historias más interesantes de la monarquía del siglo XX: la de Eduardo VIII, tío paterno de la reina Isabel. La mayoría de españoles ignora que la actual monarca británica sólo accedió al trono por una cuestión de azar, ya que era su tío -y sus consiguientes hijos- los que debían perpetuar el linaje de los Windsor y la antigua corona inglesa. ¿Qué ocurrió para que no fuese así? Eduardo VIII tuvo la ocurrencia de enamorarse de una estadounidense (vulgar para muchos. Estadounidense a secas para la opinión general) dos veces divorciada. El gobierno y el pueblo no querían que contrajese nupcias con la señorita Simpson, y su amor por ella era tan fuerte que abdicó, se quitó la corona a la edad de cuarenta años y vivió como un simple mortal el resto de su vida, hasta 1972. Durante más de treinta años, observó junto a su amada norteamericana cómo su hermano pequeño lo sucedía como rey y cómo su sobrinita Isabel hacía lo propio unos años más tarde. Pero él tenía a Wallis Simpson, y eso es todo lo que necesitaba para ser feliz. Resulta emocionante pensar que estas historias todavía pueden ser posibles.

Pero El discurso del rey es una película biográfica de Jorge VI, padre de la actual reina Isabel II de Reino Unido, que recoge un corto periodo entre sus últimos años como tercero en la línea de sucesión hasta el momento en que sin creérselo, se convierte en monarca del imperio. La película cuenta con un Colin Firth alarmantemente simplón con una Helena Bonham Carter mediocre como nunca en su carrera, aunque sospecho que la culpa la tiene el guión, gran decepción del conjunto. Al salir del cine me decían que el error estaba en que la historia no daba de sí; un discurso ¿es para montar un largometraje? Pero en realidad no creo que este sea el motivo por el que El discurso del rey es una película tan poco apasionante. El mérito de un narrador reside en alimentar la emoción con cualquier historia. ¿No conocéis personas a las que les pasa de todo y personas a las que nunca les ocurre nada? ¿No tendrá algo que ver con el mérito de los primeros a provocar historias donde nos segundos no han sentido el más mínimo estímulo?
La reina es otra película de Buckingham Palace con acontecimientos que podrían parecer poco relevantes: cómo vivió Isabel II los días posteriores a la muerte de lady Di. Y sin embargo, el guionista consiguió crear una historia cautivadora, donde logras sufrir y emocionarte en la piel de la mismísima reina de Inglaterra. Ese es el mérito del que carece El discurso del rey: que la historia no está bien contada, y que los personajes reaccionan de formas de todo menos creíbles.

¡OH!

Pensaba que lo había visto todo en el periodismo, pero la portada del ¡HOLA! de esta semana me ha hecho replantearme la prensa e incluso mi existencia. Mi teoría es que todo es fruto de una apuesta del director de la revista: "¿Te crees que no me atreveré a poner esto en portada? ¿Cuánto te apuestas? Pues espera...". DIOS MÍO. Y les daba por lo más serio y respetado del corazón.


Desmontando el mito del Rey

España tiene monarquía, lo que se podría medioentender en una corona ininterrumpida desde los años de maricastaña, pero no cuando se reinstauró en 1975. Francia saliendo de su resaca hippy y nosotros creando un Palacio Real. Ahógate si no te lo crees.

Me resulta inquietante el hecho de que no haya un partido fuerte anti-monárquico. En el Partido Popular no me sorprende, pero sí en el PSOE: porque nunca les verás ondear una bandera española (España la inventó Franco, creerán ingenuamente) pero luego sí están en favor del Rey, que es un retroceso en las igualdades y tiene un tufo a Edad Media que echa p'atrás. Muy coherente, sí.
A falta de un verdadero debate sobre la monarquía en España, que ya se retrasa treinta años (y encima monarquía machista, ¡para colmo de los colmos!) escucho a los monárquicos unos argumentos de los más peregrinos. Y seguro que los habéis oído vosotros también:
  1. El rey es una institución antiquísima: a ver, el rey es una institución antiquísima, pero usar eso como argumento es cuanto menos controvertido. Durante la mayor parte del siglo XX no tuvimos rey, y además: ¿desde cuando el hecho de que algo sea antiguo da legitimidad a nada?
  2. Si no tuviésemos rey, el Jefe de Estado costaría más dinero: esta es la clase de argumentos que más me sulfuran. Es como aquello de "no puede haber vida fuera de la Tierra si no hay agua", no a menos que seas subnormal. Un jefe de Estado cuesta lo que los presupuestos le quieran pagar. Los demagogos se van a Francia e Italia para ver los sueldos de los homólogos, y entonces nos venden la moto de que nuestro rey nos sale barato. No, señores: primero, comprueben también el suelo del presidente del gobierno. ¿Es el mismo en todos los países? No, ¿verdad? No pagamos lo mismo a Zapatero que a Sarkozy, señal de que el argumento es cuanto menos falsario. Por no mencionar el hecho de que el rey tiene beneficios de patrimonio con los que no cuenta ningún otro jefe de Estado de Europa (beneficios pagados aparte, naturalmente), nadie dijo que fuese obligatorio tener un jefe de Estado, o que el jefe de Estado no pueda ser el mismo presidente del gobierno. ¿Qué es Obama, si no? Viendo el graaaaan trabajo que hace el Rey, no creo que fuese un drama trasladar sus poderes a Zapatero.
  3. El rey tiene una gran preparación: ¿y qué? ¿Acaso no la tienen otros hombres y mujeres de España? El rey tiene preparación porque se educó para eso, pero eso, señores, es la sociedad clasista de Platón. ¿Es a donde vamos? ¿Estar predestinados desde nuestro nacimiento, sin poder movernos del sitio? ¿Y qué ocurre si el niño sale rana?
    Si alguien quiere jefe de Estado, y no es mi caso, que sea totalmente democrático. Y si el rey es el más capacitado para el puesto, y no dudo que lo puede ser, que gane en las urnas legítimamente.
  4. El rey nos salvó en el 23F: ¡Dios! ¿Pretendes matarme de un infarto? El papel del rey en el 23F, día del Golpe de Estado, es todavía controvertido. Si actuó con diplomacia o por salvarse el culo, no lo sabemos y posiblemente no lo sepamos nunca. Incluso se le acusa de estar de todo eso, y echarse para atrás en el último momento. No tengo ni idea y soy más revisionista que conspiracionista, de modo que tomaré con precaución cualquier dato. Lo que es importante es que INCLUSO si hubiese tenido un papel relevante aquel día, eso no es razón para regalarle un sueldo vitalicio y todo el patrimonio que ponemos a su disposición. ¡Peor aún! Un sueldo vitalicio para sus descendientes, hasta el infinito. Todo lo vitalicio me produce repelús. Nadie se merece tanto, nadie debería aceptar algo así.
Lo siento, pero no veo que el rey haga nada por España, ni por su unidad ni por nada. Le veo chupar del bote y usar toda su diplomacia en mantener el trono, que no está mal. Y me resulta indignante que personas con sentido común defiendan algo tan anticuado como la corona, más este rey, que resulta una vergüenza para un gran país que pretende y es moderno y del siglo XXI. No con don Juan Carlos I, desde luego.

La imperfecta Constitución

Lo siento, lo siento. Hubiese escrito esta entrada ayer, pero la efeméride me pilló en Madrid. Cero turismo en una ciudad que ya me pide retorno, pero eso es otro asunto. La Constitución Española, la del 78, me llama ahora.


Que todos pitos y flautas con lo bien que está la Constitución, y como a mí me aburre soberanamente repetir lo que ya dicen los demás (nota mental: si un día soy presidente del gobierno, Dios no lo quiera, suprimiré los minutos de silencio y demás ejercicios de pérdida de tiempo), pues diré lo que no me gusta de la Carta Magna, lo malo malísimo, lo que nos trae de cabeza y por el camino de la amargura. Bueno, no sé si tanto, pero en un santiamén he sacado las cinco peores cosas de la Constitución. Quizá no son las peores, pero es lo que he podido en eso que me preparaba la cena. No hay nada que no haya comentado antes en este blog. De hecho, es un pupurrí de mí mismo. De mal a peor.

PRIMERO. España de las autonomías. Me parece bien que haya autonomías, aunque os aseguro que para mí no sería un drama que no existiesen, y se controlase todo desde el propio Estado. Pero bueno, están ahí y hay que sacarlas adelante de la mejor de las formas. De ahí a los excesos que hay, no. Devolvería varias competencias al Estado, empezando por la educación. Una educación de consensos, eso sí. Democracia siempre.

SEGUNDO. España laica. El laicismo (entre laico y no confesional no existe diferencia alguna, pese a que más de uno se enfrasce en características genuinas) es algo constitucional y no debemos extrañarnos cuando alguien pide que se retiren los símbolos religiosos. Que no pregunten a los ciudadanos si están a favor de las sentencias pro-laicismo: ellas sólo cumplen la ley. La pregunta, si acaso, es si estamos de acuerdo con que España sea laica. Lo es, en la teoría, que en la práctica dista mucho. Algunos ponen el grito en el cielo por un crucifijo en las aulas cuando los altos mandatarios juran (o prometen) con la Biblia delante, cuando los funales de Estado son de la Iglesia (y con Rouco, ¡añap!) y celebramos la Navidad y la Pascua como si nada, por no mencionar todas las calles dedicadas a santos o papas. ¿Donde termina el laicismo y comienza la tradición religiosa? Yo no lo sé. Pero estoy a favor de las dos: laicismo y tradición. Eso sí: si fuese por la Constitución, nada de lo que he mencionado se haría. Los políticos han sido "inconstitucionales" desde el primer día, en lo que a Iglesia y Estado se refiere. Psocialistas y Ppopulares por igual.

TERCERO. España de la resociabilización. Como me parece una temeridad presuponer la resociabilización de todos los presos, estoy a favor de la cadena perpetua (o cadena de muerte, si el reo la prefiere. Tranquilos, que lo justifico) en tres casos muy concretos: pederastas, violadores y terroristas. Quitémonos ese complejo de decir que todos se hacen buenos al pasar por la cárcel, que a los que tienen sentido común les entra la risa. Hay casos muy evidentes de personas que quieren reincidir nada más salir de prisión, y lo reconocen sin tapujos. Esos no deberían salir mientras fuesen un peligro. Gracias a nuestra Constitución, no podemos evitarlo. Pues a cambiarlo, hombre.

CUARTO. España monárquica. No es de recibo que una Constitución que prometía ser moderna, nos colase un Jefe de Estado que responde igual a rey que a figura de Belén, por lo poco que hace. Es una institución machista, en un machismo no justificado ni para 1978; es una institución hereditaria, por lo que sólo puede llegar a ella un heredero; y entre un sinfín de injusticias, es abominable que el rey sea inviolable - que no puede ser juzgado por el derecho penal, en resumen. Que si le apetece matar a ocho vedettes tocayas, nadie le podrá poner la mano encima. En fin. Desconfío de cualquier persona monárquica. Para mí es igual que si me dicen que se dejan pisotear. Tampoco me creo el cuento del "Campechano de la Transición", y aunque fuese cierto, no veo razón lógica para agradecerle su trabajo de entonces con un "premio" eterno, para él y para todos sus descendientes. Qué estupidez.

QUINTO. España y la vivienda digna. Se supone que tenemos derecho a una vivienda digna, pero es más bien un brindis al sol. Supongo que en la España del ladrillo, anteponemos la vivienda a la vida: de ahí que no importe vivir miserablemente con tal de tener un piso a nuestro nombre. Como no veo forma humana de lograr que todos tengamos una vivienda por la jeta, prefiero que quiten ese chiste de derecho de la Constitución. Por dignidad. Para no tener la impresión de que se están riendo de mí, cuando por un lado leo "derecho a vivienda digna" y por otro veo a todo el mundo ahogado a final de mes.

Leti y Sofi

Como tengo una imaginación infatigable, me gusta inventar noticias para marear a mis hermanos. Es método es este: voy por el pasillo, paso acelerado, me oyen. Me paro en seco en la puerta. Miro con consternación.

- ¿Te has enterado?
- ¿De qué?
Y ahí suelto la mayor estupidez que se me pasa por la cabeza, con voz seria y un temple inalterable. Cualquier cosa vale:
  • Que han abducido a Rita (nuestra alcaldesa) y vota en los plenos desde la nave espacial.
  • Que han descongelado al Rey Arturo y echa pestes de Ginebra.
  • Que mi madre ha pedido que le llamemos a nosequé hotel de París, que está siendo perseguida por la policía.
En resumen: historias sin gracia que sólo sirven para desquiciar a mis hermanos (que en realidad se ríen y la mayoría de veces me siguen el cuento, para qué negarlo). Luego está la segunda fase, la de la repercusión mediática. Consiste en volver a las dos horas con el móvil en la oreja fingiendo que hablas con alguien famoso, ya sea Rubalcaba, Sarkozy, Zapatero como Falete, según la historia del día. "Sí, ahora te paso a mi hermano. Sí, tranquilo, yo le aviso. Sí, sí...". Y mis hermanos miran al cielo y se preguntan porqué les ha tocado vivir conmigo. Les gusta, ¡en realidad les gusta!
Ayer fue distinto, porque en eso que El Internado estaba en anuncios y mi madre y hermana veían Hospital Central, fui corriendo a avisar de la última noticia chorra del día, que bien no era ni tan original ni tampoco inverosímil.
- ¿Os habéis enterado? ¡La Casa Real ha anunciado que Letizia está embarazada de nuevo, y esta vez de un varón!
A lo que mi hermana se gira, me mira de arriba abajo y responde:
- Eso es imposible, porque eso lo hace en el IVI y ahí no va a permitir tener un varón.
¡Ala, noticia bomba tirada por la borda! Qué mal para mi reputación de juglar idiota.
Pero me hizo gracia la respuesta de mi hermana, porque está convencida de ello. Para quien no lo sepa, el IVI es el "Instituto Valenciano de Infertilidad", que lógicamente está situado en Valencia y es un céntro único en España para que las mujeres que no consiguen concebir, puedan hacerlo. Conocidos y amigos de mi familia juran y perjuran que Letizia fue tratada en esta clínica, que tenía una ligadura de trompas de su anterior vida desenfrenada (transcribo, sólo transcribo) y que sus visitas oficiales en Fallas no eran sino una excusa mientras tenía que ser atentida por su fertilidad. Para muchos valencianos es más que oficial que Letizia ha sido paciente del IVI, pero nunca lo he oído en los medios nacionales (posiblemente lo hayan dicho, pero tampoco es que esté muy puesto), claro que por las circunstancias de su infertilidad, como que conviene más que sea secreto. Eso sí: ya que el niño va a ser a la carta, que sea niña, por favor. Hasta ahí llega el vox populi de aquí, y razón por la que mi hermana (y mi madre, otra anti-Letiziana; poniendo por medio que no somos muy monárquicos en casa, las mujeres son especialmente anti-Letizia) lo crea con absoluta convicción.

(Paréntesis: ¿por qué cuando en los programas de corazón que anteceden a los debates de política, cada vez que hablan de un cotilleo en Sevilla dicen "toda Sevilla lo sabe"? Me imagino muy cotillas a los sevillanos, ¡pero muy! Y si yo fuese sevillano y no me enterase de todo eso que se supone que sé, me sentiría un puto apátrida, ¡que sí!)

No sé si habéis leído las últimas declaraciones de la Reina Sofía, que igual podrían llamarse las primeras. Entiendo por qué no habla la mayoría del tiempo, porque el libro-entrevista no tiene desperdicio. Los medios han usado de titular su oposición a los matrimonios gays (y si ella pensaba que no le iban a costar caras esas declaraciones, se equivoca) pero la verdadera perla desde mi punto de vista es la referente a la asignatura de Religión. Porque si bien yo estoy a favor de que se imparta en los colegios (además que Educación para la Ciudadanía, ¡qué manía a buscar sustitutos y no combinaciones!), mi defensa es porque la religión es cultura y no puede negarse esa cultura así por así. Pues bien, la Reina Sofía también está de acuerdo, pero sus motivos son distintos, más creacionistas que humanistas:
"Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".
¡Toma, Paloma, pastillas de goma! Anda, cállate, cállate. No hay que ser muy listo para saber qué te va a decir tu marido cuando se entere. Que él opina igual, muy posiblemente, pero se lo calla por la cuenta que le trae. Gracias a que el psocialismo español es monárquico, aunque parezca y es incoherente, os tendremos viviendo del bote por mucho más tiempo. Eso sí: con rumorología, que es lo que le da vidilla al asunto. Cosas del IVI, de camas separadas y Bárbara Rey. ¿Cómo no nos vamos a interesar por la vida de alguien a quien mantenemos? Cuestión de reciprocidad, claro que sí.

Thelma o el afán de contraprotagonismo (lo cuál es el doble de protagonismo, dicho sea de paso)

Thelma Ortíz es la hermana de la princesa de España, la última después del suicidio de Erika (¿por qué nadie tenía los cojones de decir lo que había sido?). La chica creía que tenía un buen cuñado hasta que la pareja entró en crisis. Luego Letizia se divorció y Thelma se preguntó si su hermana sería una eterna divorciada. Vaya si se equivocó.
Hoy Thelma es carne de prensa rosa por más que, según ella, se esfuerza por pasar desapercibida. Da igual si concede entrevistas o va a actos sociales de la más alta burguesía, que ella jura y perjura que no le van nada las bambalinas. Thelma es más de acción social, de voluntariado en países remotos, un alma peregrina que sin quererlo ni beberlo se ha metido en un mundo que no va con ella.
Lo último ha sido intentar prohibir por lo judicial que los periodistas puedan sacarle fotos. Así, con un par, da igual que nadie lo haya hecho antes. No se refiere a prohibir fotos comprometedoras, no: lo que pretende es prohibir cualquier foto, de ella y su pareja (no sé si están casados, no estoy tan puesto) a excepción de las que le hagan en eventos sociales. Osea, una Presley de vida oculta, cuyo mundo más allá de los bombones nos sería desconocido a todos.
La hermanísima vive una vida de princesa más allá que la propia Letizia: pretende cobrar todo lo bueno de la realiza, pero sin las desventajas que se traga su hermana. Querría saber cómo se pudo pagar con su sueldo de voluntariada (já) el vestido de novia de la boda. Que nos lo cuenten a todos. Lo más divertido de todo esto es que Thelma Ortiz no ha perdido el juicio contra la prensa, no. Porque aunque la jueza le haya enviado a freír espárragos con sus pretensiones (es que es surrealista), a la Infanta Couché le saldrá gratis todo este periplo judicial. ¿40.000 €? En mala hora. Si total, no los va a pagar ella sino nosotros, los contribuyentes. Así cualquiera demanda. Porque cualquier persona tiene derecho a su intimidad, pero no se puede llevar un doble juego. O lo tomas o lo dejas. Pero no eres hermana sólo para lo bueno y para lo demás, pídele cuentas al rey.

El mensaje del Rey

Cada Nochebuena, el rey de los impuestos nos deleita con un mensaje institucional que se ve en todas partes. Un mensaje vacío, de autobombo, de palabras huecas que no dicen nada y sueños que lo mismo da que propongo él que la cajera del Opencor. Pura palabrería que no lleva a nada.
Voto porque el mensaje de navidad lo de Letizia el año que viene, ala. Si este año, con El Jueves, los duques separa'os y el rifirafe de Chávez, el mensaje ha sido tan aburrido como los demás, nada cambiará para que por un año la cosa se vuelva más interesante. Ojalá terminemos 2008 sin corona. Si lo único que tiene que hacer en garantizar la unidad del país, no sé por qué diantres le pagamos si no ha movido un dedo con los estatutos ni referendos. Este tipo sólo sabe de impuestos e imposiciones, los que les pagamos y la vez que le colocó el Caudillo.

El año del rey

Deu meu qué año lleva el Rey. Un verano con caricaturas secuestradas que trajo de nuevo el debate de monarquía sí monarquía no. Hace unos días visita Ceuta y Melilla, en un viaje que no hay excusa para que hayan esperado treinta años (y dicen que la culpa es de la Moncloa, así que cosa de ellos), un viaje que además de poner tensos a unos marroquíes que reclaman unas tierras que nunca han sido suyas, hacen que todo un pueblo se vuelque ante sus majestades, dando un ejemplo de respeto a la corona que yo no seguiré y amor a España que algunos deberían aplicarse. Todos flipamos con el recibimiento del rey y seguro que el primer sorprendido fue él, disfrutando de un baño de masas que no se debía dar desde vete tú a saber.
Y ahora, el que sin duda será uno de los videos que acompañarán todos los reportajes del rey del futuro, el del "¿Por qué no te callas?". Sabéis que no soy monárquico, ni ganas de que un don nadie me pise, pero sin duda apoyo totalmente lo que dijo. Y no menos impresionado me dejó ZP, o Z de Zapatero, con su discurso sobre el respeto. Aznar hizo bien en llamarle para dar las gracias (sinceramente, no hubiese esperado eso de él) pero el PP ya está criticando todo. Mecagüen. No tendremos una semana sin polémica.
Qué bien que manden callar a Chávez... y que ahora no se haga el "torero" diciendo que no hay rey que le calle, que las videotecas están ahí para recordarle que sí hubo uno que lo hizo, el de España. Por muy bravo que se vea ahora de vuelta a casa.

El juego del Rey

Que me diga Don Juan Carlos a qué diablos juega, porque yo quiero enterarme. Y de paso, divertirme.
No diría que es un retroceso tener corona en el siglo XXI, porque honestamente, creo que nunca en la historia ha tenido verdadero sentido. Ha habido reyes mejores y reyes peores, pero todos chupando del bote. Lo que es evidente es que el rey de España es rey por unas circunstancias muy especiales, que pasan por la voluntad de Franco y por la tolerancia de todos los españoles. Mientras dure.
Por eso me quedo perplejo al observar que el rey se lleva un juego muy raro: tenemos un monarca que se las da de progre, o algo así, porque siempre parece del lado de los republicanos. Un rey que no ha levantado la voz ante el Estatuto de Cataluña y que se atrevió a comparar el conflicto vasco con el de Irlanda. Un rey que lejos de defender la unidad de España, secunda a aquellos que la fragmentan y que además, ataca por las espaldas a aquellos que defienden su institución. No es Losantos sea santo de mi devoción, pero él sí es monárquico y sin embargo el monarca le anda poniendo verde, igual que hizo en su día con Aznar. O el rey es basicamente idiota, porque se tira piedras en su propio tejado, o tiene un plan B del que nadie sospecha nada.
Soy republicano, así que por mí que el rey se vaya cuanto antes. Pero eso sí: que no olvide contarme qué juego se lleva, porque sigo sin entender cómo se puede ser tan rematadamente idiota, además de cobarde. Está poniendo su continuidad en manos de los primeros que quieren verle fuera. Pues como si me da a mí la opción: una patada en el culo y empezamos a cumplir eso de que todos los ciudadanos somos iguales. Porque menudo cuento hasta ahora.

Diana y Letizia

Quizá Letizia Ortiz soñaba con ser la nueva Lady Di: una princesa moderna y comprometida, a la vez que amada por el pueblo. Una princesa con estilo propio y genio, capaz de callar al mismísimo heredero. Quizá ese era el sueño de Letizia mientras grababa sus últimos telediarios en la Primera. Nunca lo sabremos.
O en realidad no. Letizia esperaba crear un nuevo tipo de princesa, el de republicana y sindicalista, una figura monárquica que imitarían todos los países "coronados". Tampoco le funcionó demasiado bien, si es que esa fue su intención.
Lo que es evidente es que España no le tiene el cariño que Reino Unido le transmitía a la Princesa de Gales. Ni a diez años de su muerte tampoco. Mientras que de Lady Di se admiraba su glamour, compromiso con los más desfavorecidos y carisma, de Letizia se habla de lo anoréxica que está en las últimas fotos, lo trepa que tuvo que ser para casarse con el Príncipe y que si se hizo una ligadura de trompas en sus años de juerga, motivo por el que no tuvo a Leonor hasta pasado un tiempo. Más aún: conozco a bastantes personas, os asombrariáis cuantas, que aseguran haber visto a Letizia entrar al Instituto Valenciano de la Infertilidad, el más importante de España, pero ya sabéis: puede saberlo todo el mundo que en España, la prensa no dice nada. ¿Y van EL MUNDO y EL PAÍS de republicanos? Los medios son los primeros culpables de que a estas alturas sigamos pagando un rey. Y mira que a mí no me caen mal, conste... pero de que no me caiga mal una persona a tener que pagarle una vida de lujo a él y a todos sus parientes, hay un abismo. Eso sí que no.

P.D.: ¿Recordáis el día en que murió Lady Di? Yo tenía 10 años, estaba en Dénia y recuerdo que me lo dijo mi hermana en la cocina. De hecho, ya no recordaba esa cocina, porque hicimos obras hace mucho tiempo y nada tiene que ver. Pensé que si fuese Lady Di, fingiría mi muerte para que nunca más me acosasen y me iría a vivir a un lugar paradisiaco. Quién sabe. Quizá Lady Di esté en las Bahamas.

La caricatura

La que se ha armado por la portada del Jueves. Me cogió de sorpresa al volver de Escocia, esta noticia como tantas otras: Polanco, muerto y el Solitario, pillado.
En realidad las tres noticias tienen mucho que ver, y es que cada uno ha sido rey en su medio. Los Príncipes los serán de España, si no lo son ya del papel couché; Polanco era rey de la comunicación, y un auténtico marionetista del presidente; y el Solitario, qué decir del Solitario: un auténtico genio, un rey de los ladrones que nunca hizo amagos de compensar con los pobres.
La caricatura es de mal gusto, pero lo que tiene el Jueves, qué vas a esperar. Y dentro de su mal gusto, es divertida y una verdad como un templo. El mayor error de la monarquía española será levantar polvo por estas cosas cuando no les compensa en absoluto que se hable de su papel. Lo que han conseguido, en cierto grado, es que se hable del chiste del dibujo: ¿Cuál es el verdadero papel de la corona? Tienen todas las de perder como el pueblo se ponga a pensar en eso.

El primer mérito del Rey

¿Quién le iba a decir al Rey a sus sesenta y nueve años que su primer mérito como monarca iba a ser el convertirse en el Español Más Importante de la Historia? A él, que se le atribuyen episodios ejemplares (pero gravemente dudosos) como la transición o el 23-F; a Su Majestad, que dice ser demócrata pero a quien nadie ha elegido; Juan Carlos I, el mismo heredero de la alicaída corona española que vive de los impuestos de los españoles y se aferra a su trono mientras el resto del país evoluciona como corresponde en el siglo XXI.
Hay cosas incomprensibles. La monarquía es una de ellas. La monarquía, hoy por hoy, es una de ellas. Que Reino Unido tenga reina es concebible, porque ha sido ininterrumpida por siglos. ¿Pero cómo se entiende que el Rey de España fuese rey desde el mismo momento en el que se reconocían igualdad de derechos para todos los españoles? La Constitución es una contradicción en toda regla: no me digas que todos somos iguales si luego el Rey es una figura con un abanico de privilegios que no tiene ningún otro; no tuvimos que esperar hasta que muriese Franco para que existiese igualdad de derechos entre el hombre y la mujer como para dar preferencia al varón en la línea sucesoria. Tendría sentido si la corona hubiese llegado antes que la democracia, pero lo cierto es que las dos se constituyeron el mismo día.
Sin duda, lo más grave de todo es que el rey no se hace responsable de nada. Así de claro lo dictamina el artículo 56.3º: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad". En otras palabras, significa que el rey ya puede matar diez osos o liderar la corrupción en Marbella, que él se lava las manos y no hay juez en España que pueda declararle culpable. Y presumimos de Estado de derecho, ojo.
Con semejantes injusticias nuestro querido monarca puede dormir tranquilo, porque por primera vez en su vida ha sido el pueblo el que le ha votado. Viva el rey.