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Mostrando entradas con la etiqueta Ballan. Mostrar todas las entradas
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30 abril, 2012

Wiggins el cronoescalador (y sprinter)

Al sprint. Y celebrando como un experto.
Esto es el ciclismo: es el deporte que nos gusta, y ¡lo que hay que tragar con esta afición fuera de la razón!. Aquí va el enésimo caso de corredor que, viniendo de la nada más absoluta (de la pista) se transforma en escalador, sprinter y favorito número uno a ganar el Tour de Francia, tras una transformación asombrosa. Se llama Bradley Wiggins y ayer ganó el Tour de Romandía.

Al igual que en marzo ganó la París-Niza, el británico se ha impuesto en la segunda vuelta de prestigio que conquista -de prestigio y de las otras, puesto que no tenía ninguna- con un dominio de la cronoescalada al nivel de los mejores escaladores del pelotón. Para guinda, ganó la primera etapa de la carrera con un arte todavía desconocida en su repertorio descubierto con 33 años: al sprint. Al sprint. Al sprint.

El prólogo de 3´34 kms. en Lausanne fue para su talentoso compatriota y compañero Geraint Thomas, recién aterrizado de la pista, ese amor que no deja y por el que sacrificará el Tour de este año: hay JJ.OO en casa y las posibilidades de que un nacido en Gales se cuelgue una medalla se reducen a su persona. En compensación, los aficionados al ciclismo lo veremos de salida en un evento no muy apto para sus características como el Giro. Tanto que ganamos.

Al día siguiente vino la machada de Wiggins. A 25 kms. de meta pinchó, y tanto Thomas como Cavendish se quedaron en la subida. A dos kms. de meta atacó Rui Costa y fue el propio Wiggins el que neutralizó. Como si sus dos rápidos compañeros siguiesen en el pelotón, tomó la cabeza y ganó el sprint, batiendo a Westra y Tiralongo.

El segundo día había final en ligera subida, Hesjedal salió muy fuerte y fue batido por Hivert, Rui Costa y SMS Sánchez, que esta semana ha vuelto a los niveles de 2006, cuando realizó aquella Vuelta a Castilla-León todoterreno dos semanas antes de la Operación Puerto. Después llegó la Volta a Cataluña y salió tarde de la rampa del prólogo, cosas casuales en este eximio representante de la raza murciana.

El cuarto clasificado de esta segunda jornada, el belga Gianni Meersman, fue segundo al día siguiente, cuando ganó SMS Sánchez. También era final en cuesta -que no montaña- y el murciano se ponía a sólo 1" del liderato de Wiggins. Que el tercero de la jornada volviese a ser Tiralongo, un corredor incapaz hasta de obtener su primera victoria profesional, demuestra que en el Astana hay mandanga de la buena.

¡Y que decir de SMS Sánchez, que al día siguiente repitió victoria! Al igual que el otro murciano Fran Pérez en 2003, otro representante de la Huerta se lleva dos etapas seguidas de Romandía. Bueno, al amigo de Valverde, recientemente retirado, le duraron poco, porque dio un positivazo por EPO que acabó en dos años de sanción y la pérdida de aquellas dos etapas.

No será el caso de SMS Sánchez, un corredor a prueba de balas e informes de la Guardia Civil -su padre lo es-, salvado en su momento por ser joven y que ahora, frisando los treinta, todavía no sabe si vale para una ronda por etapas, para etapas, para subir, para sprintar o para crono. Era la etapa reina con tres puertos de primera y uno de segunda y se llegó ¡al sprint!.

Sánchez lanzó la llegada a 300 metros de la línea y consiguió mantener la primera posición, alcanzado el liderato por la bonificación de 10" en meta. Los derrotados ante el tremendo sprint murciano fueron Nocentini, Samoilau del Movistar y Verdugo, con Tiralongo esta vez quinto y casi reconvertido en sprinter, quizás en el próximo ciclo médico-deportivo.

Romandía, este año dulcificado, proponía para el último día una cronoescalada a la conocida y elitista estación de esquí de Crans-Montana. SMS Sánchez partía líder con 9" de ventaja sobre Wiggins, pero merced a un rendimiento imposible de calificar, acabó ¡décimo! de la general final. Wiggins ganó la etapa empatado a tiempos con el talento estadounidense Talansky, que también acabó segundo de la general y Rui Costa tercero.

Wiggins ya realizó un 2011 portentoso, oscurecido por su caída en el Tour: 3º en Niza, 1º en Dauphiné, 3º en la Vuelta y 2º en el Campeonato del Mundo CRI. Este año lleva París-Niza y una etapa, y Romandía y dos etapas. No competía desde hace un mes en la Volta, cuando abandonó por las características propias de la carrera. Lleva la preparación de los campeones, como Landis en 2006 o Evans en 2011: carrera en la que sale, carrera que gana. Al tiempo. Al Tour. Al sprint.
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La Vuelta a Asturias, reducida a tres etapas (una con dos subsectores, como es tradicional en la prueba), para Beñat Intxausti, que gana su primera ronda por etapas y manda señales inconfundibles de cara al Giro. La primera etapa fue por escapada y para un desconocido del pelotón español, emigrado en Portugal desde hace años, llamado Alejandro Marque. Fue su primera victoria profesional con 30 años, y llegó con opciones de victoria al último día. Al día siguiente los subsectores vieron la primera victoria profesional de Jesús Herrada y, por la tarde, la de Ion Izaguirre. Como vendrán muchas más de estos prometedores jóvenes del pelotón español, quizás esta Vuelta a Asturias sea recordada por este evento. Y por la victoria de Intxausti, claro, que el último día en el Naranco fue batido por Remy di Gregorio, Cofidis bajo la atenta mirada del patrón Moncoutie, tercero en la cima ovetense. Segundo en la general David de la Cruz, que ya fue cuarto en Castilla y León.
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La Vuelta a Turquía sigue creciendo año tras año, como el país. Ocho etapas, de las que cinco fueron al sprint: Boss se llevó dos, y Greipel otra ("nunca ganará una gran carrera", dijo Cavendish del alemán), el mismo número que Modolo y Renshaw. Goss estuvo picando de aquí y de allá todos los días, sin éxito. La carrera se decidió el tercer día con la victoria del búlgaro Gravoski, de 35 años. Aprovechando lo de los puntos UCI, ha aprovechado para ofrecerse a equipos grandes. Las otras dos etapas fueron para Di Corrado (Colnago) e Iljo Keisse, por si se creían que no iba a haber una etapa para el Quick Step.
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Ballan vuelve a ganar una carrera, algo que no hacía desde la Vuelta a Polonia de 2009, su única victoria como campeón del mundo. Han pasado tres años, asuntos de dopaje y el hielo se ha roto en el Giro de Toscana. Es la tercera victoria individual de su supuestamente poderosísimo equipo en lo que va de año, que hasta ahora sólo sumaba etapa y general de Critérium Internacional con Evans, y una CRE en el Giro del Trentino.
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Pozzato ganó el día anterior el GP de Prato, el tipo de carreras que suele ganar desde hace tres años.
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Andy Schleck recibirá el trofeo como legítimo ganador del Tour 2010 el próximo 29 de mayo en el casino de su pueblo natal. Luxemburgo, casino y un Tour de rebote: parece el guión de una peli mala, pero es el ciclismo.
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A Valverde le pesa la cabeza "más que las piernas". Por su parte, su compañero J. I Gutiérrez, que en su día escribió una carta defendiendo la inocencia de su compañero donante de sangre, deja este magnífico titular.
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Este es el destino de las carreteras abiertas en la montaña para acoger (un) final de etapa de la Vuelta: cerrada durante semanas, porque no tiene ningún uso. Lo más delirante es que la abrieron -con coste para el erario público de la máquina quitanieves- para Semana Santa, por si algún turista despistado se dejaba caer por ahí, en vez de por los otros veintipico puertos similares que hay en la diminuta región.

04 abril, 2012

B-o-o-o-nen de Flandes

Botella-Trofeo de campeón-Flores
Como lleva una temporada incomensurable, para leer los elogios a Boonen basta con remitir a las entradas de su victoria centenaria, la de Harelbeke o la de G-W: es el mejor corredor de la historia sobre el pavés, y el simple hecho de que sólo hubiese ganado dos Tour de Flandes no cambiaba en absoluto el balance.

Ganar un tercer Flandes entraba dentro de lo posible, pero últimamente se viven tiempos de sorpresa en los monumentos (Goss, Nuyens, Van Summeren, Zaugg, Gerrans) y al gran, gran Tom Boonen ya le habían pasado varias jugarretas en la mejor carrera de Flandes, especialmente las realizadas por aquel corredor efímero que fue Devolder, que ganó dos veces el monumento precisamente por ser compañero de equipo de Boonen.

Como he comentado en otras ocasiones, a mí el Tour de Flandes no me gusta especialmente. Es una carrera que frecuentemente se salda con sonoros bochornos -la edición 2004 con Wesseman, o la 2007 con Ballan- y un sufrido aburrimiento por parte del espectador y a la que los organizadores han dado una vuelta de tuerca en este 2012 de manera forzada, contranatura y con resultados realmente estúpidos.

Al igual que en el Mundial 2005 de Madrid, el mejor ganador posible ha venido a salvar una edición completamente desnaturalizada por el capricho económico, el que hizo que las últimas decenas de kms. fuesen la repetición de un circuito en torno al Oude Kwaremont y el Paterberg, para poder cobrar entrada a los espectadores. Fue un fracaso total: la recta de llegada, de unos tres km., era de una desolación absoluta, propia de una vuelta menor en España o algo aún peor.

¿Y el resultado ciclista? Pues salvo los tres del podio que llegaron destacados, el grupo principal que se disputó la cuarta plaza estuvo conformado por ¡42 corredores!. Y eso que decían que el cambio en el recorrido era para endurecer la carrera. Y un pimiento: en algún momento pareció que se podía llegar en un sprint masivo. Sólo Boonen salvó la carrera. Una vez más. Boonen ya es tan grande que supera incluso a las carreras que le hicieron grande.

A 64 km. de meta y en el avituallamiento, con la fuga del día a sólo 2´ y seguramente preparando su golpe, Fabian Cancellara se fue al suelo. Anteriormente ya había pinchado, como le suele pasar en las carreras. Esta vez no hubo un Barredo que lo arrollase: se fue al suelo y tiene triple fractura de clavícula. Adiós a la temporada de clásicas, y otro año que se va sin grandes victorias. Decían sus admiradores que era uno de los más grandes, pero ahí está su palmarés y su edad para desmentir que alguna vez lo haya sido o que lo vaya a poder ser.

Al segundo paso por el circuito final, y con 45 kms. para meta, el grupo pasaba de las veinte unidades y el resto de corredores se integraba en un gran pelotón, y cualquier observador avezado podía ver que jamás iban a sacar diferencia para irse muy lejos. Subiendo el Pateberg y con 34 kms. para meta, Van Summeren abrió mucho su giro, se fue contra la valla y dejó cortado el pelotón de favoritos, entre ellos a un centradísimo Freire.

La ocasión la aprovechó su compañero Paolini para lanzar fuegos de artificio en una escapada sin muchos visos de éxito, mientras hacía como que miraba hacía atrás mientras pasaba al relevo a Chavanel y el sorprendente Jerome del Europcar. ¿Qué decir? Pues que no era el Tour de Flandes. Parecía un circuito de una burda imitación de la carrera.

Sólo en el último pasó por el Paterberg un gran ataque de Ballan, secundado por Pozzato, rompió el pelotón de favoritos. Boonen sufrió para no descolgarse, mientras un increíble y recuperado Principe subía sin una mueca, sentado y sin mover la horrible bicicleta Cipollini con la que se humilla a él y a las carreras a las que aspira.

De ahí a meta los tres colaboraron, claro. Menudo grupo que venía por detrás. Boonen el que más tiraba, junto con Ballan. Pozzato esperando repetir la jugada de 2009 en Harelbeke. A cinco kms. de meta los italianos intentaron hacer la pinza a Boonen: atacaba Ballan, Pozzato se dejaba llevar, y Boonen a arrancar de seco para neutralizar. Fue inútil.

Italia no gana una gran clásica desde el Lombardía de 2008, y habían escogido la peor carrera y el peor rival para intentar romper esta increíble racha negativa, impropia de un país de su tradición. En la recta de llegada, más propia de un circuito de Fórmula Uno que de una carrera de prestigio, se vivió el mejor momento de la carrera, con un impasse muy bien sostenido por Boonen. Ballan inició el sprint como el más lento de los tres, con Boonen segundo.

Pozzato cogió muy bien la rueda al campeonissimo belga, y en algún momento pareció que podía remontar, pero el Boonen de este año es intratable: lanza el sprint y lo sostiene como en sus años mozos. Tercer Flandes para el belga, Pozzato torciendo el gesto en meta pero felicitando a su antiguo compañero de equipo -gracias a Boonen ganó su Sanremo de 2006- y el pelotón entrando a 38".

Ahí se impuso con mucha autoridad Van Avermaet, neutralizado durante la carrera por llevar a Ballan por delante. Cosas del BMC, ya saben, y mejor no hablemos de Gilbert o de Hushvod, meras sombras de los corredores que son. El belga se impuso a Sagan, el joven eslovaco que este año ha conocido el Norte y, en fin, se va con un bagaje de miedo para el futuro: no es que ganase el sprint del grupo en Sanremo, es que en G-W mantuvo el sprint a Boonen y ahora ha estado escapado y ha sido segundo del sprint del grupo.

Freire fue 12º, que creo que es su mejor resultado en la carrera, demostrando que este Flandes es más asequible que el Flandes tradicional. El cántabro es otro que se puede dar por satisfecho, desde un enfoque completamente diferente al de Sagan, por su campaña del norte: igual de competitivo que el eslovaco, y acumulando un bagaje de puntos que hará que le lluevan las ofertas para continuar una campaña más. Al tiempo. El suyo y el de la historia, el mismo que ha rebasado con creces Boonen.
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Kittel gana el GP L´Escaut ante Farrar, el corredor local de Gante, aunque nacido y de pasaporte estadounidense. El joven corredor alemán quema etapas a gran velocidad, y recordemos que el año pasado batió un record de esos muy difíciles: fue el neoprofesional con mayor número de victorias en toda la historia del ciclismo. La carrera era todo un monólogo del Quick Step, hasta que a falta de 20 kms. y ya en territorio urbano, empezó a llover por primera vez en semanas. Caídas, caídas y caídas, Boonen con miedo y ganancia para todos los demás.
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Los 3 días de La Panne, prueba considerada de las menores en Flandes -y que todos los años es mejor que el 95% del calendario español, por ejemplo- vio el primer día el triunfo de Sagan, el primero de los muchos que vendrán en Bélgica, batiendo en la línea de meta a Guarnieri. La segunda etapa fue para Kittel y el liderato para el noruego Kristoff -entre el y Nordhaugh demuestran que hay vida más allá de Hushvod y Boasson Hagen-, que al día siguiente ganó el primer sector. Como suele pasar en esta vuelta por etapas cuando no hay viento, todo se decidió en la crono final a orillas del Mar del Norte. Chavanel voló y, salvo la oposición de Westra -ponga un Vacansoleil en todas sus salsas-, envió a todos a una distancia superior a los 20" en sólo 14 kms. Etapa y general para el francés, otra más para el Quick Step.
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El GP Miguel Indurain asistió a un nuevo triunfo de Dani Moreno, el corredor amigo de los médicos, que sigue creciendo a sus treinta y algo, que gana carreras con frecuencia, y que ya apunta a metas altas. Esta vez batió al esperanzador Mikel Landa (22 años, ojalá cambie pronto de equipo) y, un poco más retrasados, Madrazo -caerá la primera victoria muy pronto- y Rui Costa, compañeros de equipo y esperemos que con trayectorias divergentes. La camiseta de Messi ya está adjudicada.
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López-Egea entrevista a Valverde, de paso por Barcelona para presentar unas gafas deportivas en una conocida óptica del centro de Barcelona. Me cuentan que al acto no acudió nadie más allá de curiosos paseando por Carrer de Angel, y que en la puerta sólo había dos señoras fumando. Ni siquiera la ocasión, tan propicia, ha servido para que periodista y ciclista corrijan sus problemas de miopía severa. El pobre periodista catalán, que ha tomado el relevo en el gremio local a G. Luque -sinceramente irrelevante, creo que ya sólo cubre entrenamientos del Barça- en cuanto a vileza y falta de compromiso con la realidad, dice que Valverde es un innovador por acudir a marchas cicloturistas estando sancionado...como si eso no lo hubiese hecho ya Hamilton o Vandenbroucke, corredores ambos con los que emparenta el murciano.

"Tanto (Contador) como usted han sido sancionados, pero con muchas dudas", llega a decir López-Egea, que no se debe haber leído las sentencias del TAS, donde no se deja lugar a ninguna duda. Su duda vital (¿meto otra trola o hago periodismo?) la hace extensiva, como la peste. La respuesta de Piti está a la altura: "En el caso de Contador, las dudas están ahí. Pero en mi caso todavía hay más dudas porque no he tenido problemas en ningún control. Conmigo no había pasado absolutamente nada cuando hay gente que hacía las cosas mal o de forma ilegal". Ya ven que el propietario de la bolsa 18 sigue aferrándose al argumento de yo nunca he dado positivo, y encima diciendo que el otro sí que ha dado positivo. Tremendo. Qué vileza. A ambos lados del micrófono.
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Siempre me han gustado las historias de ex-ciclistas y su vida de civil tras la vorágine. Esta en particular me ha gustado mucho por el protagonista, el entorno y la oportunidad. 
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Esperanzadora entrevista con Freire de cara a las próximas citas: "podeis contar conmigo". Eso sí, se descartaba -con mucha lógica- para Flandes.
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Barredo: "Venía lanzando y en una curva, donde Cancellara cambiaba una rueda, no pude frenar. Y entre el público y las motos, caí sin poder hacer nada". Debía ser que los otros corredores no venían lanzados. En fin.

04 mayo, 2011

"Si no fuese por la química, Ballan no sería nadie"

De peón a reina: la fábula de Ballan. Viceversa para Cunego
Siguen cayendo goteos, o leaks, de la investigación de Mantua. El tema es muy aburrido y está cogiendo un cariz muy estúpido e inquietante, con el juez dando ruedas de prensa -con el sumario todavía secreto-, la Gazzeta publicando lo que le conviene y muy poquito que rascar, cuando se intuye abundante droga, basura y miseria para este deporte tan sufrido.

Lo de hace unas semanas, que ya era bien poquito y que desde la Gazzetta se ha querido enmarcar dentro de una gran jugada contra Armstrong -pero sin decirlo claramente, sólo apuntando a Ferrari que últimamente está de lo más dispuesto a hablar con todo el mundo- y la palabrería habitual de italianos cuando se acerca el Giro.

La finalidad ha sido esa: levantar un poquito la alfombra para que los investigados por el estrambótico juez de Mantua no puedan salir en el Giro, carrera organizada por el periódico. Y lo han conseguido: mientras el BMC, que ya había suspendido a Ballan y Santambrogio el año pasado cuando se inició toda la operación, dejó salir al ex-campeón del mundo en la pasada Roubaix cuando empezó esta nueva fase de la investigación y ahora ha tenido que volver a suspenderlo cuando básicamente hay las mismas pruebas.

A lo mejor creían que iba a dar el campanazo en los adoquines y que después nos quiten lo bailao, una opción muy habitual en el ciclismo, como demuestra el caso de Piti o el de Diplomático Vaticano. En todo caso, muy feo signo en un equipo que también se vende como nuevo y limpio, a pesar de que su impulsor inicial es el mismo que dirigió el Phonak y que, entre otras cosas, le dijo a Landis que no iba a tener ningún problema con el dopaje en su estructura. Por cierto, un saludo a Thomas Frei, que dijo que simplemente "tenía que estar en forma para mí líder en el Giro 2010".

A Ballan, la figura más prominente del caso investigado por la fiscalía de Mantua, aunque sólo sea por las acusaciones en su contra, tiene un feo panorama: al parecer se sometió a diez sesiones de doping sanguíneo a manos de un colaborador del farmaceútico Guido Negrelli, un tal Fiorenzo Bonazzi. Y lo demás, lo habitual en estos casos: EPO, hormona del crecimiento y cutrerío.

No debía ser suficiente para el superequipo BMC y la merecida suspensión preventiva de Ballan, porque la Gazzetta se ha visto obligada, en contra de su voluntad -y por eso sólo publican esos diálogos, los muy rufianes-, a publicar conversaciones teléfonicas autorizadas por el juez Antonino Condorelli, que por sí solo merecería un post aparte. El primer diálogo es del 1 de abril de 2009, con un Ballan que se perdió las clásicas del norte con su arcoiris por cosas de alguna enfermedad de esas de ciclistas, no se si la del beso o la de la estupidez.

Hablan Nigrelli y Ballan. Al parecer, el primero le iba a enviar al segundo un cargamento de la Messi trámite Paolo Bossoni, compañero de equipo en el Lampre suspendido por dopaje. También le dice que la tiene que tomar por la boca, quizás venga de ahí lo de la enfermedad del beso. Se refieren a la sustancia dopante con la denominación de "G", bastante parecido a la nomenclatura de Eufemiano, pero lejos del inofensivo "oro" y "pendientes" que una juez analfabeta no ha querido ver, a pesar de que en los segundos un laboratorio alemán ha encontrado anabolizantes.

El 20 de abril es Ballan el que habla con Bonazzi, reconociendo que se ha chutado cinco veces desde el Giro de Cerdeña (24-28 de febrero de 2009) y, aún más interesante, es cuando Negrelli habla a otro corredor -que no han querido identificar, a saber por qué- diciendo que "si no fuese por la química, Ballan no sería nadie". Una pena que haya tenido que ser una mierda de paramédico de un pueblo de mierda el que tenga que contradecir a Eufe y su mítico "no se puede hacer un caballo de carreras de un burro", y que ese mismo médico coincida con lo que cualquier aficionado al ciclismo puede ver. Por cierto, un saludo a Isidro Nozal.

Ya ven que nos irán contando lo que quieran. Para cargarse a Ballan, ya suficientemente cargado hace un año, han tenido que sacar estas conversaciones, ocultando en algunos casos a algunos de los que intervienen. El italiano ha servido de cabeza de turco, siendo turco: si tuviese dos dedos de frente denunciaría esta utilización torticera de los tiempos y la prensa en su contra, pero una vez más prefiere callar. Como todos.

Con su silencio forma parte del paripé que permitirá que el sábado en Turín, en la gran puesta en escena del Giro de Italia, esté en la salida Alberto Contador, pendiente de sentencia en el TAS y bendecido por la organización (¿que pasará si gana y tienen que dar la victoria al segundo? ¿no altera ya suficientemente la carrera su concurso, gane o no gane?)  cuando el propio Ballan, si finalmente es sancionado, jamás recibiría una sanción superior a la de Contador, de dos años.

Es más: la increíble hipocresía del ciclismo y sus organizadores -que en el fondo viven de esto y les interesa mantener el teatro y por eso llevan la justicia hasta una delgada línea, pero nunca más allá, como se sabe por las 41 muestras de sangre que tiene el CONI y que no utiliza- es que el Lampre tomará la salida en la carrera. Eso sin, con nessuno degli indagati a Mantova. ¿Cómo? Pero si en la investigación aparecen el manager Saronni y los directores de equipo de entonces, recién cambiados por Damiani, por no hablar que también 16 de los 25 corredores que tenía el equipo en 2009.

Pero la hipocresía no acaba aquí: mañana toca hablar de Bruseghin y los navarros, la viva plasmación del juramento hipocrático en el ciclismo. Y no, no viene de Hipócrates, aunque si tiene que ver con la medicina.
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Fantástico equipo el Miche (Schumacher, Zaballa): el mismo dia que se conoce que su corredor Pasquale Muto dio positivo por EPO en el Giro de los Apeninos (acabó quinto) de hace tres semanas, anuncian el fichaje de Davide Rebellin. Muto estuvo corriendo en Asturias, donde Schumacher ganó dos etapas y Zaballa una, quedando segunda en otra y en la general. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

11 abril, 2011

Será el más fuerte, pero el ciclismo es un deporte de equipo

No aprietes, que no todo es fuerza bruta
En la previa de las clásicas del pavé les decía que el Garmin tenía un equipo en el que prácticamente todos los corredores han hecho un puesto entre los cinco primeros en clásicas del género, y que eso se tenía que notar.

Tras una serie de desastres tácticos monumentales (Vaughters diciendo a sus corredores que dejasen de tirar a 40 kms. de meta en el Tour de Flandes, que sólo pensasen en el sprint por el tercer puesto), el equipo de Girona se ha rehecho y conquistado la París-Roubaix con un gregario y utilizando la estrategia de equipo que tanto se reclama en este deporte, especialmente cuando hay un gran favorito. El ciclismo, está bien recordarlo, es un deporte colectivo.

En un día de sol, que en Roubaix significa nubes de polvo, se ha impuesto Johan Van Summeren, 30 años recién cumplidos y con un activo de un octavo (2008) y un quinto puesto (2009) en la carrera. Corría entonces en el Lotto, y ese último año lo recordarán todos los aficionados porque era el gigantón de dos metros que tiró como un poseso de Hoste después de que Flecha jugase a los bolos con ambos corredores. Evidentemente, bailaba sobre el pavés, igual que en su anterior equipo subía elegantemente los puertos del Tour de Francia en apoyo de su líder, Cadel Evans. Un pedazo de gregario.

En el Garmin, plagado con Hushvod, Haussler y Farrar, no cumplía otra función. Sin embargo, la Roubaix es la gran clásica que más veces reparte el premio gordo entre este tipo de corredores: no ya el conocido caso de Demol (ni había ganado nada ni volvió a ganar nada), sino que en la última década ha ganado Knaven o Backstedt, uno que no había hecho nada antes y no volvió a hacer nada. Y lo reparte especialmente cuando se va una fuga muy numerosa donde se encuentran rodadores profesionales del pavés.

Así fue la carrera. El grupo del que salió el triunfador final se formó al paso del bosque de Arenberg. Todos los grandes equipos tenían un representante de más o menos garantías, menos el Leopard de Cancellara. Relevando y mantiendo un ritmo constante, su diferencia no fue nunca más allá de los dos minutos, pero es que tirando iban galgos como Hayman (Team Sky), Lars Bak (HTC-Highroad), Jürgen Roelandts (Omega Pharma-Lotto), Manuel Quinziato (BMC), Lars Boom (Rabobank) y Baden Cooke (Saxo Bank), a los que se uniría más tarde el gigantón Rast del Radio Shack.

Además, detrás se produjeron caídas que provocaron el abandono de Boonen -en todas sus anteriores participaciones no había abandonado nunca, sólo una vez acabó fuera de los diez primeros- y el retraso de otros corredores importantes, como Chavanel o Thomas. Por delante, evidentemente, no iban a parar, aunque el grupo con lo que quedaba de favoritos mantenía bien las distancias.

Cancellara atacó en el tramo de Mons-en-Pèvéle. Durante ocho kms. llevó a rueda a Hushvod y Ballan, que no relevaron. Por delante tenían compañeros y, evidentemente, no van a hacer la carrera al suizo, que teatralmente se dirigía hacia el noruego y el italiano buscando colaboración o, más sencillamente, que lo llevasen en carroza hasta su distancia adecuada, que ya se encargaría el solito de ir a por la victoria.

Al paso por el Carrefour de l'Arbre sólo quedaban cuatro corredores delante, entre ellos el vencedor, Tjallingi, Rast y Bak, momento en el que ataca el belga del Garmin. Quedaban 17 kms. para meta y, sólo un minuto después, Cancellara hizo lo propio en el grupo de perseguidores, tan fuerte que alcanza a la moto. En un plis-plas recupera toda la desventaja con los otros tres escapados y empieza la persecución de Van Summeren.

Sin embargo, no se ve que el belga afloje en los últimos tramos de pavé. Los afronta elegantemente y consigue entrar en el velódromo en solitario, con tiempo suficiente para gozar de la victoria, conseguida tácticamente y porque -bueno es recordarlo- se marchó escapado a 90 kms. de meta. Cancellara bate en el sprint por la segunda plaza a Tjallingi, a su compatriota Rast y a Bak, muchos lo consideran el vencedor moral.

Sexto entra Ballan, al que en algunos medios de Italia han criticado que no colaborase con el suizo para, al menos asegurarse una plaza en el podio, algo que ya había disfrutado en dos ocasiones. Se ve que la mentalidad de perdedor de cierto corredor se expande por doquier. Eisel, muy fuerte todo el día, ganó el sprint del grupo sobre Hushvod, Flecha -esta vez no aplaudió al noruego- y Hayman. Undécimo nada menos que Guesdon, ganador en 1997 y con 39 años.

Parte del triunfo de Van Summeren y la estrategia del Garmin se debe a Van Petegem, que ya asesoró a Contador en su relativo éxito con el pavés en la etapa del Tour con final en Aremberg, bastante similar en cuanto a condiciones meteorológicas, pero sin duda el factor más importante es haber corrido como un equipo y haber sabido explotar la debilidad de Cancellara, renunciado todo un campeón del mundo a su ambición personal en una carrera en la que había sido tercero y segundo los dos últimos años. No tengo ninguna duda de que si Flecha se llega a haber colado en el grupo de Mons-en-Pèvéle, el suizo hubiese encontrado colaboración, porque si hay gente que corre por el podio y la posición final, no por ganar.

En todo caso, ojo con la temporada de clásicas de Cancellara: segundo en Sanremo, primero en Harelbeke, tercero en Flandes y segundo en Roubaix. Es el nuevo número uno del mundo según la clasificación UCI, superando los registros en los tres monumentos logrados por Haussler en 2009 (2º-2º-7º) y Boonen el año pasado (2º-2º-5º). Sin embargo, no ha podido ganar en ninguna gran carrera. Gana el ciclismo, ayer magníficamente representado en la táctica y no en la fuerza bruta, en el trabajo de equipo y no en los individualismos y egoismos que tantas veces malbaratan grandes carreras.
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El GP de Amorebieta para Hivert, del Saur-Sojasaun, batiendo a un activo David López. Tercero Nuyens. En el Giro de los Apeninos, victoria para Cunego, que abandonó en País Vasco el viernes tras quedarse en las primeras rampas de Arrate.
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Una crónica peculiar, una más. Tras reírse de las dos únicas victorias de Van Summeren -no dejan de ser una Vuelta por etapas ProTour, y ganó a Gesink, Kirchen y DiLuca-, pasa a consultar a su amigo Flecha, como siempre inflando su relevancia en la carrera. Según el corredor que nunca gana, la carrera fue para los que "supieron y pudieron anticipar", dando por supuesto que no se incluye entre ellos, más que nada porque sólo sabe perseguir. Su amigo termina contando batallitas. Qué triste todo.
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Estaba cantado el uso y la finalidad real de querer un Mundial de ciclismo, pero me ha sorprendido la rapidez y la desfachatez. 50.000 euros para ampliar un Museo de la Radio que no es más que la colección particular de una especie de cacique supuestamente local, aunque sea de otro pueblo cercano. La cede al Ayuntamiento para que la cuide y cargue con los gastos, de la misma manera que el Rey pone a cargo del Patrimonio Nacional el yate o los coches. Ese es el mecenazgo entendido en España. Al menos los cuadros de Tita Cervera tienen algo de valor: los primeros, no los de después.

En fin, a lo que iba. Se apela a la "sensibilidad" (¡abajo la razón! ¡no a la lógica!) y que la obra, de mediar esa partida, "estará finalizada para los mundiales de ciclismo del 2014", como si hiciesen falta tres años para hacer un salón grande para 300 radios. En fin. Esto sólo es el principio, lo que nos queda por ver. Utilizarán lo del Mundial hasta para crear una residencia de ancianos. O un teleférico a un monte al que no sube nadie.
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Tras lo de Andy Murray, que se hacía magnetizar la comida o una estupidez de similar calibre, aquí tenemos otra revolución dietética. "24 victorias seguidas, el tercer mejor inicio de curso de siempre". ¿Y su preparador? "Gebhard Phil-Gritsch, el expreparador físico del austriaco Thomas Muster". Sí, sí, el mismo austriaco que también realizó un 1995 de antología. Qué buen año de avances y grandes saltos...

03 abril, 2011

Nuyens recupera su camino

Se puede decir que Nick Nuyens ha sido el único fichaje con nombre del Saxo Bank tras el advenimiento de Contador. Fue llegar el madrileño y se fueron todos los corredores que contaban, y nadie entró a reemplazar lo perdido. Nuyens fue fichado por Bjarne Riis de la misma manera que fichó a Bartoli en 2004 en su último año -y le hizo debutar en Roubaix con notable éxito-, u otros corredores cuyo mejor momento en el ciclismo parecía cosa del pasado, como Julich.

El corredor flamenco, antiguo íntimo amigo de Tom Boonen y predestinado desde joven a grandes metas, se fue de la corte del Quick Step en 2007 tras haber alcanzado su techo en un equipo que por entonces contaba con el mejor Boonen jamás visto y con Bettini. Ahí se perdió: dos años tirados en el Cofidis -donde sin embargo pudo ser segundo en Flandes en 2008, pero lejos de luchar por la victoria- y otros dos en el Rabobank, donde jamás ayudó en nada y donde el año pasado, mientras se disputaba el Tour, daba un latigazo ganando una etapa de la Vuelta a Austria, tradicional carrera del ostracismo.

Riis lo rescató y le ofreció la capitanía del Saxo Bank para las clásicas, básicamente porque no había ningún corredor para el cargo. Hace dos semanas ganó de una manera increíble y emocionantísima A través de Flandes, la carrera que el año pasado había ido a parar al mismo equipo de la mano de Matti Breschel, otro que se ha ido del equipo para perderse por ahí. Hoy acaba de ganar el Tour de Flandes, lo que equivale a justificar una carrera deportiva.

La carrera ha sido muy intensa, disputada y justísima en su resultado. No ha sido el corredor que más ha merecido la victoria, pero sí el que mejor ha sabido jugar sus cartas, y eso en un clásica equivale a ganar. Los corredores han acabado muy por debajo del tiempo previsto, y el factor importante no ha sido la estupenda climatología, sino la batalla y la entrega vivida.

A 40 kms. de meta iba escapado Chavanel con una ventaja de medio minuto sobre un grupo con Boasson Hagen y algo así como un minuto sobre el pelotón. Poco después aceleró Boonen de una manera incomprensible, y sólo le pudieron seguir Pozzato, Ballan y Cancellara. El campeón belga se movió cuando la situación de la carrera era inmejorable, puesto que ningún equipo quería tirar y la tostada estaba en Cancellara, sin equipo como era previsible tras haber quemado a Poosthuma.

El suizo lo vio muy claro y aprovechó el movimiento para dejar sentados a sus efímeros acompañantes. Para esto no utilizó una subida ni un empedrado: en un recodo los dejó con la misma facilidad que hacía anticipar un desenlace de bostezo y mala fortuna para el ciclismo, ese que suele venir aparejado cuando un corredor exhibe una superioridad manifiesta tan apabullante.

Cancellara superó a los fugados y enlazó con Chavanel a treinta kms. para meta, con el grupo a una distancia de 40" que subió hasta casi un minuto. El gran francés, que ya hace dos años dio una exhibición de trabajo de grupo en esta misma carrera, fue a rueda mientras por detrás, de manera rara vez vista en una clásica, un equipo decidió asumir las riendas de la persecución. Fue el BMC, del que en una toma aérea se vieron hasta ocho corredores, y a ellos se debe que poco antes de la subida a Grammont la diferencia bajase a poco más de 15".

Dicen que a Cancellara le dio un bajón. Puede ser, y quizás eso sea lo mejor para el ciclismo, porque el guión que estaba dictando no era muy favorable. Bajón o lo que fuese, el caso es que los dos fugados fueron alcanzados a mitad de la subida-mito del ciclismo, y se formó un grupo cabecero con Gilbert, Chavanel y Ballan, mientas Boonen y Cancellara se quedaban por detrás.

Subiendo el Bosberg, atacó Gilbert. Ballan intentó mantener la rueda pero no pudo, y el valón llegó a ir fugado con una ventaja de 14" a 12 kms. de meta. No es una situación nueva, y se resolvió como en el Mundial de Australia: neutralizado y con parte importante de su pólvora -que es de la buena, buena- quemada inutilmente, porque en la refriega se conformó un grupo cabecero con 12 unidades.

En el mismo estaban doblemente representados el Sky (Flecha y el maravilloso G. Thomas, que baila sobre el pavés como demostró en la etapa de Roubaix en el Tour 2010), Quick Step (Chavanel y Boonen) y BMC (Ballan e Hincapie, incombustible), lo que aseguraba que en las escaramuzas de los últimos kms. siempre habría un perro de presa para tirar abajo cualquier intentó de abortar el sprint.

Ya. Cancellara, el supuestamente agotado y apajarado, aceleró en la la larga recta antes de entrar en Meerbeke. Quedaban tres kms. para meta y sólo le pudo seguir a duras penas Chavanel -aprovechando el rebufo- y Nuyens. Esos tres corredores, dos de ellos ya protagonistas en los últimos 40 kms. y los más expuestos al desgaste, hicieron el hueco necesario para disputarse la victoria.

En la recta de llegada Cancellara lanzó el sprint, mientras Chavanel miraba hacia atrás a ver si conectaba Boonen. Aunque en el momento de la aceleración ya había descartado la opción, lo cierto es que no iba a la rueda del suizo, como si iba Nuyens. El flamenco le superó con relativa facilidad y se fue escorando a la izquierda lo suficiente como impedir la remontada del francés, que tuvo que interrumpir en dos ocasiones su pedalada en el sprint.

Desde luego, el justo vencedor de la carrera hubiese sido Chavanel, por su entrega. Sin embargo, en las ocasiones clave de la carrera se ha visto limitado por las estrategias de equipo, o por una fidelidad mal entendida. Viendo como remontó en el sprint, se hubiese podido jugar la victoria sin tener que confiar en Boonen, que por otra parte era el más rápido del grupo de doce. Sólo ha podido ser segundo, superando a Cancellara. Boonen cuarto y Langeveld quinto -muy por delante de Flecha, como siempre, por mucho que les fastidie a los horribles comentaristas de RTVE-, mientas que el primer nombre importante queda para el noveno puesto con Gilbert.

Entre las grandes decepciones de la carrera se encuentra el Garmin, aunque el desastre continuo de este equipo se está refrendando en cada carrera del norte en la que está participando. Ni uno sólo de sus potentísimos corredores entre el grupo final de doce que se jugaron la carrera. Tampoco estaba Pozzato, que seguramente desconectó cuando se fue Cancellara y no pudo seguirle.  Por su parte, Nuyens es junto a Gilbert el único de los corredores citados que no tomará la salida en la próxima París-Roubaix. Ni falta que le hace. Acaba de justificar toda una vida deportiva que parecía irremediablemente perdida. Y de que manera.
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En el GP Miguel Induráin victoria para S. Sánchez, que suele apuntar fino en este tipo de carreras -debe haber ganado ya todas las que se disputan en el calendario vasco-navarro, pero no las dos que más cuentan-, que dejó de rueda a Kolobnev, uno que asusta para las carreras que realmente cuentan, las Ardenas.
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Se reabre una de las vías del caso de dopaje de Friburgo, más conocido como el T-Mobile y sus médicos de referencia. En concreto, esta vez van a por la farmacia que suministraba las ingentes cantidades de droga y EPO que llegaba a consumir un equipo como el T-Mobile durante el Tour. La farmacia en concreto está en Elzach -cerquita de Friburgo, que era donde tenían su clínica universitaria Andreas Schmid y Lothar Heinrich-. Hay 37 recetas de estos médicos para la "Olaf Ludwig Cycling S.A", con las que iban a la farmacia a pedir, atención, "3.458 unidades de glucocorticoides prohibidos y suplementos de hierro", debido a que la EPO baja los niveles de este sustancia. La cifra es fabulosa: da para 16 pinchazos a nueve corredores durante tres semanas. Ah, entonces ya no es tan fabulosa, es simplemente real....

Por cierto, en España jamás se ha investigado a farmacias por su alto volumen de venta en determinadas sustancias.

31 marzo, 2011

Nombres para las piedras

El domingo se disputa el Tour de Flandes, una de las carreras más importantes del calendario ciclista y auténtico día nacional del ciclismo por cómo se vive en Bélgica y, en general, en cualquier hogar donde guste el ciclismo.

Este año calculan que hasta 800.000 personas se acercarán a ver en directo alguna de las fases de la carrera. Aunque la cifra se supera en las etapas del Tour o en la Clásica de Hamburgo, son cifras impresionantes que llevan a pensar que, en un futuro no muy lejano, se empezarán a poner controles en los accesos a los puntos claves, como ya pasa en algunos tramos de la París-Roubaix.

Es un fenómeno social, hasta el punto que existe incluso un museo dedicado a la centenaria historia de la carrera. Dentro de los cinco monumentos, es el que más le gusta innovar y cambiar el recorrido. Este año estará endurecido con la inclusión de tres muros en la parte central de la carrera que, al igual que Le Manie en la Sanremo, producirán efecto en forma de caídas y no porque vaya a llegar menos gente a la parte resolutiva de la carrera.

Los favoritos para el Tour de Flandes son básicamente los mismos que serán favoritos para la París-Roubaix de una semana después. Salvo Gilbert y Nuyens, que sólo saldrán en la primera cita, la serie de ciclistas que vienen a continuación son especialistas en los adoquines que caracterizan ambas carreras, que concentran la mayor parte de los intereses de su temporada y de su vida como ciclistas.

En la primera posición en cuanto a favoritos está Fabián Cancellara, contra el que sólo juegan los números. Es increíble que nos podamos plantear seriamente que un corredor gane dos años seguidos el doblete Flandes-Roubaix, pero en esas estamos. La lógica y el sentido común apuntan a que dejará escapar alguna de las dos citas, pero ¿ante quien? ¿cómo? ¿caída, agotamiento, error táctico? Sólo por eso voy a dar una oportunidad a la carrera el domingo, eso sí: en cuanto vea que se va solo me iré a disfrutar del domingo, porque Cancellara tiene la virtud de hacer aburridas todas las carreras en las que va solo y en primera posición.

Desde luego, en Flandes es donde encontrará a su rivales más cualificados. Empezando por Boonen, un corredor histórico con el que está empezando a tener rivalidades a la altura de las más nobles de la historia del ciclismo, y que no gana su carrera local desde 2006, y siguiendo por Gilbert, cuarto en la pasada edición. Mientras el suizo únicamente tiene en su equipo a O´Grady -ojito con él-, el flamenco tiene un equipazo en muy buena forma, con la única pega de la pérdida de Terpstra en la crono final de La Panne, caído con rotura de clavícula, y Gilbert cuenta con el oficio del Lotto, corredores acostumbrados a ese terreno.

Ambos son más rápidos que Cancellara al sprint, por lo que sólo le vale llegar solo. En un segundo grupo de favoritos está Pozzato, arropado por un Katusha que forma un bloque temible para el pavé: Gusev, Hoste, Kuchyinski e Ivanov, este último sólo para Flandes. Otro equipo con muy buenos mimbres para el terreno es el Vacansoleil, con Devolver -dos veces ganador en Merbeke, las dos veces gracias a estar en el Quick Step- y Leukemans, pero también con un buen bloque con De Gent, Westra y Marcato. Por su parte, el Garmin tiene todo eso y más: Hushvod, Haussler, Farrar, Hammond, Klier, Maaskant, Van Summeren y Millar. Menos este último, que el año pasado hizo un carrerón en esta misma prueba, todos han hecho entre los cinco primeros en alguna gran clásica del pavé. Todos.

Sin embargo, en la citas previas del calendario han actuado como una banda, quizás como consecuencia de eso que les acabo de indicar. Veremos si mejoran para las dos grandes citas de inicio de abril. Les pasa un poco como al HTC-Columbia (Eisel, Bak, Goss, Roulston), pero con corredores de más caché. El Sky vive la situación contraria: cuentan con Flecha como líder destacado, pero no es un corredor que ofrezca garantías de victoria, aunque también se presenta con un equipazo.

Y el último gran equipo en la salida de las dos últimas clásicas de paves es el BMC, que cuenta con un favorito claro para el triunfo final: Alessandro Ballan, ya ganador en 2007. El italiano contará con el apoyo de Van Avermaet, en forma desde hace un mes, el tremendo Burghardt, Hincapie, Kroon y Quinziato. En Sanremo ya fueron el mejor equipo, y pueden tumbar cualquier escapada, porque todos estos corredores tiene que llegar a los últimos kms. de la carrera.

Aparte de estos nombres, queda citar a Iglinski, algún Rabobank -descabezado sin Breschel, vaya año tirado- que se pueda colar en el tramo final, Nuyens -un favorito al triunfo final, sin duda-, algo que pueda hacer Oss y poco más. Serán los nombres de las carreras del pavés, esperando que se deje de hablar de Cancellara.
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Los Tres días de la Panne más aburridos que recuerdo para Rosseler del RadioShack, un equipo en un magnífico estado de forma. La primera etapa fue para Greipel, que iba escapado y empezó el sprint con una ventaja insalvable. La segunda para el joven sprinter del Katusha Galimzyanov, tras neutalizar el grupo una escapada en el último km, mientras que el doble sector de hoy fue para Guarnieri por la mañana -creo que es la primera victoria de un italiano en Flandes desde 2009, cuando Pozzato ganó de manera increíble una etapa en la misma carrera- y crono para Rosseler, un corredor que el año pasado no pudo ir al Tour y Bruyneel se quejó amargamente por la pérdida. Tiene fuerza para mover montañas, como demostró el año pasado en su victoria en la Flecha de Brabante.

Los pocos favoritos para Flandes que han disputado la carrera han estado escondidos (Ballan, Pozzato), mientras que otros se han caído (Hoste) y alguno ha estado hiperactivo (Gusev). En general, una carrera muy, muy anónima.
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Qué animalada. El recorrido de este año de Dauphiné tendrá cuatro finales en alto y dos contrarreloj entre sus ocho días de competición. El primer día prólogo de 5´5 kms, el segundo final en Chartreusse, el tercero en Lyon -llanito-, el cuarto crono montañosa de 42´5 kms. en Grenoble y el quinto, también final llano en Maçon. Los tres últimos días proponen esto: el viernes final en Les Gets tras 207 kms, el sábado final en el Collet d´Allevard y el domingo sólo 117 kms. con Glandon y final en La Toussuire. Si no va ningún sprinter estaría plenamente justificado.
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El gran Induráin diciendo "joder". Se tambalea un mito. Aparte de eso, dice esas grandes verdades que acostumbra: "El Mortirolo era más duro, ahora van por puertos tipo Zoncolan, Plan de Coronas...", y todo un elenco de opiniones de sentido común, qué quieren que les diga.
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Jose Luís Korta, investigación judicial, "miles de jeringuillas", efedrina, banco fijo, Cantábrico, farmacia de Cáceres, Marcos Maynar. Etiquetas, palabras clave o como las quieran llamar. Están incompletas, porque falta la más importante: España. 2011.

21 marzo, 2011

Una Sanremo como un Mundial

La edición de 2011 de la Milán-Sanremo pasará a la historia por haber sido la mejor de los últimos años, superior incluso a la de 2006 ganada por Pozzato. No falto de nada y hubo ciclismo enorme, ese que suele surgir cuando se ponen los ingredientes necesarios, entre los que figuran la distancia de la prueba y la entrega de los ciclistas.

La carrera se vio condicionada por las múltiples caídas que se produjeron en el descenso de Le Manie, la estúpida subida introducida en 2008 para dar mayor dureza al recorrido, pero eso está a 90 kms. de meta. Entre los caídos estaba Oscar Freire, vigente campeón de la prueba, que se pegó una buena costalada el solito, dejando la rueda maltrecha y también el freno. Al final de la bajada tenía 2´40" de desventaja sobre el grupo principal.

No estaba solo. Con el que se quedaron otros favoritos como Hushvod o Farrar, y una buen puñado de corredores. Por delante, tras dubitar un poco, la consigna fue clara: Freire no estaba y había que aprovecharlo. Así se pusieron a tirar locomotoras como Hoste y, especialmente, los BMC Kroon y la montaña Schär. Aunque por detrás llegaron a reducir la diferencia a 1´, el único corredor que consiguió enlazar con el grupo cabecero fue Scarponi, que saltó en la Cipressa y, tras un esfuerzo raras veces visto, redujo la diferencia. No fue su única exhibición en un recorrido que no es el suyo.

Delante se formó un grupo con O´Grady, Van Avermaet del BMC y los dos FDJ Chainel y Offredo, que ya se había dejado ver por la Vía Aurelia el año pasado. El cuarteto hizo gran parte de la subida al Poggio destacados, y el belga atacó para coronar en solitario (aprovechando el coche de equipo) y hacer todo el descenso con considerable ventaja. Sus tres compañeros sólo fueron neutralizados coronando la subida-símbolo de la carrera.

Quedaban menos de siete kms. para meta y el único movimiento en el grupo de favoritos había sido el de Nibali, tan ambicioso y tan pluriempleado en todos los terrenos que recuerda a un corredor de otra época, no necesariamente muy antigua. Primero había que neutralizar a los fugados, y Van Avermaet sólo lo fue cuando quedaban dos kms. para meta. Ahí saltó Gilbert, abriendo un considerable hueco que sólo pudo cerrar Pozzato quemando todos sus cartuchos.

Desconozco que enfrenta a ambos corredores, pero como se ha visto en los últimos años de la París-Tours, se han quitado mutuamente las opciones de ganar en más de una ocasión. La del sábado será de las más recordadas, aunque el italiano ha dicho que saltó para que no le pasase lo de 2008: nadie saltó a por Cancellara y Pozzato ganó el sprint por el segundo puesto de una manera muy amarga.

Ultimo km. para meta y sólo ocho corredores para el triunfo, ¿cómo ha sido posible esto en una carrera que el año pasado vivió un sprint masivo lanzado por el neoprofesional Oss? Sin duda, la lluvia ha influido mucho, pero también el vivísimo ritmo llevado durante todo el día, rebajando en seis minutos el tiempo de la anterior edición. La media resultante de los 298 kms. en 6h 51´10" sigue arrojando una cifra demencial en un deporte que se vende como renovado. Al menos, eso sí, ya no llegan ciento y su madre al sprint final.

Subiendo el Poggio había no menos de 25 corredores, incluyendo a tres Movistar (Lastras, que incluso se movió subiendo, Rojas y Ventoso), Egoi Martínez y a un Marcato -ponga un Vacansoleil en todas sus salsas- que se cayó bajando hacia Sanremo. Al sprint final sólo llegaron grandes campeones, porque nadie regaló nada. Sobre el papel el más rápido era el australiano Matthew Goss, sin un gran palmarés pero el más veloz. No tuvo muchos problemas para, aprovechando el sprint lanzado por Scarponi (¿de verdad ha dejado de ser Zapatero? difícil de creer tras su exhibíción metahumana) y evitando que un descomunal Cancellara -parecía que iba a arrancar de cuajo los tubulares en el sprint- y el superfavorito Gilbert le quitasen el primer puesto del podio.

Cuarto fue Ballan, quinto Pozzato, sexto Scarponi, séptimo Offredo y octavo Nibali. A mí la carrera me recordó desde muchos kms. antes de meta a un Mundial: por lo exótico de los corredores (¿hacía cuanto que un francés como Offredo no batallaba tanto en una cita de la categoría de la Sanremo?), incluyendo al vencedor (tercer gran triunfo para Australia tras la Roubaix de O´Grady en 2007 y el Mundial de Evans en 2009) y particularmente, la sangría de corredores que se iban quedando con el paso de los kms.

También la resolución de la carrera me recordó a un Mundial, sin lanzadores. Incluso a un Mundial de Freire, injustamente apartado de disputar la victoria en unas circunstancias de carrera que habrían sido ideales para sus características, especialmente por el vencedor. Goss, al igual que el cántabro en 1999, se ve en la obligación de intentar construir un palmarés acorde a esa joya que acaba de incorporar a un exiguo currículum compuesto por una etapa del Giro y el GP de Plouay. Por su edad (24 años) y viendo el palmarés de los que ha batido, no cabe duda de que lo conseguirá. Y, en todo caso, ya se puede retirar con la foto de una victoria donde se ve completando la panorámica a corredores como Cancellara, Gilbert, Ballan y Pozzato, todos con al menos un Monumento en su palmarés. Goss ya es uno de ellos. Y el más rápido.
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Hoy comienza la Volta a Cataluña, que celebra su primer centenario. Tras renquear en los últimos lustros hasta ser prácticamente un fantasma dentro del calendario ciclista, este año cuenta con una participación de lujo con Evans, Basso, Menchov, Contador y Scarponi.
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Sinkewitz, positivo por HGH. Es la primera vez que se detecta esta sustancia, que no deja rastro a partir de las 48 horas. Un poco como el clembuterol, vamos, pero sin vaca de por medio. El control se hizo tras el GP de Lugano.
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Quiere volver y todavía no se ha ido. Que se vaya. Que lo echen. Relacionado con esto, un nuevo escrito de un simpático personaje ya traído a este blog por sus dotes narrativas. Y una observación: lo de "situación kafkiana" ya es como "infierno dantesco". Se puede decir sin ningún tapujo y, por supuesto, sin haber leído al autor.
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Cancellara y sus innovaciones tecnológicas. Casualmente, hay un Cecchini de por medio. A ver si nos enteramos de una vez que la innovación en el ciclismo rara vez es tecnológica, y si fisiológica.
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Garai, tras dejar morir su blog por inanición e incapacidad manifiesta, se pasa al twitter. En el primer día ya había puesto ocho tweets, se nota que lo del pensamiento a 140 pulsaciones le pega más. Qué mundo este.
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Vuelve Victor Conte, el de BALCO. Nunca se fue, como Eufemiano. Tiene un Bentley de 250.000 dólares en la puerta de casa. En EE.UU se lo saben montar mejor. Más grande. Más indetectable.
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Otra megaciudad que se quiere poner al día con las bicis. Impresionante la cifra de accidentes por apertura imprevista de puerta en un coche.
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Lissavetzky, que todavía no ha renunciado a su cargo de Presidente del CSD, ya está en campaña. Bueno, llevaba así dos años, pero ahora ya con carteles, anuncios y cuñas radiofónicas. Paradójicamente, critica los gastos suntuarios del actual regidor de Madrid, cuando apoyó las chaladuras de Madrid 2012 y Madrid 2016. Si tuviese alguna posibilidad de ganar, sería un gran alcalde, igual que ha demostrado su grandeza y bonhomía en la lucha contra el dopaje que ha caracterizado su misión al frente del CSD; como no tiene ninguna, ahi se queda con su puesto.