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martes, 30 de junio de 2015

Richard Pinhas. L'Éthique

L'Éthique (1982) quinto elepé en solitario del guitarrista francés Richard Pinhas
Portada del álbum L'Éthique (1982)
del francés Richard Pinhas. 
Después del éxito limitado cosechado por el álbum East West (Pulse Records, 1980), y su posterior mini-gira de presentación en Francia durante 1981, Richard Pinhas -coherente con sus principios-, no estaba dispuesto a seguir el camino fácil y repetir una fórmula musical, que sin pretenderlo, le había reportado mayor popularidad que en trabajos previos.

Nada más lejos de sus intenciones. Una vez finiquitado Heldon, un paréntesis de relativo sosiego marcaría los dos años que transcurrirían entre la publicación de East West y su siguiente proyecto discográfico. Entre tanto, sus trabajos para terceros, ya fuera como músico de sesión y/o productor, también serían algo más tranquilos de lo acostumbrado dentro del frenesí que había presidido las actividades del guitarrista durante la última década. Su participación más destacada tendría lugar produciendo el álbum Bébé Godzilla (Cy Records, 1981), un elepé de jazz rock de su amigo Patrick Gauthierex-teclista de Heldon y Weidorje, que se grabó entre noviembre y diciembre de 1980 en el Studio Ramsès, en el que Pinhas se encargaría también de la guitarra eléctrica en los temas "Bébé Godzilla" y "Nör" -pieza compuesta para un hipotético segundo álbum de Weidorje que jamás se grabaría-, y del sintetizador en el curioso "Mixtur-Trautonium", corte sin ninguna relación, más allá del nombre, con el instrumento electrónico desarrollado por el alemán Oskar Sala

A pesar del trabajo a tiempo completo que Pinhas venía desempeñando en la música, su interés por la filosofía no había hecho más que aumentar. Desde que en 1974 Pinhas obtuviera su doctorado en filosofía por la Universidad de La Sorbona con una tesis titulada "Le rapport entre la schizoanalyse et la science-fiction" bajo la dirección de Jean-François Lyotard, esta disciplina había tenido un reflejo directo tanto en sus trabajos firmados como Heldon como en aquellos que llevaban su propia rúbrica. 

La estrecha relación que había establecido Pinhas durante sus estudios -prácticamente de maestro y discípulo-, con Gilles Deleuze, filósofo postestructuralista y una de las mentes más brillantes de su generación, le habían llevado en 1972 a invitar a su profesor a recitar un texto muy pesimista de Friedrich Nietzsche sobre la lucidez del alma para el single "Le Voyageur"/"Torcol". El tema, que alcanzaría cierta repercusión en determinados círculos 'underground', formaría parte de su fugaz proyecto de rock psicodélico Schizo junto a sus amigos Patrick Gauthier y Pierrot y Coco Roussel, predecesores de lo que terminaría desembocando en la formación de Heldon en 1974. "Le Voyageur" sería incluida dos años más tarde en el álbum de debut de Heldon Électronique Guerilla (Disjuncta, 1974), bajo el nombre de "Ouais, Marchais, Mieux Qu'en 68". 

Entre 1971 y 1987 Deleuze impartiría una serie de multitudinarios cursos en la Université Paris 8 Vincennes-Saint Denis en los que a lo largo de los años se reflexionaría acerca del cine, la música, la pintura, sobre los conceptos de tiempo y materia, pero muy especialmente sobre el pensamiento de algunos célebres filósofos como Nietzsche, Kant, Leibniz y Spinoza. Obsta decir que Richard Pinhas asistiría de manera regular a dichos cursos y participaría activamente en ellos.

Precisamente el filósofo neerlandés de origen sefardí portugués Baruch Spinoza (1632-1677), y en especial su obra más importante, Ética, será objeto de reflexión por parte de Gilles Deleuze en los cursos de Vincennes que se desarrollarán entre diciembre de 1980 y marzo de 1981.

La inmersión de Pinhas en la filosofía, su estrecha amistad con Deleuze y su interés por la obra de Spinoza le darían la excusa perfecta para afrontar su siguiente reto discográfico; L'Éthique.

martes, 16 de octubre de 2012

Richard Pinhas. East West

Portada del álbum East West (1980), de 
Richard Pinhas obra de Philippe Druillet.
"Yo no creo para vender, sino por el bien de la creación (...). No me molesta ser parte de una minoría. Es una cuestión de honestidad en relación a uno mismo: aceptar la tarea que te imponen tus convicciones más profundas. La mía es avanzar musicalmente".
Richard Pinhas (1981).

La primera incursión de Richard Pinhas en el mundo de las multinacionales discográficas se había saldado de manera muy negativa. Polydor France había realizado un trabajo nefasto con su tercer álbum en solitario, Iceland (1979), por medio de una campaña promocional prácticamente inexistente, que lo había convertido en uno de sus álbumes menos vendidos hasta la fecha.

La incompetencia y el manifiesto desinterés por un artista como Pinhas queda constatado por los propios comentarios del músico a BEST Magazine en 1981: "Imagínate que Polydor, por ejemplo, organiza un foro sobre mi en la FNAC, la habitual operación promocional, sin ningún póster o aviso colgado y la gente de la casa de discos no sólo no estaba allí, sino que incluso no había suministrado copias promocionales del disco".

Esta desidia de las grandes discográficas con respecto a los herederos musicales de la Contracultura y Mayo del 68 que estaban germinando en Francia a lo largo de los años 70 suponía una constante que sería extremadamente perjudicial para la industria en sí, pero sobre todo para buena parte de aquellos músicos innovadores, que en el mejor de los casos se vieron obligados a recurrir a compañías discográficas extranjeras, a pequeños sellos locales de escasa repercusión o como última instancia a la marginalidad de la autoedición para dar a conocer su obra, configurando unas carreras que en su mayor parte tuvieron un final prematuro.

La escenificación de esa fractura se hacía evidente con unas casas de discos que seguían ancladas en el éxito de la 'Chanson' y en la promoción de formas musicales adocenadas e inocuas basadas en los estereotipos de la cultura de masas a través de las únicas emisoras de radio y canales de televisión legales, los que desde la postguerra estaban bajo control estatal. Esta situación condenaba al circuito 'underground' o a la extinción a proyectos vanguardistas que sí tenían su espacio en las escenas de países del entorno. Este hecho supuso un notable empobrecimiento de la propia industria musical francesa a corto y medio plazo, y a largo, su total uniformización. Tanto es así que durante los años 70 y 80 Francia apenas contaría con unos pocos artistas de éxito o reconocidos allende sus fronteras dentro de la música electrónica y otras corrientes progresivas.

Al contrario de lo que sucedía en Francia, en donde Pinhas era considerado, en el mejor de los casos, como un músico marginal o alternativo, en el Reino Unido, Estados Unidos o Japón comenzaba a ser reconocido y respetado en determinados círculos musicales todavía minoritarios así como por parte de la prensa especializada, que lo situaban al mismo nivel de artistas de vanguardia como Robert Fripp, Brian Eno, Kraftwerk o Klaus Schulze, entre otros, que no por casualidad habían expresado públicamente su admiración por el trabajo del francés. Sin embargo a Richard Pinhas, siempre tan alejado de los convencionalismos, se le negaba el ser profeta en su tierra.

Poco se podía hacer para cambiar esta situación adversa más allá de mostrar una actitud inconformista luchando con argumentos musicales desde dentro del sistema. El principal objetivo en la carrera de Richard Pinhas era tener la suficiente libertad para publicar y vivir de su música sin renunciar a sus principios. Esta labor la simultanearía con su contribución a diversos proyectos discográficos ajenos unidos por una misma afinidad creativa, en los que existía un firme compromiso de insuflar nuevos aires a un panorama musical polucionado.

Entre finales de 1979 y la primera mitad de 1980, el guitarrista aportó su granito de arena a varias grabaciones de espíritu progresivo. La primera de ellas fue el álbum 1980: No sex! (Polydor, 1979), de Odeurs, un proyecto de rock paródico de Ramon Pipin (alias de Alain Ranval), en el que Pinhas contribuyó con los sintetizadores, al igual que hizo en el tema "Machine" del álbum Drones (Ramses/Polydor, 1980), de su amigo Jean-Philippe Goude.

También vería la luz el álbum K-Priss (Ramses/Polydor, 1980), de Georges Grünblatt, que había sido grabado en el otoño de 1977, unos meses después del lanzamiento del sexto álbum de Heldon, Interface (Cobra, 1977), y que podría considerarse otro álbum oficioso del grupo, aunque en un tono más cercano al 'space rock' que al rock electrónico. En este trabajo Pinhas había participado a la guitarra y los sintetizadores además de como asistente de grabación.

Al igual que sucedía con su música, todos estos proyectos en los que tomaba parte Richard Pinhas estaban destinados a pasar inadvertidos en un panorama cada vez más cambiante y sujeto a las modas. Con el final de la década de los 70, el sintetizador estaba siendo asimilado de manera gradual en diversos géneros y estilos musicales. Su simplificación y abaratamiento, que lo hicieron accesible al músico medio, favoreció su expansión y el nacimiento de nuevos estilos musicales al calor de sus chips. Con su adopción por parte de la 'New Wave' y otras corrientes adscritas a la misma como el 'synthpop', el sintetizador pasaría a ser miembro de pleno derecho del engranaje comercial de la música pop.

Aquellos artistas que durante los años 70 habían adoptado con éxito un enfoque musical más experimental paulatinamente se vieron obligados a realizar concesiones estéticas para mantener un cierto estatus mediático y no perder posiciones en un mercado en el que cada vez tenían menos cabida los proyectos innovadores alejados del ambiguo concepto de comercialidad. La dicotomía era clara: adaptarse o morir. En este sentido no fueron pocos los músicos que desaparecieron del escrutinio público por no ceder a las presiones de la industria discográfica, pero no es menos cierto que otros muchos atemperaron sus propuestas para adaptarlas al contexto de la época, aun traicionando sus propios principios.

Dentro de esta compleja coyuntura en la industria de la música se enmarcará el siguiente proyecto musical de Richard Pinhas, su cuarto álbum, East West (1980), una serie de retratos de viajes y abstracciones musicales sobre varias ciudades del mundo.

viernes, 17 de febrero de 2012

Richard Pinhas. Iceland

El bloque de hielo y la proyección láser con el nombre del disco que ilustran la portada de Iceland de Richard Pinhas
Portada del LP Iceland de Richard Pinhas.
A comienzos de 1978, el grupo Heldon llevaba seis álbumes a sus espaldas con los que había redefinido el concepto de rock electrónico por medio de un estilo innovador y con personalidad propia que les granjearía el estatus de banda de culto. Sin embargo, la evolución en su sonido hacia la electrónica y la propia carrera paralela en solitario de su líder e ideólogo Richard Pinhas parecían entrar en colisión.

Por aquel entonces el guitarrista parisino consideró que el grupo había alcanzado su punto máximo de ebullición creativa. Sin duda Heldon había ampliado las fronteras del formato de rock que Pinhas originalmente había divisado para la banda, y dentro de ese terreno de juego poco les quedaba por demostrar sin caer en la autocomplacencia y el cliché.

Ya lo dijo el propio Pinhas en una entrevista concedida a la revista británica Sounds en julio de 1980: "Es mejor fallar intentando algo nuevo que repetir algo. Si repites algo, repites el orden social. Pero si haces algo nuevo, aunque no seas revolucionario, intentas cambiar el orden social. Aunque sea por un milímetro, cometes un acto violento sobre la realidad".

No obstante, y como epílogo a una brillante trayectoria, entre abril y octubre de 1978, Heldon grabaría su séptimo elepé bajo el título nada casual de Stand By en el estudio Davout. Mientras tenían lugar las sesiones de grabación del último álbum del grupo, Richard Pinhas viviría inmerso en un período frenético de proyectos discográficos. Junto a François Auger tomó parte en el álbum Adonia (EGG, 1978), del periodista musical y músico Hervé Picart bajo el pseudónimo de Ose, registrado en junio de ese año en el mítico Studio Barclay, y que muchos consideran un álbum extraoficial de Heldon por las grandes similitudes estilísticas existentes entre ambos.  

Previamente, en febrero, Pinhas había grabado en el Studio Davout el single "Telstar"/"Rhizosphère Suite" bajo el alias de T.H.X. y en julio publicaría el single "Séquences"/"Modulation" con el pseudónimo de Richard Dunn. A finales de 1978 participaría como programador de sintetizadores en el álbum Back And In Again (Carrere, 1978), de AR and Clones, nombre que ocultaba a su viejo socio en el sello Disjuncta, el guitarrista Alain Renaud. Para concluir el año y el contrato, la discográfica Cobra lanzaría Chronolyse, el primer álbum de Pinhas en solitario que había quedado archivado durante dos años a la espera del momento oportuno para su publicación.

Por fin, el mes de marzo de 1979 vería la luz Stand By bajo el sello EGG, un álbum acogido con los brazos abiertos por crítica y público, al que seguiría una minigira en Francia durante ese mes, de la que formaría parte el legendario concierto del 19 de marzo en Nancy. No obstante, Heldon como tal ya estaba finiquitado y Richard Pinhas tenía la mente puesta en su siguiente trabajo en solitario.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Richard Pinhas. Rhizosphère

Portada de Christine Gaussot para Rhizosphère, el primer álbum publicado por Richard Pinhas en solitario
Rhizosphère (1977), de Richard Pinhas.
Después de los primeros experimentos con el sintetizador Moog que darían lugar a la creación de Chronolyse en 1976, pero que no verían la luz hasta 1978, el primer álbum oficial en solitario de Richard Pinhas sería Rhizosphère (1977).

Hasta entonces, la principal inspiración musical de Pinhas en materia de sonido electrónico se limitaba al trabajo de Fripp & Eno y a las aportaciones realizadas desde la óptica del rock progresivo británico que habían configurado el sonido de su grupo Heldon. No obstante, en 1976 Jean-François Bizot, director de la revista Actuel, le dio a conocer Phaedra (Virgin, 1974), el legendario álbum de Tangerine Dream, gracias al cual comenzó a interesarse por las propuestas musicales de vanguardia que estaban germinando en Alemania, y se dio cuenta de que sus planteamientos estéticos no se alejaban demasiado de los propuestos por los músicos de la escena alemana. 

De hecho, desde la grabación de su primer álbum con Heldon Pinhas había estado tan absorbido por la influencia de King Crimson, las estructuras repetitivas de Philip Glass o los experimentos electroacústicos de Karlheinz Stockhausen, que no tenía conocimiento alguno de la gran concentración de talento que existía en Alemania en materia de música electrónica, lo que por consiguiente le hizo descubrir tarde a artistas como Klaus Schulze, Ashra o los propios Kraftwerk, que aunque considera que crearon excelentes álbumes, nunca ha reconocido que hayan tenido influencia alguna en su obra.

El otro gran interés en la carrera de Richard Pinhas siempre ha sido la filosofía y Rhizosphère no será una excepción. Sin ir más lejos, el título del álbum hace mención a la rizosfera, un término que proviene originariamente de la biología y que se refiere a una fina porción del suelo cerca de las raíces de las plantas en las que se produce la interacción entre los distintos microorganismos. Asociado a éste, Pinhas extrae el nombre del álbum del concepto de rizoma, presente en la obra Capitalisme et Schizophrénie 1. L'Anti-Œdipe (1972), y en su continuación Capitalisme et schizophrénie 2. Mille Plateaux (1980), piezas clave en el pensamiento de los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari, que tanto han influido a Pinhas también en la concepción de sus obras musicales, hasta el punto de que Rhizosphère está dedicado a Deleuze. 

En la contraportada del elepé y avanzando un fragmento de la introducción de Mille Plateaux ambos pensadores también comparan la música con el rizoma: "La música ha seguido aumentando sus líneas de fuga, como tantas "multiplicidades de transformación", incluso invirtiendo sus propios códigos que la estructuran o la 'arbifican', por lo que la forma musical, incluso en sus fracasos y proliferaciones, es comparable a la mala hierba, un rizoma".

El propio Deleuze va más allá en uno de los textos que ilustra la contraportada del elepé: "No es suficiente proponer una nueva representación del movimiento; la representación es de por sí mediación. Se trata, por el contrario, de producir en la obra un movimiento capaz de conmover al espíritu más allá de toda representación; se trata de hacer del movimiento en sí mismo una obra, sin interposición; de sustituir los signos directos por representaciones mediatas; de inventar vibraciones, rotaciones, torbellinos, gravitaciones, bailes o saltos que atañan directamente al espíritu". 

Aunque tal vez el escrito más hermético y el que fuera de contexto puede resultar más ininteligible sea el del propio Pinhas: "El diagrama lógico es el descubrimiento de una dimensión singular abstracta del movimiento que conduce a un futuro molecular del material sonoro. Si el diagrama es una estrategia de enunciación, es también una condición múltiple de este material sonoro, y una manera de cambiar la música real de hoy en día. Es un modo que permite al plan de composición innumerables maquinaciones. La distribución de los eventos específicos del movimiento es totalmente independiente de los fenómenos de rotación y los efectos de la circulación: en realidad es una traslación que actúa, que provoca las metamorfosis y las composiciones de afectos, la traslación es el efecto propio al movimiento. La traslación activa las velocidades diferenciales, conecta o desconecta las temporalidades asociadas, crea un puente entre las dimensiones inconmensurables, garantiza los pasajes. Ellos son la materialidad del movimiento". 

Por último, el elemento fantástico o de ciencia ficción que de algún modo siempre había estado presente en las obras anteriores de Heldon, en esta ocasión se materializa en la portada realizada por la artista francesa Christine Gaussot, que creó una magnífica pero al mismo tiempo enigmática e inquietante ilustración en la que se manifiesta un grotesco mundo de pesadilla que está en perfecta sintonía con otras excelentes y turbadoras portadas como las de Daphne Mouchoux para álbumes de Heldon como Agneta Nilsson (1976), y Un rêve sans conséquence spéciale (1976).

jueves, 13 de octubre de 2011

Musiques Électroniques en France. 1974-1984

El sintetizador EMS Synthi AKS en la portada del recopilatorio Musiques Électroniques en France. 1974-1984
Portada del CD recopilatorio Musiques 
Électroniques en France. 1974-1984.
Como ya se ha comentado en Audionautas en ocasiones anteriores, la historia de la música electrónica en Francia durante los años 70 fue tan rica como en Alemania, si bien nunca gozó del mismo reconocimiento mediático y mucho menos aún de su trascendencia histórica. Por entonces abundaban en la escena los 'francotiradores electrónicos', sujetos o células independientes que generalmente experimentaban en solitario y que no se encuadraban en ningún movimiento musical concreto basado en los sintetizadores.

Este hecho y el escaso o nulo reconocimiento que consiguieron la mayor parte de esos músicos dio como resultado unas carreras breves que apenas dejaron huella. No obstante, muchos de esos artistas casi anónimos atesoraban un legado discográfico tan desconocido como interesante, que ya fue recuperado de manera parcial en el año 2000 por el sello alemán Hobby Deluxe con su recopilatorio L'age d'analogue.

Siete años más tarde, Musea, el sello de Metz especializado en rock progresivo decidió aportar su granito de arena a la historia del sonido electrónico de su país, con un recopilatorio centrado en artistas de un marcado carácter 'underground', que también tuvieron su papel en esta historia, y que abarcaría la década comprendida entre 1974 y 1984. Así nacía Musiques Électroniques en France. 1974-1984 (2007), una antología publicada dentro del subsello Gazul y encuadrado en una colección denominada Les Zut-O-Pistes dirigida por el multi-instrumentista y cronista musical Dominique Grimaud.

Con una significativa portada, dedicada al sintetizador británico EMS Synthi AKS, protagonista de muchas aventuras electrónicas acaecidas en Francia, Grimaud realizó una selección de artistas afines a su trayectoria musical como los grupos Lard Free o Verto, así como sus propios proyectos Camizole y Vidéo-Aventures, y donde el único punto de conexión que se establece con L'age d'analogue es la presencia de Richard Pinhas y su grupo Heldon, piedra angular del sonido electrónico francés en los 70 y artista ineludible en toda obra que se precie sobre ese período.

La colección Les Zut-O-Pistes está inspirada artística y conceptualmente en los dos volúmenes del libro/collage Un Certain Rock (?) Français, publicados por Grimaud en 1977/78 y dedicados a glosar la historia de los grupos de rock franceses posteriores a Mayo del 68. Con cierto aire de fanzine en su diseño gráfico y haciendo hincapié en la historia de cada artista, su discografía y una crónica con fotografías de la época, se constituye Musiques Électroniques en France. 1974-1984, una compilación de 74 minutos que incluye abundante material raro e inédito.

viernes, 8 de julio de 2011

Richard Pinhas. Chronolyse

Portada del álbum de Richard Pinhas Chronolyse obra de Patrick Jelin
Chronolyse (1976/78), de Richard Pinhas.
A comienzos de 1976, en el momento de comenzar a grabar su primer álbum en solitario, el joven músico parisino Richard Pinhas de apenas 25 años de edad, ya era una figura clave de la emergente escena de la música electrónica y el rock experimental francés con un importante bagaje a sus espaldas.

Tras una adolescencia marcada por su devoción por Jimi Hendrix, que le condujo inexorablemente a iniciarse en la práctica de la guitarra eléctrica, la carrera musical de Pinhas se inició en 1968 como miembro fundador y guitarrista de Blues Convention, conjunto influido por el blues británico, en el que participaría junto al cantante Klaus Blasquiz (más adelante en el grupo Magma), y que abandonarían al unísono ese mismo año para formar el proyecto de rock Stuff, una formación que se disolvería en 1969 al cabo de unos pocos meses de andadura.

En 1972, mientras estudiaba filosofía en La Sorbona, Pinhas funda el grupo Schizo, que publicaría dos singles; el primero "Schizo and the Little Girl" dentro del rock psicodélico estaba autoproducido, mientras que el segundo de ellos, "Le Voyageur", era un recitado de textos de Nietzsche realizado por uno de sus profesores en la universidad, el célebre filósofo postestructuralista Gilles Deleuze, que inspiraría al joven músico con su concepto del esquizoanálisis y marcaría profundamente gran parte de su obra. Este single sería editado bajo el sello independiente Disjuncta, fundado ese mismo año por Pinhas junto a Alain Renaud, guitarrista del grupo Triangle, ante la ineptitud de las compañías discográficas francesas, incapaces de comprender su propuesta musical en el contexto de su época.

Disjuncta, que pasa por ser el primer sello independiente surgido en Francia, sería el responsable de lanzar algunos proyectos discográficos dentro del sonido Zeuhl como el del grupo Zao, también el 'free-jazz' de los alemanes Exmagma, además del primer trabajo en solitario de Renaud, pero sobre todo será el artífice de poner en el mapa de la música francesa a Heldon, el siguiente proyecto musical surgido de la mente de Richard Pinhas y creado en 1973.

Al año siguiente, Pinhas obtiene el doctorado en filosofía con una tesis sobre la relación entre el inconsciente y la ciencia ficción. Llevaba ya unos meses dando clases en la facultad de filosofía cuando decide dejarlo todo para volcarse en su nuevo proyecto musical. La casualidad en estos casos no existe, y el músico toma prestado el nombre de la tierra mítica de Heldon que aparece en la novela de ciencia ficción The Iron Dream (El sueño de hierro, 1972), del escritor estadounidense Norman Spinrad. La filosofía y la relación de Pinhas con el género literario de la ficción científica será inherente a toda su trayectoria. 

jueves, 9 de junio de 2011

L'age d'analogue

La antología L'age d'analogue centrada en los músicos electrónicos franceses de la década de los 70
L'age d'analogue un doble CD que retrata
la electrónica francesa de los años 70.
Durante años, muchos pensaron que la música electrónica surgida en Francia en la década de los 70 apenas tenía unas pocas piezas de valor en su tablero. Jean Michel Jarre y Space eran los nombres que surgían al instante, y pensando un poco más quizá se citaba a Heldon/Richard Pinhas. Algún entendido tal vez mencionaba a François de Roubaix o a Michel Magne como pioneros de la electrónica en el campo de las bandas sonoras. Y eso era todo.
 
La realidad es que por aquel entonces el panorama era muy diverso, y no eran pocos los músicos que estaban experimentando con los sintetizadores analógicos en diferentes géneros y estilos. Desde la 'chanson', pasando por el rock progresivo y la música cósmica, hasta el jazz fusión o la música disco, había muchos más nombres a tener en cuenta, que de un modo circunstancial en ocasiones y más comprometido en otras, hicieron de los sonidos electrónicos su seña de identidad.

Muchas de las piezas musicales que crearon habían quedado sepultadas por el paso del tiempo y la mayor parte jamás gozaron de una edición apropiada en disco compacto. No sería, sin embargo, hasta el año 2000 cuando el pequeñísimo y breve sello alemán Hobby Deluxe llevaría a cabo el primer intento de juntar algunas de las piezas del puzzle de la electrónica francesa de los años 70 mediante un doble recopilatorio que tenía el acertado nombre de L'age d'analogue.